Mis palabras en la presentación en Madrid de “Un beduino en el Caribe/Beduino bat Karibe aldean” de Ali Salem Iselmu

9:15 a. m. Conx Moya 0 Comments

Es un placer de nuevo para mí presentar un libro de un escritor al que admiro tanto y al que aprecio tanto, Ali Salem Iselmu, periodista, poeta y escritor saharaui. Nacido en Dajla, antigua VillaCisneros, a principios de los años 70 (con los saharauis conocer las fechas exactas es complicado) estudió periodismo en la Universidad de Santiago de Cuba. Trabajó en la Radio Nacional Saharaui en el departamento de español y a principios de este convulso siglo XXI se estableció en España, formando parte de esa extensa diáspora saharaui a lo largo de los cinco continentes. Ali Salem está presente en las numerosas antologías de poesía saharaui en español publicadas en estos últimos quince años y tiene dos libros publicados en solitario ‘La música del siroco’ y ‘Un beduino en el Caribe’, libro que presentamos esta tarde, en una nueva edición en español y euskera. Además también está presente en las redes con numerosos artículos de análisis político sobre la cuestión saharaui, lo que muestra su versatilidad intelectual.
En julio de 2005 se celebraba el congreso fundacional del grupo de escritores saharauis en lengua española, Generación de la Amistad. Fue en Madrid, un día muy caluroso de julio. Doce años es ya una cifra importante; durante este tiempo se ha trabajado duro, y esta labor ha dado como fruto multitud de charlas, actividades, artículos, conferencias, acciones y algo muy importante y novedoso para una cultura netamente oral como es la saharaui, la publicación de libros. En verso y en prosa, en formato de antologías, en solitario. Editados en diferentes países y traducidos a varios idiomas.
Esta tarde tenemos el placer de reunimos para presentar uno de esos libros, ‘Un beduino en el Caribe’, escrito también para apoyar la causa saharaui desde la vertiente cultural y literaria, escrito para denunciar la invasión y el expolio del Sahara Occidental, escrito para intentar paliar el desarraigo que el exilio y la ocupación ha producido en las generaciones saharauis más jóvenes.
‘Un beduino en el Caribe’ es una deliciosa colección de relatos sobre el exilio, el desierto, Cuba, el desarraigo, la vuelta a las raíces, el amor, la amistad, la pérdida. Son relatos llenos de nostalgia, esperanza y convicción, desde la mirada sorprendida de un niño del desierto que recala en la exuberante Cuba y de un nómada que lucha contra el desarraigo del exilio volviendo la vista a su milenaria cultura.
Cada día que pasa creo más firmemente en la importancia de que sean los propios saharauis, en el idioma que ellos decidan, quienes cuenten sus historias y reflejen su sentir ante la dura realidad de la que son protagonistas. “Para que los saharauis dejen de ser imaginados por otros”, dijo Limam Boicha. Yo me uno a sus palabras y agradezco a los escritores saharauis estos años de amistad, escritura, lecturas y actividades compartidas en las que he aprendido tanto.
La publicación de estos libros por parte de los escritores saharauis es, según ellos, una forma de devolver a su gente la formación que se ha ofrecido a tantas generaciones de saharauis, una forma de devolver lo recibido para que revierta en el pueblo. Una lucha cultural para acompañar la acción solidaria, diplomática, jurídica o política. Una forma de luchar a través de las palabras, “a veces más certeras que las balas”.
Gracias Ali Salem por acercarnos vuestra amada cultura con tus poemas, tus artículos y tus relatos, y aumentar con tu incansable activismo nuestras ganas de luchar. Nos queda una larga tarea pero el camino es más fácil de vuestra mano.
**Crónica de Giulia Maltese

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‘Recetas para astronautas’ de Basilio Pujante, disfrutada narración breve

12:29 p. m. Conx Moya 0 Comments


En mis “correrías artísticas” murcianas, tras disfrutar del trabajo de mucha gente que hace muchas cosas interesantes, llevo un tiempo descubriendo la literatura de la Región. Después de leer a Miguel Angel Hernández Navarro y Ginés Sanchez, y a la espera de encontrarme con ‘Pantanosa’ del desaparecido Francisco Miranda y ‘Mirando al suelo’ de Fran Béjar, el libro de relatos ‘Recetas para astronautas’ de Basilio Pujante me ha dejado muy buen sabor de boca.
Basilio Pujante (1982) es doctor en literatura, profesor de secundaria, agitador cultural, miembro del Colectivo Iletrados, autor del blog Lecturas Iletradas y además publica sus críticas literarias en La Tribuna del Noroeste. Precisamente tuve el honor de que Basilio reseñara mi novela ‘Sin pedir permiso’ en el mencionado digital murciano, dirigido por Jaime Parra. Tras muchas publicaciones en blogs, revistas y fanzines y su habitual presencia en numerosos recitales, Basilio ha publicado al fin su primer libro. Y lo hace con Balduque, una editorial murciana relativamente nueva que en sus dos escasos años de vida tiene en su haber un número considerable de libros de cuidada edición, donde priman los autores inéditos, muchos de ellos jóvenes.
Con una tesis como “El microrrelato hispánico. (1988-2008): teoría y análisis” parece evidente que Basilio publicaría un libro como éste. Evidente pero no tanto; este ‘Recetas para astronautas’ comienza efectivamente con un microrrelato de una frase, pero la extensión de los textos va aumentando según se avanza en el libro hasta llegar al último, ‘El tema del doble’, que ocupa las 30 páginas finales. Basilio demuestra en su libro que domina la técnica del relato en sus diferentes extensiones, logrando en todo momento que funcionen con la precisión de un reloj, sin que ello les reste vida ni frescura.
El libro está compuesto por 27 relatos de extensión creciente. ‘Un cartel con su nombre’, ‘Follar, verbo transitivo’, ‘Miss Pedanía’, ‘Dios’, o los tristes ‘Siempre saludaba’ y ‘Cadáveres sociales’. O ‘15 de agosto’, ‘El amor a los seis años’… Es difícil dejar de nombrar alguno, los relatos de Basilio son deliciosos, provocan reflexión y más de una sonrisa. Porque sobre todos ellos planea un soterrado humor. Muestra del socarrón humor murciano (si se me permite la expresión) es ‘Comunión’, sobre las desventuras de una niña a la que una madre beata y un padre borrachín se empeñan en arruinarle el que debería haber sido “el día más feliz” de su infancia. El autor juega con diferentes voces, narrando en una lograda primera persona en algunos relatos, adoptando con acierto una voz femenina en otros.
Magnífico el relato final, el más extenso, sobre escritores, congresos, identidades, universidades y todas las imposturas y pedorreces que rodean la literatura y el mundo académico. Se lee del tirón, con ganas de saber en qué quedará una historia trufada de una ironía un punto gamberra, sobre un mundo que Basilio probablemente conoce bien. También literarios son ‘El ladrón de libros’, en el que el autor mantiene perfectamente la tensión narrativa, o ‘Una pinta en Haworth’, que transcurre en uno de esos pueblos ingleses con historia y escritores (Haworth y las Brontë en este caso).
El autor, un gran narrador y un espléndido contador de historias, se muestra a través de diferentes claves como hijo de la década de los ochenta (nació 11 años después que yo), por lo que tenemos referentes comunes, aunque no tantos. Basilio forma parte de aquella generación de becas Erasmus que permitió a muchos jóvenes completar sus estudios en el extranjero, a las que no llegamos los que nacimos una década atrás. Funciona esa mezcla de vivencias pegadas a la tierra murciana que tienen a la vez el poso de haber viajado bastante.
‘Relatos para astronautas’ es en definitiva un libro que te hace disfrutar de verdad con su lectura, con unos textos condensados y muy pulidos en los que no sobra ni falta nada. Yo al menos me quedo con ganas de que Basilio publique algo más largo; sin duda oficio, actitud y gusto no le faltan.
Foto: EUROPAPRESS

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Cierre x Impago en Tal vez mañana, el programa de #Radio de Raúl Tamarit

8:59 a. m. Conx Moya 0 Comments

El pasado martes 17 de mayo me entrevistaban en ‘Tal vez mañana’, el programa de radio de Raúl Tamarit, que se emite en varias emisoras de Valencia, coincidiendo con la finalización de la campaña de crowdfunding para editar el CD de Cierre x Impago, banda imaginada de mi novela ‘Sin pedir permiso’.
Hablé con Raúl sobre la novela, haciendo un recorrido por aquellas radios libres de mediados de los 90 que se reflejan en la Radio Akra de ‘Sin pedir permiso’, un tema apenas tratado en la literatura española. Denominamos el libro como novela rock, si es que existe el género, y recordamos la lista de Spotify creada para ‘Sin pedir permiso’. Porque se trata de una historia  llena de las músicas que se pinchaban en una radio libre en aquella época, de conciertos que se recrean en la novela y sobre todo de la mano de la banda imaginada creada para el libro, Cierre x Impago. Precisamente estábamos finalizando el crowdfunding para la edición del CD realizado junto con Migüel Bastante, que ha puesto música a la letra de cuatro canciones compuestas para la novela.
Comencé la entrevista con una sonrisa enorme, “Tal vez mañana” me recibía con ‘Este es nuestro tiempo’, de 091, una de las canciones que se nombran en mi novela; durante la charla recordamos la gran importancia de los cero en la gente de nuestra generación, los que nacimos entre las décadas de los 60 y los 70. También escuchamos durante la entrevista la canción de Triana ‘Hijos del agobio’, que aparece en la novela recordando, “sin mitificaciones” a aquellos jóvenes que se perdieron en los 80 entre adicciones, paro y precariedad en barrios como Vallecas. Porque ‘Sin pedir permiso’ es una novela de barrios periféricos como Vallecas o Ventilla, lugar donde se sitúa la radio de los protagonistas, llenos de gente con inquietudes y que hace cosas pero que no suelen protagonizar la literatura de nuestro país.
Hablamos sobre ‘Sin pedir permiso’, radio, las músicas que aparecen en la novela, sobre 091 o Triana, el crowdfunding de la banda imaginada del libro Cierre x Impago y el estupendo trabajo que ha hecho Migüel Bastante. Con nuestra canción ‘Vallekas 83’ cerramos la entrevista.
En definitiva unos más que agradables minutos de radio, completados por muy buena música, sonaron además The Real Kids, Los Ilegales, Johnny B.Zero y Ruth Baker Band, y la firma de de Eduardo Guillot
Podéis escuchar el programa completo aquí:
“Tal vez mañana”, de Raúl Tamarit, se emite en:
Martes a las 19:00h en Mislata Radio (88.8 FM), o desde la web www.talvezradio.com
Miércoles a las 18.00h en Ràdio Turia (90.3 FM)
Miércoles a las 22:00h en www.ipopfm.com
Sábados a las 19:00h en Ràdio Manises (105.7 FM)
Sábados a las 19:00h en Ràdio Sol Albal (93.7 FM)


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'Control', de Anton Corbijn. Desorden y aislamiento de Ian Curtis

8:55 a. m. Conx Moya 0 Comments


Un joven anda por una calle residencial de Manchester, su ciudad, vestido con un chaquetón negro con el cuello subido, camisa blanca y corbata también negra. La cámara le sigue de frente. Pensativo, se detiene y enciende un cigarro mientras suena, machacona, una guitarra; la cámara se sitúa detrás de él y vemos algo que dinamita su formal atuendo, la palabra HATE escrita en mayúsculas y en blanco a su espalda. Es Ian Curtis en una impactante escena de la película del holandés Anton Corbijn, fotógrafo y director de videos musicales, que se lanzó a la gran pantalla con esa película sobre el líder de la banda post punk Joy Divison. Se trata de ‘Control’, título que rememora uno de los grandes éxitos de la banda.
La película recrea la vida de Curtis desde los inicios de la joven banda, sus primeros pasos en Manchester, su encuentro con Rob Gretton, que se convertiría en su manager y su relación decisiva con Tony Wilson, empresario, presentador de programas musicales y fundador del sello musical Factory, donde ficharía el grupo de Ian Curtis, Bernard Sumner, Peter Hook y Stephen Morris, quien por cierto no fue el primer batería de la banda. La leyenda dice que Wilson firmó con su sangre el contrato con Joy Division.
Rodada con una magnífica fotografía en blanco y negro y con una lograda ambientación de la época, la película está llena de presencias musicales: los Bowie y Reed a los que idolatraba Curtis en su adolescencia, los Sex Pistols y The Clash que triunfaban cuando Joy Division daban sus primeros pasos, o sus contemporáneos Buzzcocks (“el nombre no estaría mal si quitaran “cocks”). Y como curiosidad, la aparición de John Cooper Clarke, “el poeta punk”, que participó en giras de bandas como los mencionados Sex Pistols y Buzzcocks, además de Joe Strummer & The Mescaleros, The Fall o Siouxsie and the Banshees. En ‘Control aparece instantes antes de una actuación de Joy Division, interpretando su poema ‘Evidently Chickentown’, “the bloody pubs are bloody dull /the bloody clubs are bloody full /of bloody girls and bloody guys /with bloody murder in their eyes /a bloody bloke is bloody stabbed /waiting for a bloody cab /you bloody stay at bloody home /the bloody neighbors bloody moan /keep the bloody racket down /this is bloody chicken town”.
Aunque le falten los inquietantes ojos azul hielo de Curtis, ‘Control’ está protagonizada con solvencia por el actor y músico Sam Riley, líder de la efímera banda 10,000 Things. Una de las bazas de la película son los directos y grabaciones de la banda que aparecen en la cinta, que están interpretados por los propios actores, consiguiendo transmitir toda la electricidad de Joy Division, el punzante bajo de Hook, la potente batería de Morris, los poderosos riffs de guitarra de Sumner y la desesperación y angustia de un Curtis aquejado por graves problemas. Enfermedad, depresión, una situación familiar asfixiante, un matrimonio y paternidad que llegaron demasiado pronto, cuando estaba empezando a despuntar el grupo y como remate su relación con una joven belga seguidora de toda aquella efervescente escena musical.
Basada en el libro ‘Touching from a Distance’, las memorias de Deborah, viuda de Curtis, la película intenta mantener el equilibrio entre la parte musical, resuelta con brillantez, y la oscuridad y la angustia que atenazaban la vida personal del sombrío cantante. En la historia ocupa un lugar destacado la relación con Annik Honoré, secretaria de la Embajada de Bélgica, promotora de conciertos y realizadora de un fanzine, quien conoció al cantante cuando le entrevistó para su revista. Sofisticada, moderna, libre de ataduras, amante de la música, se rindió ante aquel joven talentoso y problemático. El drama estaba servido. Annik, fallecida en 2014 y según se cuenta inspiradora de ‘Love Will Tear Us Apart’, consiguió mantenerse en la sombra hasta que la película de Corbijn la puso de nuevo en el punto de mira. Concedió alguna entrevista para explicar aquella relación, tal vez inconsciente teniendo en cuenta la situación del cantante, y que ella calificó de platónica. “Fue una relación completamente pura y platónica, muy infantil, muy casta... Yo no tuve una relación sexual con Ian, que estaba medicado. Fue una relación no-física”. Como curiosidad Sam Riley y Alexandra Maria Lara, la actriz que interpretaba en la película a Annik Honoré, son pareja y viven actualmente en Berlín.
La falta de decisión del cantante ante su complicada situación personal, la intensidad de sus actuaciones, su descontrolada forma de vida y su confusión mental desembocaron en suicidio en su casa, días antes de iniciar una gira por Estados Unidos, “No llegues tarde”, le advertían por teléfono en la película. Era mayo de 1980, tan solo tenía 23 años y una breve carrera de dos discos, ‘Unknown Pleasures’ de mítica portada y el sombrío ‘Closer’, lanzado dos meses después de su muerte.
Tras la desaparición de Curtis sus compañeros fundarían New Order, pero esa ya es otra historia.
El 26 de mayo se proyecta ‘Control’ en los cines Renoir Plaza de España, dentro de la programación del Mad Cool Festival, el macrofestival con The Who y Neil Young como cabezas de cartel. Al ciclo sólo pueden acudir quienes tengan abono para los tres días. Como nosotros sólo estaremos el 16 de junio viendo a The Who, no tendremos el gusto de poder ver en los Renoir las pelis que componen tan excluyente ciclo.

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‘Retazos de memoria’ de Valeria Surcis. Haciendo nuestra propia literatura

6:01 p. m. Conx Moya 0 Comments


El sábado 14 de mayo me acerqué hasta la librería La esquina del zorro, lugar de referencia en Vallecas, para asistir a la presentación del primer libro de la polifacética, “culo inquieto” dice ella, Valeria Surcis. Cantante del grupo punk Paralelo, locutora de Radio Vallekas y ahora autora de ‘Retazos de memoria’, un libro atípico, que recoge memoria de Vale y una breve colección de cuentos bastante oscuros.
La librería estaba abarrotada de amigos de la radio, actores, músicos y escritores pero también de “desconocidos”, como nos confesaba Vale, quien explicó que se trata de un libro autoeditado, sacado adelante por su empeño personal pero que ha contado con la ayuda de amigos como Jota Han, autor las magníficas ilustraciones de ‘Historia universal de los hombres gato’ (Josu Arteaga, Desacorde Ediciones) y de la portada del libro de Vale; Javier Herce, autor de la foto de Vale que aparece en la contraportada y que “me insistió en que escribiera, me ha publicado relatos en su fanzine Ultratumba y me animó a sacar este libro” o de Alvaro Lorite, de Ediciones Paralelo, y compañero de la autora en Radio Vallekas, autor del prólogo del libro. Me siento completamente identificada con esta forma de hacer cultura, ese “Do It Yourself”, ese empeño de sacar adelante sola los proyectos, pero no del todo, siempre de la mano de amigos sin cuyo apoyo sería imposible que se materializaran.
Vale fue presentada por Alvaro Lorite, de Ediciones Paralelo, “montada para animar a la gente a que publique” y quien ha realizado el prólogo del libro. Alvaro afirmó que “la cultura siempre la manejan los mismos, nos la dan masticada, así que estamos cediendo un espacio que nos pertenece”, y es que los autores de éxito “no se diferencian tanto de gente con menos ventas o menos facilidades para editar. Por eso animó a que la gente “se quite el complejo de escribir”. Para Alvaro es muy importante que la gente haga la cultura, hacer comunidad entre todos. “La cultura nos une, está más dentro de nosotros de lo que pensamos”. El editor animó a no ser siempre receptores, hay que quitarse el miedo “a ser emisores de cultura”, destacando que no es un tema de ego personal.
Sin embargo, “Vale tenía las ideas muy claras con respecto a su libro”, destacó Alvaro. “Me flipó el planteamiento del libro”. Se refirió a Borges, escritor que le gusta especialmente, “lo que viene a decir en muchas de sus piezas es que la memoria no es tal, en realidad se trata de una ficción que hacemos nosotros mismos con nuestro pasado”. Según él, Vale ha escrito este libro “porque necesitaba recordar, enfrentarse a un papel en blanco para encontrar su pasado. Estamos creados de ficciones, por eso es tan importante que hagamos literatura”. Por último destacó el carácter “punki” del libro. Haciendo una analogía con las primeras bandas de punk, “gente que se juntaba porque quería hacer cosas”, independientemente de si lo hacían mejor o peor, “Vale ha sacado su libro sin necesidad de padrinos ni de nadie que la llevara de la mano”, concluyó.
Por su parte la autora explicó que el libro refleja 39 años de su vida, en especial una época “dura y de tristeza”, de “tropiezos que hicieron daño a los demás pero que está superada”. En palabras de Vale “es muy difícil vivir, no tenemos libro de instrucciones para la vida”. Si algo me sorprende de Vale es su afán de superación y de salir adelante. “Decidí cambiar un buen día, dejar de lado malos hábitos, si no te quieres a ti mismo no podrás querer a los demás”, reflexionó. Además de esa primera parte de “retazos de memoria” de Vale/Violeta, en el libro se recogen relatos “oscuros”, reflejos de una “vida de oscuridad”, basados en “experiencias, pesadillas y leyendas”.
Destacó que el libro se ha escrito en un tiempo muy breve, con una prosa urgente y rápida, “soy muy impaciente con los resultados de aquello que hago”. Reconoció que tiene mucho de autobiográfico “creo que no sabría escribir sobre nada que no tuviera que ver conmigo, posiblemente porque aún me estoy descubriendo”. No le ha echado para atrás el asunto de la privacidad, “de hecho me la suda”, confesó. Para la autora lo más difícil no ha sido escribirlo “si no atreverme a sacarlo y conseguir el dinero para autofinanciarlo”. Pero en definitiva lo ha logrado, “siempre es positivo sacar los sueños adelante”, reflexionó Valeria, a la que deseo toda la suerte del mundo en cualquiera de los múltiples desafíos que sin duda seguirá afrontando.




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Patricio Pron y ‘No derrames tus lágrimas por nadie que viva en estas calles’. El autor de títulos imposibles

6:58 a. m. Conx Moya 0 Comments

Foto: JORDI SOTERAS, El Mundo
Patricio Pron (Rosario, 1975), el autor de novelas de títulos imposibles, “sobre esto mis editores tendrían mucho que decir” nos visitaba el pasado martes en una nueva sesión del Gabinete de Lectura de Jesús Casals en La Central de Callao. Debo confesar que me siento incapaz de hacer una reseña de un libro de la envergadura de ‘No derrames tus lágrimas por nadie que viva en estas calles’. Las veces que he escrito sobre las sesiones del Gabinete combino la parte más “periodística”, lo que nos cuenta el autor que nos visita sobre su obra (debo decir que es un lujo poder escucharlos), con opiniones sobre el libro. Esta vez no va a ser así. Pero la sesión con Patricio fue muy placentera y le escuché comentarios tan interesantes sobre el proceso creador, y también lector, que no me puedo resistir a compartirlo.
Es Patricio Pron un hombre de torrencial charla, creo que es el Gabinete donde menos hemos participado. Delgado, con una corona de pelo rizado rapado a los lados en el que apuntan las primeras canas, con gafas de pasta y jersey fino gris remangado hasta los codos, nos regaló muchas frases y reflexiones para recordar.
“Los libros que no gustan no tienen una segunda oportunidad, no tienen redención. Y muchas veces tampoco la tiene el autor”, así empezaba Patricio Pron su disertación sobre su última novela, ‘No derrames tus lágrimas por nadie que viva en estas calles’. La trama central de la novela es un supuesto “Congreso de Escritores Fascistas Europeos” celebrado en Italia tras el fin de la Segunda Guerra Mundial.
‘No derrames tus lágrimas por nadie que viva en estas calles’ tiene “una relación ambigua con la verdad”, en palabras de su autor. No importa “ya que el lector ha sido testigo de un hecho literario”. Reflexionó sobre la eterna cuestión de qué hay de verdad o de real en lo que escribe; según Pron el hecho de crear unos personajes y que les sucedan cosas y que pasen un tiempo con él ya se convierten de alguna manera en algo que existe, en algo real. Como es el caso de su protagonista Luca Borrello.
La novela se compone de varios libros que se pueden leer de forma autónoma, “conectados de manera azarosa pero con una cierta lógica”. Un libro en el que no se sabe donde acaba la ficción y empieza la “verdad” histórica, aunque la Historia sea tan relativa porque, como es sabido, cada pueblo (o más bien sus dirigentes) inventa su Historia. “En literatura el lector suspende su incredulidad”, sentenció Pron.
En el libro Pron ha realizado un exhaustivo proceso de documentación. “Hay autores que desprecian este proceso”. Pero para él es necesario porque muchas veces no habla sobre épocas o temas que ha vivido o conoce; explicó también que en ocasiones el proceso de documentación va incluso paralelo al de escritura. En esta novela el proceso de documentación se vio afectado muy positivamente por la estancia de Patricio en una residencia para escritores situada en un castillo a las afueras de Perugia. “Allí el proceso de documentación se convirtió en algo natural”. Me da la impresión de que Patricio es obsesivo a la hora de documentarse y de trabajar sus libros, nos llegó a explicar que para él mientras escribía era importante incluso saber qué comerían sus personajes en aquella azarosa época. “A veces los escritores necesitamos saber cosas acerca de nuestros personajes que ni siquiera aparecerán en el libro”, confesó.
A partir del trabajo realizado para su ensayo ‘El libro tachado’ el autor se interesó por aquellos escritores que se “agarraron” a regímenes que pensaron que eran una esperanza, y que con el tiempo se revelaron como un espanto. Muchos de aquellos escritores fueron “desaparecidos” del interés de crítica y público en un exceso de moralidad mal entendida. “Yo quería reivindicar a algunos de ellos”, nos confesó. Aunque su reivindicación sea “meramente literaria”. Pron reflexionó sobre las contradicciones que plantea una visión moral de la literatura, por juzgar a autores por sus ideas, cuando muchos autores con ideas “moralmente reprobables” fueron muy brillantes y “rompedores” a la hora de escribir. Los prejuicios que afectan a la lectura “y cada vez hay más”, recalcó, deben ser puestos a prueba en palabras de Pron. En el libro tienen gran presencia los futuristas, vanguardia liderada por Marinetti, profundamente revolucionaria en la forma y que integraba el arte y la vida. “Fue el vanguardismo por excelencia”. A pesar de ello, abrazaron el fascismo.
“En las vueltas que da la Historia, los escritores, los artistas, siempre pierden”. Puso como ejemplo el convulso siglo XX, con una Europa envuelta en guerras mundiales, fascismos, cambios de régimen, tantos acontecimientos que marcaron la literatura y los escritores de aquel periodo.
A la hora de enfrentarnos a nuestra vida debemos de valernos de herramientas para dejar de ser espectadores y convertirnos en actores. Pron reivindica esa máxima para la lectura. Aboga por unos libros que hagan participar al lector, que no le den todo masticado. Piensa en un lector interesado en una literatura más allá de la comercial. “Los libros son juegos, cuyo manual de instrucciones es el propio libro. Esta novela requiere una participación muy activa del lector”. Según Pron “no puede suceder nada peor que leer un libro que no haga reflexionar, que no amplíe el horizonte de posibilidades, que no haga volver a él”.
“Mis libros se pueden leer de formas muy diferentes, tantas como lectores. También se puede leer apuntando nombres, hechos, volviendo hacia atrás, buscando”. Para Pron “es muy fácil identificarse con el que está buscando porque a su vez el lector está buscando algo”. Según el autor hay dos tipos de autores: los que consideran que lo saben todo sobre su libro, y por tanto su comunicación con el lector es “vertical”, y otros que tienen una comunicación “horizontal” con sus lectores. “A veces pienso que la única ventaja de publicar libros y ser un autor expuesto al público es que los lectores me digan de qué trata el libro y saber a través de ellos si he logrado expresar lo que quería”.
Pron también nos hizo unas interesantes reflexiones sobre el pasado; afirmó que generalmente los autores esperan escribir libros contemporáneos. Mientras escribía ‘No derrames tus lágrimas por nadie que viva en estas calles’, creía estar escribiendo un libro sobre el pasado, pero los acontecimientos que rodearon a su creación (los atentados del Charlie Hebdo y París, el drama de los refugiados o el recrudecimiento del racismo en Estados Unidos) “me hicieron darme cuenta de que estaba escribiendo un libro muy cercano al presente”.
Contra lo que se afirma habitualmente Pron cree que el pasado no termina. “Somos porque hubo algunos que fueron”. Su escritura es también fruto de su pasado como lector, reconoció.
“El estilo es el resultado del reconocimiento de las limitaciones propias”, reflexionó el autor. Siguiendo con el estilo, Jesús Casals destacó que Pron hace un uso heterodoxo de la sintaxis. El autor reconoció haber intentado en este libro ser fiel a los dictados de los futuristas, aunque no haya narrativa futurista por la dificultad de escribir así. También le preguntó sobre la falta de diálogos en sus libros. “Me salen fatal”, reconoció, realizando un símil con una frase de Jorge Valdano “El mejor futbolista es el que no hace lo que no sabe hacer”. Pero no tira la toalla al respecto.
Sobre sus influencias, la crítica apunta a escritores como Roberto Bolaño. Pron lo confirmó pero con precisiones. “Es cierta mi conexión con Bolaño pero también la tengo con otros autores de los que a su vez bebió Bolaño”.
Patricio Pron, un autor generoso pero que no nos lo pone nada fácil.

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‘Cosas que hacen BUM’, de Kiko Amat. Obsesión y desamparo juvenil

5:34 p. m. Conx Moya 0 Comments


“Cosas que hacen BUM va de dandies anarquistas, masturbaciones, situacionistas, bombas, Gràcia, anfetaminas, soul y caídas y auges”. Kiko Amat
Kiko Amat (Sant Boi, 1971), uno de mis grandes recomendadores literarios y musicales, es autor de varias novelas, centenares de artículos y varios ensayos sobre música. Su último libro ‘Chap Chap’, recopilación de sus mejores y peores artículos, fue reseñado en este blog hace unos meses y es una delicia para quienes disfrutamos con las cosas del autor barcelonés.
Ahora llega a mis manos ‘Cosas que hacen BUM’, novela que he leído con sumo gusto, como me pasa con todo lo que hace Amat. El libro está narrado en primera persona por el protagonista, Pànic, un joven que se queda huérfano en la adolescencia tras un desgraciado accidente. El drama le lleva a Sant Boi, ciudad natal de Kiko Amat y escenario de su reconocida novela 'Rompepistas'. Allí se ocupará de él su tía abuela Àngels, extravagante miembro del Instituto de Vandalismo Público, y quien le proporcionará una educación de lo más peculiar. Pànic, tras terminar el bachillerato, se irá a vivir a Barcelona, con otra de sus tías y allí iniciará sus nada aprovechados estudios universitarios.
Este es, a grandes rasgos, el comienzo de una novela de iniciación y juventud muy personal, cuyo tema principal, además de la soledad y la búsqueda de un lugar en el mundo, es la obsesión. Así lo manifiesta nuestro protagonista: “Soy la obsesión, y la obsesión rompe y quema”. La “obsesión es una fiebre imparable, no hay silicona ni cemento ni candados que puedan contenerla”. Es “una rabia loca, enfocada hacia un solo punto, que empieza a acelerar sin que nadie pueda detenerla. La obsesión es un deseo multiplicado”.
Pànic vive con enorme intensidad toda la confusión, soledad e incomprensión de la adolescencia y primera juventud. “Empecé a pensar que nunca habría nadie”. Sufre el mal de amores, inevitable a esa edad, con tres chicas, Eleonor (un efímero amor de instituto), Rebeca (a quien conoce en la Universidad y de quien Pànic se enamorará perdidamente aunque no sabrá conservarla) y Elvira (integrante de un grupo secreto al que se acercará Pànic). Con todas tiene el mismo futuro: ninguno.
El libro tiene una curiosa estructura. Empieza con el narrador-protagonista, Pànic, volando a cien por hora tras salir despedido de una moto. Finaliza poco después de “encontrarse” con un árbol, enlazando el final con el principio de la novela: “Lo conté al principio, hace 280 páginas”. Además el narrador se dirige continuamente al lector, incluso en el final abierto: “(…) ni tú (lector) ni yo sabemos si voy a marcharme con ellos”.
El joven se considera un inadaptado, alguien que no encaja en ningún sitio: “¿No sería más lógico llegar a la calma, adaptarse a la normalidad?”. Es consciente de la inestabilidad de su carácter, de las constantes subidas y bajadas a las que le somete su estado de ánimo, sabe que nunca crecerá: “Sé que estoy condenado a vivir en una constante infancia de búsqueda de cúspides, de pasiones ígneas, fulgurantes como bengalas señalizadoras”. Sufre la soledad y siente, como sucede en la juventud, que nada avanza, que se haya estancado en la desgracia que le invade: Yo atado a un columpio que cada vez iba más rápido, pero que seguía sin moverse. Un falso impulso, un movimiento que no va a ningún lado, el fin perpetuamente aplazado”.
El protagonista es un antihéroe, triste, vulnerable a la opinión de los demás, inseguro en los afectos: “Cuando la traición entra por la puerta, la razón salta por la ventana”. “Por mucho que me esforzaba por que triunfara el odio, la pena pura siempre volvían a ganar”; “La pena que trae la mentira y la decepción”. Desgraciado, sí, pero jamás un quejica: “La autocompasión es la más baja de las cobardías”, asume su condición de perdedor: “Hasta la caída tiene que doler en este mundo. Hasta la caída es un esfuerzo”; “El camino de bajada es cuesta arriba”. A pesar de su tristeza y depresión Pánic destaca la importancia de vivir el momento; pese a todos los males, “Carpe diem”: “¿No ha valido la pena sólo por el momento?”.
Cansado de su aislamiento y soledad en Barcelona, harto de la Universidad, poco a poco Pànic se irá acercando a un misterioso gang, los vorticistas. Una especie de sociedad secreta a la que se agarra para sentirse aceptado e integrado, para sentirse parte de un grupo: “Tenía que agarrarme con fuerza a ellos porque todo lo demás era neutro, vacío, mediocre”. La alternativa era convertirse en uno de los otros, un “cuadrado socialdemócrata, una oveja”. Pànic desprecia a los rebeldes a media jornada”. Los vorticistas afirman que “sólo hay dos maneras de vivir en este mundo: siendo anarquista y hedonista, sin concesiones”. Drogas y alcohol, violencia, extremismo, lecturas mal digeridas, secretismo, los vorticistas se aprovechan del desamparo de Pànic, al que integran por interés en su sociedad secreta.
De la mano de los vorticistas, las drogas adquieren una gran importancia en la vida de Pànic, generando momentos delirantes, como los ratones que ve Pànic en varias ocasiones en las que va muy puesto. Ratones que emiten sentencias como estas: “La locura que desatamos por pasión es lo más cerca que nunca estaremos de la grandeza. Esa locura es lo más cerca que nunca estaremos de la gloria. Pero nada es gratis.  El precio de esa pasión es tu cordura”.
Y es que la novela está repleta de lo que yo llamaría expresiones y sentencias “kikoamatianas” y potentes imágenes: “Lo mejor para evitar el rechazo es dar un rodeo. No acercarse de cara al objeto de deseo. Coger atajos. Evitar los noes La tristeza de la duda siempre será mejor que la tristeza del deseo”. “La calma del saber que algo escapa a nuestro control (…) La calma del hecho consumado, del viaje irrealizable, del sueño imposible”. “Lo que era empezar a enamorarse: ese agujero en las tripas, esa necesidad de ver y tocar”. “El comendador del lamento. El visir del plañido”.
Amat utiliza comparaciones y metáforas muy personales: “Ir de anfetas era un mar picado”. “Su voz era dulce y firme, una estaca de regaliz clavada a mazazos”. “Hipotermia emocional”. “Subido al caballito de tiovivo de las cosas que van bien”. “Apetecible, reutilizable como un vaso de Nocilla”. “Me hundí como un gánster con pies en cemento”. “Riendo con el creeeek insufrible de una uña en una pizarra”. “Intentaba ser seductora pero sonó a quejidos de sapos pisoteados”. “Unos sentimientos que berreaban como bebés recién nacidos”. “Hacía un frío pesado, extenso, grueso como un edredón polar”.
El pelo rojo de Elvira y sus pecas generan potentes metáforas, muy “marca de la casa”, ya que Amat presume de esposa e hijos pelirrojos: “Elvira, vestida siempre de negro y con el pelo naranja, es el negativo de una bombona de butano”. “En las mejillas las pecas se agrupaban como continentes”. “Pelo de óxido, hilo de cobre”. “Escuálida, rojiza y nerviosa como una gamba”. “Polka de puntos. Un madison de pecas”.
Kiko Amat no puede olvidar su condición de “gran recomendador” y salpica la novela de canciones y libros. En ‘Cosas que hacen BUM’ se nombran a muchos de los autores de cabecera de Amat, que a la vez son los de su trasunto, Pànic. Amat se confiesa anglófilo en cuanto a música y a literatura, mientras que Pànic tiene un progenitor inglés y su infancia y primera formación se ha desarrollado en Inglaterra. Entre estos “escritores de cabecera” de autor y protagonista están Evelyn Waugh o Alan Sillitoe. Precisamente Amat ha escrito dos estupendos prólogos relacionados con Sillitoe para la editorial Impedimenta. Del libro ‘La soledad de un corredor de fondo’, del que fuera uno de los máximos representantes de aquellos “jóvenes airados”, Pànic saca una de sus sentencias recurrentes: “A veces cuando pierdes, ganas. Aunque muchas veces cuando pierdes, pierdes”. Otro autor que nombra es el dramaturgo británico Joe Orton, cuya tremenda historia con su amante Kenneth Halliwell inspiró la famosa película de Stephen Frears ‘Ábrete de orejas’.
‘Cosas que hacen BUM’ es un ejemplo más de la importancia que tiene la música en todas las cosas de Kiko Amat, en este libro en especial el soul. Se trata de una historia repleta de canciones, con la música como tabla de salvación en las peores situaciones: “Y todas las canciones me limpiaban y me cauterizaban”. Recurrente la canción ‘Bernardette’ de Four Tops, “la historia de un hombre enamorado que nota la envidia, la falsa amistad de los que le rodean”, un tema que refleja el mal de amores de Pànic. Ilusión, amor, inseguridad, abandono, dolor, odio, venganza, tristeza, todos esos sentimientos que nos rondan y magnificamos a los veinte años: “Bernadette, la gente busca el amor que nosotros ya tenemos”. Pharoah Sanders. Tammy Terrell. Jackie Wilson. Four Tops, “Can't seem to get you out of my mind”. Chairmen of the Board, “I'm on my way to a better place”. Dean Parrish, “I'm on my way”. Al Green. Jerry Butler, “I don't wanna hear it anymore”… Al final del libro, como suele suceder en todas las obras de Amat, hay una larga lista de autores y canciones.
Aunque Pànic es un completo desastre en el vestir, su unión a un grupo de dandies hace que en la narración cobre importancia el vestuario, en especial el de los vorticistas, quienes llevan a gala su estética, frente al desaliño del joven Pànic. Así visten “gabardina blanca, traje azul encajonado, de hombros estrechos y faldones cortos, pantalones que enseñan calcetín” o “cárdigan naranja de cuello en V, camisa de rayas, Levis blancos, y safaris marrones con calcetines naranjas”. El dandismo de unos jóvenes sibaritas que juegan a ser malos.
‘Cosas que hacen BUM’ es caer con dolor; obsesión y desamparo juvenil.

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Perdonen nuestra insistencia, estamos editando un disco. Campaña para editar la banda sonora de ‘Sin pedir permiso’

1:05 p. m. Conx Moya 0 Comments


Narrativa rock. Literatura y música. Novelas con banda sonora. La banda imaginada de mi novela ‘Sin pedir permiso’, que transcurre en una radio libre en el Madrid de los 90, cobra vida de la mano del joven guitarrista Migüel Bastante.
En diciembre de 2015 la editorial Libros.com publicaba la novela y para su presentación de Madrid “yo tenía un sueño”: que alguien musicalizara las canciones cuyas letras había compuesto para la novela, canciones de Cierre x Impago, la banda de los protagonistas del libro. Marino Masazucra, ilustrador de la portada de ‘Sin pedir permiso’, me puso en contacto con Migüel y en tiempo récord lo conseguimos.
Ambos establecimos un juego fascinante. A partir de las letras de las canciones y las indicaciones que se dan sobre ellas en la novela, Migüel compuso la música, adaptando melodía y letras de una manera sorprendente y exacta. Cuando contactamos le expresé mis dudas sobre la posibilidad de musicalizar mis letras, jamás había escrito una canción. Migüel las disolvió de inmediato: “A todo o a casi todo se le puede poner música”. Y qué bien puesta ha estado en nuestro caso. Gracias a la batería de Cristian Chilo, que además hizo las mezclas en unas maratonianas jornadas de grabación, pronto tuvimos el disco terminado. Ni qué decir la emoción que sentí al escuchar los temas completos por primera vez. Migüel es un finísimo guitarra y gran compositor. También quiero destacar el estupendo trabajo de Chilo.
Sólo nos faltaba la parte gráfica. En el libro el encargado de hacer la portada es uno de los personajes, Animal, dibujante y miembro de la banda, adicto a las más locas perfomances. Así se describe en el libro la maqueta de Cierre x Impago: “En la portada aparecía el rostro de un ser desesperado, con la boca abierta y agarrándose la cabeza, sin duda inspirado en El grito de Munch. La mezcla de colores, los trazos rabiosos y el aire entre onírico y atormentado de la composición convertían la portada de aquella humilde maqueta en una pequeña obra de arte”. Yo quería un ilustrador potente que se involucrara con la propuesta. Encontré el mejor cómplice en el dibujante granadino Juarma, una figura del underground español que dio muestras de total generosidad y disposición, además de muchas ganas, puesto que nunca había participado en un disco. Su estilo, inconfundible, y un poderoso fondo amarillo son el magnífico colofón a una obra “hecha con muchísimo amor”, como dice Juarma en su web.
‘Hecatombe vacacional’ (furia punk sobre una ruptura amorosa en la playa), ‘Empática y diplomática’ (dedicada a la protagonista de la novela) ‘Vallecas 83’ / Con nuestro palique suburbial (rock urbano en homenaje al barrio madrileño de Vallecas de los primeros años 80) e ‘Ira del dios menor’ (sobre la pelea de dos amigos de infancia) son las canciones que conforman este trabajo.
Ahora estamos inmersos en una campaña para sacar nuestro disco a la luz. Necesitamos de la ayuda de mecenas a los que les guste el proyecto y hagan una pre-compra del disco para financiar su edición.  Os animamos a participar.

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