“Psicodelia en la cultura visual de la era beat 1962-1972” de Zdenek Primus. Colorida explosión lisérgica en el Círculo de Bellas Artes de Madrid
“El arte en cualquier circunstancia y
ante las dificultades es capaz de encontrar siempre su camino para ver la luz y
presentarse al mundo”. Zdenek Primus
Debo reconocer que lo primero que pensé la
otra tarde al visitar en el Círculo de Bellas Artes la exposición “Psicodelia
en la cultura visual de la era beat 1962-1972” fue que me suspenderían la
cuenta de Facebook si subía a las redes algunos de los carteles que aparecían
en la exposición. Casi sesenta años después no sólo apenas hemos avanzado sino
que hemos retrocedido en muchos aspectos.
La muestra, que se puede visitar hasta el
20 de enero en la Sala Picasso del Círculo de Bellas Artes, recoge una
importante colección comisariada por Zdenek Primus, coleccionista checo e
historiador del arte. La exposición está compuesta fundamentalmente por
carteles, pero también hay discos, revistas, libros y folletos y es obligatoria para cualquier amante del rock, teniendo en cuenta además que la música funcionó como
un “elemento clave de formación vital, sentimental e incluso ideológica” para
la juventud de aquella época, como reza la información sobre la exposición. En ella
aparece también una extensa muestra de material de la Checoslovaquia de la
época, marcada por la frustrada Primavera de Praga y a donde también llegaban
los ecos de lo que estaba sucediendo en el universo del rock y la psicodelia.
Presentada en 2005 con el título “The Pope
Smoked Dope” en la Galería Ciudad de Praga, nada más acceder a la exposición nos
encontramos con una pared pintada en un intenso color verde botella,
completamente forrada de cartelería. Algunos carteles son en blanco y negro
pero la mayoría destaca por sus colores brillantes, en los que la grafía tiene
gran protagonismo. Observo imágenes art decó incorporadas en algunos posters; juegos
visuales de “op art”; desnudos femeninos sobre los que se proyectan palabras y
consignas; me gustan especialmente los carteles donde se combina el fucsia con
el naranja y un tercer color, que puede ser morado, azul o amarillo. Ojos,
flores, arcoíris, cuerpos femeninos, collages, incluso juegos y portadas
troqueladas. En muchos carteles predomina la grafía, jugando con letras
rectangulares estiradas, retorcidas o encogidas pintadas de brillantes colores.
Me emociona encontrarme con la icónica
imagen del perfil de Bob Dylan con un revuelto pelo de colores, poster
realizado por el diseñador gráfico Milton Glaser en 1966; o el famoso poster
“War is over! (If yoy want it)”, el conocido deseo de paz y amor de John y Yoko,
situado al lado de la icónica imagen de Ché Guevara tomada por Alberto Díaz “Korda”.
También revisamos los carteles de dos míticos acontecimientos de la época, el
festival de la Isla de Wight en su edición de 1970, donde actuaron The Who, Ten
Years After, Joni Mitchell, Miles Davis o Leonard Cohen, entre otros y el cartel
rojo de Woodstock (3 Days of Peace & Music) en agosto de 1969, con la
icónica imagen de la paloma posada en el mástil de una guitarra. Encontramos varias
fotos de Frank Zappa, en uno de los posters el músico aparece sentado en un wáter;
hay magníficos dibujos dedicados a Marc Bolan y T. Rex o un bonito poster con
un retrato en negro, rojo y blanco del cantante Alexis Korner, uno de los
pioneros del rhythm and blues británico.
Una parte importante de la exposición está
dedicado a una amplia muestra de carteles de San Francisco, de “una sencilla
pureza gráfica” y una “explosión incontrolada de formas y colores”, como se
recoge en la información del Círculo de Bellas Artes. Entre 1966 y 1968 floreció en la ciudad una
tendencia visual que dio como resultado el cartelismo psicodélico, liderado por
cinco artistas, conocidos como los “Big Five”: Wes Wilson, Rick Griffin, Alton
Kelley, Stanley Muse y Victor Moscoso. Este grupo de artistas, conocidos como
los “posters guys”, formaron parte de Family Dog, la compañía creada por el
promotor musical y figura de la contracultura Chet Helms para promover
conciertos de música rock, y cuyos posters promocionales les eran encargados habitualmente.
En la exposición del Círculo de Bellas
Artes se recogen unas trescientas portadas de discos. Si bien en los primeros
años solían resolverse con una foto del grupo en cuestión, a mediados de los
sesenta se empezó a utilizar el diseño gráfico para muchas portadas, convirtiéndose
en un elemento más, en ocasiones realmente destacado, de la propia obra musical.
La exposición nos ofrece el lujo de revisitar portadas como la inmortal “In the
Court of the Crimson King” del disco de 1969
de King Crimson, la única creación gráfica de Barry Godbe, artista y
programador gráfico que murió con 24 años, poco después de editarse el disco;
la pintura original es propiedad de Robert Fripp. Pero hay mucho más, en la
muestra encontramos portadas psicodélicas de Pink Floyd, aún con Syd Barret; el
“Flowers” de los Rolling Stones, álbum recopilatorio lanzado en EEUU en 1967;
Cream y su “Disraeli Gears”, segundo disco de la banda editado en 1967; el “Surrealistic
Pillow”, segundo álbum de Jefferson Airplane, publicado en 1967; “At home”,
publicado en 1969 por la banda de la maravillosa Mariska Veres, Shocking Blue.
Hay muchas más portadas, como la de “Layla” de Derek and the Dominos; la del
único disco de aquel supergrupo que fue Blind Faith; de Led Zeppelin; diferentes
portadas de The Beatles; “The Kink Kontroversy”, “Sunny Afternoon” y “Kinda
Kinks”, todos ellos magníficos discos de la primera etapa de The Kinks, además portadas
de álbumes de The Who, The Yardbirds, Crosby, Stills & Nash, The Doors, Jimi
Hendrix o los 13th Floor Elevators, entre muchos otros.
Otro elemento significativo de la
exposición son las revistas musicales. Es el caso de la Musik Express, con portada
dedicada al Concierto por Bangladesh de George Harrison. O diferentes ejemplares
del New Musical Express, longevo semanario musical británico que empezó a
editarse en 1952, con portadas dedicadas al “I’m a boy” de The Who, “Lady
Madonna” y “The Inner Light” de The Beatles o al “Dead End Street” de The
Kinks. Muchas de estas portadas del conocido semanario están realizadas en
blanco y negro con tipografías características de la época.
La colección de Zdenek Primus también
incluye libros. Muy completa es la vitrina dedicada a los Beatles, con el libro
escrito por John Lennon en 1965 “A Spaniard in the Works”, lleno de historias y
dibujos hechos por el desaparecido beatle, un libro dedicado al Yellow
Submarine, libros con las letras de las canciones de la banda editados en
varios países… una completa maravilla que nos pone los dientes muy largos. Y de
The Beatles también hay posters de diferentes países y portadas dedicadas a los “cuatro
fabulosos” en las revistas Bravo y Life.
Apenas hay material en español, salvo discos
de Los Brincos y Los Bravos, quienes consiguieron enorme éxito internacional
gracias al pelotazo que dieron con “Black is black”. No era la España
franquista el mejor lugar para la música rock, la psicodelia y la revolución
juvenil. Sólo hay que recordar el bochorno que rodeó a los conciertos que
ofrecieron The Beatles en Madrid y Barcelona.
La colección de Zdenek Primus conforma una colorida explosión lisérgica que hará las delicias de los amantes de la cultura rock.
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