‘Eight days a week’, revisitando el mito The Beatles
#EightDaysAWeek amamos a los Beatles |
Mi participación en el DISCOS Y OTRAS PASTAS nº 77
Hace poco leí que alguien afirmaba que su
hecho histórico preferido fue que los padres de George Harrison le permitieran
viajar a Hamburgo a pesar de ser menor. Independientemente de lo que tenga de
irónico esta afirmación, es indiscutible que The Beatles tienen un lugar de
honor en la historia del siglo XX y que la carrera de la banda comienza en
aquel viaje a la ciudad alemana.
El conocido director de Hollywood Ron
Howard ha realizado un documental, ‘Eight days a week’, centrado en los
conciertos del grupo más grande de la historia, aquellos fab four, los cuatro
muchachos de Liverpool que cambiaron el curso de la cultura popular con una
breve y meteórica carrera de la que se sabe casi todo. Howard recorre en el documental
los conciertos que realizó la banda desde sus inicios en Hamburgo y The Cavern
en Liverpool hasta su último concierto en el Candlestick Park de San Francisco
en 1966 (en realidad la última vez que los cuatro tocaron en directo juntos fue
en la azotea del edificio de Apple Corps). Entre medias unas 1400 actuaciones
en cuatro años, conciertos en lugares cada vez mayores, ante audiencias de
cientos de miles de personas, tocando en diferentes continentes. Unas
actuaciones que empezaron a írseles de las manos. Sorprende el poco personal
que llevaba The Beatles en las giras, cada vez más mastodónticas. Increíble que
no pasara alguna desgracia, con aquellos miles de enajenados fans contenidos
con mucho esfuerzo por policías absolutamente desbordados. La locura. No existía
entonces equipo de sonido que pudiera elevar su música para superar el
griterío. “El sonido salía por la megafonía del estadio”, cuenta Ringo Starr.
“¿Cultura? Esto no es cultura. ¡Es solo
unas buenas risas!”, afirmaba en 1964 Paul McCartney con ingenuidad. ‘Eight
days a week’ refleja la evolución de aquellos cuatro amigos gamberros y talentosos,
que componían bonitas canciones de amor, adorados por los fans y la prensa.
Pero a medida que el grupo fue madurando empezaron las críticas, les llamaron
pretenciosos, en EEUU quemaron sus discos por las palabras de Lennon en 1966:
“Los Beatles son más populares que Jesucristo”. En diciembre de 1965 The
Beatles sacaron ‘Rubber Soul’. La gente no entendía el giro que había dado su
música, habían pasado del “quiero agarrarte la mano” a letras complejas y
elaboradas. “A mí no me gustó nada. A las dos semanas no podía vivir sin el
disco”, afirma Elvis Costello en el documental. “No podemos hacer siempre lo
que la gente espera de nosotros”. The Beatles crecían, querían mandar sobre sus
grabaciones y sus carreras, experimentar y probar nuevas disciplinas.
Asistimos también a demostraciones sobre su
conciencia de clase, eran niños de la posguerra, hijos de la clase trabajadora
y nunca renegaron de ello. En sus conciertos en EEUU se negaron a que hubiera
segregación racial. “Eran como mis amigos, aunque yo fuera negra. Eran mis
amigos, no les veía blancos, no importaba el color”, Whoopi Goldberg, entonces
una adolescente, asistió con su madre al mítico concierto del Shea Stadium de
Nueva York en agosto de 1965. La música eliminaba las diferencias.
Cerca de 2.000 documentos gráficos,
fílmicos y sonoros componen ‘Eight days a week’, que ha sido proyectado de
manera simultánea en cines de todo el mundo durante ocho días, antes de ser
difundido en otras plataformas audiovisuales.
El documental está lleno de imágenes
emocionantes y algunas poco conocidas, como los duros y masculinos rudos
hinchas del Liverpool cantando antes de un partido cantando en las gradas She
loves you. Sentimiento de orgullo
0 comentarios:
Publicar un comentario