El compromiso solidario intelectual con la causa saharaui. Jornadas Universitarias sobre la cultura saharaui en Cartagena

12:21 a. m. Conx Moya 0 Comments


Estas son algunas de las ideas que desarrollaremos el miércoles 28 de mayo en la Universidad Politécnica de Cartagena.
EL ECO SOLIDARIO INTERNACIONAL CON EL PROCESO DE LIBERACIÓN NACIONAL SAHARAUI
El compromiso solidario intelectual con la causa saharaui; por Conchi Moya, periodista y escritora
Edward Said, aquel intelectual palestino que nos dejó hace unos años, escribía al respecto de la lucha cultural e intelectual: “…la cultura puede ser un auténtico campo de batalla en el que las causas se expongan a la luz del día y entren en liza unas con otras”.
(…)
El interés por una lucha también cultural que el Frente Polisario entendió y asumió desde el principio, se mantiene hasta nuestros días. Prueba de ello son las palabras de Mustafa Mohamed Fadel, actual Secretario General del Ministerio saharaui de Cultura, en Addis Abbeba el pasado 24 de mayo de 2014, “Esta es una era en la que la cultura es un pilar fundamental que puede alimentar la economía, la sociedad, la política, la educación, etc.  Y puede ayudar a inmunizar a los pueblos y protegerlos contra las fuertes mareas de la globalización; tenemos la obligación de proteger este rico y diverso patrimonio cultural, y desplegar todos los esfuerzos necesarios para desarrollarlo, salvándole de todo tipo de destrucción y transmitirlo a las generaciones venideras”.
(…)
¿Se puede acaso negar la eficacia de ‘Hijos de las nubes’ la película de Alvaro Longoria y Javier Bardem?, ¿o de Mariem Hassan, llegando al nº 1 de listas europeas con sus canciones reivindicativas y solidarias?, ¿de iniciativas como FiSahara, Sahara Marathon, Sandblast o ARTifariti, que acercan la causa saharaui al mundo del cine, el deporte, la música o el arte?, ¿o los escritores saharauis llevando el mensaje de su pueblo a universidades estadounidenses, festivales latinoamericanos o seminarios europeos? ¿Alguien piensa de verdad que realizar jornadas sobre el Sahara Occidental en cualquier universidad del mundo no es eficaz para la causa, no es una forma contundente y vigorosa de ejercer la solidaridad?
(…)
Es muy necesario tener en cuenta en cualquier acción cultural en solidaridad con la causa saharaui que el peor enemigo que puede conocer el proceso es el olvido, la indiferencia de la diplomacia internacional y la política de bloqueo informativo de los grandes medios de comunicación en todo el mundo, y especialmente en España. Estamos convencidos de que los  movimientos culturales de este tiempo pueden ser una respuesta más que contundente y eficaz en la lucha de las causas justas, en el caso del Sahara se trata simplemente de la implementación de lo que es reconocido en la resoluciones de la ONU, el derecho de este pueblo a elegir su destino. En definitiva les pedimos compromiso a todos ustedes para colaborar en este frente cultural de apoyo solidario a la causa saharaui. 

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Participamos en las Jornadas Universitarias sobre la Cultura Saharaui. Del 26 al 28 de mayo de 2014. Cartagena

5:41 a. m. Conx Moya 0 Comments

El miércoles 28 de mayo estamos en la Universidad Politécnica de Cartagena, hablando sobre la solidaridad internacional con la causa saharaui. Lo enfocaremos desde nuestro ámbito, la cultura, un arma eficaz pero en la que no todo el mundo cree.
Explicaremos diferentes experiencias e iniciativas y cómo Marruecos se ha sentido en diferentes ocasiones especialmente molesto y presionado.
Lugar: SALÓN DE ACTOS DE LA FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EMPRESA
11:00 horas: EL ECO SOLIDARIO INTERNACIONAL CON EL PROCESO DE LIBERACIÓN NACIONAL SAHARAUI. El compromiso solidario intelectual con la causa saharaui. Conchi Moya Fernández, periodista y Escritora.
Y después presentaremos la antología de los escritores saharauis “LA PRIMAVERA SAHARAUI”. RECITAL POÉTICO, a cargo de los escritores Bahia MH Awah y Mohamed Ali Ali Salem
Si podéis acercaros allí estaremos.

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Sintiéndonos princesas en la presentación de ‘Cuentos apropiados’ de Ana Rossetti

11:58 p. m. Conx Moya 0 Comments


El pasado jueves 8 de mayo la escritora Ana Rossetti presentaba su nuevo libro ‘Cuentos apropiados’ (Para el público en general) en el Aleatorio, en pleno barrio de Malasaña. Ana estuvo acompañada por la poeta y artista de performance Gracia Iglesias.
Como nos explicaron durante la presentación, estábamos en el Aleatorio para hablar de cuentos, cuentos tradicionales “de los de toda la vida”. Cuentos que todos hemos tenido presentes en nuestra infancia pero que presentan elementos de género totalmente distorsionados. En ellos las doncellas eran incapaces de resolver sus problemas, les ayudaban siempre apuestos caballeros y ellas sólo debían cumplir el requisito de ser hermosas. A las mujeres feas se les reservaba siempre el papel de brujas o madrastras malvadas. Ana no sólo repartió estopa a las princesas, también tuvo sus palabras para los príncipes, a los que calificó de tontorrones, y de no tener capacidad de elección, aceptando a la que “les ponían por delante”.
Estos cuentos han pasado de generación en generación a lo largo de la historia y en cada transmisión fueron perdiendo algún elemento original; además quienes han ido haciendo las adaptaciones se han ido apropiando de elementos de los cuentos.
Ana Rosseti explicó que en este libro ella también se ha apropiado de los cuentos, ha hecho revisiones, las ha adaptado, y ha finalizado las historias como ella quería que finalizaran. El propio lector tiene también la posibilidad de apropiarse de las historias y adaptarla a sus gustos.
Ana ha elegido para este libro, cuatro cuentos, el más conocido es el de Cenicienta. Ha elegido cuentos que ha considerado fáciles de llevar a su terreno. En el caso de Cenicienta, la ha convertido en una chica llamada Cindy, hippie y de espíritu setentero. Se trata de un cuento de los hermanos Grimm y posteriormente Charles Perrault cambió muchos detalles del cuento. La que nos ha quedado es la versión de Perrault, que fue en la que se inspiró Disney.
Los otros cuentos de los que Ana se ha “apropiado” son ‘Se busca princesa’, una versión libre del cuento de Andersen. ‘El Pez Nicolás’, basado en la leyenda que aparece en El Quijote cuando se afirmaba que cualquier aspirante a caballero: «ha de saber nadar como dicen que nadaba el peje Nicolás o Nicolao». Y finalmente, ‘La princesa encantadora’, que proviene del cuento polaco ‘La princesa que no se quería casar’. Como explicó la autora se trata de un cuento que siempre le angustió de pequeña y por eso quiso adaptarlo y cambiarlo.
La presentación del libro contó con un divertido juego para encontrar princesas, a través de un test de princesas realizado por Ana y Gracia, para sacar a la luz “la princesa que todos llevamos dentro”, haciéndonos partícipes a los que nos encontrábamos entre el público. Nos contaron las pruebas que habían barajado, así sacaron el zapatito de cristal, los guisantes para el colchón de la princesa o la rana, a la que podríamos besar. Sin embargo habían decidido finalmente hacer con nosotros un test para encontrar princesas. Teníamos que responder a unas sencillas y principescas preguntas el público presente en el Aleatorio, a fin de encontrar princesas entre nosotros porque, como dijo Ana, “seamos o no princesas, todos llevamos magia en nuestro interior”.
Como curiosidad, yo salí caracterizada según mis respuestas en el test como “Princesa Gafapasta”.
La presentación finalizó con Ana Rossetti agradeciendo nuestra participación a todas las princesas, hubiéramos dado o no la cara (porque no todos los presentes se atrevieron a levantar la mano para confesar qué tipo de princesa eran).
Cuatro cuentos “apropiados” que nacen de otras cuatros historias populares, pasados por el especial filtro de la gran Ana Rossetti, que se los convierte en suyos, pero no para quedárselos si no para compartirlos con el público “en general”.
*Ana Rossetti nació en Cádiz en 1950. Además de poesía, ha escrito libretos para ópera, novela y diversas obras en prosa. Los devaneos de Erato (1980, Premio Gules), Indicios vehementes (1985), Yesterday (1988), Punto umbrío (1996) y Devocionario (1985, Premio Internacional de Poesía Juan Carlos I) se han combinado con sus obras en prosa Plumas de España (1988), Alevosías (1991, Premio La Sonrisa Vertical de novela erótica), Una mano de santos (1997) o El antagonista (1999). Se han recogido sus cuentos completos en el volumen Recuento (2001). Se le ha otorgado la Medalla de Plata de Andalucía por el conjunto de su obra. Es además miembro de la Comisión Asesora del Centro Andaluz de las Letras de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.
‘Cuentos apropiados’ (Para el público en general)
Ana Rossetti
Ediciones en Huida
Colección DSK



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Apología de asesinato. España es España

9:07 p. m. Conx Moya 0 Comments


En 1999 una fotocopia mugrienta de un chapucero fotomontaje de la infanta Elena y el playboy “condelequio” ocupaba un lugar de honor en las paredes de Radio Resistencia. Teníamos tamaño engendro muy dentro de nuestro corazoncito porque, según decían los contrainfos de la época (verano del 99), había costado una denuncia a los propietarios de varios bares de Zaragoza y de una tienda de tatuajes. El fotomontaje (de lo más inocente por otra parte) formaba parte del cartel de presentación del primer CD de la banda zaragozana de rock GEN. En la noticia recogida por Aragón-Info el 26-7-99 se informaba que los miembros del grupo musical habían sido detenidos (atención DETENIDOS) y tuvieron que prestar declaración en Comisaría. Como se explicaba “la foto fue conseguida en una página web y no sabían quién la había trucado”. Los miembros del grupo se mostraban sorprendidos ante la actuación policial, afirmando que “la foto le haría gracia hasta al propio Rey”. Jeje. Se llegó a hablar de posible procesamiento por parte de la Audiencia Nacional por un delito de injurias a la Corona. No sabemos en qué quedó la cosa, pero del grupo GEN y de su disco nunca más supimos.
Yo, fan incondicional de The Smiths y Morrissey, pensaba entonces en qué hubiera pasado en España si alguna banda hubiera lanzado algo sólo remotamente similar al “The Queen is dead”, o hubiera dedicado a la Corona alguno de los piropos que Morrissey dedicaba a la familia real inglesa.
Claro que Inglaterra es Inglaterra y España es España…
Me viene todo esto al pensamiento leyendo lo sucedido con los twitteros detenidos por “congratularse” del asesinato de la política leonesa Isabel Carrasco:
- El joven de 19 años que fue detenido este jueves en Valencia al apoyar en Twitter el crimen de Isabel Carrasco y pedir que se matara a políticos ha sido puesto en libertad tras quedar imputado por un delito de apología para la comisión de asesinato, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Valencia.
- Un nuevo imputado por mofarse en internet de la muerte de Carrasco y pedir asesinar a políticos. Colgó vídeos con contenidos vejatorios sobre Isabel Carrasco. Se alegraba de su muerte y admiraba la "puntería" de la asesina. El joven de 19 años, de Jerez de la Frontera (Cádiz), ha sido imputado por colgar en internet vídeos con contenidos vejatorios sobre la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, asesinada el martes, y por difundir comentarios en la redes sociales en las que se mofaba de este asesinato y en los que pedía la muerte de otros "políticos corruptos", según fuentes policiales, citadas por varias agencias.
Y no puedo dejar de pensar que los comentarios de mejor o peor gusto son sobre un crimen perpetrado por militantes del PP que querían amarrarse a un puesto asociado a unas siglas políticas, y sometido a los vaivenes de una política con doce cargos y practicante de manejos caciquiles en la mejor tradición española. ¿Apología para la comisión de asesinato?
Hay que regresar a Inglaterra y a Margaret Thatcher, la llamada Dama de Hierro y auténtica musa del punk. Ella sentó las pringosas bases de las que salieron grandísimas canciones en su contra, por el estado en que dejó el país, los servicios públicos y su política ultraderechista y pendenciera. Pocos políticos podrían presumir como ella de haber inspirado tantas canciones grandes de grupos y solistas, punk y no punk, y que se le haya deseado tanto y tan malo en ellas. De entre la enorme cantidad de canciones recuerdo al reincidente Morrissey espetándole un contundente “When will you die?”; la canción, ‘Margaret on the Guillotine’, finalizaba con el sonido de una guillotina en caída libre (imaginamos que sobre una imaginaria cabecica de la Thatcher).
Otros ejemplos. Elvis Costello atacó a Thatcher en 1989 en 'Tramp The Dirt Down', donde cantaba: “Cuando Inglaterra era la puta del mundo, Margaret era su proxeneta”; Hefner, un grupo de rock Indie, le dedicaron la canción 'The Day That Thatcher Dies'; Elton John le dedicaba en 'Merry Christmas Maggie Thatcher' estas agradables palabras: “Feliz Navidad, Maggie Thatcher. Todos celebramos este día, porque ya queda un día menos para tu muerte”; o el cantante de pop francés Renaud, decía en 'Miss Maggie' que si él fuera un perro, le gustaría que Margaret Thatcher fuera una farola para poder orinarse en ella; y así… Desconozco si fueron detenidos, imputados, multados, o secuestrados sus discos, aunque apostaría que no. Como dice Jan Malinowski, jefe de la Sociedad de la Información del Consejo de Europa, "que un comentario en Twitter sea reprobable no lo convierte en criminal".
Pero es que, amigos, esto es España…

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Entrevista con los directores de ‘Legna, habla el verso saharaui’, película vencedora del FiSahara 2014

12:03 p. m. Conx Moya 0 Comments

Entrega de premios de FiSahara 2014
*Por Conx Moya. Haz lo que debas; 15 de mayo de 2014
El pasado sábado 3 de mayo el documental ‘Legna, habla el verso saharaui’ se alzaba con el primer premio de la XI Edición del Festival Internacional de Cine del Sahara. Se da el caso de que es la primera vez que un largo de temática saharaui enfocada desde el punto de vista de la cultura y la antropología consigue la preciada camella blanca del FiSahara. También es la primera vez que un saharaui (Bahia Mahmud Awah, codirector de la película junto con Juan Ignacio Robles y Juan Carlos Gimeno) consigue este premio. Hemos hablado con los tres directores de la cinta sobre el enorme trabajo de investigación, filmación y edición realizado durante cinco años, sus experiencias en los viajes al territorio y cómo han visto la participación de ‘Legna’ en FiSahara.
¿Qué pretendíais lograr con este trabajo y por qué lo habéis hecho así y no de otra forma?
Juan Carlos Gimeno: El documental forma parte de un proyecto de investigación más amplio sobre la cultura oral en hasania, que tiene tres componentes: el de generación de un archivo de poesía, las antologías de cada uno de los poetas y el tercer componente recoger las grabaciones de las imágenes y las palabras. En ese sentido el proyecto fue madurando, y se fue configurando en contar la historia de la poesía. Para ello hay varios elementos; uno es el tema de la visibilidad hacia el mundo exterior, incidir en audiencias más amplias a través de las imágenes, que llegan más lejos. La segunda cuestión es la manera de transmitir a las generaciones más jóvenes la poesía, porque la poesía atraviesa a la sociedad saharaui. Y el tercer componente es dar visibilidad a los poetas saharauis, algunos son gente ya mayor, y el documental recoge el anhelo de un pueblo a través de todo un trabajo que une lo personal con un proyecto colectivo.
Juan Ignacio, como profesor de antropología audiovisual, me interesa que nos hables de los aspectos técnicos y narrativos de ‘Legna, habla el verso saharaui’.
Juan Ignacio Robles: Recuerdo una entrevista con la Ministra saharaui de cultura [Jadiya Hamdi], ella pensó básicamente en dos elementos, utilizar las imágenes y la poesía visual para llevar el mensaje de la cultura y la causa saharaui en un formato que trascendiera al propio Sahara y que actuara como arma política hasta el último rincón del mundo y evidentemente la poesía montada sobre las imágenes podía tener este impacto. Y ella siempre está muy preocupada por transmitir a las generaciones jóvenes lo esencial de la cultura saharaui, que está expresada y contenida en la poesía. A eso le añadiríamos el amor. La poesía es un arma política pero la potencia de este trabajo ha sido el amor de los saharauis por su tierra, por la gran diversidad de su territorio, por esa cultura beduina que está en la raíz de lo que hoy son y por esta forma de educarse, de tratarse, de amarse, de decirse cómo se quieren los unos a los otros, de expresar esa forma de acoger al exterior... Si las armas tienen fuerza y si las reivindicaciones tienen fuerza y si la razón tiene fuerza, algo que es universal para todo el mundo es el amor. Y la poesía refleja ese amor de los saharauis por lo que ellos son.
Bahia, ¿qué nos puedes decir tú cómo saharaui?
Bahia Mahmud Awah: como saharaui quiero destacar que si no fuera por la implicación de Juan Carlos y Juan Ignacio no habría sido posible la película, no hubiera sido posible el éxito. Los propios saharauis no pensaban que esto podría darse algún día, porque se ha hablado del conflicto desde la vertiente política, militar, de exilio, de derechos humanos pero este trabajo es inédito y ha salido adelante gracias a la autoría intelectual de los dos. Yo me he implicado por ellos y me siento de verdad afortunado por haber sido el primer saharaui que participa en un trabajo de este tipo y el resultado lo estamos compartiendo los tres y lo hemos disfrutado con el pueblo saharaui, ¿Más, como nos piden los poetas? Nosotros somos investigadores, el campo es nuestro, las dificultades son muchas pero hemos abierto un camino en el que difícilmente nos quedaremos detenidos a la mitad. Hay más cosas a explorar, investigar y registrar, partiendo de nuestros conocimientos de esta cultura totalmente oral. Y esto es un orgullo para nosotros, sentimos que estamos saldando una deuda con esta sociedad de la que formamos parte y a la que debemos mucho. Que esto sea un granito de arena más para la causa saharaui, el verso saharaui, el gaf, el talaa, y para los grandes poetas.
¿Cómo habéis resuelto el aspecto visual, la narrativa a través de imágenes?
JIR: Ha sido un verdadero encaje de bolillos porque hemos recogido la forma de entender la poética de entre doce y quince poetas nacionales saharauis.
¿Cuántos poemas podéis haber recogido en total? Un número aproximado.
JIR: En el documental recogemos fragmentos. Cada uno de los poetas ha recitado un mínimo de diez poemas, son entre 120 y 150 poemas. Un número tremendo para poder encajar con coherencia narrativa audiovisualmente, porque no deja de ser una narración con un principio y un final. La idea era recoger en una primera parte aquellos elementos esenciales de la cultura saharaui, beduina, tradicional, a través de la poesía de sus autores y sobre esa base construir la lucha por la soberanía del pueblo saharaui, para que esa lucha cobrara sentido y enraizara en esa cultura, en esa identidad que diera sentido y justifica esa lucha por la independencia, por el territorio y la soberanía del pueblo saharaui. Por eso el documental dentro de las siete partes de las que se compone, tiene básicamente dos: una primera en la que recogíamos momentos de la cultura saharaui y de su territorio y de su movimiento en el territorio, esencial para la cultura tradicional beduina y después la segunda parte con todo el desarrollo histórico del conflicto. En la última parte los poetas narran, cuentan, versifican la nostalgia en un territorio vivido que hoy no pueden transitar. Como narrativa así lo hemos ido encajando.
Luego la cuestión trascendental ha sido cómo llegar a los públicos, al saharaui que habla hasania y al público castellano parlante. Después de darle muchas vueltas, subtitulamos los poemas en hasania pero impedíamos que la propia belleza de las imágenes llegara al público que habla en castellano porque no podía leer y al mismo tiempo apreciar la belleza de los paisajes. Decidimos centrarnos en fragmentos de poemas y después la locución en castellano con la idea de que los dos públicos pudieran disfrutar de los poemas y de las imágenes, ya que había que poner en valor esa enorme riqueza visual. Pero la duración del trabajo era enorme y era difícil darle un ritmo que mantuviera la atención. Lo que hicimos, siguiendo el consejo de uno de los poetas saharauis, fue elegir fragmentos significativos de los poemas de cada uno de los autores. De esta forma dábamos mucho más dinamismo a la narrativa.
Y este trabajo habría sido imposible sin la mirada y, no la traducción si no la recreación de la poesía en castellano, de la Generación de la Amistad, especialmente Bahia, Ebnu y también Limam Boicha. Su capacidad de recrear la poesía ha sido impresionante. Bahia nos ha ayudado a dar a las imágenes esa textura y esa profundidad y ese tono específico a las palabras en castellano. Ha habido momentos en que montaba secuencias enteras con la mirada que yo tenía sobre un territorio determinado y cuando venía Bahia todo cambiaba, porque un plano que mostraba un desierto, bello quizá para los ojos europeos pero sin vida, tenía que ser cambiado por la mirada que aportaba Bahia, como portador de la cultura saharaui: “hay que poner verde ahí porque si no este plano no transmite la belleza al público saharaui”. Como esta situación, infinidad de ellas, por eso es un trabajo plenamente colaborativo y sin la mirada saharaui habría sido imposible.
Me gustaría que nos hablarais más sobre la implicación de los saharauis en la película, teniendo en cuenta que parte de la obra de los poetas nacionales saharauis en hasania, y que uno de los codirectores es saharaui.
JCG. La película es un diálogo intergeneracional, es un diálogo entre las dos lenguas que los saharauis habitan, el español y el hasania, está la poesía de los mayores y está la poesía de los más jóvenes. Es un diálogo entre el proyecto colectivo y la personalidad de cada uno de los poetas que están aquí, incluyendo los poetas de la Generación de la Amistad. Es un diálogo entre la sociedad saharaui y los que venimos de fuera. En ese sentido la colaboración es la construcción común. No es un proyecto que ya venía diseñado y que hemos hecho juntos; es algo que se ha ido codiseñando permanentemente y cambiando juntos. Una de las primeras cosas que se montaron fueron a partir de un poeta, Hussein Moulud, nos impactó la entrevista y sobre eso hicimos todo un trabajo. Cuando lo empezamos a ver y a circular por ahí nos dimos cuenta de que era imposible hacer un trabajo sobre la poesía en hasania a través de un poeta, que tenía que ser el colectivo y además ese colectivo tenía que incluir a una serie de personas que ya estaban designadas por el Ministerio de Cultura y por los propios poetas nacionales. Hay una serie de cuestiones sobre la representación colectiva que también han influido en la película y que no sólo hemos respetado si no que hemos tratado de alimentar. Por eso es un trabajo colaborativo en el sentido de que lo hemos ido haciendo juntos. Co-laborar, trabajar con. En el diálogo se ha ido haciendo la película, a partir de lo que cada uno podía aportar.
¿Cómo han sido los diferentes viajes que habéis realizado, en especial los que habéis hecho por el territorio liberado, Tiris y Zemmur, para recoger las imágenes de la tierra de los saharauis?
JCG. Los viajes han sido un ejemplo de esta colaboración, porque es precisamente el encuentro con uno de los poetas nacionales. El primer viaje, con el poeta Hussein Moulud, fue un viaje de descubrimiento. Tuvimos momentos muy emotivos desde el principio. La experiencia de Hussein se nos reveló en una conversación que quedó grabada en Miyek, acerca de su vida, de su familia, de sus hermanos, del reencuentro con su padre después de treinta años, muchas cosas personales. También nos acompañó la experiencia de Ebnu desde el principio; cuando pasamos por Tifariti y supimos de la historia de su familia, de su padre [Nota: el padre de Ebnu cayó en la guerra en esa parte del territorio], el bombardeo, cuando estuvimos en el cementerio fue un momento muy excepcional. Fue un viaje donde el paisaje era un paisaje humano atravesado por historias y donde la poesía no era literatura, si no que la poesía era vida y la vida era poesía.
El segundo contó con la participación de Sidi Brahim y Bahia. La complicidad entre ambos a mí me exasperaba a veces (risas) porque parecía contener cosas interesantísimas y Bahia nos lo reducía a la mínima expresión y no podíamos apuntarlo ni hacer nada con ello. En el segundo viaje también quiero destacar a Mohamed Salem Abdelmayid, que es muy especial por su conocimiento de la poesía, su humor y su complicidad con Sidi Brahim, que también ayudó muchísimo. Son dos viajes fantásticos y hay que insistir en la colaboración, unos por ser mayores y su poesía, los otros por su capacidad de hacer esa poesía propia, como Ebnu y Bahia, Juan Ignacio por su trabajo con la cámara... En los viajes se pasan momentos tensos, también los tuvimos, pero fueron los menos. También hay que hablar de alguien presente en los dos viajes, Mohamed Ali Lamam, que ha hecho un trabajo por detrás enorme con los poetas pero que se ha mantenido en los viajes en una posición de logista más que del aspecto sustantivo del proyecto.
Durante la proyección de 'Legna' con los poetas nacionales saharauis
¿Cómo es ver Tiris para un  occidental?
JIR: Tiris hay que verlo sobre el horizonte, porque es una tierra blanca y pura, la recuerdo así. Y ver los montes, los galb, sobre el horizonte es lo que más me ha impresionado de Tiris, porque Zemmur es bella, tiene agua, los uad, y es mucho más agradable quizás, pero Tiris tiene la magia de la pureza. Cuando uno está filmando con la vista tiene que sentir con el tacto lo que está viendo a través de la mirada, y yo filmaba descalzo porque algo que me ha impresionado mucho es la tierra pura y blanca de Tiris. Y así la recuerdo, la he sentido, la he vivido y la he transmitido. Hemos aprendido a mirar el territorio, la gran lección fue en Tiris: “No te acerques demasiado. Los montes han de verse a la distancia justa porque los montes orientan”. Eso vino a través de la enseñanza de la buenísima gente que hemos tenido alrededor, que nos han enseñado a mirar.
JCG: Dice Badi que cuando llega a Tiris se descalza, porque efectivamente la tierra hay que sentirla. En nuestro viaje a Tiris en 2010 había llovido. Era un Tiris con agua y nos permitió ver eso que dice Uld Tolba: “Me gusta el Tiris con lluvia como sin lluvia también”.
BMA: Yo aprendí una frase que finalmente la he metido en mi libro ‘Tiris, rutas literarias’, porque a mí el viaje me ha servido para escribir el libro. Estábamos trabajando con Juan Ignacio en la Universidad y me sorprendió con una frase “Tiris siempre es actual”. Tiris es esa tierra que no pierde actualidad de acontecimientos, imágenes, personajes, de fábulas, de magia. El primer día del viaje, cuando ya estábamos en Tiris dormimos en la intemperie, el firmamento, nuestras hogueras, dispersos tranquilamente, y el tener contacto con la tierra, transmite algo, hay algo, una magia que te transmite, te da fuerza, alegría. Cuando llegamos a la famosa cueva de Uld Tolba nos quedamos como absorbidos dentro de la cueva, contemplando la belleza de la cueva y el horizonte que hay alrededor. Tocar las paredes de la cueva te transmite, te lleva a siglos atrás, a la época de los eruditos de la tierra, como el gran Uld Tolba. Esto es lo que podemos hablar de Tiris, pero de Tiris no se puede hablar en una hora, Tiris abarca mucho.
JIR: Hay una deuda, hemos recorrido sólo una parte del territorio, porque está partido y según se va viajando vas sintiendo la emoción de recorrer un territorio que forma parte de las anécdotas de su familia, está en su presente pero también está en su futuro. Todas las partes del territorio nacional saharaui son actuales por eso, porque forman parte de la historia, porque hoy están luchando por ella y la están soñando en el futuro. Y sí que sentíamos la deuda de un territorio partido, a partir de un punto no podíamos pasar y eso rompía el corazón de los saharauis. Ese muro no solo rompe la tierra, sentíamos que ese muro rompe por la mitad el corazón de los saharauis, era una sensación muy fuerte.
¿Cómo habéis vivido el FiSahara y el premio?
JIR: Ha sido un momento de una emoción gigantesca. El premio está muy bien pero el verdadero premio ha sido compartir la emoción de la gente cuando estaban viendo el trabajo. Esos jóvenes tumbados en las alfombras, viendo la película, levantando los móviles para sacar fotos de zonas del territorio de las que habrían escuchado hablar a sus padres, a sus abuelos, y verlas protagonistas de una pantalla grande, su territorio, eso es de una emoción gigantesca. Ver a los hombres y mujeres más mayores a nuestro lado reírse, llorar, por un territorio, una cultura que es la suya, nosotros no hemos sido más que instrumentos para mostrarles algo tan suyo, esto ha sido de una emoción absolutamente impagable. Para mí el gran premio ha sido esto. Esa es la sensación de reconocimiento compartido y vivido que he tenido en el FiSahara, y el compromiso sellado de sentirme hijo de los saharauis y un compromiso personal de querer envejecer con ellos. Para mí, como antropólogo, todo lo que he experimentado esta semana con la gente ha sido el momento más potente como antropólogo, más fuerte, más íntimo, más feliz de toda mi vida.
JCG: FiSahara mucha farándula, mucho ego, para la gente de Dajla un placer poder estar en la fiesta, tener otro ambiente, un pase de modelos de la jovencitas, momentos muy interesantes desde el punto de vista del hecho etnográfico del festival. Reflexionar también cómo contribuye al conocimiento y qué tipo de conocimiento porque siempre es interesante pero también puede tener su sombra, porque no sé cuánto contribuye realmente a involucrar al mundo del cine en el fondo. La película lo que trata de plantear es una mirada desde el Sahara sobre el territorio, sobre toda la historia, sobre los problemas sobre la percepción de la gente sobre los poetas, la indignación, la frustración con la comunidad internacional. Nosotros somos parte del problema tanto como parte de la solución. El FiSahara contribuye a eso pero al final hay una distancia que todavía queda mucho por cubrir. El encuentro con las familias es muy interesante para la gente, remueve conciencias. Pero falta algo que se debería seguir trabajando.
En lo personal, la posibilidad de un escenario donde estás con todo lo que has tratado de hacer, muy cercano a la gente, ver cómo la gente lo empieza a apreciar, lo empieza a valorar. De alguna manera ese reconocimiento a tu trabajo empieza o continúa, se va fraguando una relación que diluye la distancia entre nosotros y ellos, y eso es muy bonito para un antropólogo y te compromete más.
BMA: Miro el FiSahara como saharaui pero desde el exterior. Veo mucha gente comprometida, del cine, de las universidades, del mundo solidario, implicados en el festival, que es una referencia en la historia del pueblo saharaui, en el marco de la solidaridad. Lo veo como algo muy importante. Para la gente de Dajla cuando llega el festival les llena un vacío. Cada año los actores y actrices que vienen no se repiten, esto potencia la estructura del FiSahara para darle más proyección y más fuerza. Y siento que los saharauis cada vez tenemos más amigos, cada vez somos más fuertes, nuestra causa se siente arropada internacionalmente. Cuando tienes muchos amigos y detrás de una causa justa, tarde o temprano llegará a buen puerto.
JIR: En FiSahara todo es positivo. Ha cumplido un excelente papel como escenario para los que hacemos cine desde y para el pueblo saharaui. Están puestas las bases para que esto suceda, los propios saharauis son sujetos creadores de las historias que se proyectan del FiSahara hacia fuera. Hay una Escuela de Cine que empieza a dar sus frutos, tiene su espacio. Este ha sido el primer FiSahara en el que un director saharaui ha ganado el premio, eso ha de ser puesto en valor. Los saharauis como sujeto han estado en lo más alto y esto tiene que tener un reconocimiento y una proyección hacia el exterior de lo que ellos desde allí son capaces de proyectar como sujetos de su propia historia y de su propia capacidad creativa. Este es el paso que el FiSahara debe dar y estoy seguro, por la sensibilidad de la gente que está dentro, que lo van a hacer.
Tras haber ganado el primer premio del FiSahara, ¿a dónde esperáis que llegue la película?
JIR: Hay un mandato del pueblo saharaui, nos han dado un mensaje, “compartimos con vosotros este premio pero tenéis una responsabilidad y una obligación, y es llevar nuestra identidad que se sustancia en nuestra poesía llevarla hasta el último rincón del mundo”. Nuestro deseo una vez acabado el trabajo de creación es llegar a esta fase de distribución cumpliendo este mandato, que no es un mandato que alimenta nuestros egos. A lo largo de estos años hemos dejado nuestros egos repartidos en el territorio con la gente con la que hemos trabajado. Es cumplir el mandato de llevar esta obra que condensa esta identidad saharaui tan enraizada, este amor por su territorio, hasta el último rincón del mundo. Este es el desafío, la responsabilidad que tenemos ante el pueblo saharaui. Hacia el interior, apoyar a la gente de las wilayas, la gente joven en los colegios, en sus instituciones, fuera, para que pueda ver este trabajo en el propio territorio saharaui, campamentos, territorios liberados, en los territorios ocupados y por supuesto la población saharaui en la diáspora.

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The Seeker

6:05 a. m. Conx Moya 0 Comments


Me encanta buscar y la gente que busca…
Como dice el Marcos de mi libro en construcción ‘Sin pedir permiso’: “A mi ignorancia sólo le supera mi curiosidad”

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La amante de Matisse

7:00 a. m. Conx Moya 0 Comments


Conocí a Enrique en la escuela de artes y oficios allá por 1980. Yo intentaba entonces aprender todo lo posible sobre escultura. En aquellos días, recién cumplidos mis veinte años, me consideraba una joven radical, aunque el tiempo, que todo lo pone en su sitio, me devuelve la imagen de una jovencita muy pagada de sí misma. Tenía fama de indomable y loca pero como era atractiva y abierta, podía conseguir sin esfuerzo todos los hombres que quisiera, ya saben. No suponían para mí más que un entretenimiento, así que muchos compañeros de la escuela y algún que otro profesor pasaron por mi buhardilla.
Independiente y emancipada, libre de hacer con mi vida lo que quisiera. Era admiradora y defensora a ultranza de Camille Claudel, la víctima del depredador Rodin, y en mis sueños más desquiciados me imaginaba como una vengadora de la artista, y de todas aquellas mujeres válidas devoradas por los genios. Estábamos en los años 80, las mujeres nos habíamos liberado hacía décadas y el poder estaba en nuestras manos. Solamente teníamos que perder el miedo y tomar lo que era nuestro. Por mi parte pensaba ser una artista importante, valorada por mi trabajo y que no dependería de ningún hombre.
Enrique era un chico callado, muy tímido pero vestido siempre de manera extravagante. Camisas de vivos colores, rojos, verdes, azules y amarillos combinados con descaro con todo tipo de estampados, hojas, rayas, círculos, figuras geométricas y dibujos psicodélicos. Sus pantalones y sus zapatos seguían el mismo estilo, lo que le daba un aire descuidado, de ropa vieja y usada mil veces. En un lugar donde todo el mundo se trabajaba su imagen a conciencia y donde encontrábamos demasiados bohemios estudiados, Enrique suponía un soplo de aire fresco porque estaba claro que no era una pose. Aquel joven, que parecía un auténtico cuadro andante, era tal y como le veíamos. Sin imposturas.
Enrique pintaba cuadros tan coloristas como su aspecto, los mismos colores y los mismos dibujos se repetían en su ropa y en sus lienzos. Y pasó. Yo andaba por entonces enfrascada en unas delirantes esculturas móviles pintadas siempre de azul, no olvidaba mi papel de vengadora de Camille Claudel pero su estilo ya no me llenaba, demasiado realista. Ese era nuestro problema, estábamos influidos por tal o cual artista pero ninguno teníamos voz propia. Ninguno, excepto Enrique. Enrique Matisse, el chico que acudía todos los días a la escuela en un estrambótico Escarabajo de color fucsia, con la tapicería manchada de pintura. El joven que cambiaba el olor a colonia por un inconfundible olor a trementina, el que siempre se limpiaba la pintura de las manos con alguno de los enormes pañuelos que llevaba al cuello. Matisse, con su timidez, su aspecto desvalido y su voz suave fue ganándome poco a poco la partida antes de que yo me diera cuenta de que la estábamos jugando. Empecé a seguirle a todas partes, adapté mis horarios y mis compromisos a los suyos, me pasaba las horas viéndole trabajar. Descuidé las clases, abandoné mis esculturas, dejé a mis amigos y los profesores dejaron de frecuentar mi buhardilla.
Enrique jamás sugería nada, mucho menos imponía nada, yo me limitaba a vivir para él. Y terminé por posar para Matisse en el estudio que tenía cerca de la escuela. Jamás posé antes para nadie a pesar de que muchos compañeros me lo habían pedido. Yo era una artista, no una de aquellas muchachas que seguían a los pintores, esas esclavas que acababan devoradas por supuestos genios.
Pero Enrique me cazó, literalmente caí en una trampa. Me desnudó sobre un sillón tapizado en una tela verde con rayas amarillas, al lado de un biombo oriental. La ventana abierta dejaba ver la noche oscura y una gastada alfombra roja protegía uno de mis pies del suelo helado. Me hizo que pasara uno de mis brazos por detrás de la cabeza, enmarcándola y el otro sujetaba mi pierna, subida encima del sillón. Enrique cubrió mi cuello con uno de los pañuelos que usaba para limpiarse las manos. Trabajaba muy rápido, en unas horas había conseguido un estupendo boceto. Le bastaba, después continuaría su trabajo en la soledad de su estudio. Posé para él y pensé con rencor en el resto de mujeres que habían pasado por aquella habitación porque Enrique tenía una bien ganada fama de estupendo pintor de desnudos. Y ya no volví a saber más de él. Una vez tuvo mi retrato salió de mi vida regalándome la más helada indiferencia.
Así la aspirante a genio de la escultura, la artista que quería tener voz propia, se convirtió en una modelo más de las decenas que habían posado para sus cuadros de desnudos, esas a las que Enrique paseaba en su Escarabajo, del estudio a los lugares donde exponía ocasionalmente. Una más. Y así me convertí simplemente en la amante de Matisse. Había conseguido borrar mi identidad.
Conx, 2000

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‘Alabama Monroe’, círculos de amor y pérdida

11:48 p. m. Conx Moya 0 Comments



Una de las películas que más me han gustado e impresionado este año ha sido ‘Alabama Monroe’, película que estaba deseando ver desde que leí las primeras informaciones sobre ella en internet. Se trata sin duda de una poderosa historia de amor y un doloroso drama familiar, que aborda muchas y complicadas cuestiones: el amor, la pareja, la paternidad, la enfermedad, la pérdida de seres queridos, la religión, el dolor, la felicidad, el arte, la creatividad… Todos estos mimbres construyen un hermosísimo cesto, pero no de la manera más obvia o esperada. Esta reseña sobre ‘Alabama Monroe’ va a transcurrir llena de vueltas y revueltas y avanzará en círculos, como le sucede a la propia peli. ‘Alabama Monroe’ es una adaptación al cine de la obra de teatro de Johan Heldenbergh, actor que interpreta a uno de los protagonistas del film, llevada a la gran pantalla por el director belga Felix Van Groeningen.
La desordenada estructura de la narración nos presenta desde el inicio de la película el doloroso hecho que desencadenará todo el drama, por lo que el espectador es consciente desde un primer momento a lo que se va a enfrentar. Sentimientos a flor de piel, enorme dolor, inmensa ternura, amor intenso y posturas vitales difíciles de congeniar, montados en una estructura de constantes flashback y fluctuaciones cíclicas de la historia, no en vano la película en su versión original se llama ‘The broken circle breakdown’. En España han preferido titularla como ‘Alabama Monroe’, que no tiene más secreto que los nombres que en un momento de la película la protagonista da a cada miembro de la pareja; ella es Alabama, él es Monroe.
Antes de verla pillé algunas informaciones deslavazadas sobre la peli: que era belga, que aparecían unos músicos de country (luego leí que en realidad se trata de blue grass), y que la protagonista tenía muchos tatuajes chulos. Pensaba que la acción transcurría en EEUU, pero nada más lejos de la realidad, en realidad el escenario es la ciudad belga de Gante. Pudimos ver la peli dos días antes del estreno oficial español (que tuvo lugar el viernes 14 de febrero, día de los innombrables) por cortesía de un sorteo de la revista Ruta 66. Y es que la peli tiene mucha miga musical, de ahí la importancia de la magnífica banda sonora de Bjorn Eriksson.
El protagonista masculino, Didier, es el líder de una banda de bluegrass, a la que se une la bella Elise cuando ambos se enamoran. Las canciones están perfectamente integradas en la película, con letras que tienen que ver y completan el desarrollo de la trama. La música es perfecta, brillante, bellísima; se lucen las guitarras, el violín, un luminoso banjo… Un aspecto que añade verosimilitud a la historia es que las canciones están interpretadas de manera más que competente por los actores principales. Un ejemplo de cómo intervienen en la trama, es la interpretación de ‘Country on my genes’, en un momento de plena felicidad de la pareja con su niña creciendo y con la banda a pleno rendimiento, o la preciosa ‘If I needed you’, cuando el drama cobra toda su intensidad y a la pareja protagonista se le ha roto la vida. En relación a la banda sonora, esto es lo que dice el director: “La música bluegrass forma parte íntegra de la historia y es la unión intrínseca entre todos los temas de la película, tales como la vida, la muerte, el nacimiento, Estados Unidos, la maternidad, la paternidad, la búsqueda del consuelo, la vida después de la muerte… La música también es lo que une a la pareja. Nos hemos esforzado para que los temas encontrasen su sitio en el guión de forma organizada y, por lo tanto, conferirles el mayor impacto dramático posible”.
Quiero destacar también a la pareja protagonista, el vigoroso Didier y la amorosa Elise. Ambos se complementan en lo que al principio de su relación parece una unión perfecta. Sin embargo la llegada de los problemas resquebrajará la pareja y aumentará sus evidentes diferencias; creyente ella y antirreligioso él, con posturas opuestas a la hora de enfrentarse a la enfermedad y la muerte. Interpretados por Johan Heldenbergh (autor como ya hemos mencionado de la obra de teatro) y Veerle Baetens, fantásticos intérpretes que llenan de vida, brío, sensibilidad, ternura, dolor e incluso odio a sus torturados personajes. Mención aparte merece Nell Cattrysse, la niña que da vida a la pequeña hija de los protagonistas, Maybelle.
Otro aspecto que quiero destacar, porque para mí añade atractivo a la película, son los preciosos tatuajes de Elise. Cada uno tiene una historia, y muchos de ellos tapan el recuerdo de hombres que ocuparon un lugar en la vida de la protagonista. Están diseñados por la fantástica tatuadora belga Emy La Perla. Sin ser yo experta, diría que se inscriben todos en el estilo old school, os dejo más abajo un enlace donde se explica lo que significa cada uno de ellos. Son tan bonitos que en la peli tienen su protagonismo y su espacio. La cámara se recrea en ellos sobre el precioso cuerpo de Elise, en especial en las escenas de sexo, donde se lucen con gran delicadeza.
Lo que menos me ha gustado es que el drama se lleve demasiado lejos, con una vuelta de tuerca final que a mí particularmente me sobró. También veo metidas con calzador las ideas políticas de Didier y la crítica al gobierno de Bush, no por inoportuna, si no por obvia. También el discurso de Didier en el teatro me chirrió un poco. Detalles, no obstante, que no disminuyen mi entusiasmo por la película.
‘Alabama Monroe’ ha disfrutado de muy buenas críticas a nivel internacional. Obtuvo una nominación a los Oscars en la categoría de mejor película de habla no inglesa, premio que finalmente se llevó la película italiana ‘La gran belleza’, de Paolo Sorrentino. Sí obtuvo, en cambio, el Premio Cesar a mejor película extranjera y el Premio del Cine Europeo a mejor actriz para Veerle Baetens.



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‘Raíces y clamor’ de la juventud saharaui en busca de su tierra

9:57 a. m. Conx Moya 0 Comments

Esta entrada ha sido escrita por la periodista y escritora Conchi Moya.
Una de las muchas consecuencias que tiene la ocupación marroquí sobre el Sahara Occidental es que ha condenado al desarraigo a toda una generación de jóvenes saharauis que han nacido fuera de su territorio.
Desarraigo: Extracción de raíz de una planta o árbol. Falta de interés o lazos con el entorno en que se vive.
Los saharauis nacidos en el exilio a partir de noviembre de 1975, fecha en que se produjo el abandono español y la invasión del territorio por parte de Mauritania y Marruecos, constituyen un elevado porcentaje dentro de la población saharaui. Son jóvenes que no conocen su tierra, el Sahara Occidental, de la que se encuentran aislados por el muro de la vergüenza, que parte el territorio como si de una terrible cicatriz se tratase; una herida poblada de minas antipersona, alambradas, material bélico y miles de soldados marroquíes.
Que la vida de estos jóvenes transcurra lejos de su territorio tiene muchas implicaciones. No tienen  recuerdos de la tierra, los montes, el nomadeo, los pozos, la flora y fauna saharauis. No saben apenas de los grandes guerreros que lucharon contra las invasiones del territorio, ni de los poetas que cantaron a Tiris y a Zemmur[1]. No conocen gran partede la historia de su país. Aunque cada familia saharaui mantiene en su jaima las tradiciones, conoce el conflicto y custodia como un tesoro su cultura, es muy difícil para un niño, un adolescente, un joven, tener el sentimiento de pertenencia hacia una tierra que nunca ha pisado, una patria de la que le hablan pero nunca ha podido conocer.
Esta sensación se multiplica cuando estos niños viven en la diáspora. La enfermedad, los estudios o el traslado de su familia lleva a muchos jóvenes saharauis a vivir a lo largo de diferentes puntos del planeta. Muchos jóvenes saharauis realizan sus estudios secundarios en diferentes países del mundo, ya que en los campamentos sólo hay un incipiente programa de estudios secundarios, y de momento no se pueden cursar estudios universitarios.
No se puede negar que entre la juventud saharaui hay desarraigo, hay desesperanza, hay abatimiento, hay hastío, añoranza y falta de expectativas e ilusiones. Sólo hay que imaginar lo que supone estudiar, formarse y sacrificarse varios años para volver a una tierra prestada, donde se es refugiado y donde nada es propio, donde no se pueden desarrollar lo que se ha estudiado, no hay trabajo, no hay futuro; mientras que hay una tierra arrebatada, plena de riquezas que no se pueden disfrutar.
Aquellos jóvenes saharauis del 73, los que fundaron el Frente Polisario y llevaron a sus compatriotas de ser un pueblo nómada y beduino a transformarse en una de las sociedades árabes y africanas más cultas y avanzadas, deben tomar como tarea primordial que la juventud saharaui se encuentre con sus raíces y sea parte activa de su causa. Efectivamente la búsqueda de la esencia saharaui es tarea de cada uno de ellos, pero la saharaui es aún, por suerte, una sociedad comunitaria, donde se va mano con mano. Haberse mantenido unidos a pesar de las vicisitudes de estos cuarenta años, ha permitido al pueblo saharaui continuar la resistencia y cosechar muchos éxitos, el primero de ellos no desaparecer. En esto los jóvenes saharauis también deben recibir el abrazo, la comprensión y la ayuda de sus mayores. No nos cabe duda, lo lograrán.
La saharaui ha dejado de ser una literatura exclusivamente oral. Los proyectos para recoger el legado literario en hasania y la publicación de libros de los escritores saharauis en español, en los que se recogen muchos aspectos antropológicos e históricos del pueblo saharaui, pueden suponer una ayuda para el encuentro con sus raíces de estos jóvenes.
La juventud saharaui se organiza en los campamentos, territorios ocupados y en la diáspora en diferentes colectivos, asociaciones y ligas, con las que pretenden tomar las riendas de su futuro, colaborar con su causa, demostrar al mundo que ellos tienen mucho que decir. Concentraciones, seminarios, presencia en foros internacionales… La causa saharaui condiciona sus vidas, al igual que condiciona la vida de todo el pueblo saharaui. La causa no es para ellos una carga si no un orgullo.
Ese compromiso de la juventud saharaui se manifiesta también desde el arte. Así, la joven estudiante de periodismo Ebbaba Hameida, ha querido reflejar las vivencias e inquietudes de sus jóvenes compatriotas en el documental ‘Raíces y clamor’, según sus palabras, “un compromiso con mi pueblo”, planteado como un diálogo con sus compañeros saharauis para saber lo que ellos sienten. “Veía muy importante transmitir ese sentimiento”.
“Raíces y clamor”, es un documental sobre los jóvenes saharauis que sufren de una doble expatriación, han nacido fuera del Sahara y estudian en la diáspora. En palabras de Nicolás Calvo, director del documental, “su esfuerzo no es un esfuerzo personal, sino que está encaminado a ayudar a su pueblo, va más allá de sí mismos”.
Como afirma el joven abogado Sidi Moh Talebbuia  “Mientras siga un saharaui vivo, seguirá viva la causa”. En ‘Raíces y Clamor’ escuchamos a los jóvenes decir que “la lucha por el Sahara es un deber moral de todo saharaui”. “¿Qué es un saharaui fuera de su causa?”, se pregunta Fati Jadad en el documental. Ella misma responde, “es como una hoja arrancada de su árbol: NADA”. Porque como afirman estos jóvenes saharauis “podemos andar perdidos pero al final todos volvemos a nuestras raíces”.
‘Raíces y clamor’, dirigido por Ebbaba Hameida y realizado por Saâd Jebbour, se presentará en el FiSahara (Festival Internacional de Cine del Sahara) que se celebrará en los campamentos de refugiados saharauis entre el 29 de abril y el 4 de mayo.
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 [1] Regiones en las que se divide el Sahara Occidental. Zemmur al norte del territorio y Tiris al sur.

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