Vuelve The The. Treinta años de enamoramiento musical
1989. Mi año de despegue musical. El año en
que acabé el COU y me presenté a la selectividad. Un año de hincar codos,
acompañada por cantidades ingentes de radio y buena música.
En 1989 se pudo disfrutar en España de
conciertos variados. Nos visitaron Ramones, Suzanne Vega, Lou Reed, Paul
McCartney, Ozzy Osbourne, The Sugarcubes, Transvision Vamp, Bon Jovi, y unos
jóvenes escoceses que empezaban a despuntar con su “I dont’t want a lover”, la
canción que llevó a Texas a alcanzar un éxito considerable. En aquellos días el
Ministerio de Asuntos Sociales y el Instituto de la Juventud organizaban el
“Festival Europa Joven” con George Michael, Grace Jones, Rubén Blades y Toreros
Muertos
Y 1989 fue el año en el que acudí por
primera vez a un concierto en directo, una revelación y un enamoramiento que no
me han abandonado en todos estos años. Un 18 de julio disfrutábamos en Madrid de
la actuación de The The, la banda de Matt Johnson, en la desaparecida Sala Jácara,
muy conocida por haber albergado los conciertos de despedida de Nacha Pop el
año anterior.
Mi referente musical de entonces era mi
amiga de infancia, Pilar. Aunque “a las mujeres no nos gusta la música”, nos
apoyábamos la una en la otra en nuestros hallazgos y experimentos musicales.
Juntas descubrimos en 3º de BUP a The Smiths a través de James Dean, un actor
que nos chiflaba. Aquello se convirtió en un hilo del que tirar y a través del
que llegarían todas las músicas posibles. Empezamos a comprarnos a medias la
discografía completa de la banda de Manchester, que entonces acababa de
separarse, y a grabarnos los discos la una a la otra en aquellas cintas TDK que
nos alegraban la vida.
Ávidas como estábamos de cualquier novedad
sobre nuestro grupo preferido, Pilar y yo recibimos con entusiasmo la noticia
de que Johnny Marr se había incorporado a otra banda inglesa, The The. Hay que
hacer un paréntesis para recordar que, en aquellos tiempos muy pre-internet, nuestra
información llegaba a cuenta gotas a través de la radio, algunos programas de
la tele, los periódicos (curiosamente el ABC tenía unas muy buenas páginas
culturales) y las revista musicales. Las noticias tardaban en conocerse y en
encontrarse, las búsquedas se convertían en carreras de obstáculos y el boca a
boca era nuestra red de conexión.
The The es, en definitiva, Matt Johnson.
Siempre rodeado de músicos de gran calidad, unas veces en formato banda otras
en solitario, es un intérprete minoritario, inquieto y diferente, un cantante
muy personal y un excepcional letrista. El músico había reunido en aquel lejano
1989 una formación estable; además de nuestro Johnny Marr (a la guitarra y la
armónica), se unieron el batería Dave Palmer, el bajista James Eller (músico de
Nick Lowe y Julian Cope, al bajo) y David Collar a los teclados. El disco se
llamaba Mind Bomb, y nos enganchó el primer single, The Beat(en) Generation, en
el que aparecía toda la banda vestida con vaqueros y camisetas blancas, ropa
sencilla para una canción pegadiza que sonó por todas partes, en la que Marr se
lucía también con la armónica. Nos rendimos al instante. Compramos aquel disco,
de un blanco mate impoluto, y con una música mucho más espesa que el mencionado
y exitoso single. Aquel trabajo traía aires apocalípticos (y proféticos) sobre
guerras entre religiones, medios tiempos y bellas canciones de amor marca de la
casa. Un disco que, como afirmaba Johnson en el interior era para escuchar “MUY
ALTO, MUY TARDE, MUY SOLO” y en el que aparece una potente colaboración de
Sinead O’Connor, “de cuando pensábamos que era negra”, es decir anterior al bombazo
de “Nothing compares 2 U”.
De camiseta vistió la banda en el concierto,
esta vez negra. No tengo recuerdos nítidos de la noche en la Jácara, si acaso
la máquina de humo, una banda que sonaba como un trueno, la armónica de Johnny
Marr y su finura con la guitarra y un intenso Matt Johnson con dos micros, uno
de ellos para distorsionar la voz. Allí estábamos dos muchachas de 17 años y un
chaval de 14, que accedíamos por primera vez a la revelación que supone la
música en directo. Un veneno intenso que nunca se escapa de quien se dejó
atrapar por él.
Johnny Marr aún permaneció un disco más junto
a Matt Johnson. Así, en 1993 aparecía en el bello e intenso “Dusk”, con
canciones tan bonitas como “Love is stronger tan death”, o potentes como “Dogs
of lust” o “The Violence Of Truth”. Para entonces entre mi hermano y yo nos íbamos
haciendo con la discografía de Johnson, como los primeros discos de The The, “Burning
Blue Soul”, “Soul mining” o “Infected”.
1995 fue el año en el que dejé de tan solo escuchar
radio y me lancé de lleno a hacerla. Las canciones de Matt Johnson ocupaban un
lugar de honor en mis programas en “Música y Punto”, el espacio que cerraba
nuestra programación diaria en la Escuela de Radio del IMEFE. Cada día
presentaba alguien distinto, los habituales éramos los más musicales del curso,
en una forma “prehistórica” de compartir la música que nos gustaba, algo
parecido a lo que hacemos ahora en las redes sociales. The The está asociado a
muchos otros de mis recuerdos radiofónicos, como el curso que hice ese mismo
año en Móstoles, compaginándolo con la Escuela de Radio, donde conocí a Chema
Pascual, responsable en aquellos lejanos tiempos de Vaticano II, un programa
muy chulo en Radio Vallekas, en la etapa en que la emisora todavía se
encontraba en una casa de la zona del Metro de Nueva Numancia. Los alumnos
debíamos llevar música y nuestro profe resultó ser un enamorado de The The,
sorprendido de que yo pinchara sus discos. Fue uno de esos casos de total simpatía
musical que he tenido la suerte de experimentar en muchas más ocasiones.
En ese año 1995 Johnson dio una nueva
vuelta de tuerca a su carrera. Disolvió la banda y sacó un disco de versiones,
“Hanky Panky”, dedicado al gran Hank Williams. Absolutamente maravilloso, con
un alucinado Johnson en portada, es uno de los discos de mi vida y una
exquisita rareza. Tuvimos que esperar al cambio de siglo para disfrutar de “NakedSelf”,
un disco que para mí ha ganado con el paso del tiempo.
Estos dos últimos trabajos tienen portadas
(así como Mind Bomb) muy alejadas del característico “art work” de los trabajos
de The The, realizados por su hermano “Andy Dog” Johnson, fallecido en 2016 y autor
de magníficas portadas de muchos LPs y singles de su hermano. Con un estilo
inconfundible, cercano al neoexpresionismo, Andy nos dejó un ramillete de portadas
protagonizadas por rostros dolientes y torturados, llevados a la mueca
retorcida, donde predominan los colores fuertes y las pinceladas nerviosas. Un
punto más a favor de The The.
2017. La prensa musical nos sorprende con
la noticia de que Matt Johnson vuelve a la carga con una serie de conciertos,
que comienzan en junio en Londres, como colofón a su larga carrera iniciada
hacia 1979, en aquellos años del post punk. Y aquí andamos, pensando en las
ganas locas que tenemos de volver a ver a The The.
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