Micah P. Hinson, de escalofríos, gin tonic e intensidades
Hubo un tiempo, breve y efímero, en que un músico
como Micah P. Hinson nos hizo sentirnos auténticas reinas musicales. Pasado el
tiempo nos quedamos con lo importante, su música, y la curiosidad de verle en
directo aprovechando que su nueva gira por España recalaba en Madrid. Se dice
de Micah (Memphis, Tennessee, 1981) que es de esos músicos más valorados en
Europa que en su país natal. Algo de eso sí hay. El Sr. Hinson ha emprendido
numerosas giras por España y una editorial española ha publicado una novela breve
del músico ‘No voy a salir de aquí’, influida por John Fante, como él mismo ha
explicado, y que sin embargo no se ha editado en EEUU. Otra muestra del aprecio
que se le tiene este cantautor en España es que durante su gira de 2010 y 2011 estuvo
acompañado por el grupo español Tachenko, convertido para Micah en The Pioneer
Sabouters, con quienes llegó incluso a sufrir un aparatoso accidente de
carretera.
Con veintitrés años Micah P. Hinson consiguió
un gran éxito en los circuitos independientes con su primer álbum, ‘Micah P. Hinson and the Gospel of Progress’.
El disco tuvo una excelente acogida de la crítica y fue incluido entre «los
mejores discos del año» por varios medios de comunicación. La historia del
músico, bastante tortuosa y compleja, nos remite a una familia tremendamente
religiosa, un joven enganchado a las pastillas por una complicada relación con
una mujer bastante mayor que él y estancia en la cárcel por falsificar recetas.
Se vio en la calle, sin dinero e incluso repudiado por la familia. Creo que
podemos decir, sin miedo a exagerar, que la música vino a rescatarle y le salvó
la vida.
El disco que le ha traído a España esta
primavera de 2015 es su última grabación “Micah P. Hinson And The Nothing”. Ya
decía al principio que tenía unas ganas enormes de ver a Micah, y el feliz
encuentro se produjo en una pequeña sala madrileña, prácticamente al lado del
músico y disfrutando de un concierto lento, lleno de escalofríos, intensidad y
emociones. Salió a escena para echar mano en la colocación de instrumentos,
cableado y su micro retro de aires cincuenteros, del que apenas se separó
durante la hora y media que duró el concierto. Apareció Micah con bastón y
bolsito, que dejó apoyados al amplificador, vestido con camisa retro estampada,
un mono de trabajo de color marrón, sus enormes gafas RayBan y el pelo completamente
engominado. Delgado, pálido, de andar inseguro, frágil, a veces cuesta trabajo
imaginar de dónde saca esa voz profunda y desgarrada que le caracteriza. Voz
que en ocasiones emitió incluso desafinada.
Hinson se presentó esta vez con una
formación muy escueta: bajista “universitario”, como explicó en inglés, y su
mujer Ashley a la batería. Tan escueta que en bastantes canciones la sección
rítmica desaparecía del escenario dejando a Micah a solas con su guitarra
eléctrica. Hay bastante controversia con la inclusión de su esposa en el grupo
(la han llegado a llamar “Yoko Ono”) y lo cierto es que su camino no parece ser
el de batería. En cualquier caso, ahí estuvo. En Madrid Hinson logró una vez
más una gran sintonía con un público muy atento y entregado. No se bailó ni se
gritó, salvo para animar al músico, que se permitió alguna broma con la hora y
su reloj. Nos regaló un concierto largo,
que vivimos plagado de abrazos, susurros en la oscuridad, y algún que otro
gintonic.
Micah P. Hinson Sala Joy Eslava. Madrid. 15
de mayo de 2015
0 comentarios:
Publicar un comentario