Regreso a la Vía Láctea. Presentación de la novela ‘Arde Madrid’, de Kiko Herrero

1:15 p. m. Conx Moya 0 Comments


*Fotos: María V.

Vista la presentación del libro de Kiko Herrero ‘Arde Madrid’ la noche del jueves 22 de octubre en La Vía Láctea, la mítica sala fue a la vez el mejor y el peor lugar para presentarla. Kiko fue en los años 80 uno de aquellos jóvenes que vivió, sufrió y disfrutó la Movida madrileña con todo su brillo, desgracias y consecuencias. Y qué templo de aquellos días queda en pie si no el local de la calle Velarde, decorado por Costus, lleno de historias y anécdotas y escenario para las hazañas de todo tipo de personas y personajes que protagonizaron aquellos locos años. Como Kike Turmix, pinchadiscos del local en los años 90 y uno de los seres más peculiares que la pisaron, del que me acordaba la otra noche. A la vez era el peor sitio para presentar un libro porque sólo hay que imaginar un local lleno hasta la bandera de personas que intuyo en su mayoría se conocían y llevaban años sin verse; todo ello unido a algunas copas y muchas emociones hacía difícil mantener el silencio. Pero en definitiva se logró que los congregados prestaran atención, así que sin duda fue una elección correcta.
Cuando recibí a inicios de semana la información sobre la presentación de la novela ‘Arde Madrid’, decidí no perdérmela porque aquella historia prometía: narrativa vivencial de un superviviente de la Movida (fue programador de la sala Rock Ola, ¿me dejáis volver a usar el término “mítico”?) que lleva casi treinta años residiendo en Francia, libro escrito en francés que queda finalista del Premio Goncourt, y presentación en la Vía Láctea de la traducción al español de la novela. Casi nada.
Todo aquello me atraía y era además un pretexto para regresar a la Vía Láctea, porque me resultaba muy emocionante pisarla tras casi veinte años desde la última vez. Nunca fui asidua pero la visitaba en ocasiones con mis compañeros de la escuela de radio, a mediados de los 90. Entrábamos nerviosos, jovenzuelos sabedores de lo que se había cocido allí años atrás, de toda la mitología que encerraban aquellos espacios claustrofóbicos, llenos de humo, posters, gritos y rock and roll. Tras mirar la placa de la Plazuela de Antonio Vega y echarle una sonrisa a Antonio, nos adentramos en la calle Velarde y bajamos hasta el número 18. Allí nos saludaba el conocido logo de Montxo Algora. Se dice que el local, influido por los bares londinenses y neoyorkinos de la época y abierto en julio de 1979, fue en tiempos una carbonería. Su decoración es uno de los aspectos que hace tan mítica a la Vía Láctea: los neones, las decenas de carteles de conciertos, los sillones de la entrada rodeados de espejos, la mesa de billar, su interior semejante a una cripta a causa de los techos bajos y plagados de carteles, y sobre todo las míticas pinturas murales de Costus, aquellas Lola Flores o Ava Gadner que yo recuerdo envueltas en la neblina que formaban todo tipo de humos. Esperamos un rato el comienzo del acto, yo sentada recreando rincones y detalles con nostalgia y observando a la gente de Sexto Piso preparar la presentación. Afanosos, colocaban el cartelón de la editorial, los libros, preparaban el picoteo, distribuían las copas y las botellas de vino, probaban los micros y cuidaban los detalles para que todo saliera bien.
El periodista cultural Juan Manuel Bellver, conocido director de suplementos como Metrópoli o La Luna del Siglo XXI y buen amigo del autor, fue el encargado de presentar a Kiko Herrero. Afirmó que lo último que se podía esperar era estar presentando una novela de su compadre. “Nos hemos ido encontrando a lo largo de toda nuestra vida, desde la infancia hasta hoy”. Bellver explicó que a Herrero lo definen en París como un activista cultural. Tiene en la ciudad una galería, éof, que es algo así como “el club del silencio de David Lynch”. Un tanto clandestina, en ella lleva ya diecisiete años realizando “actividades secretas”.
“He hecho de todo en la vida pero lo último que me podía imaginar era escribir un libro”, afirmó el autor. Según explicó, el punto de partida fueron diez textos que escribió para acompañar el trabajo de un amigo. El editor francés de P. O. L. Éditeur los leyó, le gustaron y le pidió “setenta o cien” capítulos similares. No están escritos cronológicamente ni con “la disciplina de la novela”; se trata de capítulos cortos, en un formato impuesto por la editorial. “He luchado por abreviar, acortar descripciones y comentarios, ir a lo esencial”, explicó el autor. El reto era conseguir un conjunto coherente a partir de la forma en que fue escrito. Finalmente se editó bajo el título ‘¡Sauve qui peut Madrid!’. En Francia se le ha encuadrado en la “auto ficción”, como un libro que habla del pasado y donde la familia y la infancia están muy presentes. El barrio, Moncloa, el Liceo francés, Navacerrada, son los territorios que recorre ‘Arde Madrid’.
La novela está escrita en francés pero curiosamente el autor le ha dejado la traducción a un buen amigo, Luis Núñez Díaz, con quien también tiene un pasado en común. El traductor explicó que él también había vivido en París, cinco años, pero salió “huyendo”. “El libro recoge recuerdos novelados. Las anécdotas son personales, del autor, pero muchas las he vivido yo también”.  Se enfrentó a la traducción del texto teniendo en mente la forma de expresarse de su amigo, pero en francés, por lo que le ha resultado “curioso” reproducirlo en español. El propio Kiko reconoció que “la traducción me suena a mí, a como yo hablo”.
‘Arde Madrid’ arranca en la España franquista, durante la infancia del autor y sus estudios en el Liceo Francés. Recorre también la Transición y la época de la Movida madrileña, que Kiko Herrero vivió con intensidad. La novela finaliza con los siete últimos capítulos bajo el epígrafe “VEINTICINCO AÑOS DESPUÉS”, que suponen el reencuentro con su ciudad. El origen del libro llegó por el regreso a Madrid del autor debido a la enfermedad de una de sus hermanas, lo que le hizo ir y venir en numerosas ocasiones. “Volví a andar por las calles de Madrid. Tenía la sensibilidad a flor de piel y todo me recordaba a algo, a pesar de que no soy nada nostálgico. El pasado se me presentaba constantemente”. Bellver apuntó a su vez que cuando se vive fuera de España el país se ve desde otro punto de vista, incluso de una forma más “patriotera” y cercana al tópico. Herrero se mostró de acuerdo. “He visto Madrid muy cambiado, positivamente en muchos casos. Pero no reconozco mi ciudad”, apuntó.
En el libro Madrid tiene gran protagonismo, empezando por el título, ‘Arde Madrid’, sugerido u obligado por el editor francés. “Intenté reflejar algunos recuerdos de París y de Londres, pero el editor me pidió que me limitara a mis recuerdos de Madrid. La ciudad tiene mucho tirón entre los franceses”. La novela ha tenido muy buena acogida en Francia, los medios han prestado bastante atención a la novela. “He tenido bastantes entrevistas en prensa y radio”. La prensa francesa compara su galería de personajes, su descripción de las calles populares, las “noches agitadas” y los contrastes, con las obras de Buñuel o Almodóvar. La actriz Natalie Pinot, y el propio autor leyeron algunos capítulos del libro, como el divertido “¡Mira a Tomasín!”, dedicado a un vecinito “perfecto”.
Kiko Herrero reconoció que de momento no se ha embarcado en un nuevo libro. “De todas formas la traducción del libro al español ha sido como encontrarme con un nuevo libro. No soy un escritor profesional. Por ahora no encuentro tema para una nueva novela”, confesó. Como ha dicho un periodista de Libération «no importa: escribiendo Arde Madrid ha cumplido con creces».
Infancia, franquismo, droga, sexualidad, recuerdos, melancolía, derrota, fracaso, enfermedad, descubrimiento, huida, libertad, destrucción, en definitiva vida, la vida en una ciudad que nos sigue matando, miserable y maravillosa, Madrid.
‘Arde Madrid’, Kiko Herrero. Editorial Sexto Piso. Año de publicación: 2015. Autor: Kiko Herrero. Traducción:  Luis Núñez Díaz. Páginas: 288. ISBN: 978-84-16358-25-0. Precio: 20.00 €







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