Led Zeppelin, repaso a la epopeya de unos dioses musicales
ABRUMADOS. Así estamos mi entusiasmo y yo.
Tras la divertida experiencia del repaso a
la discografía completa de Ramones decidí emprender una aventura similar con
otra banda mítica, surgida en 1968 en un momento en el que confluyó el fin de
la era beat y el comienzo de una nueva época marcada por los grandes grupos de
rock. Mis elegidos fueron Led Zeppelin, un grupo con una discografía breve, apabullante y de
indiscutible calidad y un directo aplastante,
sexual y violento. Su historia está llena de excesos, orgías, drogas, alcohol,
extravagancias sin fin como aquel avión privado llamado “Starship”, caos y
destrucción de coches, hoteles y lo que se pusiera por delante. Pero sobre todo
está repleta de canciones legendarias. Ha resultado un viaje apasionante en el
que he escuchado sus nueve discos de estudio, además de disfrutar del directo
“The song remains the same”. He escuchado las grabaciones originales y no me he
detenido en las reediciones y remasterizaciones, con extras y demás.
He redescubierto a un grupo al que escuché en
mi adolescencia a través de los discos de mi hermano, pero a los que no presté
la suficiente atención y a quienes tenía olvidadísimos. El repaso a la
discografía lo he compaginado con la lectura de “Led Zeppelin. El martillo de los dioses”, la
biografía escrita por Stephen Davis que me han prestado amablemente que recoge
las peripecias de grupo marcado por todo tipo de excesos, que finalmente les
llevaron a la destrucción pero que al mismo tiempo agrandaron su leyenda hasta
límites estratosféricos. Una cosa por la otra.
Debo reconocer que la experiencia ha resultado
algo accidentada. Comencé pensando en lo que iba a escribir, pero pronto entré
en pánico por la complejidad de la tarea. Por suerte me di cuenta de que había
empezado mal, lo fundamental era escuchar la música, sentirla y entenderla. Ya
llegaría, o no, el momento de escribir sobre ellos. Y durante el proceso me
asaltó una sorpresa, la escritura de un relato protagonizado por un guitarrista
de voz nasal llamado Jimmy, que toca la guitarra con un arco de cello. El
camino, con cuenta inhabilitada varios días en Facebook por compartir un video
del “Houses of the Holy”, ha sido largo, tortuoso y plenamente gratificante.
La biografía de Stephen Davis recoge grandes
momentos de la banda, como el sagrado instante en que se conocieron Page y
Plant. Hubo conexión musical inmediata, simpatía y buen rollo. Tenían gustos
muy similares y Page no podía creerse que un chico con aquella versatilidad
para cantar blues, rock, hacer falsetes o llegar con naturalidad a tonos muy
altos, no estuviera pillado por alguna banda. ¿Dónde estaba el truco? Supongo
que de alguna forma y sin saberlo, Plant estaba esperando a que Jimmy Page se
cruzara en su camino. Era 1968 y los Yardbirds, la anterior banda de Page,
acababan de separarse.
En el libro “Led Zeppelin. El martillo de los dioses” se
habla de la más que afortunada combinación que dio lugar a una banda diferente,
en la que se juntaron cuatro músicos enormes: “unas cuerdas vocales que armonizaban
con el sonido de las guitarras eléctricas, una garganta rubia que estaba
destinada a dialogar a gritos en armonía con los solos poderosos de Page. Las
manos espídicas de Bonzo a la batería, estructurando la base rítmica, la pausa
mental en la línea del bajo o a los teclados de John Paul Jones”.
Uno de los aspectos que hacen diferente a
Led Zeppelin es que la batería de Bonham seguía fundamentalmente a la guitarra
de Page en lugar de al bajo de Jones, como suele pasar en los grupos de rock. En
esa combinación se sustentaba el poderoso sonido de la banda. “Bonzo” era un
batería de pegada fuerte, innovador, llegaba incluso a tocar con las manos. Sus
eternos solos eran legendarios en los conciertos de la banda. Cuando murió
Bonham Jimmy afirmó que simplemente plantearse seguir sin él era un insulto a
la memoria de su amigo: “No hubiera podido interpretar los temas y darme la
vuelta y ver a otra persona tocando la batería”, afirmó. Bonzo “golpeaba la
batería con la fuerza de un obrero de la construcción, creando un sonido
monumental”.
Dos de los miembros de Led Zeppelin pertenecían
a la industria musical y tenían una larga experiencia como músicos de estudio y
con otras bandas, Jimmy Page y John Paul Jones. Por otra parte, estaban “los
chicos de pueblo”, John Bonham y Robert Plant, con mucha menor experiencia
musical. Aunque fue una banda formada por cuatro espléndidos músicos, las
figuras más visibles siempre fueron Robert Plant “bailarín y salvaje dios del
rock”, desbocado y apasionado en el escenario y Jimmy Page “el hombre que
tocaba la guitarra como un ejercicio de atletismo” y que buscaba “poder,
misterio y el martillo de los dioses”, como afirma Stephen Davis en su libro.
La banda llegó a ser increíblemente famosa
entre sus fans, que eran multitudes, pero no acababan de calar en un público
masivo. Led Zeppelin tenían mala fama entre la prensa y eran considerados
bárbaros y salvajes. “Somos los mejores, pero nadie lo sabe”, se lamentaban. La
audiencia de Led Zeppelin estaba compuesta por jóvenes, mayoritariamente
hombres y principalmente de clase trabajadora.
La estética siempre fue muy importante en el
grupo, me atrevería a decir que fundamentalmente para Plant y Page, coquetos,
seductores y magnéticos. “Había algo medieval en Led Zeppelin, con su ropa de
terciopelo, sus botas de piel de lagarto, las chaquetas de cuero, sus
puntiagudas narices inglesas y su pelo largo y suelto”.
William Burroughs también escribió sobre
ellos. Para el mítico escritor la clave de la banda estaba en la “habilidad de
dar energía a la audiencia, recibir energía de ellos y de nuevo devolvérsela.
Espectáculo basado en volumen, repetición y batería. Semejanza con la música
para entrar en trance, donde los músicos son además magos. Sus conciertos son
acumulaciones de energía. Todo eso puede resultar peligroso”.
En un repaso a la carrera de Led Zeppelin
no podemos olvidar a dos figuras que resultaron claves en su historia de la
banda. Peter Grant, un ex luchador y actor, fue su manager y productor
ejecutivo de Swan Song Records, el sello discográfico fundado por la banda. Se
le consideró un negociador controvertido y despiadado, que no dudó en emplear
los métodos más expeditivos, incluso la violencia, para salvaguardar los
intereses de sus representados. Richard Cole fue el road manager de Led
Zeppelin y tuvo mucho que ver en los excesos y locuras que acompañaron las
giras de la banda. Siempre estuvo rodeado de polémica, como cuando
desaparecieron 180.000 dólares durante la gira de 1973; Cole, bajo sospecha,
fue exculpado oficialmente, aunque el dinero nunca apareció. Acabó siendo
despedido a causa de sus adicciones y fue la principal fuente para la
mencionada biografía “Led
Zeppelin. El martillo de los dioses”, lo que irritó a la banda.
El final de Led Zeppelin llegó con la
muerte de su batería, el inconmensurable y excesivo John Bonham, “La Bestia”,
en septiembre de 1980. En ese momento Jimmy Page, que pasaba por malos momentos
de adicciones y confusión, se recluyó y se alejó de todos, incluso de sus
amigos. Todos pagaron un alto precio por aquellos doce años de éxito
estratosférico y descontrol, tanto la banda como los que les rodeaban. John Paul
Jones fue el que quedó más intacto de los cuatro, nunca entró en esa espiral de
desparrame y destrucción; inteligente, sensato, introvertido e independiente,
su figura es posiblemente la más misteriosa dentro del grupo.
El resto es historia. Plant se embarcó en
una exitosa carrera en solitario, mientras Jones se retiraba a vivir una vida
tranquila y descansada y Page atravesó años de desierto creativo, lastrado por
sus adicciones. Apenas ha habido reuniones de los tres miembros supervivientes,
excepto los veinte caóticos minutos que tocaron en el Live Aid en 1985, el magnífico
álbum en vivo “No Quarter: Jimmy Page and Robert Plant Unledded” para el que no
se acordaron de llamar a Jones o el “Celebration Day”, concierto realizado en diciembre
de 2007 en el o2 Arena de Londres, donde los tres estuvieron acompañados por
Jason Bonham, el hijo de “Bonzo”.
Ya hace más de cincuenta años desde que Led
Zeppelin decidieron unirse como banda, llegando a ser una de las más legendarias
de todos los tiempos. Sin embargo, “la vieja magia sigue viva a pesar del
implacable paso del tiempo”. Superada por fin la etapa de considerarles
“dinosaurios” o cosas peores, la gran mayoría de las canciones de Led Zeppelin
han resistido perfectamente el paso del tiempo, son ya auténticos clásicos en
el mejor sentido de la palabra. Y nunca es tarde para descubrirlos o para
empezar a valorarlos.
Y ahora sí, vamos con el repaso musical. De
cada disco he escogido algunas canciones, en varios de ellos me ha resultado
casi imposible descartar temas, aviso.
Led
Zeppelin I (1969)
Lo que se llama empezar muy bien. Este año 2019
se han cumplido los 50 años de la publicación de un álbum impregnado de blues, con
toques folk y según los que entienden de esto con influencias de la costa oeste
americana.
El disco está compuesto por nueve temas y
la mayoría de ellos sobrepasan de largo los cuatro minutos. Fue grabado,
mezclado y editado en apenas una semana en los estudios Olympic de Londres en
octubre de 1968, empleando apenas treinta horas de estudio y sin apenas ensayos.
Como curiosidad, Plant no aparece en los
títulos de crédito a pesar de haber intervenido en la composición de las
canciones porque aún tenía contrato con CBS, su anterior discográfica. Era el
cantante de Band Of Joy, una banda inglesa no demasiado conocida y de la que
salió a los pocos meses de entrar, refundándola con nuevos componentes, entre
los que se encontraba John Bonham. Tampoco duró mucho, al poco tiempo pasó a
formar parte del que se convertiría en un grupo fundamental en el devenir del
rock mundial.
La portada, polémica, fue diseñada por George
Hardie a partir de la foto de un dirigible en llamas que se identificó con el
Hindenburg. Al parecer a la sobrina del inventor del Zeppelin tampoco le hizo
mucha gracia el “homenaje” de aquellos melenudos gritones. La contraportada
muestra una foto de la banda, realizada por Chris Dreja, bajista de los
Yardbirds.
El ingeniero de sonido fue Glyn Johns,
habitual de varios trabajos de The Who.
Cómo anécdota, mi primera escucha del disco
fue de lo más accidentada. La música sonaba extraña y en exceso psicodélica. No
entendía nada… hasta que me di cuenta de que estaba escuchando el “Led Zeppelin
I. Reversed”, ¡¡el disco entero sonando al revés!!
«Good Times, Bad Times» (Page/Bonham/Jones) 2:47 Canción que
abre el álbum. Gran trabajo de John Bonham a la batería, empezando por la
inolvidable introducción.
«Babe I'm Gonna Leave You» (Page/Anne Bredon) 6:43
Un baladón. Versión de un tema de Anne Bredon, una cantante folk de los 50, que
a su vez había tocado Joan Baez. Empieza como un tema acústico, pero a medida
que avanza el tema, se introduce la guitarra eléctrica, crece la batería y
Plant realiza una exhibición vocal de las suyas.
«Dazed and Confused» (Page/Jake Holmes) 6:26 Una de las
canciones clásicas de la banda. A partir de la canción de Jake Holmes, músico
de folk británico, Page hizo una nueva versión en la que introdujo toques de
psicodelia y experimentación, como tocar la guitarra con un arco de violín. La
canción es apabullante, con una ejecución impecable por parte de todos los
miembros de la banda y en los directos llegaba a durar hasta media hora. Con
este tema empieza la leyenda, llena de morbo y mitología, que afirma que
introducían mensajes subliminales en sus canciones. Un maravilloso exceso.
«Black Mountain Side» (instrumental) (Jansch/Page) 2:06 Un
instrumental que incluye los inevitables aires hindúes que mandaban en la
época, a partir de una pieza del folklore irlandés. La tabla de Viram Jasani, músico indio nacido
en Kenia, dialoga con la guitarra acústica de Page para lograr una pieza de
gran belleza. Preciosa.
«Communication Breakdown» (Page/Bonham/Jones) 2:30 Otra de las
clásicas de la banda, más corta de la media del disco. Un tema más roquero en
el que destaca la brillante ejecución de Jones con el bajo.
«How Many More Times» (Page/Bonham/Jones) 8:33. Temazo que cierra
el disco. Toda una exhibición vocal e instrumental. Más de ocho minutos de
canción compuesta de varias partes, unidas por una especie de “bolero”, que
según se cuenta está inspirado en el Beck’s Bolero, en el que Page había tocado
la guitarra y el bajo. Destacan los efectos que consigue Page en el disco al
tocar la guitarra con un arco de violín.
Un debut directo y muy potente, pronto
convertido en un disco histórico. Empezar más que bien.
Led
Zeppelin II (1969)
Segundo álbum de la banda, también
publicado en 1969, es un disco donde se repiten las influencias blues y folk,
pero donde el hard rock va ganando espacio. Fue el disco que les consagró como
una de las grandes bandas de una época en la que el beat y la posterior
psicodelia se retiraban para dejar paso a los grandes álbumes del rock, estilo
del que los Zeppelin fueron grandes exponentes. De alguna manera se considera
una puerta para el heavy y con él alcanzaron el número 1 en listas británicas y
estadounidenses.
Fue un disco concebido durante la gira del
primero y gran parte de la inmediatez y la rabia del directo se reflejan en las
interpretaciones, que al mismo tiempo brillan gracias a la maestría de cada uno
de los integrantes del grupo. Con él se sentaron las bases de lo que llegaría a
ser Led Zeppelin. Page comenzó a usar una de sus guitarras más características,
la Gibson Les Paul de 1959, y Plant, comenzó a acreditarse como letrista y a
sentirse realmente cómodo dentro de la banda.
«Whole Lotta Love» (Page/Plant/Jones). 5:34. Cañonazo clásico de
la historia del rock. Tremenda la sección rítmica y la línea de bajo que la
inicia, los riffs de guitarra, impecable trabajo vocal de Plant, gemidos,
susurros y gritos incluidos. Con esta canción la banda se adentra por senderos
del rock duro, género del que fueron maestros e inspiradores. En fin, una
barbaridad. Incluida entre las mejores canciones del rock, en la lista de
mejores solos de guitarra, en la de mejores riffs… es uno de sus éxitos
indiscutibles. Es otra de las canciones de los Zeppelin en las que hubo choques
con otros autores por una más que evidente “inspiración”. Y, atención, hay
incluso efectos hechos con theremin. ¿Hay alguien que no la conozca?
«What Is and What Should Never Be» (Page/Plant). 4:46. Sugerente
medio tiempo, con energéticas subidas. En la intrahistoria de esta canción “de
seducción y amor prohibido” se sugiere que refleja una relación de Plant con la
joven hermana de su mujer.
«The Lemon Song» (Page/Plant/Jones). 6:20 Mantiene las
influencias blues de la banda, sobre todo presentes en sus primeros discos. Se
dice que esta es una de las mejores interpretaciones al bajo de John Paul Jones,
lo que es mucho decir por su enorme nivel interpretativo habitual. El bajista
afirmaba que se trató de una improvisación. Comienza con el sonido de un gong,
uno de los múltiples “cacharros” que utilizaba el batería en sus exuberantes
interpretaciones. “La canción del limón” da mucho juego con eso de exprimir el
fruto hasta que chorrea el jugo.
«Thank You»
(Page/Plant) 4:50 Balada de amor-amor, con letra íntegramente escrita por
Plant. Dedicada a su mujer, destacan los maravillosos teclados de John Paul
Jones
«Heartbreaker» (Bonham/Jones/Page/Plant). 4:14 Otro temazo rock. Preferido
por el público en los conciertos, se cuenta que es uno de los pocos temas que
se incluyó en todas las giras del grupo. Un riff mítico. Un solo de guitarra de
exhibición. Una barbaridad, adjetivo que se va a repetir demasiado en este
repaso.
«Living Loving Maid (She's Just a Woman)» (Page/Plant). 2:39. De
las canciones que más me sonaban de la banda, de antes de iniciar este repaso,
cuando escuchaba los CDs de mi hermano en nuestros tiempos de BUP. Una potente
e impecable canción rock.
«Ramble On»
(Page/Plant). 4:34. Otra magnífica canción de la banda, un suave medio tiempo con
acústica y percusión de Bonham. En el estribillo la canción sube en intensidad
hasta convertirse en una canción rock. Destaca un espléndido solo de guitarra
en el que Page consigue un sonido inclasificable en otra de sus infinitas
experimentaciones con el instrumento. La letra de Plant está influida por El
señor de los anillos, Tolkien es una de las referencias recurrentes de sus
composiciones.
La carátula fue diseñada por David Junipe a
partir de una foto de la Primera Guerra Mundial que fue coloreada y la que se
añadieron los rostros de la banda y otros miembros de su equipo.
Led
Zeppelin III (1970)
Con su tercer disco Led Zeppelin dieron un
viraje hacia un sonido más folk y acústico, que sorprendió a sus seguidores y a
la crítica. Se ha calificado como “estilo folk-rock californiano” porque es un
disco bastante más relajado y tranquilo, concebido durante el retiro de la
banda para tomar fuerzas tras la locura de las giras que habían encadenado
desde su creación. La cara A es la más rockera y en la B predomina el folk.
En esta ocasión la portada es de estética psicodélica
con diferentes elementos (mariposa, avión, dirigible) diseñada por Zatron. Está
troquelada, con varios agujeros por donde se pueden ver las imágenes que surgen
al mover un elemento giratorio colocado debajo.
«Immigrant Song» (Page/Plant). 2:24. Aunque
es un disco calificado como “tranquilo”, la verdad es que comienza a toda
tralla. Una de sus canciones más conocidas, una barbaridad interpretativa con
un Robert Plant totalmente desmelenado. Todas las bases del hard rock están
aquí.
«Friends» (Page/Plant). 3:54. Una de mis
canciones preferidas de la banda. Una maravillosa canción acústica, con
percusión y un bonito arreglo de orquestación de aires orientales a cargo de
Jones. Una canción que no interpretaban en directo hasta que fue rescatada en
1994 por Plant y Page en su disco “No Quarter” acompañados por músicos
marroquíes y una orquesta egipcia. Ambos ya la habían grabado en 1972 con la
Orquesta Sinfónica de Bombay durante un viaje a India, pero no quedaron
satisfechos. Al final de la canción se escucha un sintetizador Moog que conecta
con el siguiente corte.
«Since I've Been Loving You» (Page/Plant/Jones). 7:23 Una
tremenda pieza de blues rock, género en el que los Zeppelin eran auténticos
jefes. Se trata de una canción que iba a salir en el segundo disco de la banda,
pero fue sustituida por «Whole Lotta Love». A la poderosa interpretación de
Plant se une el fantástico trabajo de Jones con el órgano Hammond, demostrando el
enorme teclista que es. Mención aparte la guitarra de Page, parece que el solo
de la canción le dio bastantes problemas y, finalmente fue grabado de un tirón
usando un ampli viejo. Una canción llena de sentimiento que provoca escalofrío,
sin remedio.
«Gallows Pole» (trad. arr. Page/Plant). 5:00. Canción tradicional
sobre la historia de un condenado. Empieza muy suave con acústica y voz, va in
crescendo y añadiendo instrumentos bajo, banjo, batería, sonando cada vez más
rápida. Una verdadera maravilla.
«Tangerine» (Page) 3:11. Comienzo con
guitarra acústica y voz puramente folk, luego tienen unos puentes
electrificados, y se introducen efectos con la guitarra. Al parecer Page la
escribió en su época de The Yardbirds, tras quedarse muy tocado por un
desengaño amoroso. Yo encuentro ciertos ecos de la posterior Stairway to
heaven.
«That's the Way» (Page/Plant) 5:40. Otra balada, donde
intervienen la guitarra acústica, la mandolina y el bajo. No hay batería, sólo
una leve percusión con la pandereta. Según cuentan fue escrita en una pequeña
casa de campo en Gales tras un largo paseo, es una mirada hacia la naturaleza.
«Bron-Y-Aur Stomp» (Page/Plant/Jones) 4:17. Es el nombre de la
pequeña casa de campo en Gales donde se trasladaron Page y Plant para descansar
de la agotadora gira de presentación de sus primeros álbumes. En esta casa
pasaron algunas vacaciones la familia de Robert Plant. Sin agua ni
electricidad, allí compusieron varios temas, «Over the Hills and Far Away»,
«Friends» o «That's the Way», entre otros, y también les sirvió para conocerse
y afianzar su relación. Tiene un precioso inicio de aire country. Las
percusiones se realizaron con cucharas y palmas.
Led
Zeppelin IV, “el disco de los símbolos” (1971)
Como respuesta a la tibia acogida que tuvo
en su momento el III Led Zeppelin publicaron un nuevo disco sin título y sin
créditos en el interior. Resultó un éxito meteórico de ventas y de crítica,
convirtiéndoles en auténticos dioses musicales. Incluye algunos de los mayores
éxitos de la banda y una de mis preferidas, el blues «When the Levee Breaks».
Grabado en los estudios de Headley Grange, un antiguo hospicio que sirvió de
lugar de inspiración y grabación a numerosas bandas como Bad Company, Fleetwood
Mac, Genesis, Peter Frampton, además de los Zeppelin.
En el interior del álbum aparecen cuatro
símbolos que se corresponden con cada uno de los miembros de la banda y la
representación de El Ermitaño, una de las cartas del tarot que otorga
sabiduría, autosuficiencia y prudencia. Cada símbolo tiene su explicación
excepto el llamado ZoSo que corresponde a Page, sobre el que hay diversas teorías,
aunque ninguna confirmada. Como siempre, Page y sus misterios.
«Black Dog» (Page/Plant/Jones). 4:56. Una
de sus canciones indiscutibles. Un monumento del rock, influido por el rock
ácido que triunfaba en aquella época. Se dice que se inspiraron para el título
en un perro negro que merodeaba los estudios de Headley Grange. Legendario riff
de guitarra en otra magistral interpretación de Jimmy Page.
«Rock and Roll» (Page/Plant/Jones/Bonham). 3:41. Otra de sus
canciones más recordadas que siempre incluían en los conciertos. Se cuenta que
la canción surgió de una improvisación después de horas trabajando en el
estudio. Destaco la batería de Bonham omnipotente y omnipresente durante todo
el temazo.
«The Battle of Evermore» (Page/Plant). 5:53. Uno de esos
acústicos folk que bordaba el grupo. Con inolvidable inicio de mandolina y
acompañamiento a la voz de la malograda Sandy Denny de Fairport Convention, en
lo que fue la única canción de los Zeppelin con vocalista invitada. Se trata de
uno de esos temas de aire medieval inspirados en “El señor de los anillos”, tan
del gusto de Plant.
«Stairway to Heaven» (Page/Plant). 8:02. Qué decir de una de las
canciones más conocidas de la banda. Figura en todos los rankings posibles, en
el de mejor solo de guitarra de la historia, la partitura más vendida o entre
las canciones más aclamadas por la crítica de todos los tiempos. Todos los
parabienes para un tema que en realidad nunca salió como single. También, cómo
no, ha estado envuelta en polémicas, como la acusación de posible plagio o la
polémica sobre los supuestos mensajes “satánicos” que se escuchan si se pone el
disco “al revés”. Paparruchas aparte, esta enorme canción está repleta de
detalles y adornos que aparecen con una escucha atenta. Comienza con la voz de
Plant prácticamente desnuda, tan solo acompañada por la acústica y la flauta.
La canción va incorporando instrumentos y subiendo en intensidad, ¿se ha dicho
alguna vez que como si fuéramos subiendo por una escalera? Alberga el que es
tal vez el solo más mítico del gran Jimmy Page; su interpretación en este tema
es visceral, emotiva, repleta de figuras y cambios de ritmo, una locura que ha
inspirado a millones de amantes de la guitarra en todo el mundo. Impresionante
el trabajo de Bonham en la batería, que suena en algunos momentos con una
fuerza casi sobrenatural. Por su parte Plant logra una de sus interpretaciones
más acertadas, elegante, llena de matices, resolviendo de manera soberbia la
intensa subida de la canción tras el solo de Page y, sin apenas respiro,
volviendo a la calma en el instante final. Un auténtico clásico de la historia
del rock que merece una escucha atenta, aunque nos parezca que lo tenemos muy
sabido.
«Misty Mountain Hop» (Page/Plant/Jones). 4:40. Canción rock con
un machacón e hipnótico riff que combina la guitarra de Page y los teclados de
Jones. Potente batería del gran Bonham, para una canción con letra al parecer
inspirada en drogas y de nuevo en Tolkien.
«Going to California» (Page/Plant). 3:32. Una de las joyas de
este disco. Una canción folk delicada y preciosa, dicen que dedicada a Joni
Mitchell, de quien Page y Plant eran admiradores. La voz de Plant está
bellamente acompañada por la guitarra acústica de Page y la mandolina de John
Paul Jones. Solía interpretarse en acústico y sin percusión en los conciertos,
con los tres sentados en el escenario. Los Zeppelin solían encontrase divididos
entre su vida familiar y tranquila en Inglaterra y el desmadre americano. Sin
embargo, en esta canción California sugiere paz y sosiego de vertiente hippy “With
love in her eyes and flowers in her hair”. Absolutamente maravillosa.
«When the Levee Breaks» (Page/Plant/Jones/Bonham/Memphis Minnie). 7:10.
Un blues maravilloso, maravilloso, maravilloso para cerrar el disco. Es una de
mis canciones preferidas de Led Zeppelin de todos los tiempos. Mi admirado Matt
Johnson de The debe mucho a esta canción a su forma de introducir la armónica
en muchas de sus canciones de los 90. Se trata de una versión de una antigua
canción de los años 20. El tema fue grabado en diferentes tempos, con efectos
en la armónica. La historia habla de cómo se colocaron en diferentes niveles
los micros y la batería, consiguiendo un alucinante sonido y una de las más
recordadas interpretaciones del gran “Bonzo”.
Houses
of the Holy (1973)
Quinto álbum de la banda, primero con
título “al uso” y en el que se alejan del blues predominante en discos anteriores
para seguir con el hard rock y explorar otros estilos como el funk e incluso el
reggae. Durante su escucha sufrí un bajón porque inexplicablemente me costó
conectar con el disco. El cambio de registro en relación con sus cuatro
primeros trabajos me dejó un poco descolocada. Por suerte, todo se fue
colocando.
Mi repaso del disco tuvo lugar durante las
vacaciones de Semana Santa y me deparó una sorpresa desagradable. ¿Quién iba a
pensar que en pleno siglo XXI iba a tener problemas por reproducir una portada
de un disco de inicios de los 70? Pues así me sucedió al compartir el video de
mi preferidísima «Over the Hills and Far Away» en Facebook. La red de
Zuckerberg me inhabilitó de comentar y publicar durante varios días “por culpa”
de una portada que tanta lata dio a la banda. Diseñada por Hipgnosis, en lo que
fue su primer trabajo para Led Zeppelin, en ella aparece un extraño paisaje con
un niño y una niña desnudos, supongo que ahí es donde los puritanos y malpensados
ojos de Facebook vieron un problema. Se realizó en unas formaciones rocosas en
Irlanda del Norte y fue una auténtica pesadilla que costó varios días de
posados en medio del frío y la lluvia y un arduo trabajo de postproducción. Sus
protagonistas, los hermanos Stefan y Samantha Gates, entonces modelos
infantiles, resumen perfectamente el signo de estos pazguatos tiempos “hoy en
día no sería posible una portada así”. Que me lo digan a mí.
«The Song Remains the Same» (Page/Plant). 5:30. Canción que abre
el álbum y se pega a la memoria cosa mala. Originalmente fue un instrumental
compuesto por Page y llamado “The Overture”. Plant le añadió una letra sobre
las vivencias del grupo en sus viajes y giras. Para el tema Page grabó varias
pistas con una guitarra Rickenbacker de doce cuerdas y una Fender Telecaster.
Para el directo utilizaba su legendaria Gibson de doble mástil, que ha quedado
unida en la memoria de los fans a esta canción y a Stairway to heaven. Dio
nombre a la película de la banda que recoge actuaciones en directo, un clásico
del cine musical de los 70. “I
have a dream / Crazy dream”.
«The Rain Song» (Page/Plant). 7:40. Una de las pocas baladas de
amor de la banda. Se dice que la compusieron a raíz de que George Harrison les
dijera que no llevaban ninguna en su repertorio. Solían tocarla después de «The
Song Remains the Same», en el orden del disco, puesto que en ambas Jimmy Page
utiliza la guitarra de doble mástil. Cuenta con una bonita parte instrumental
intermedia que recrea una orquesta
«Over the Hills and Far Away» (Page/Plant).
4:53. Una de mis canciones preferidísimas de la banda. Comienza con una
maravillosa introducción de guitarra acústica, acompañada después por la voz de
Plant y posteriormente toda la banda en un ritmo cada vez más ascendente.
Parece que fue compuesta en la cabaña de Bron-Yr-Aur en Gales y tiene
referencias de El señor de los anillos.
«The Crunge» (Bonham/Jones/Page/Plant). 3:20. La que Fuera cara B
de «D'yer Mak'er» es una jam session de estudio. Se trata de un tema funk, uno
de los estilos que exploraron en este disco. Comienza con la batería de Bonham,
se incorpora el bajo de Jones, a continuación entra un riff de Page y
finalmente comienza a cantar Page, en un registro algo diferente del suyo
habitual. Destacan también los teclados. Termina abruptamente con una pregunta:
“Where's that confounded bridge?”
«Dancing Days» (Page/Plant). 3:44. Se dice
que está inspirada una melodía que Robert y Jimmy habían escuchado durante su
visita a Bombay. Salió como sencillo en EEUU y era tocada en directo bastante
tiempo antes de publicarse el disco. “I got my flower, I got my power”.
«D'yer Mak'er» (Page/Plant/Jones/Bonham). 4:24 La única canción
con aire reggae de Led Zeppelin. No muy apreciada por los críticos ni por algún
miembro de la banda, se le achaca que tiene una batería demasiado contundente
para el estilo de la canción. A mí es una canción que siempre me ha parecido
juguetona. Defender esta canción casi provocó que me mandaran padrinos para un
duelo.
«No Quarter» (Page/Plant/Jones). 7:04. Para mí una de las
mejores “canciones largas” de la banda. De emotiva intensidad,
la voz de Plant aparece ecualizada hasta casi “retorcerse” y hay un impecable
solo de John Paul Jones a los teclados. En los conciertos Jones alargaba la
canción, en ocasiones incluyendo fragmentos de música clásica. El título
vendría a significar “sin cuartel”, una derrota en la que los vencedores no
tienen clemencia y los vencidos no la piden. En 1994 dio nombre al álbum de
reunión de Page y Plant.
«The Ocean» (Page/Plant/Jones/Bonham). 4:3. Dedicada al océano de
fans que el grupo divisaba desde el escenario en los multitudinarios
conciertos. El final de la canción es un rock clásico y desmelenado, un trozo
de esos de quedarse a vivir en él. Gran cierre para un disco maravilloso. “It’s
so good”.
Physical
Graffiti (1975)
Sexto álbum de la banda, publicado en 1975.
Es el primero que salió en la discográfica creada por el grupo, Swan Song
Records.
Gran variedad de estilos musicales a lo
largo del disco, que van desde el hard rock (como «The Rover», una canción que
me chifla o «Houses of the Holy»), el rock orquestal con influencias orientales
(la impresionante «Kashmir»), rock progresivo («In the Light»), funk («Trampled
Under Foot»), rock and roll clásico («Boogie with Stu» y «Black Country Woman»),
blues rock («In My Time of Dying»), y un instrumental con guitarra acústica («Bron-Yr-Aur»),
entre otros. El disco, el referido de Plant, incluye siete descartes de varios
discos anteriores hasta completar un disco doble.
La portada, diseñada por Peter Corriston,
es una de las más conocidas de la banda y también de la historia del rock.
Aparece una foto de un edificio de ladrillo, simétrico y lleno de ventanas. El
diseñador estuvo buscando uno que se ajustara a su idea y finalmente dio con él
en Nueva York. Concretamente el 97 de St. Mark's Place, una hermosa
construcción que podéis observar cómodamente en Google Maps o en vivo si
visitáis la ciudad, ya que se ha convertido en una parada preferida para los
amantes del rock. Las ventanas aparecen troqueladas y al introducir la funda
interior del disco aparecen las letras que forman el nombre del álbum. La foto
delantera se tomó de día y la de la cubierta trasera se realizó por la noche.
«The Rover» (Page/Plant) (5:40). Una canción
de rock clásico, sucia y pegadiza, un estilo en el que los Zep se manejaban más
que bien. Un himno a la unidad y la amistad que es habitualmente subestimado
pero que a mí me rompe la cabeza. Los cantantes heavies le deben mucho a la
potente interpretación de Plant de esta canción.
«In My Time of Dying» (Page/Plant/Jones/Bonham). (11:07) De nuevo
un blues desmelenado, inspirado en una canción gospel a la que Plant cambió la
letra, que trata de una imploración en el momento de la muerte. Poco después de
la publicación del disco tuvo lugar el terrible accidente de coche que afectó
de gravedad a Plant y su familia en Grecia en agosto de ese año 1975. No puede
dejar de dar escalofríos pensarlo. Por lo demás la canción es musicalmente
impecable, con algunos de los mejores sonidos de guitarra slide tocados por Jimmy Page. Leo que
es una de las pocas canciones en las que Page usó su guitarra Danelectro negra;
se le puede ver tocándola en el video del concierto del Earls Court en mayo de
1975. Finaliza con toses y una breve conversación.
«Houses of the Holy» (Page/Plant). (4:05). Compuesta para su
anterior disco, del mismo nombre, se descartó entonces porque entendieron que
no encajaba con las demás canciones. Una canción rock que nunca fue
interpretada en directo.
«Trampled Underfoot» (Page/Plant/Jones). (5:37). Pegadiza canción
funk que trata sobre sucumbir al deseo sexual. Convertida en un tema fijo en
los directos a partir de 1975, la canción se alargaba y se alargaba en las
actuaciones. Destaca el trabajo de Jones en los teclados, con un inicio
inspirado en el “Superstition” de Stevie Wonder y la técnica usada por Page en
la guitarra.
«Kashmir» (Page/Plant/Bonham). (8:30). Otra
de mis canciones “largas” preferidísimas de Led Zeppelin. De aires orientales,
es en sí misma un grandioso templo. La versión de Plant y Page en el No Quarter
grabada con músicos egipcios y marroquíes es una auténtica joya rebosante de
belleza y sensibilidad.
«In the Light» (Page/Plant/Jones). (8:51). Se trata de una
canción de rock progresivo, con destacada presencia de los teclados. Parte de
una composición de John Paul Jones y está basada en una canción de los primeros
años que se llamaba “In the morning”. Destacan en el tramo final de la canción
los efectos de guitarra ascendente, ejecutados por Page con su habitual
brillantez.
«Down by the Seaside» (Page/Plant). (5:14). Un tema melancólico
con “temblorosa” ejecución de la guitarra. El aire bucólico de la canción varía
hacia una pieza central más rockera retomando de nuevo la melodía original.
Canción extraída de las sesiones del Led Zeppelin III.
«Ten Years Gone» (Page/Plant). (6:56). Una historia inspirada en
la primera novia de Robert, de quien estaba muy enamorado pero que le pidió que
eligiera entre ella y la música, qué mala idea. Una canción, maravillosa, que iba
a ser instrumental. Se dice que el riff, magnifico, está sacado de una de las
canciones perdidas de Jimmy llamada «Swang Song», nombre que se daría al sello
discográfico de Led Zeppelin. Preciosa.
«The Wanton Song» (Page/Plant). (4:10). La canción trata sobre una relación
con una mujer misteriosa que acaba convirtiéndose en una pesadilla. Page creó
para la canción uno de sus poderosos riffs de guitarra, con diferentes efectos
y ecos.
«Sick Again» (Page/Plant).
(4:44). Una canción que tiene que ver con las groupies adolescentes que les
perseguían en las giras. Entre el 75 y el 77 la incluían en los directos, con
Page tocando la guitarra de doble mástil. “One day soon you're gonna reach sixteen. Painted lady in the city of lies” dice la letra. Brillante cierre para un disco enorme.
Presence (1976)
Séptimo álbum de la banda, realizado tras
el accidente de tráfico de la familia de Plant en Grecia, que les causó
gravísimas lesiones. Se grabó a toda prisa, tan solo en tres semanas, en unos
estudios de Munich, con Robert aún en silla de ruedas. Los Rolling Stones tenían
en estudio reservado y se encajó a los Zeppelin para que pudieran grabar.
Supuso una vuelta a la sencillez, tras los complejos arreglos de los dos discos
anteriores. Fue un disco que tuvo buenas ventas, aunque no estuvo muy bien
tratado por la crítica. A mí particularmente me encanta y considero que
contiene dos de los mejores temas de la banda, «Achilles Last Stand» y «Nobody's
Fault But Mine».
La gira por EEUU de este disco supuso el
principio del fin de la banda, en un momento en que estaba naciendo el punk y
grupos como los Zeppelin eran considerados unos dinosaurios y eran insultados
por algunas de las nuevas bandas emergentes. En el libro “El martillo de los
dioses” se afirma que “el inicio del fin de su reinado se inicia en 1976.
Empezaban a perder su legendaria buena suerte y su poder”. Efectivamente a
partir de este momento se sucedieron una serie de sucesos, accidentes, muertes,
agravamiento de adicciones, graves peleas y disturbios. La gira de Presence fue
sombría y les produjo malas vibraciones desde el inicio. Jimmy, enganchado a la
droga “parecía vivir en un mundo de fantasía de heroína y tranquilizantes”, lo
que le hacía sentirse indispuesto, llegando incluso a suspender algunas
actuaciones. Peleas, palizas en el backstage, denuncia por salvaje agresión,
drogas y absoluto descontrol, su carrera se les iba de las manos. Para
complicarlo todo aún más, en medio de la gira llegó la terrible noticia de la
muerte del pequeño hijo de Plant.
Después de aquello nada volvió a ser lo
mismo. El grupo al completo nunca volvió a tocar en América. Surgieron rumores
de ruptura y comentarios de muy mal gusto sobre que la afición de Page por el
ocultismo había atraído las desgracias al grupo.
En mi escucha de la discografía de Zeppelin
este disco ha sido la puerta para retomar el repaso con ganas renovadas tras el
bajón que supuso la inhabilitación en Facebook por la portada del Houses of the
Holy. Me atasqué con ese disco y no supe prestar la atención que merecía al
Physicall Graffitti. Tras disfrutar del Presence regresé a los dos discos
anteriores y todo volvió a funcionar.
La portada y el libreto, creadas por
Hipgnosis, muestran imágenes de personas interactuando con una especie de
obelisco negro. Dentro del libreto, al artefacto se le conoce simplemente como
El Objeto. El título, que se encuentra en la carátula frontal del álbum, está
en relieve, al igual que el logo de su discográfica Swan Song, que está en la
carátula trasera del mismo.
«Achilles Last Stand» (Page/Plant). 10:24. Otra de mis preferidas
entre las “canciones largas” de la banda, está considerado por Page como su
mejor tema. Supone un “furioso y agitado diario de viaje de Led Zeppelin”, en
palabras del biógrafo de la banda. Basada en el mito de Aquiles, supone ese
“último esfuerzo de Aquiles en aferrarse a la vida” y está también inspirada en
el terrible accidente de coche que sufrieron Robert y su familia. Una canción
épica y absolutamente maravillosa, con un trabajo sobresaliente de toda la
banda.
«For Your Life» (Page/Plant). 6:25. Un medio tiempo que se dice
que habla sobre la cocaína y la muerte. A esas alturas las adicciones ya eran
un gran problema para varios miembros de la troupe Zeppelin.
«Nobody's Fault But
Mine» (Page/Plant). 6:30. Letra de redención y
arrepentimiento sobre una de esos inolvidables trabajos de guitarra de Page. Al
inicio, un “diálogo” entre la voz de Plant y la guitarra de
Page. Un gran solo de armónica reforzado por la batería de Bonham. Considerado
como un “exorcismo”,
sin duda es una de mis canciones
preferidas de la banda.
«Candy Store Rock» (Page/Plant). 4:12. Un rock con influencias
blues, con un sobresaliente trabajo de Page a la guitarra.
«Tea For One» (Page/Plant)
9:27 Blues de intensidad, al estilo los primeros álbumes. Canción triste
sobre la soledad y la depresión de la vida en la carretera. La otra cara de una
banda de éxito.
The
Song Remains the Same (1976)
Álbum publicado en octubre de 1976,
recoge la banda sonora de la película del mismo título protagonizada por Led
Zeppelin. Se trata de un film muy preferido por los adolescentes de medio mundo
que la disfrutaron en sesiones continuas de cines que programaban películas
musicales, como el Covadonga en Madrid, del que algún día espero escribir algo.
La grabación del álbum y la película se
realizó en los conciertos del 27, 28 y 29 de julio de 1973 en el Madison Square
Garden de Nueva York. Tanto el disco como el film fueron remasterizados en 2007.
Como precisión, la película incluye «Black Dog» pero descartó «Celebration Day», al contrario de lo que sucede en
el álbum. Además, la película también contiene «Since I've Been Loving You», la
introducción de «Heartbreaker», y un tema instrumental con zanfona (hurdy
gurdy, un maravilloso instrumento medieval aún usado en la actualidad en la
música folk) llamado «Autumn Lake».
El disco es una buena muestra de Led
Zeppelin en vivo, una apisonadora sonora, sexual, salvaje, con una ejecución
violenta por parte de los que fueron amos de la industria musical en aquellos
años. Se colocaron por encima del bien y del mal y optaron por no respetar
ninguna norma establecida, dinamitando también las reglas económicas gracias a
su ladino manager. Canciones alargadísimas, solos kilométricos y furia interpretativa
conforman uno de los discos en directo más absolutos de la historia del rock. En
el disco escuchamos fastuosos solos de guitarra, la voz de Plant ardiendo como
la lava, Bonzo maltratando seriamente la batería, el bajo de Jonesy sosteniendo
todo aquel complejo entramado sonoro y, como un quinto integrante, un público
absolutamente enloquecido. Aparecen
canciones míticas como «Rock and Roll», «Black Dog», «Since I've Been Loving
You», «No Quarter», «The Song Remains the Same» (me encanta esta versión), una
impresionante «Dazed and Confused», «Stairway to Heaven» o «Whole Lotta Love».
Aunque este repaso es sólo para los discos,
el visionado de la película nos permite hacernos una idea muy aproximada de
cómo era estar en un concierto de los Zep y comprobar cómo se comía el
escenario Jimmy Page, desplegando magnetismo y electricidad. Sin meneos
gratuitos ni poses ni gestos, resultando brutalmente sexual pero a la vez lleno
de finura y elegancia. Tener semejante estilazo enfundado en aquellos trajes setenteros repletos
de bordados, lentejuelas y flecos demuestra lo jefe que era Page en esa época.
In Through the Out Door (1979)
Octavo y último disco de estudio de Led
Zeppelin. Se trata de un álbum grabado en Estocolmo en diciembre de 1978, en el
que, a causa de numerosos bajones personales, Page abandonó la dirección
musical del disco dejando el liderazgo en manos de John Paul Jones, un
magnífico músico por otra parte, posiblemente el “tapado” del grupo. Por su
parte, las letras de Robert reflejan su montaña rusa emocional. Otro de los
problemas a los que se enfrentaron durante la grabación fue el agravamiento del
alcoholismo de Bonzo.
Es probablemente su álbum más sofisticado y
el más alejado del sonido Zeppelin, grabado en pleno apogeo del punk y la new
wave, cuando a Led Zeppelin y a otras bandas de su época se les calificaba de
dinosaurios. El espíritu de la grabación fue “frío y aburrido”. Se le ha
calificado de disco “comedido, oscuro y ominoso”. Para la portada, obra de
Hipgnosis, Page mandó recrear un bar de Nueva Orleans, el “Absenta”, donde se
dice que su admirado Aleister Crowley escribió un poema mientras esperaba a una
chica, momento que se recrea en una fotografía. Según parece cuando el grupo se
encontraba tocando en Nueva Orleans, una ciudad a la que siempre estuvieron muy
apegados, solían acudir a ese bar.
Un disco que no fue muy bien considerado en
su época, pero que bien merece ser escuchado y disfrutado ya, por fin, sin
complejos.
«In the Evening»
(Jimmy Page, John Paul Jones, Robert Plant). 6:52. Intensa canción cuyo
origen se remonta a un proyecto fallido de Page, la banda sonora de la película
“Lucifer Rising” de Kenneth Anger. De inicio inquietante, destacan las
guitarras dobladas y la fuerza de la interpretación de Plant con sus gritos de
“I’ve got pain”. Combina el sintetizador de Jones con un repetitivo riff de
guitarra de Page, quien vuelve a usar en esta canción el arco de cello para
crear el efecto de zumbido.
«South Bound
Saurez» (Jones, Plant). 4:15. Pieza que comienza con un machacón sonido
de piano o pianola. Page no participó en la composición de este tema y se
cuenta que en la grabación hay varios errores suyos en la guitarra pero que
decidieron dejarlos. Parece que lo de “Saurez” puede ser un error tipográfico,
hay diferentes teorías al respecto.
«Carouselambra» (Page, Jones, Plant). 10:35. La última “canción
larga” grabada por Led Zeppelin. Un carrusel de teclados, no en vano se trata
del disco de Jones. Está dividida en tres secciones, una primera parte dominada
por rápidos teclados, una segunda más lenta con guitarra blues y una tercera en
la que vuelven los teclados. Esta canción fue la única en la que Page usó en
estudio su famosa guitarra de doble mástil. Me resulta una canción complicada pero
me gana en cada nueva escucha porque madurar es cogerle el punto a los teclados
de Carouselambra, una canción única y completamente diferente a todo lo que
hizo Led Zeppelin. Gran trabajo vocal de Plant cuya voz “dialoga” en esta
ocasión con los teclados.
«All My Love»
(Jones, Plant). 5:54. Una de las canciones más bonitas del disco. Se
trata de un homenaje de Robert a su pequeño hijo Karac, fallecido con cinco
años por una infección estomacal. La sentida y a la vez contenida
interpretación de Plant se realizó en una sola toma. En la canción destaca el
solo de sintetizador de Jones. Se dice que Jeff Porcaro de Toto ayudó a Bonham
a encontrar el sonido de la batería, ya que Bonzo quería que se balanceara
acompañando a la interpretación de Robert. Canción sobre duelo y reencarnación,
es una concesión a la esperanza en un tiempo sumamente complicado y deprimente
para la banda.
«I'm Gonna Crawl»
(Page, Jones, Plant). 5:30. Bonita balada blues, con solo de Page y
dulce acompañamiento del sintetizador de Jones. Una de esas canciones que hacen
volar para cerrar un disco que merece ser escuchado.
Coda (1982)
Publicado en 1982 se trata del noveno disco de Led Zeppelin. La muerte de
John Bonham en septiembre de 1980 provocó la disolución de una banda que ya
entonces se encontraba destrozada. Obligados por contrato a sacar un nuevo
disco para no traicionar la memoria de su compañero idearon este disco que
recoge rarezas y canciones descartadas de otros álbumes. En un tiempo en que
mandaban otros estilos, el disco en realidad fue un “apaño” y supuso un adiós bastante agridulce. Debo reconocer que me lo esperaba
peor, me ha gustado, aunque no sea el disco ideal para despedir a una banda de
tal calibre. Hicieron lo que pudieron para cerrar su historia en un momento
sumamente doloroso y complicado.
La palabra CODA, que significa un pasaje en el que termina una pieza
musical, fue elegida como título a modo de epílogo. La portada del disco fue de
nuevo obra de Hipgnosis, su quinto trabajo con la banda y según parece la
última portada que diseñaron. Las cuatro letras van en tipografía Neón, diseñada
por Bernard Allum en 1978.
«We're Gonna Groove» (Bethea, King). 2:38. Iba a ser incluida
en Led Zeppelin II. La canción publicada en el disco está compuesta de
diferentes retazos, en realidad parte de un concierto grabado en 1970 y con
guitarras sobrepuestas.
«Walter's Walk» (Page, Plant). 4:31 Descarte de las sesiones de
Houses of the Holy. Una potente canción rock en la línea de las que solía hacer
la banda. Poderosa batería de Bonzo, guitarra pegajosa y gran interpretación de
Plant.
«Ozone Baby» (Page, Plant). 3:36. Descarte
del último trabajo en estudio, “In Through the Out Door”, un rock muy del
estilo Zeppelin que no acabo de entender por qué no se incluyó en el mencionado
disco, tal vez porque se alejaba un poco del estilo de los otros temas. A mí
particularmente me gusta mucho, con pegadizo estribillo “Oh, it's my love, Oh,
it's my own true love” y solo de guitarra marca Jimmy Page, de cierta
influencia oriental en los acordes finales.
«Bonzo's Montreux»
(Bonham). 4:18. Una exuberante pieza de batería de “Bonzo”, grabada en 1976, probablemente incluida como homenaje a su compañero
desaparecido.
«Wearing and Tearing» (Page, Plant). 5:32 Grabada en Estocolmo
durante las sesiones del álbum “In Through the Out Door” de 1978.
**FIN
Lo que empezaba en abril ha llegado a su
final. Dos meses después, abrumada por lo escuchado, el balance es magnífico.
Mucha música majestuosa, una biografía de lo más entretenida, una tolerancia a
los teclados que me tiene alucinada y un relato del que me siento satisfecha. Con
esta aventura de alguna manera pretendía repetir lo acontecido durante el
repaso por la discografía de Ramones. Sin embargo, no han podido ser más
diferentes, este viaje ha ido por donde le ha dado la gana. Me alegro.
1 comentarios:
Conx me ha gustado mucho toda la historia, Conocia muchas cosa de Led Zeppelin siempre he sido un seguidor. Siempre he pensado que hacer un repaso exaustivo de de la música de un grupo, si disfurtas, es una experiencia inolvidable. Gracias por escribirlo y por escribirlo tan bién.
Publicar un comentario