Un paseo musical en el tiempo. UFO Club, el mítico local donde Pink Floyd empezó su carrera

6:12 p. m. Conx Moya 0 Comments


La escritura del relato “Londres, 90 Wardour Street”, en el que una pareja del SXXI se pasea por diferentes escenarios del Swinging London en lo que parece ser un viaje musical en el tiempo, me ha servido para bucear en diferentes lugares de lo más interesantes.
Cuando buscaba ubicación para una fiesta psicodélica en la que estaba a punto de empezar (o no) una orgía, muy oportunamente me descubrieron el UFO Club (según parece iniciales tanto de Unidentified Flying Object como de Underground Freak Out [desmadre underground]), un famoso y efímero local, que se abrió en Londres a finales de 1966. Durante su corta vida se programaron espectáculos psicodélicos de luces, lecturas de poesía, danza, películas de vanguardia, conciertos de rock o exposiciones de arte. Sus bandas “residentes” fueron nada menos que Pink Floyd y Soft Machine.
A mediados de los sesenta algo (mucho) estaba cambiando en la mentalidad de la juventud inglesa, que disponían de dinero para gastar y buscaban nuevas formas de divertirse y de experimentar. En Londres se abrían decenas de locales, salas de música en vivo, clubs nocturnos, cafés (se pusieron de moda establecimientos que contaban con cafeteras espresso llegadas de Italia), lugares por donde se paseaban personajes de la contracultura, beatnicks, bailarines, estrellas del pop o gente de la farándula. Se pusieron de moda locales como Bag'O'Nails, Flamingo, Ad Lib (el lugar donde recalaron George Harrison Y John Lennon en pleno subidón de LSD que les había deslizado su dentista en el café), The Scotch Saint James, The Speakeasey, Sibylla's… y por supuesto el UFO Club al que dedico esta entrada.
Situado en el sótano del número 31 de Tottenham Court Road, el UFO Club había albergado anteriormente un salón de baile irlandés llamado “Blarney Club”, situado bajo el cine Berkeley. Fue fundado Joe Boyd y John “Hoppy” Hopkins.
“La gente iba por el ambiente. Era oscuro. Bajabas las escaleras… y, prácticamente te encontrabas en una bodega alargada. Había un escenario muy limitado, con altavoces pequeños, probablemente del modelo AC30, y la torre con los focos era como una pequeña plataforma”. Según puntualiza Nick Mason, batería de Pink Floyd, “La torre de iluminación estaba montada en algo parecido a un andamio de pintor o decorador”. June Child, secretaria de la oficina de Pink Floyd en aquella época y años después esposa de Marc Bolan.
Boyd contaba que “Hoopy” y él decidieron abrir aquel local porque estaban necesitados de dinero. La noche de su inauguración hicieron una buena entrada aunque no consiguieran llenarlo. Por entonces la psicodelia aún no había tomado las calles, pero en apenas seis meses todo cambió. Según Boyd, tras el éxito masivo del Sgt. Pepper la psicodelia “se convirtió en una moda comercial” en lugar de un movimiento verdaderamente subversivo.
"La noche de la inauguración, el 23 de diciembre de 1966, se anunció en el cartel de Michael English como "Night Tripper", con las palabras superpuestas en una letra delgada, como de patas de araña, sobre una fotografía de Karen, la hermosa prometida de Pete Townshend. Una semana más tarde, el club pasó a llamarse UFO". Nicholas Schaffner, "La odisea de Pink Floyd".
Como curiosidad, la programación durante la primera semana de vida del UFO Club incluyó películas de Andy Warhol y Kenneth Anger, además de actuaciones de Soft Machine y Pink Floyd. Enseguida aquello fue a más. Durante el tiempo que permaneció abierto se pudo visitar una muestra del arte vanguardista de Yoko Ono; ofrecieron comida macrobiótica, como “croquetas de arroz integral, hojas de vid rellenas y falafel”, suministrada por las primeras tiendas vegetarianas de la ciudad, y contaron con exhibiciones de tambores africanos. En su corta vida, la sala ofreció conciertos de artistas como Jimi Hendrix, Crazy World of Arthur Brown, Procol Harum, o Fairport Convention, entre otros.
"Pasamos películas con Marilyn Monroe, filmes de Kenneth Anger, "recortes" de William Burroughs, cosas que en aquella época se consideraban muy interesantes y experimentales. La gente podía tomar zumos de frutas y bocadillos, pero nada de alcohol, lo que suena extraordinario. También había un cuarto especial donde Caroline Coon calmaba a las personas que tenían malos viajes. Había pequeños head shops (donde se vendía parafernalia relacionada con drogas como papel de fumar o pipas) y Granny Takes a Trip había montado un puesto donde uno podía encargar un traje psicodélico. También había un puesto de prensa underground que repartía material gratis. Daba la impresión de que los Floyd se pasaban todo el tiempo tocando allí, y que el club existía desde hacía varios años, aunque en realidad no duró tanto". Barry Miles, cofundador de la revista International Times.
Mención aparte merecen los espectáculos de luces psicodélicas, ineludiblemente unidos al UFO Club. Como explica el escritor y músico Jon Newey, “Las luces se proyectaban sobre ellos y aquello aportaba mística. Podrías distinguir imágenes vagas en el escenario que intensificaban la experiencia. Eras consciente de los cuerpos que se movían en la oscuridad, pero nunca estabas seguro de si estaban allí”. Se proyectaban imágenes artísticas sobre humo y se usaban proyectores con bandejas transparentes llenas de líquidos y fluidos como agua, tinta, cerveza o incluso mocos o semen. No quiero olvidar los posters e iconografía que acompañaron las programaciones de la sala, repletos de colores, letras y dibujos psicodélicos en la mejor tradición de la cartelería tan de moda en aquellos años.
El nombre del UFO Club está unido irremediablemente a Pink Floyd. Por entonces la banda estaba empezando y eran liderados por Syd Barret, de quien Joe Boyd recuerda sus “brillantes ojos negros y su aguda inteligencia”. Los días del UFO Club fueron previos a la grabación de su primer disco, “The Piper at the Gates of Dawn”, que se lanzaría en agosto de 1967. Pink Floyd comenzaba a ser uno de los mayores exponentes del movimiento underground y, coincidiendo con sus primeros conciertos en la sala, fueron invitados a participar en la banda sonora de la película del recientemente desaparecido Peter Whitehead, “Tonite Let's All Make Love in London”. Se trata de un documental “arty” donde, además de Pink Floyd, aparecen los Rolling Stones, con imágenes de los disturbios que llevaron a interrumpir su actuación en el Royal Albert Hall en 1966. También participan Julie Christie y Michael Caine, actores muy relacionados con el Swinging London. A Pink Floyd les filmaron tocando dos temas, «Interstellar Overdrive» y «Nick's Boogie», aunque el director sólo aprovechó breves fragmentos de la actuación. 
“Lo mejor era el viernes por la noche, cuando podías vestirte como una vieja estrella de cine, tomar ácido, ir al UFO, ver a toda la gente de la misma onda, tomar algodón de azúcar y correr por allí hasta que apareciesen los Floyd. Eran el primer sonido auténtico de la conciencia del ácido. Me estiraba en el suelo y ellos salían al escenario como gárgolas sobrenaturales tocando su música espacial , y los mismos colores que estallaban encima de ellos también lo hacían sobre nosotros. Era como si se hubieran apoderado de nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestra alma”. Jenny Fabian, escritora, autora de “Groupie”, una novela muy famosa en aquellos días. 
La presencia de Pink Floyd en el UFO Club fue breve. El enorme éxito que comenzaron a cosechar les llevó a actuar en salas cada vez mayores y con mayor caché. Aunque Boyd les recordó la importancia que había tenido el UFO Club para darles a conocer, sólo pudo conseguir tres actuaciones más de Pink Floyd. Él se encargó además de producir el single de debut de Pink Floyd, «Arnold Layne», que no apareció en su primer álbum pero está considerado como uno de los mejores trabajos de la época de Barret. De Joe Boyd (Boston, 1942) se ha dicho que “revolucionó la escena musical de los años sesenta” a su llegada a Inglaterra. “Promotor, cazatalentos, productor, ejecutivo discográfico”, antes de trabajar con Pink Floyd llevó la gira de Muddy Waters por Gran Bretaña en 1964 y era el director de escena del Festival de Newport cuando Bob Dylan sacó su guitarra eléctrica; trabajó con la gran Sandy Denny y Fairport Convention; trabajó con el malogrado Nick Drake… Boyd publicó unas interesantes memorias musicales bajo el título de “Blancas bicicletas: Creando música en los 60”,
Adam Ritchie, que hizo una sesión de fotos durante un concierto de Pink Floyd en el UFO Club para un extenso reportaje en una revista, recuerda que en el UFO Waters se mostraba agradable con los fotógrafos, siempre situado en la parte delantera del escenario. Por su parte, Barret se escondía tras el micrófono, por lo que era complicado fotografiarle. El fotógrafo recuerda que evitaba usar el flash porque habrían desaparecido en las fotos las imágenes psicodélicas que se proyectaban sobre el escenario. 
“Los Pink Floyd son la orquesta residente del underground. Su música suena más a Thelonious Monk que a los Rolling Stones. Las diapositivas proyectadas bañan a los músicos y al público con formas hipnóticas y delirantes de luces de colores líquidos. Laberintos, galaxias y células palpitantes giran alrededor del grupo con un desenfreno acelerado mientras la música va sonando”. De un artículo de la Revista Town.
Me detengo ahora en la figura del otro fundador del UFO Club, John “Hoppy" Hopkins, destacada figura de la contracultura del Londres de la década de los sesenta y al que incluí como personaje en mi relato. Fotógrafo, periodista, y combativo activista político, “Hoppy” murió en 2015 a los 77 años. Fue promotor de diferentes iniciativas, además del UFO Club, tales como la London Free School en Notting Hill o el periódico alternativo International Times.
Además, fue un destacado fotógrafo. Suyos son conocidos retratos de icónicos personajes del Swinging London, como The Beatles, Rolling Stones, Marianne Faithfull o Nico, activistas como Malcom X o personajes de la contracultura como Allen Ginsberg. “Hoopy” también fotografiaba en un sugerente blanco y negro estampas del Londres más oculto de la época, retratando salones de tatuaje, cafés, prostitutas o pandilleros.
En 1967 “Hoopy” pasó seis meses en la cárcel tras ser detenido por posesión de cannabis, lo que generó un movimiento de apoyo conocido como “Free Hoopy”. Coincidiendo con su encarcelamiento Stephen Abrams, activista en defensa del cannabis, coordinó una campaña solicitando la reforma de la ley; una de las acciones más recordadas fue el anuncio de página completa que apareció en The Times el 24 de julio de 1967, financiado al parecer por Paul McCartney. Hombre inquieto e incansable, “Hoopy” realizó investigaciones para la UNESCO o el Consejo de las Artes de Gran Bretaña, entre otros. En los ochenta se centró en el mundo del video. Siguió trabajando también en el ámbito de la fotografía y realizó varias exposiciones con sus aclamados retratos de los años 60.
El UFO Club se ubicó originariamente en Tottenham Court Road, una calle de algo más de un kilómetro, situada en el centro de Londres. Eminentemente comercial, desde mediados del siglo XX fue conocida por la concentración de tiendas de aparatos electrónicos, algo así como la madrileña calle Barquillo durante los setenta y los ochenta. En la zona hay un pequeño parque, el Whitfield Gardens, y en uno de los edificios que lo rodean se pintó en 1980 el “Fitzrovia Mural”, con diferentes personajes trabajando y divirtiéndose, realizado con un estilo que recuerda a Diego Rivera. Desde hace unos años hay una iniciativa para restaurar el mural, muy deteriorado por el clima y los graffitti y considerado un símbolo de la zona. Tottenham Court Road se menciona en algunas canciones como «Denmark Street» de The Kinks o «Transmetropolitan» de The Pogues.
Como curiosidad, la banda UFO, fundada en 1968 en Londres debe su nombre al local. Originariamente su nombre era Hocus Pocus pero ese mismo año durante una presentación en nuestro UFO Club fueron descubiertos por el propietario de una discográfica, que les ofreció un contrato. Tras firmar con el sello, la banda cambió su nombre como homenaje al local que les había dado suerte.
El UFO Club tuvo que abandonar el local de Tottenham Court Road tras publicarse un artículo desfavorable en el News of the World a finales de julio de 1967. Al parecer el periódico había tenido mucho que ver en el encarcelamiento de Mick Jagger y Keith Richards por posesión de drogas tras la redada que se hizo durante una fiesta en casa de Richards febrero de 1967. El News of the World tenía importantes contactos en las altas esferas y dio el chivatazo como venganza a una demanda presentada por el cantante de los Rolling Stones contra el tabloide. Por aquellos días el propio Hoppy Hopkins estaba en la cárcel, condenado a nueve meses por posesión de marihuana. Todo aquello desencadenó una protesta de la gente del UFO frente a la sede del periódico.
"El News of the World respondió a esas provocaciones con una serie de artículos que eran ataques directos contra el UFO, un club que, desde el punto de vista de aquel reaccionario periódico amarillo, habría sido un blanco irresistible en cualquier caso. Entre los "peligros ocultos" que a partir de ese momento fueron sacados a la luz para millones de estremecidos lectores se incluían una "música frenética", "motivos florales", "caras de inconsciencia", "extraños atuendos" y "hombres que bailan con hombres, chicas que bailan con chicas". Nicholas Schaffner, "La odisea de Pink Floyd".
Ante el panorama que se les venía encima, con el club en el punto de mira de la policía tras los artículos del tabloide. Joe Boy rescindió el contrato de alquiler del local de Tottenham Court Road y decidieron continuar en Roundhouse, donde ya habían realizado algunas fiestas. Lo inauguraron pocos días más tarde, el 4 de agosto de 1967, con un concierto de Eric Burdon & The New Animals y Family. Apenas duraron un mes, el 29 de septiembre de ese año se programaba el último concierto del UFO Club a cargo de, entre otros, Jeff Beck y Ten Years After.
Finalmente, en octubre de 1967 el UFO Club cerraba. A los tumultos que provocaban los conciertos de nombres como Pink Floyd, Hendrix o Jeff Beck y que no podían ser asumidos por un local tan pequeño, les sucedían noches en la que apenas entraba público, lo que hacía que el club perdiera dinero. Los problemas económicos se unieron al temperamento de inquieto de sus fundadores, que andaban metidos en mil cosas a la vez. Ni un año duró abierto el mítico UFO Club.

Foto: "Hoopy" Hopkins, 1963
Mi relato Londres, 90 Wardour Street

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