“Del color de la leche” de Nell Leyshon. Un libro hermoso, brutal y necesario
(Foto de la red) Las lecturas del Gabinete
que coordina Jesús Casals en La Central resultan habitualmente un acierto;
accedemos a literatura de alta calidad que supone un auténtico disfrute. Uno de
los libros que más huella me ha dejado en estos dos años de participación en el
Gabinete es sin duda “Del color de la leche” de la dramaturga y novelista Nell
Leyshon. Editado por Sexto Piso, el libro recibió en 2014 la mención a la Mejor
Novela según los libreros de Madrid. No hay más que leer este libro, crudo y
auténtico, para darse cuenta de que se trata de un premio más que merecido,
independientemente de rankings y honores.
Dominación de los hombres sobre las
mujeres, de los amos sobre los criados, de los padres sobre los hijos, del
fuerte sobre el débil. Oscurantismo, pobreza, violencia, abuso, brutalidad.
Dolor latente en un libro ambientado en la rígida y estratificada Inglaterra de
mediados del siglo XIX, cuya protagonista es una joven campesina. “Woman is the
nigger of the world”, cantaba John Lennon. Nacer mujer, en según qué geografía,
época, clase social o circunstancia, fue y sigue siendo un terrible drama. En
muchos lugares del mundo ser mujer sigue siendo inevitablemente sinónimo de
sufrimiento. Hay diferentes formas de contar, la literatura es un camino
especialmente eficaz para la denuncia, para dar a conocer situaciones injustas
y desiguales. Si además se cuenta tan bien como lo ha hecho Nell Leyshon en “Del
color de la leche”, se logrará una eficaz concienciación sobre lo que se está
denunciando. Creemos en el enorme poder de la palabra.
El libro celebra la lectura y la escritura
como formas individuales de resistencia. Cuenta la vida de una joven campesina con
una discapacidad física y extrañamente blanca, “del color de la leche”, lo que
la hace diferente, y como suele pasar con los diferentes no precisamente para
bien. Narrado en una sencilla y potente primera persona por Mary la
protagonista, que nos hace partícipes en varias ocasiones de que es un libro
que está escribiendo ella de su puño y letra “éste es mi libro y estoy
escribiéndolo con mi propia mano”. Para reproducirlo la autora no usa
mayúsculas en el inicio de frase y crea una potente narración lineal. Así la
historia reproduce la oralidad, Mary nos contará a través de su incipiente
escritura su breve e intensa historia vital, en una narración llena de la
humanidad y aplastante sentido común de esa muchacha “del color de la leche”: “Me
preocupo por muy pocas cosas. Si no puedo hacer nada, entonces no me preocupo.
Si puedo hacer algo, entonces lo arreglo y ya no tengo que seguir preocupándome
más”.
“Del color de la leche” refleja de manera
conmovedora, sin sentimentalismo, la vida extrema de los campesinos, que no
pueden aspirar a más que a trabajar como bestias para sobrevivir. No hay
placeres, no hay diversiones, no hay escape. La felicidad es un lujo
inalcanzable e innecesario para ellos: “La felicidad nunca le ha hecho
ningún bien a nadie”, afirma en un momento del libro la madre. Mary dejará
la granja familiar para servir en la casa de un reverendo, cuya esposa está
gravemente enferma. El personaje de la señora de la casa, débil y dependiente,
es el reflejo de aquellas mujeres que se han quedado vacías al haberse dedicado
tan solo a ser madres: “Lo dejas todo para cuidarlos y para protegerlos y
después se van. Es como si te consumieran para conseguir su propia vida”.
Era el destino que esperaba a las mujeres “afortunadas” que no tenían que
trabajar fuera de casa.
Cuando se ha librado de las primeras
cadenas familiares, Mary cae en otras garras mucho más terribles, conoce la
maldad de aquellos que parecen sabios y justos: “La gente nunca ve lo malo
cuando lo tienen tan cerca”, afirma. Nadie quiere complicaciones, nadie quiere
implicarse por los demás: “La gente no quiere oír la verdad”. La
protagonista se niega a ser sometida y responde a su manera a la dominación en
un final demoledor, que es imposible que deje indiferente a nadie.
Del color de la leche es en definitiva un
libro hermoso, brutal y muy necesario.
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