Si me das a elegir me quedo con los Chunguitos
El pasado sábado 2 de febrero los
televidentes españoles asistieron a la invención de la Coca Cola durante la
entrega de los premios Goya en Sevilla. Después del fracaso de la gala del año
pasado, en las redes sociales se notaba cierta expectación por la gala
presentada por Andreu Buenafuente y Silvia Abril. Se habían anunciado además
las actuaciones de dos personajes omnipresentes en los medios, James Rhodes y
Rosalía.
No pude ver la entrega de premios por
asistir a un concierto y porque ya no tenemos televisión en casa, pero a la
mañana siguiente me asaltaron en redes sociales decenas de publicaciones
referidas a la sorpresa que guardaba Rosalía, una versión de “Me quedo contigo”.
Como todo lo que rodea a la joven cantante catalana las redes habían comenzado
a arder al minuto siguiente a finalizar su actuación. Vestida de rojo y acompañada
por el Cor Jove de l’Orfeó Català, la cantante de moda ofreció una impactante interpretación
a capella, aunque en exceso mística y solemne, despojándola de ese desgarro tan
auténtico que tenía la versión original.
Estos días se me han quedado los ojos como
platos leyendo en Twitter comentarios que atribuían la canción a Antonio Vega o
a la propia Rosalía. Nada más lejos de la realidad, “Me quedo contigo” es tal
vez la canción más conocida y reconocida de Los Chunguitos, máximos exponentes
junto con Los Chichos de la rumba gitana madrileña de principios de los
ochenta. El revuelo organizado me ha traído a la memoria una curiosa historia
de mi infancia relacionada con Los Chunguitos. El trío ya tuvo relación hace muchos
años con otra Rosalía, la actriz gallega Rosalía Dans, en un programa que era
una recreación dramatizada de la vida de los Salazar y que recuerdo haber visto
de pequeña en compañía de mi abuela. La magia del Youtube me ha permitido recuperarlo
y recordar la Vallecas de mi infancia, ya que los hermanos Salazar vivieron en
una casa baja de Palomeras en una calle cercana a la calle Nueve, donde se
levantaba la casa de mi abuela María, y donde yo pasé mis dos primeros años de
vida.
En 1985 TVE emitió una serie de espacios
bajo el hombre de “Tatuaje”, dirigidos por el poeta y periodista José Miguel
Ullán. El que dedicó a Los Chunguitos se llamó “Con el agua al cuello”. Así
recogía el diario ABC en su página de Televisión, con fecha 3 de julio de 1985,
la emisión del docudrama.
Al igual que hiciera con la figura de El
Fary el segundo programa de Tatuaje el espacio que dirige José Miguel Ullán se
parará hoy en el encastado grupo Los Chunguitos. Una biografía musical y
novelada donde el trío extremeño, seguidor en un principio del sonido caño roto
y última conquista de la línea dura de la posvanguardia, desenvaina entre
rumbas calés la chispa de su vida, que lleva el título de Con el agua al
cuello. Junto a ellos, y para hablar de los avatares de la existencia, aparecen
algunos de los componentes de su familia, como sus hermanas, el ultrarradiante
dúo Azúcar Moreno, que aseguran haber tenido que achicar agua muchas veces de
su chabola, “por eso siempre decimos que nuestra vida ha sido como una historia
del comandante Cousteau”. También aparecerá la actriz Rosalía Dans que suele
prestar su paisaje a este programa.
Su visionado me depara una emocionante
sorpresa. Veo a los tres Chunguitos pegando patadas a un bote al lado de la
bodega de Saturnina y Evaristo y de la casa que mi abuela María levantó con
todo el esfuerzo del mundo en los años 50 y donde vivió hasta diciembre de 1983 cuando la derribaron. Es
difícil explicar mi emoción mientras hacía un pantallazo de la imagen y se lo
enviaba a mis padres para que me confirmaran. Poco más que comentar de un docudrama
que no ha resistido el paso del tiempo y que se mueve entre momentos delirantes
y sonrojantes. Tan solo salvo las actuaciones del trío en el patio de una
cárcel. Si tenéis fuerzas podéis verlo en el siguiente enlace:
Los Chunguitos fueron en sus inicios los
hermanos Enrique, Juan y José Salazar. Nacidos en Extremadura y sobrinos del
reconocido cantaor Porrina de Badajoz, se trasladaron con su familia a Madrid
siendo niños, recalando en Vallecas. Empezaron a cantar desde muy jóvenes en
los alrededores de la Plaza Mayor para ganarse unas pesetas y fueron
descubiertos por Ramón Arcusa del Dúo Dinámico. Con él grabaron en 1976 su
primer éxito, la archiconocida “Dame veneno”. Era la época de oro de la canción
ligera aflamencada, de aquella rumba gitana madrileña en la que brillaban
nombres como Los Chichos, el otro gran trío afincado en Vallecas, que comenzó
su carrera en 1973. “Poetas de arrabal”, “voces de extrarradio”, sus temas
hablaban de amores incendiarios y arrastrados, de adolescentes marcadas por
embarazos no deseados, de cárcel y deseos de libertad, de exclusión y
penalidades. Historias con fuerte componente autobiográfico, en una época marcada
por el paro, la crisis y la marginación social. Los Chunguitos sabían desde
niños lo que era pasar hambre y todo tipo de calamidades, no les era difícil
reflejarlo en sus canciones. Por desgracia perdieron pronto a su cantante y
compositor, Enrique, fallecido con 25 años por una hepatitis en 1982 y que fue
reemplazado por su primo Manuel. Esa es la formación de Los Chunguitos más
estable y la que yo recuerdo. La saga Salazar se completó con el dúo Azúcar
Moreno y el grupo Alazán, a quien mi abuela llamaba en el barrio Las
Chunguitas.
Entronizados como reyes del cassette en las
gasolineras de toda España, su popularidad llegó a extremos increíbles. El
exitazo de “Me quedo contigo” les llevó incluso a ser invitados al programa
estrella de la modernidad ochentera “La Edad de Oro” de la inolvidable Paloma
Chamorro. La canción fue compuesta por Enrique Salazar y Crescencio Ramos Prada
y formó parte de “Pa ti, pa tu primo” (1980), cuarto álbum de Los Chunguitos,
pero alcanzó enorme fama gracias a su aparición en la banda sonora de ‘Deprisa,
deprisa’ (1981), una notable inclusión de Carlos Saura en aquel “cine quinqui”
que arrasó a principios de los 80. La canción ilustra la secuencia final de la
película, especialmente recordada por quienes la vieron en su día.
La canción ha tenido diferentes versiones
antes que la de Rosalía. Me quedo con dos, la de Manu Chao y la de Antonio Vega,
aunque en mi opinión están por debajo de la original. Manu Chao la interpretó
en su álbum de 2009 “Baionarena”, un doble CD en directo grabado durante una
actuación en la plaza de toros de Bayona (Francia).
La personal interpretación de Manu lleva la canción a esos ritmos “interétnicos”
tan del gusto del músico franco-español; su versión incluye vientos y
percusiones, en una cadencia pegadiza que conducen a un crescendo de guitarras
rabiosas. La historia dice que Antonio Vega grabó su versión de “Me quedo
contigo” porque era la canción favorita de su pareja, Margarita del Río.
Apareció en su disco de duetos y versiones “Escapadas” publicado en 2004. Marga
falleció dos días después de que Antonio grabara el tema, agravando aún más la
delicada situación que atravesaba el cantante. Como curiosidad, nosotros la
elegimos, junto con otras músicas, para el video de nuestra boda, aunque no es
una versión que me guste en especial. La voz de Antonio estaba ya irremediablemente
lastimada, perdida la frescura y los matices que la hacían tan especial para
mí.
Volviendo a la interpretación del pasado
sábado, a pesar de la polémica absurda sobre la “apropiación” y
“desgitanización” del tema, los mismísimos Chunguitos dieron su aprobación a
Rosalía a través de su cuenta de Twitter: “Una gran sorpresa estar viendo los
#Goya2019 en #Tve y ver a esta gran Artistaza @rosaliavt cantando nuestro tema
#Mequedocontigo. No hay mejor manera de hacerlo tan bonito!!, a partir de ahora
nos quedamos tambien contigo Rosalía!! Ganas de cantarla juntos Rosalia &
Chunguitos”. Ahí lanzaron el guante, más o menos recogido por Rosalía, para
actuar con la artista de la que todo el mundo habla.
No es mi grupo, no es precisamente mi estilo
de música pero Los Chunguitos y “Me quedo contigo” forman parte de la historia
de mi barrio y de mi historia personal.
0 comentarios:
Publicar un comentario