Crudo Pimento, ni hipsters ni modernos; músicos totales y murcianos
Aunque haya agoreros que anuncien que en el
rock ya está todo inventado, por suerte siguen apareciendo músicos talentosos,
arriesgados, geniales, que desmienten dicha afirmación. Raúl Frutos es uno de
ellos. Nacido en Murcia, una región del sureste español con una amplia y poco
conocida escena musical, ha pasado por diferentes grupos y personalidades
(Neuman, The Ben Gunn Mento Band, Traje de Uña Nueva) hasta recalar en Crudo
Pimento, un grupo experto en crear estados de bendita felicidad musical y que
merece llegar muy lejos.
El aluvión de estilos que interesan a Raúl
es incontenible: mento, calipso, cumbia, son jarocho, rock, heavy, música
industrial, pop, música antillana, blues, casi nada se le escapa. Siempre
inventándose, mezclando y volviéndose a reinventar, Frutos es un músico
tremendamente inquieto e inquietantemente brillante. Compositor, batería,
percusionista, cantante más que competente, ataca la guitarra, el banjo, el
ukelele… Investigador y buscador de las más recónditas músicas, luthier de
curiosos instrumentos (de su cosecha son la marímbula sobre una lata de
pimentón, santo y seña del grupo, o “el palo”, al estilo de aquellas primitivas
guitarras que se fabricaban los bisabuelos del blues), es además inventor de
artefactos sonoros como el que utilizó para poner contrapunto musical a la
película muda ‘La caída de la casa Usher’ en la filmoteca de Murcia, en un
alucinante despliegue de cacharros y tubos de metal que él mismo fabricó. Raúl
es sin duda un tornado musical.
La otra pata del grupo es Inma Gómez, otra
muchacha de lo más inquieta. A pesar de su juventud, pronto se labró un nombre
en la escena musical murciana como fotógrafa, manager y promotora de
conciertos. Según cuentan, antes de Crudo Pimento no sabía tocar ningún
instrumento musical, pero no hay duda de que ha aprovechado el tiempo. Inma
pone el contrapunto con las percusiones, entre las que se encuentra el palo
cuando no lo usan como instrumento de cuerda e incluso unas calabazas murcianas
que suenan muy curiosas. Ella, impasible, toca con majestuosidad y gran dominio
de la escena, lo que no parece fácil compartiendo escenario con el gran Raúl.
Con estos mimbres Crudo Pimento defiende
una propuesta diferente y tremendamente personal. El dúo editó en julio de 2013
su primer vinilo, llamado como ellos, y por cierto agotado. Lo hicieron
aferrados a la más absoluta independencia, ya que consiguieron la financiación
a través de crowfunding y el disco fue grabado y mezclado por ellos mismos en
su propia casa. El resultado es magnífico y nos ofrecen además en digital otro
regalo, “Descartes y dislates” con canciones que no entraron en el vinilo. El
disco está creado de principio a fin por ellos dos: composición, interpretación,
grabación, mezcla, producción, crowfunding, difusión, publicidad, contratación,
envío de los discos, y no sé si todavía
me dejo algo… Fascinante.
Tenemos muchos motivos para amar a Crudo
Pimento, para tenerles un especial cariño. Les conocí cuando iniciaron el
crowfunding y he visto crecer con brillantez su sólida propuesta musical.
Además he tenido la suerte de volar con su música en vivo en varias ocasiones;
les he visto en sala, en un directo para televisión y en recinto ferial,
tocando para jóvenes y tocando para niños, y me han maravillado siempre, porque
sus conciertos son algo muy especial y crudo. De su puesta en escena destaco
las detalladas explicaciones de Raúl sobre sus canciones y sobre lo murciano,
su habitual recuerdo para el asesinado guitarrista de Pantera, Diamond Darrell,
cuernos heavys en alto, y su característica camiseta de Burzum. Además del
despliegue de cacharros sonoros y la complejidad del intercambio de
instrumentos y de posición en el escenario que realiza el dúo, toda una obra de
ingeniería.
Precisamente otro de los alicientes de sus
conciertos es ver y escuchar los alucinantes instrumentos creados por Raúl, que
además ofrecen un sonido hipnótico e increíble; a los ya mencionados antes, hay
que añadir una guitarra fabricada con una caja metálica de membrillo cuyo
sonido puede recordarnos por momentos a un laúd árabe.
Ahora nos complacen con la noticia de su
firma con un sello independiente, Miel de moscas, que sacará el próximo año su
nuevo disco, en vinilo y CD, bajo el título de ‘Fania Helvete’. Adivinamos que
nos gustará mucho, es muy fácil engancharse a lo bueno, ser adictos a
propuestas como la suya. Con ellos sobran las palabras, por mucho que digamos
siempre nos quedaremos cortos, hay que escucharles y sobre todo verles en
directo. ¿A qué estáis esperando?
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