¿Feliz qué?
No será este blog donde se hable de la
Navidad. Me saturan 24 y 25, Nochebuena y Navidad. Me horrorizan Nochevieja y
Añonuevo, creo que es mi fiesta navideña más odiada; el nuevo año me da pánico,
el paso de uno a otro me agobia cantidad. Las tradiciones, felicitaciones,
decoraciones navideñas, gastar lo que no se tiene, luces, buenrollismo, comida
hasta reventar. Enfrente nostalgia, los amigos y familia que faltan, la gente
que tienes lejos, ¿de verdad que a alguien que no sea niño o de verdad religioso puede gustarle la puñetera Navidad?
Ahora en plan moderno nos felicitan el
solsticio de invierno. ¿Qué tiene de felicidad el frío, la oscuridad, la poca
luz, el poco sol? Modorra, tristeza, cansancio, luz artificial, mucha casa,
menos calle, más aburrimiento, cierta melancolía… vaya con el invierno. Salir de
casa para trabajar de noche y volver a casa de noche. Pfffff
Se dice que el solsticio de invierno era
tremendamente importante en la antigüedad. La comunidad se preparaba para el
duro invierno, donde se verían privados de muchas cosas fundamentales. Y no se
trataba de tontadas como falta de luz o salir menos de casa. Hablamos de
comida, alimentos frescos, de pasar hambre y frío de verdad… los meses entre
finales de diciembre y principios de primavera eran de aupa y había que
preparar la que se avecinaba en las rudimentarias conservas que se hicieran
entonces. ¿Feliz solsticio de invierno? Mmmmm
Así que deseandico que llegue la
primavera y el verano, invoquemos el sol, la luz, los días largos, y calle a
tutiplén. Feliz Summer of love
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