“An Accidental Studio”. Las aventuras de George Harrison como productor de cine
Un artículo de #Hzlqdbs para
MiCiudadReal.es
Los rendidos admiradores de George Harrison
sabíamos de su faceta de productor de cine, no muy conocida para la mayoría del
público. Deseosa de saber todo lo posible sobre mi ídolo, había leído sobre
esta cuestión en la recomendable biografía “George Harrison: de Beatle a
jardinero” de Javier Tarazona y Ricardo Gil Salinas y en el megadocumental “George
Harrison: Living in the Material World” de Martin Scorsese, estrenado en 2011.
La entrada de George en el cine fue cuando
menos curiosa y tuvo mucho que ver con su forma de entender la vida y la creación.
Tras la separación del grupo más famoso de la historia, el beatle “tranquilo”
(qué tramposas son las denominaciones, nada tenía George de tranquilo en realidad)
disfrutaba de una exitosa carrera en solitario, en especial con sus primeros
discos. Los siguientes fueron teniendo peor aceptación y George se dedicó a
vivir la vida, cuidar el enorme jardín de su impresionante mansión Friar Park,
a disfrutar de los coches y la velocidad y a seguir grabando a su ritmo y sin
giras.
A George Harrison le gustaba trabajar en
grupo y tenía una estrecha amistad con Eric Idle, uno de los miembros de los
famosos Monty Python, lo más parecido a un grupo de rock entre los comediantes
anglosajones. Le encantaba su humor y había colaborado con ellos en varias
ocasiones. Por ejemplo para grabar el chiflado video de su canción “Crackerbox
Palace”, del disco Thirty Three & 1/3. El video, rodado en Friar Park y estrenado
en el programa Saturday Night Live en noviembre de 1976, fue dirigido por Eric
Idle y cuenta con la actuación de otro de los miembros de la troupe de los Python,
Neil Innes. George también colaboró con gran entusiasmo en un programa de
televisión de Idle e Innes, The Rutles, sobre un grupo de rock parodia de los
propios Beatles. Harrison llegó a aparecer en el programa y les asesoró en su
trabajo. “Los Rutles me liberaron de los Beatles de alguna manera. Fue el único
programa de los que se hicieron sobre los Beatles que vi. Fue en realidad el
mejor, el más divertido y el más mordaz. Pero al mismo tiempo, fue el que se
hizo con más amor”, afirmó George.
En 1978 “La vida de Brian” se cruzó en el
camino de George y “la entrada de cine más cara de la historia” fue el
detonante para la creación de HandMade Films, el estudio con el que George
Harrison se convirtió en productor de cine de forma accidental. La proverbial
aparición del beatle tuvo lugar cuando EMI, productora inglesa de cine que iba
a financiar la película, decidió retirarse del proyecto a pesar de que parte
del equipo se había trasladado ya a Túnez para comenzar el rodaje. Al
presidente de EMI, Lord Delfont, le dio por leer el guion y calificó la
película de “obscena y sacrílega”. George se enteró por su colega Eric Idle del
aprieto en que se encontraba el grupo, así que decidió hipotecar su mansión
para conseguir el dinero. “Simplemente quería ver la película”, confesaría
después. Por suerte, “La vida de Brian”, dirigida por Terry Jones, se
convertiría un éxito de taquilla y hoy en día es una película que se ha ganado
un lugar destacado en la historia del cine.
Así comienza “An Accidental Studio”, el
documental dirigido por Bill Jones, Kim Leggatt y Ben Timlett que cuenta la
historia de HandMade Films, la productora creada por George junto con el
abogado estadounidense Denis O´Brien para que sus amigos pudieran filmar la
película que deseaban. Peter Sellers presentó a los futuros socios y O´Brien se
convirtió en su asesor financiero en 1973. El documental incluye entrevistas
con muchos de los directores e intérpretes que participaron en aquella aventura.
Así, entre los miembros de Monty Python, podemos ver a Terry Gilliam, director
de “La vida de Brian” y “Time Bandits” (“Los héroes del tiempo” en España), una
peli de aventuras y fantasía estrenada en 1981 y que fue una de las apuestas de
gran presupuesto de la productora; en “An Accidental Studio” Gilliam habla sobre
su legendario mal carácter y cómo George le puso en su sitio con la letra de la
canción “Dream Away” escrita para los títulos finales del film. También podemos
escuchar testimonios de Eric Idle, compinche y amigo íntimo del beatle y
“culpable” de la creación de la productora cuando contó a George el aprieto en
el que estaban metidos con “La vida de Brian”, y de Michael Palin, protagonista
de varios films de la productora y director de “El misionero”, una película de
época estrenada en 1982 para la que Palin escribió también el guion.
George, amante del séptimo arte desde muy
niño cuando devoraba películas en los espectaculares cines de posguerra en su
ciudad natal, Liverpool, había entrado en el negocio animado por la posibilidad
de financiar películas que otras productoras “no querían hacer”. En sus inicios
en HandMade Films primó la creatividad por encima de la búsqueda de beneficios,
consiguiendo durante un tiempo medirse de tú a tú con los grandes estudios
británicos, EMI y RANK, ya entonces en retirada. Como se afirma en el
documental “si repasas la industria cinematográfica inglesa de los años 80 y
quitas las películas de HandMade Films apenas queda nada”. Harrison vio su
productora como una manera de ayudar a sus adorados Monty Python y a la vez de
ayudar a otros artistas, sin que primara el aspecto comercial. Tal vez una
forma demasiado romántica de ver el negocio, pero así era George. Su
satisfacción residió en ayudar y hacer felices a sus amigos desde su posición
privilegiada, algo que siempre situó por delante de dinero, negocios, fama o
poder.
Destaca la variedad de temáticas que se
abordaron en las películas producidas por HandMade Films, desde comedia, a cine
de aventuras, de época o cine negro. Algunos de estos títulos se han convertido
con el tiempo en películas de culto. Es el caso de “El largo viernes santo” (1980)
de John Mckenzie, una aproximación a las películas clásicas americanas de
gánsters pero a la inglesa y con terroristas del IRA, protagonizada por Bob
Hoskins y Helen Mirren; la espléndida
“Mona Lisa” (1986), un thriller dirigido por Neil Jordan, con Bob Hoskins, Michael
Caine y Cathy Tyson, éxito de público y crítica que sirvió a Bob Hoskins para
lanzar su carrera en EEUU; o la comedia negra de culto “Withnail y yo” (1987)
de Bruce Robinson, en cuyo rodaje se pusieron de manifiesto las injerencias de
Denis O´Brien en el proceso creativo, a pesar de ser abogado y no tener
experiencia artística. Pese al buen rollo y las ganas que puso George en un
proyecto que le divertía y le apasionaba, se topó de nuevo con la figura del
hombre de negocios que venía a perturbar lo que pretendía ser un paraíso
creativo. George acabaría demandando en 1995 a su socio Denis O´Brien por
varios millones de libras. Lo peor de todo fue sentirse traicionado por alguien
a quien había considerado un amigo y en quien había confiado.
Sin embargo, en HandMade Films no siempre
primó el aspecto artístico. Algunas películas parecen más un divertimento. Es
el caso de “Loca juerga tropical” (“Water” en inglés), protagonizada por
Michael Caine y una alocada Brenda Baccaro con un extraño acento nicaragüense,
inspirado en una de sus asistentas según explica la propia actriz en el
documental. La película, una sátira sobre un diplomático británico en una isla
caribeña en la que se descubre un manantial de agua, se queda a mitad de todo,
no tuvo éxito comercial ni de crítica. Como curiosidad al final de la película aparece
la banda inventada The Singing Rebels integrada por George Harrison, Ringo
Starr, Jon Lord de Deep Purple y Eric Clapton, interpretando la canción
“Freedom”.
Como consecuencia de la ambición de O’Brien,
HandMade Films se trasladó a Hollywood, con la aspiración de hacer películas
con mayor presupuesto y con estrellas, algo que no tenía nada que ver con el
propósito con que el estudio fue creado. Harrison dejó hacer a su socio, a
pesar de que no estaba de acuerdo con el rumbo que estaba tomando su proyecto.
Así llegó “Shanghai Surprise”, la gran apuesta hollywoodiense de Denis O´Brien.
La película, ambientada en el Shanghai de los años 30 con ligero toque de
misterio e historia de amores reñidos, estuvo protagonizada por la ya entonces
megaestrella Madonna, y su recién estrenado esposo, el visceral Sean Penn. El
rodaje fue un despropósito y el resultado un desastre. Aquello estresó a
George, que de nuevo veía cómo lo bonito y lo divertido de la creación se
estropeaba por el tema monetario. Tuvo que viajar a Hong Kong, donde se estaba
rodando, para poner paz. En el documental podemos ver imágenes de la movida
rueda de prensa que ofreció con Madonna en Londres a mitad del rodaje. George se
implicó aún más, haciendo un breve cameo como director de orquesta y
componiendo varias canciones para la banda sonora, destacando la preciosa “Someplace
else”, una delicada balada de esas que bordaba George; al menos la película
sirvió para algo bueno.
El conocido percusionista Ry Cooper fue
otro de los integrantes de HandMade Films. Destacado músico acompañante de
todos los grandes de la época, trabajó en estudio y en directo con luminarias
como Rolling Stones, The Who, George Harrison, The Kinks, Eric Clapton, Elton
John y un largo etcétera. Desempeñó el cargo de director creativo de HandMade
Films de la mano de George, quien le pidió que fuera él (George) dentro del
estudio. Cooper resultó ser además un gran lector de guiones, se le daba muy
bien escuchar y solucionar problemas y medió en numerosas ocasiones entre
George y su socio.
“An accidental studio” es un documental
convencional en su estructura pero muy interesante para los fans de George
Harrison. Dispone de mucho y muy jugoso material de archivo, incluidas
divertidas declaraciones del propio George quien, dentro de su modestia y su
buen humor habituales, quitaba importancia a muchos de los logros conseguidos
con las películas que producía.
George aguantaría en la compañía hasta 1994,
año en que fue vendida a Paragon Entertainment. Tenía un nuevo sueño creativo,
formar parte de nuevo de un grupo que le gustaba. Desde 1988 era integrante de
los Travelling Willburys, supergrupo formado con Bob Dylan, Jeff Lynne, Roy
Orbison y Tom Petty, junto con el batería Jim Keltner. Los disgustos de
HandMade Films eran más llevaderos así.
“An accidental studio” me ha servido para
reiterarme en mi pasión por ese personaje maravilloso que fue George Harrison.
Formó parte de un grupo mítico y de referencia para cualquiera que ame la
música y fue autor de canciones grandiosas y además fue un aclamado productor
de cine. Sin embargo, todos sus logros no le convirtieron en un ser vanidoso o
engreído. Mantuvo su pasión por el aspecto artístico por encima del negocio,
practicó una aconsejable y nada fácil ausencia de vanidad y prefirió siempre la
amistad y el trabajo en grupo por encima de cualquier otra consideración.
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