“Manual para mujeres de la limpieza”, el merecido e imparable éxito de Lucia Berlin. Gabinete de lectura con Laura Freixas

6:27 p. m. Conx Moya 0 Comments



Reconozco que no tenía mucha curiosidad por “Manual para mujeres de la limpieza” de Lucia Berlin, un libro puesto en mi camino por el club de lectura de La Central en el que participo desde hace tiempo. A finales de verano conocimos que era una de las lecturas para esta edición pero yo estuve demorando su comienzo. El hecho de que nos recomendaran dejar para el final el prólogo y el epílogo me llevó además a no buscar información en la red sobre la autora. Al acercarse el momento de la sesión me decidí por fin a empezarlo, iniciando un enamoramiento con una escritora fuera de serie, tremendamente personal y con unas circunstancias vitales muy peculiares que la convierten a su vez en todo un personaje. Una vez leído y disfrutado el volumen con sus relatos publicado en España por Alfaguara, puedo decir que por esta vez el “fenómeno Berlin” no es un boom inflado de aire. Lucia Berlin es una escritora magnífica y sus relatos son un ejemplo para todos los que intentamos escribir. Es fácil caer rendida ante esta narradora lúcida pero optimista, que cuenta las situaciones más tristes y tremendas con fino humor, comprensión y compasión.
Para nuestra sesión del Gabinete de lectura contamos con la presencia de Laura Freixas, escritora, articulista y editora nacida en Barcelona, que nos aportó cantidad de datos interesantes sobre la autora y su “Manual para mujeres de la limpieza”, que Laura define en su web como “un libro maravilloso, un descubrimiento, una joya”, algo con lo que estoy totalmente de acuerdo, al igual que todos los lectores del libro con los que he hablado.
Freixas comenzó encuadrando a Lucia Berlin “en la generación de narradoras y poetas anglosajonas nacidas en torno a la década de los 30” del pasado siglo, la primera generación de mujeres “modernas”, ya fuera de la época victoriana y que inauguraron una nueva condición cultural. Según Freixas, estudiosa de la literatura femenina, esta generación de mujeres se vio envuelta en una contradicción. “Por un lado se encontraban inmersas en una sociedad individualista, competitiva, donde todo el mundo buscaba su proyecto personal, por otro se sumergieron en el mundo de la maternidad y la familia, con valores contrarios a los individuales predominantes”. La autora de “El silencio de las madres” destacó que todas ellas tuvieron que lidiar, con mayor o menor drama, con la contradicción entre ser madres y ocuparse de su propio proyecto profesional y vital. Algunas lo vivieron de una forma incluso trágica.
Entre las escritoras de esta generación nuestra invitada destacó nombres como Silvia Plath, Doris Lessing, Penelope Mortimer, Marilyn French (“Sólo para mujeres”), Sue Kaufman (“Diario de un ama de casa desquiciada”) o Edna O’Brien (autora de la trilogía “Las chicas del campo”, “La chica de ojos verdes” y “Chicas felizmente casadas”). Todas ellas fueron escritoras y mujeres que experimentaron una alegría y una sensación de libertad nueva, disfrutaron de la libertad sexual, de la universidad, del trabajo fuera de casa, pero al mismo tiempo tuvieron que pagar un alto precio por ello. Los escritos de Lucia Berlin rebosan humanidad, alegría de vivir, conciencia y lucidez sobre la muerte, compasión. Nunca cae en el dramatismo, todo lo contrario, un finísimo sentido del humor y el “carpe diem” empapan su literatura.
La vida de la autora de “Manual para mujeres de la limpieza” fue tremendamente agitada. Sus peripecias vitales marcaron a fuego su obra, los personajes de sus cuentos beben de ella misma y de la gente que la rodeó: su abuelo, su madre, su hermana, familiares, amores, sus maridos, sus hijos, sus jefes y compañeros de trabajo. La escritora nació en Alaska, aunque de niña vivió en lugares como Idaho o Kentucky, debido al trabajo de su padre, ingeniero de minas. La guerra la llevó a vivir con sus abuelos junto a su madre y su hermana, dos mujeres fundamentales en su producción. Lucia vivió desde niña los problemas de alcoholismo de su abuelo, de su madre y de su tío, uno de sus familiares más queridos. Tras el regreso de su padre la familia marchó a Chile, donde la autora vivió como una señorita de clase alta. Regresó después a Estados Unidos, donde vivió en diferentes estados y también pasó largas temporadas en México. Se casó tres veces, tuvo cuatro hijos, antes de los cuarenta se había divorciado de su tercer marido y ya nunca volvió a casarse. Sus maridos fueron artistas, un escultor y dos músicos de jazz, uno de ellos heroinómano. Tras su tercer divorcio tuvo que realizar todo tipo de trabajos para sacar a sus hijos adelante, lidiando con su alcoholismo, del que pudo escapar finalmente, con una grave enfermedad de espalda y en sus últimos años con un delicado problema respiratorio.
En cuanto al contexto social y cultural, como destaca Laura Freixas, Lucia Berlin fue una mujer nacida en una familia de clase media que recibió una buena educación, pero al mismo tiempo tuvo una gran variedad de experiencias vitales poco usuales, lo que le llevó a escribir sobre temas poco habituales en literatura, “convirtiendo sus escritos en originales y únicos”. Hubo “desclasamiento y diferentes choques culturales en su vida, lo que le dio una mirada crítica pero al mismo tiempo le llevó a ofrecer en sus relatos una complicidad llena de humanidad”. En sus cuentos “la vida cotidiana está llena de referencias cultas sin llegar a ser pedante”.
La humanidad de Lucia viene en gran medida de sus experiencias vitales, algunas extremas. Su alcoholismo, fracasos amorosos, maternidad en solitario, su complicada infancia, el cuidado de su hermana enferma de cáncer. Pero en especial su peculiar mirada llega de los diferentes trabajos que desempeñó: recepcionista, enfermera, limpiadora, profesora de escritura. Lucia conoció la calle, trató con la gente corriente, vivió la vida con intensidad, tocó fondo. Su obra destila, por todo ello, verdad. En su literatura saca a flote el mundo de experiencias, inquietudes y puntos de vista de las mujeres tratando temas como el embarazo, el aborto, el cuidado de los enfermos, las relaciones amorosas, la unión con parejas equivocadas. Aunque se ha comparado a Lucia Berlin con Carver, en nuestro gabinete se la calificó de autora “chejoviana”, debido a la compasión que muestra en sus relatos por el destino de la gente humilde y perdedora, sin ridiculizar a sus personajes, observando en ocasiones desde fuera, pero muchas otras siendo ella misma una de esas personas tal vez derrotadas pero que a pesar de todo siguen adelante.
Es difícil encuadrar este libro en un género literario concreto. “Manual para mujeres de la limpieza” no es un libro de cuentos al uso. Para Laura Freixas es “bastante inclasificable”, con unos relatos que no son del todo autónomos porque en ellos se repiten argumentos, personajes, situaciones y escenarios. Tampoco llegan a formar un todo completamente armado. “Se encuentra en el límite entre la autobiografía y la autoficción”, considera Laura Freixas. Del estilo de Lucia Berlin se desprende que “la autora escribe con total libertad, sin un plan determinado, lo que dota a sus cuentos de una gran autenticidad y riqueza”.
El lenguaje es ajustado, certero, preciso, con gran economía de medios pero a la vez muy potente. En muchos relatos Lucia describe con sensualidad olores, sonidos, colores, contagiada probablemente por sus vivencias en México. No obstante Lucia también sabe entretenerse en el detalle, como prueba la maravillosa descripción de los protagonistas y del apartamento de “A ver esa sonrisa”. Pero la autora es además experta en hacer certeras descripciones con una breve frase o la recreación de un olor o una imagen.
Las notas biográficas dicen que Lucia escribió 77 cuentos, muchos de ellos recogidos en tres volúmenes de relatos publicados en vida; su primer libro, “Angels Laundromat”, se publicó en 1981. Pero no sería hasta años después de su muerte cuando la prestigiosa editorial Farrar Straus and Giroux publicó su “Manual para mujeres de la limpieza” en 2015. Lo siguiente ha sido un éxito arrollador en todo el mundo.
Todos los relatos del libro brillan sin excepción, estos son algunos de mis preferidos:
Temps perdu, un maravilloso cuento sobre la fascinación infantil y la amistad. No le sobra ni una coma, emocionante.
Bonetes azules, el amor en la madurez, las vicisitudes de un fin de semana pasado con un complejo escritor, porque los hombres son también muy difíciles de entender.
Manual para mujeres de la limpieza, sobre su trabajo como empleada de hogar; me llama la atención cómo encuadra las calles donde están de las casas que limpia, a través de las paradas de bus.
Mijito es un relato escalofriante sobre la vida de los inmigrantes mexicanos. El sueño americano se torna en pesadilla, bajo la mirada de una joven sin papeles que tiene que sacar adelante sola a su bebé.
Buenos y malos refleja su adolescencia en Chile, cuando estudiaba en un exclusivo colegio privado, y sus andanzas con una de sus profesoras, una estadounidense de izquierdas, que intenta ayudar con poco acierto a los desfavorecidos.
502 describe el abismo del alcohol con desgarradora economía de medios para explicar la relación de los hijos con la madre alcohólica, su atención y su cuidado.
Luto, sobre su trabajo de señora de la limpieza en la casa de un hombre viudo que acaba de fallecer y la llegada de los hijos al que fuera hogar de la familia. Lleno de tristeza y al mismo tiempo de ternura.
Hasta la vista, donde refleja su relación con su tercer marido, su empatía y cierta comprensión a pesar de los pesares, ese “pelillos a la mar” en unas complicadas relaciones que sólo alcanzan personas muy especiales. Refleja con brillante brevedad la locura que envuelve el enamoramiento: “Me flaqueaban las piernas, me daba vueltas la cabina telefónica”.
Espera un momento es uno de los relatos dedicados a enfermedad de su hermana. Un cuento bello sobre la compasión, piedad, amor fraternal, superación del dolor, humor, la exuberancia de México, las complejas relaciones familiares.
Una aventura amorosa está protagonizado por una compañera de trabajo, entrañable en su intención de tener una aventura fuera de su, por otra parte feliz, matrimonio.
A ver esa sonrisa narra la complicada relación entre una mujer y un joven menor de edad. Cárcel, pasión, amor, alcohol en un cuento con magníficas descripciones.
B.F. y yo, es el último relato que escribió; la contratación de un albañil para hacer unas chapuzas nos conduce a una reflexión sobre la enfermedad, la vejez y la soledad.
Lavandería Ángel es el relato que inicia el libro; a partir de algo tan corriente como es llevar la ropa sucia a la lavandería Lucia consigue un agudo relato llenos de detalles.
Diez días con Lucia Berlin y tengo claro que me hubiera encantado ser amiga suya, tras quedarme atrapada por su mirada inteligente, llena de humor, humanidad y respeto. Me hubiera gustado que me contara tomándonos un café sobre sus hombres, sus matrimonios fracasados, su buena relación con sus maridos (a pesar de todo), sus hijos, su alcoholismo, la delgada línea entre la vida y la muerte, su relación con la familia, su lucha incansable por salir adelante, sus trabajos. Me hubiera gustado preguntarle qué se siente tras alcanzar un éxito estratosférico diez años después de morir. Seguro que allá donde esté, se estará partiendo de risa. Maravillosa Lucia. No dejéis de leer su “Manual para mujeres de la limpieza”.
Foto: bccbooks.org

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Conferencia y recital “Todos nacimos en el Mediterráneo”. Refugiados, “partir para vivir” #getafenegro

10:44 a. m. Conx Moya 0 Comments


El sábado 15 de octubre tuvo lugar la Conferencia “Todos nacimos en el Mediterráneo”, donde se pudieron escuchar los testimonios del dramaturgo y actor Marco Magoa y la iraní Shiva Roofeh. Se habló sobre el drama de los refugiados, con un recital de poesía refugiada cargo de los poetas saharauis Zahra Hasnaui y Bahia Mahmud Awah. Fue además presentada la antología “Refugiados”, editada por Playa de Ákaba. La actividad se encuadró dentro del Festival Getafe Negro, el festival de novela negra que estos días vive su novena edición y se celebra en Getafe.
La conferencia estuvo moderada por Elías López de la Nieta, editor de Playa de Ákaba. Comenzó su intervención Marco Magoa, dramaturgo, actor y director, fundador de la compañía de teatro 4M. Explicó su trayectoria de conocimiento del mundo árabe; hace doce años empezó a estudiar el idioma árabe, viajando en verano a diferentes países árabes. En 2010 marchó a a Egipto, allí vivió en primera persona la Primavera Árabe, después los diferentes gobiernos y el golpe de estado. Llegó más tarde la guerra de Siria, donde había vivido dos meses. La tragedia del Mediterráneo le llevó a escribir una trilogía que hablara sobre todas aquellas muertes. Estrenó la primera, “El cielo y yo”, en Jordania; la segunda, “Nada”, en Egipto; la tercera, “Mare Nostrum. Finis Somia Vestra”, en forma de monólogo que él mismo interpreta, sobre los supervivientes y su experiencia en el campo de refugiados de Zaatari, en Jordania, considerado el segundo más grande del mundo, calificado como “una cárcel o un campo de concentración”, donde hay que pedir muchos permisos para entrar y de donde es muy difícil salir.
“Europa está dormida y necesita despertar”, afirmó Marco. La situación en el campamento “es una especie de limbo o paréntesis, donde no existe el tiempo, no hay un hoy ni un mañana”. Según el autor “Esta situación nos toca el alma pero al final estamos dormidos”. Aun así, Marco quiso ofrecer un mensaje de esperanza, destacando el afán por estudiar de los jóvenes que están allí, “van a salir escritores, dramaturgos, de esta situación va a salir creación”. En cuanto a la forma, la obra tiene “un tono épico, influida por los clásicos griegos”.
A continuación Elías López entabló una charla con Shiva Roofeh, refugiada iraní, fuera de su país desde los cuatro años. De madre judía y padre musulmán, “lo que es ilegal en mi país”, su familia tardó diez años en poder salir de Irán. Primero vivieron en Italia y más tarde en Nueva York. “Lo más fácil para nuestro orden y tranquilidad es etiquetar a las personas, lo hacemos superficialmente, sólo nos fijamos en lo más obvio: la piel, el idioma, la forma de vestir”. Shiva denunció que no nos enseñan a mirar “al otro”, ni la familia, ni los medios, ni el colegio. “Nadie enseña a centrarnos en lo que tenemos en común los seres humanos, sino en las diferencias”. Para Shiva hay tres niveles: lo universal, lo que todos los seres humanos tenemos en común (comer, dormir, la familia, el amor por los nuestros); lo cultural, lo que tienen en común un grupo pero que no tienen con otro grupo; lo personal, los valores propios, que no son de tu cultura. El papel de la literatura en todo esto es según Shiva “interpretar lo fundamental”. La lectura “es una llave a otros mundos, nos hace entender otras formas de ser diferentes”. Shiva finalizó su intervención señalando que gracias a la literatura se puede adquirir una cultura global “da capacidad de empatizar con el otro”, concluyó.
A continuación los escritores saharauis Zahra Hasnaui y Bahia Mahmud Awah, integrantes del grupo Generación de la Amistad Saharaui ofrecieron un recital de su poesía en español, “La dureza del exilio nos ha convertido en escritores”. Los escritores saharauis recordando que los refugiados saharauis llevan cuarenta y un años en el exilio, con un pueblo separado por el muro marroquí de la vergüenza y esperando a que se cumplan las resoluciones de Naciones Unidas. Zahra Hasnaui explicó que “el refugiado llega con un enorme drama y un bagaje cultural propio, a los que se van uniendo diferentes emociones, pero siempre queda la nostalgia de la tierra”. El exiliado, el refugiado, cuando pasan los años “llega a preguntarse ¿quién soy?”, afirmó. Los poetas saharauis también quisieron dejar un mensaje de esperanza, la esperanza en que “llegue nuestro día”, “se acerca lento pero viene”.
Luisa Gil es coautora del proyecto “Refugiados” editado por Playa de Ákaba, un proyecto de literatura solidaria Refugiados, una antología de relatos breves y poemas. Gil presentó el libro, recordando que hay amparo legal para los refugiados aunque a veces no lo parezca, y se preguntó “¿qué hay detrás del corazón de los ciudadanos?”. En la antología se han fijado en el niño, en el hombre que tienen que cambiar su vida de la noche a la mañana. Con el libro pretenden dirigirse a una sociedad que debe abrir los ojos al problema de los refugiados. Tomaron la palabra varios de los autores presentes en la antología, quienes leyeron fragmentos de su obra. Con las palabras de Ana Vigo, Kandu Banna, Jesús de Matías Batalla, Ignacio J. Dufour, Paz Martín-Pozuelo o Josefa Molina, entre otros finalizó el acto.
Como resumen de todo lo escuchado me quedo con las palabras de una de las autoras de la antología Refugiados “enfrentarse a la decisión más dura: partir para vivir”.


Con Zahra y Bahia, Lucía Ortiz, del Ayuntamiento de Getafe y miembros de la Delegación Saharaui en Madrid

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#Cocina Bizcocho de naranja

9:04 a. m. Conx Moya 0 Comments

Recetas facilicas, facilicas, explicadas para cocineros torpes como yo.
*****
Ingredientes:
1 naranja de zumo entera con piel, bien limpia.
250gr de azúcar
3 huevos
100gr de aceite de girasol o mantequilla a temperatura ambiente
1 yogurt natural
250gr de harina
1 sobre de levadura
Una pizca de sal

Este bizcocho es muy fácil y está realmente delicioso. Al llevar la naranja entera queda muy jugoso y con un aroma natural muy potente. Lo probé por primera vez en el trabajo y la receta es de Thermomix, un cacharro muy útil pero que de momento no me animo a comprar. La traslado para las cocinillas normalicas que no tenemos robot de cocina.
La primera parte yo la hago en batidora, la mía es una Oster de vaso y estoy bien contenta con ella. Así que empezamos.
Echar en la batidora la naranja bien limpia, sin pelar y troceada, los tres huevos y 250 gramos de azúcar. Yo uso azúcar moreno y no me gusta que quede muy dulce, así que por mí incluso menos cantidad de azúcar. Batir bien. Incorporar un yogurt natural y un trozo de mantequilla. En la receta hablan de aceite de girasol. Yo no lo uso, ni girasol ni margarina. Si no queréis añadir mantequilla sustituidla por aceite de oliva. Batir de nuevo.
En un bol echar los 250 gramos de harina, este bizcocho lo he hecho con harina integral, y el sobre de levadura, además de una pizca de sal. Ir incorporando la mezcla de la batidora y remover a mano con la varilla.
Para estos bizcochos uso molde rectangular y no lo unto de aceite o mantequilla. Directamente pongo un papel de horno, no puede ser más sencillo desmoldarlo posteriormente.
En la receta hablan de media hora al horno a 180º pero siempre depende del horno que tengamos en casa. Además este bizcocho tarda algo más debido a que lleva todo el zumo de la naranja y la masa es algo más húmeda.
Una vez terminado se puede decorar con chocolate fundido.
Ah, a esta receta no le añado ninguna especia, el sabor y aroma de la naranja es lo que debe mandar.


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Musa Décima de José María Merino. Todo está en el libro

10:32 p. m. Conx Moya 0 Comments



Escritura dentro de la escritura, metaliteratura, la creación femenina, historia y ficción, la crisis económica actual, las relaciones familiares y amorosas, la apropiación indebida… Todos ellos y algunos más son algunos de los temas que aparecen en la última novela de José María Merino (La Coruña, 1941), “Musa Décima”.
El origen de la historia es el libro “La Nueva Filosofía de la naturaleza del hombre” de Oliva Sabuco (1562-1622). He de reconocer que nada sabía de Doña Oliva y su tratado, escrito y publicado en el siglo XVI y que es el eje en torno al que gira la novela. El libro fue publicado en 1587 bajo el título “Nueva filosofía de la naturaleza del hombre, no conocida ni alcanzada de los grandes filósofos antiguos; la cual mejora la vida y la salud humana”. Se trata de una obra adelantada a su tiempo en la que la autora, sin estudios de medicina pero sí una vasta cultura, critica diferentes aspectos de la medicina de su época y en el que aborda otros temas como la libertad del individuo o la dignidad humana.
“Musa Décima” ha sido el segundo título propuesto para una nueva edición del Club de Lectura de la Central en el que participo, así que el martes 11 de octubre nos reunimos con el autor para hablar sobre su novela. Merino confesó que conoce el libro desde hace más de sesenta años a través de una edición de 1728 que pertenecía a su padre y que él conserva. “Mi padre se gastaba todo el dinero en libros, tenía una gran biblioteca. Me gustaba especialmente la dedicatoria a Felipe II”. Nos contó que años más tarde pudo comprar en la Cuesta de Moyano una edición del libro editada por Aguilar en los años 30 (Biblioteca Cultural Española, Florentino Torner).
A principios del siglo XX se descubrió un supuesto testamento de Miguel Sabuco, su padre, en el que afirmaba que él era el autor de la obra de Oliva. Así se inició un encendido debate sobre los defensores de una y de otra teoría. Sobre la polémica de la autoría Merino no quiso pronunciarse de manera tajante. En “Musa Décima” se explican todas estas circunstancias. El novelista quiso destacar que el libro se vendió muy bien, se tradujo a muchas lenguas y fue considerado incluso un precedente en su época.
Merino explicó que con “Musa Décima” ha querido hacer un experimento, un libro diferente y la historia de Doña Oliva le ofrecía “la posibilidad de escribir el libro que quería”. El enigma sobre el libro ayuda además a crear curiosidad lectora. El tratado de Oliva es moderno, con sus teorías “higienistas” sobre la vida sana. Nos confesó que se dedicó a investigar para escribir la novela, porque cree que es importante que al leer se hagan también descubrimientos.
“La musa es Oliva, tenía que ver con qué personaje ponerla en contacto”. Fue con Berta, lo que le permitió jugar con dos tiempos, el siglo XVI y el XXI. Hay momentos en que los dos relatos, el de Doña Oliva y el de Berta, se entremezclan. Berta padece un cáncer y la investigación sobre Doña Oliva y el libro que quiere escribir le impulsan y le sirven de estímulo. La enfermedad terminal de Berta le sirve al autor para “anclarla a Oliva”; también para introducir al fantasma de Doña Oliva, una presencia con la que se juega, que no es real ni es mentira, también sentida por el gato. Otros personajes principales, de alguna manera la novela es coral, son Rai, hijo de Berta, un joven treintañero, enamorado del dibujo y lo que ahora se llama “novela gráfica”, con problemas de inserción en el mercado laboral por culpa de la crisis; su novia por un tiempo, Marina, novelista, se gana la confianza de Berta y escribirá la novela sobre Doña Oliva a partir del trabajo de la profesora; Raimundo, el padre de Rai y ex marido de Berta, profesor de Universidad, que dejó a su familia por una alumna joven; Olga, la nueva pareja de Raimundo, detonante para que el padre les abandonara, algo que Rai no le ha perdonado; Euterpe, joven panameña que Rai conoce en uno de sus viajes de trabajo y que será la puerta para una nueva vida. Los personajes interactúan a través de relaciones marcadas en la mayoría de las ocasiones por la traición y la apropiación indebida.
El libro también habla sobre la magnanimidad, de la que trata Doña Oliva en su libro y practica con convencimiento Berta, y la venganza, que Rai utilizará en varias ocasiones de manera bastante satisfactoria para él. El autor no juzga ninguna de las actuaciones, al igual que no juzga a sus personajes. Merino también ha dejado patentes sus reflexiones sobre la literatura de la mano de dos personajes, escritores ambos, Marina y Andrés. Así se habla de novela literaria frente a la tan actual autoficción, las novelas históricas muy vendidas pero casi todas cortadas por el mismo patrón, la buena y la mala literatura, el plagio, las peleas entre escritores, el “fraude” de los premios literarios, la obsesión por vender y publicar, la crisis del sector editorial. Literatura dentro de la literatura.
La propia novela según la escribía, “le iba regalando cosas, le iba llevando por sitios”. Con este libro el autor pretendía jugar con el tiempo. Es el gran tema del ser humano, el tiempo, “somos tiempo, ya que estamos destinados a desaparecer”. “Todos estamos en el libro”, dice Berta en la novela. “Todo está en el libro”, afirma el autor. “Musa Décima” está llena de pinceladas personales, vivencias del propio autor que se entremezclan en la narración. Así, el libro está lleno de viñetas dibujadas por él, de grabados del libro de Doña Oliva y de fotos (de Alcaraz, de Panamá), tomas por el propio Merino. Preguntado sobre por qué ha introducido estos dibujos, viñetas que el personaje de Rai pinta para llevar una especie de diario gráfico de su vida, Merino explicó que ha utilizado dibujos suyos en varias de sus obras. “En este libro quería meterlo, me gusta mucho la novela gráfica y los tebeos. En el libro caben muchas cosas”. Explicó que las viñetas cumplen la función de definir a uno de los personajes, Rai. Además Merino ha introducido en el libro anécdotas personales, temas que le preocupan. Como los mendigos en los que se fija Rai durante sus paseos por Madrid, o la extraña y desorientada mujer que aparece al final de la novela y que el propio autor vio en una visita a Alcaraz, o la indignación de Rai por la “colonización” del idioma inglés en muchos rótulos de su barrio. Todo ello con la pretensión de “reflejar la vida misma”.
Durante nuestro encuentro Merino transmitió con gran entusiasmo el oficio de escritor, el placer de la lectura, lo que él entiende por literatura. “La literatura es tiempo”, afirmó, nos permite viajar en el tiempo y con esta novela quería “romper el tiempo”. Según el autor “la literatura me ha ido enseñando a escribir”. “No me interesa una novela donde no hay sensación de tiempo”, nos confesó. “En la literatura siempre tiene que haber un conflicto. Para entender la realidad el ser humano inventó la ficción”.
La última palabra sobre el libro nos la cede José María Merino a los lectores. “El lector es el que completa la novela con su lectura”. Por mi parte no dudo en recomendar una novela compuesta por un juego de piezas muy bien ensamblado, en diferentes tiempos y con diferentes puntos de vista, uniendo pasado y presente, épocas tan diferentes, o no tanto, porque al fin y al cabo las pasiones humanas, lo que mueve el mundo, siguen siendo las mismas. La lectura es ágil, se lee con ganas de avanzar y saber más, lo que demuestra que lo que se cuenta es interesante y está bien contado. Con “Musa Décima” se aprende y se disfruta la cuidada ambientación de lo que debió ser aquella España del siglo XVI. La novela muy bien escrita, es propia de un autor con oficio y larga carrera. Merino ha logrado unos personajes femeninos logrados y poderosos. La juiciosa, decidida e inteligente Oliva; la magnánima, amorosa y justa Berta, un personaje lleno de vida a pesar de su terrible enfermedad; o Marina, la joven escritora ambiciosa e insegura conforman un grupo de mujeres sobre las que descansa lo mejor de la novela. Particularmente encuentro menos conseguido a Rai como personaje joven, en mi opinión el autor le ha prestado intereses e inquietudes propios a Rai.  Tampoco me acaban de convencer las viñetas que salpican la novela. Pero si el autor ha decidido meterlas, sin duda bien metidas están. Y es que a Merino le encanta el dibujo, como demuestran las historiadas firmas que nos dedicó tras el club de lectura.
Una charla fluida y apasionante, con un José María Merino encantador, cómodo ante las preguntas y opiniones de los lectores, de desbordante cultura y libre ya a estas alturas, por edad y por carrera, de las vanidades y servidumbres, “el beso de la mujer araña”, de la fama, que nos confesó que lo mejor de su profesión de escritor es precisamente eso, escribir. ¿Acaso hay algo más?

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“La edad media” de Leonardo Cano. Las ilusiones incumplidas de una generación

11:05 p. m. Conx Moya 0 Comments


Como siempre sucede, una cosa lleva a la otra. Descubrí a Leonardo Cano (Murcia, 1977) a través del libro de Miguel Ángel Hernández “Presente continuo”. Él resultó ser ese Leo, amigo del autor, tan presente en los diarios de mahn. En “Presente continuo” sabemos de la búsqueda de editorial para una novela de Leonardo. Aquella novela resulta ser “La edad media”, libro adquirido en el Bookstock del CICUS en Sevilla, y que acabo de leer con sumo gusto.
No es “La edad media” un libro para subrayar esas citas y pensamientos a las que soy tan aficionada. De hecho no he tomado ninguna nota mientras lo leía, limitándome a disfrutar una narración muy fluida y con una estructura bien trabajada. La novela cuenta la historia, desde el colegio hasta la treintena, esa “edad media” del título, de un grupo de chicos y chicas de un colegio privado. Para contar esta historia de desencanto la novela combina tres narraciones: el chat de uno de los personajes con su novia; una narración en tercera persona del día a día de otro de los personajes en unos juzgados y un narrador en primera persona del plural que cuenta la infancia y adolescencia de todos ellos. Los temas que toca “La edad media” son las aspiraciones desbaratadas y los sueños rotos, algo con lo que todos nos sentimos identificados de alguna manera.
Según el autor, tal y como planteó la historia “necesitaba de los tres narradores y de una estructura compleja”. ¿Se trata de una estructura ambiciosa para una primera novela? Leonardo desvelaba en el CICUS de Sevilla que varios de sus amigos habían publicado sus respectivos libros y él debía por fin enfrentarse a escribir el suyo. “Además, para conseguir que me publicaran la novela debía ser buena”, afirmaba. Sabía que no le serviría algo “fácil”.
Los protagonistas principales son tres amigos de infancia, Moya, Fauro y el hijodelRana, carne de acoso en la infancia y convertidos en la madurez en un abogado de éxito cuyos mayores logros juveniles fueron esconderse mientras forzaban a la chica de la que estaba enamorado y copiar poemas de otros para hacerse el interesante; un trabajador de la justicia quien, a pesar de su brillantez sólo tiene arrojo para distraer todo el dinero que puede; o un trabajador de banca que languidece en su empleo sin muchas más aspiraciones. La escritora Rebeca García Nieto destaca que la novela refleja muy bien el “círculo de la violencia”, cómo se pasa de ser agredido a ser agresor. A través de estos tres personajes conoceremos al resto de compañeros de estudios, con la novedad de la llegada a sus vidas de las chicas que entran al colegio en BUP. Una de esas reuniones de antiguos alumnos será el hilo conductor de la novela, que transita por diferentes tiempos y planos narrativos.
Frases cortas, poco “colegueo” del autor con sus personajes, que son mostrados tal y como son, con sus miserias y sus grandezas (pocas). Como autora novel opino que lograr ser tan objetivo con sus protagonistas es sin duda un ejercicio bastante complicado porque es fácil caer en la tentación de “enamorarnos” de nuestros hijos literarios y mostrar una cierta “antipatía” por nuestros antihéroes. Leonardo ha conseguido evitarlo y exponer, incluso con frialdad, los fallos y mezquindades de los personajes, muchos, que pueblan la novela.
Porque ciertamente durante la lectura se hace difícil identificarse con alguno de ellos, la mirada que muestra la novela es en gran medida desencantada. ¿Fue, es así nuestra generación? Yo soy seis años mayor que el autor, algo que ahora apenas se nota pero que en la adolescencia y primera juventud resulta un abismo. Los colegios privados verdaderamente caros, los vaqueros de marca, coches como recompensa por las notas o un buen empleo aguardando en la empresa familiar son asuntos que me son por completo ajenos. Tuve la suerte de verme libre de bullying o cualquier otro tipo de acoso en el colegio y en el instituto. No me identifico con esos hijos de la clase media, sin conciencia social y apenas intereses artísticos y culturales. A pesar de todo ello me he sumergido con gran gusto en la historia gracias al buen hacer de Leonardo.
Codicia, adicción al trabajo, cobardía, mezquindad, clasismo. Esos jóvenes de ciudad de provincias, que se mueven por Madrid, Barcelona, Italia, Francia o EEUU con relativa facilidad, entran en la madurez, en esa “edad media”, sumidos en una vida mediocre y aburrida. Sufriendo las ilusiones incumplidas. Si es que alguna vez les ilusionó algo.
“La edad media” habla de las ilusiones incumplidas de una generación; al menos Leonardo Cano, integrante de la misma, sí está logrando materializar su gran ilusión gracias a esta más que notable novela editada por Candaya.
Leonardo Cano con Rebeca García Nieto y Miguel Ángel Hernández

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Novísima Literatura africana en español en #SaberEsPoder Feria del libro, los medios y la cultura africana en España

12:29 a. m. Conx Moya 0 Comments


"Saber es Poder: feria del libro, los medios de comunicación y la cultura africana en España" es un evento organizado por el Centro Panafricano y Centro de Estudios Panafricanos, celebrado entre los días 30 de septiembre y 1 de octubre de 2016. El programa se ha desarrollado con la participación de escritores, artistas, periodistas, cineastas y blogueros, africanos y afrodescendientes.
La mesa sobre la Novísima Literatura africana en español, que presenciamos, congregó a una serie de escritores africanos y afrodescendientes que han publicado libro recientemente y estuvo moderada por Antumi Toasijé, Historiador y Director del Centro de Estudios Panafricanos.
Comenzó con la intervención Victoria Evita, escritora guineana, hija del escritor y dibujante Leoncio Evita. “La escuela comenzó a ser un lugar de consignas y donde las chicas corríamos peligro”, recordó Victoria de sus años de colegio en la época del dictador Macías. “Guinea se aisló del mundo”, afirma, “tarde muchos años en volver a tener un libro en la mano”. Recuerda que fue un libro de su padre, editado por el Centro Cultural de España. El fallecimiento de su padre fue lo que la llevó a escribir, comenzó a asistir a talleres de escritura creativa y pudo terminar sus primeros cuentos. Comenzó entonces a escribir novela, así sacó adelante su primera novela “Mokámbo: Aromas de Libertad” y posteriormente “Kanga, la tierra de los Sueños”, editada por Sial en 2016, basada en las experiencias de mujeres que tratan de salir adelante por ellas mismas sin renunciar a sus sueños. “Mi andadura novelística empezó tarde pero la desarrollo con total ilusión. Animo a leer a todas las mujeres del mundo”, concluyó.
Barón Ya Búk-Lu, trovador, músico y escritor, explicó que comenzó a escribir a partir de las experiencias compartidas con muchos amigos escritores que ha ido conociendo. Autor de los libros “Ziliyang Sabiduría bantú. Cuentos relatos y leyendas Fang” y “El acontecimiento”, autobiográfico. En la portada de su libro de cuentos aparece la imagen de una “casa de la palabra”, lugar de reunión para discutir los temas de la comunidad, bailar, cantar, contar cuentos, un lugar de comunidad, una tradición que “desgraciadamente se está extinguiendo en África” y que él pretende reivindicar.
El escritor saharaui Bahia Mahmud Awah recordó que la africana es una literatura que ha sido invisibilizada en muchas ocasiones. “Nuestra misión es ser portavoces, mensajeros y representantes de nuestra cultura”, afirmó. Recordó que la saharaui es una cultura afroárabe, sanhaya e influida por la cultura hispana. El escritor saharaui destacó la africanidad de la que se sienten orgullosos los saharauis, “estamos al lado de Mauritania y muy cerca de Mali y Senegal, nuestra música, nuestra ropa son africanas, la República Saharaui es miembro fundador de la Unión Africana”, concluyó. “Los africanos hemos sido ninguneados en la literatura colonial. Nuestra cultura oral, nuestra memoria y la contenida en manuscritos de sabios y eruditos tienen un enorme desfase con lo reflejado en la bibliografía colonial”. Destacó el pensamiento de intelectuales africanos como Ngũgĩ wa Thiong'o, Ousman Kane o los presentes Justo Boleika y Remei Sipi, escritores guineoecuatorianos, referentes de la literatura africana en español. Bahia afirmó que nunca se ha sentido identificado con lo escrito por el colonizador, “su mirada no es la nuestra”, dijo. El escritor saharaui presentó su último libro “Tiris, rutas literarias”, un recorrido a la historia y literatura saharaui a través de su propia memoria. “Es muy importante conocer nuestra cultura y ser conscientes de lo que somos”.
A continuación tomó la palabra Edjanga Divendu, estudiante de CC. Políticas, delineante, boxeador y, ahora también, escritor guineoecuatoriano, que presentó su libro “Heredarás la Tierra”. Destacó la necesidad de “buscarnos, entendernos, aunque no sepamos del todo lo que somos”. Reflexionó cómo a partir de esas premisas “empieza el reconocimiento”. Reconoció que se trata de un desafío “que nos ha escogido a nosotros; queremos hacer algo pero ¿por qué y para qué?”. Lo consideró un reto para el que hay que confiar en el tiempo. Afirmó que el mandato africano no es igual que el mandato europeo, “el mandato africano es un celo personal e íntimo por las cosas cotidianas, por los antepasados”. Explicó que su libro viene a visibilizar el cúmulo de experiencias mundanas, cotidianas y familiares de un joven que sale en Guinea y se establece en España. “La idea es conciliar diferentes experiencias, la lucha cotidiana a la que nos enfrentamos”, concluyó.
La última intervención fue la del poeta Yeison García. Nacido en Colombia, el Centro de Estudios Panafricanos ha publicado su primer poemario “Voces del impulso”, con poemas que compartía en Facebook. Llegó a Madrid desde Colombia con nueve años, nació en 1992. La escritura surge a partir de un momento personal complicado, quería plasmar lo que estaba sintiendo. “Mi poesía es existencialista”, explicó. Cree que hay que “dejar un legado para la construcción de nuestra identidad, el extrañamiento constante de no ser considerados españoles”. “Mi identidad tiene tres partes: indígena, afrocolombiano y afroespañol”, recalcó por lo que vive un “triple exilio en las costuras de la identidad”. Destacó la importancia de la creación entre la comunidad afrodescendiente en España, la importancia de escribir y visibilizar.    


Lucía Asué y Desirée Bela, periodistas y blogueras afro

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