¿Dónde está el Instituto Cervantes?
El pueblo saharaui es el único pueblo árabe de habla hispana y fue provincia española hasta el abandono español de 1975. El Instituto Cervantes no mantiene ni un solo proyecto (becas, edición de libros, bibliotecas, enseñanza del español) con los saharauis.
El Instituto Cervantes es la institución pública creada por España en 1991 para la promoción y la enseñanza de la lengua española y para la difusión de la cultura española e hispanoamericana. Los centros del Instituto están situados en cuatro continentes y dependen del Ministerio de Asuntos Exteriores.
La falta de atención del Instituto Cervantes a los saharauis resta sin duda prestigio y credibilidad a esta institución. Diferentes iniciativas de asociaciones y organizaciones suplen las carencias de un organismo creado para la difusión del español.
La Organización Juvenil Española ha puesto en marcha la campaña "Libros que nos hacen libres" de recogida de libros para los campamentos de refugiados saharauis. En 2005 reunieron 5.000 libros en español que entregaron en los campamentos de refugiados saharauis. Era su forma de celebrar el aniversario del Quijote. Hoy, esos libros están siendo utilizados por los refugiados en la biblioteca que construyeron en la daira de Amgala. Y resaltan que los saharauis reclaman, a pesar de su dramática situación, más libros, en especial de poesía.
La localidad salmantina de Villamayor ha donado 15.000 euros para la construcción de un centro de enseñanza del castellano en los campos de Tinduf, a través de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Béjar, Ampusabe, y 124 alumnos de Magisterio de Ciudad harán sus prácticas en los campamentos enseñando español a los niños saharauis. El grupo “Escritores por el Sahara” junto al gobierno vasco ha patrocinado el envío de un biblobús con libros en español para los niños y jóvenes de los campamentos. Hace tres años un grupo de escritores españoles y saharauis que habían escrito libros dedicados al Sahara remitieron una carta al Instituto Cervantes reclamando su implicación cultural con el pueblo saharaui, sin recibir respuesta. Los saharauis de las zonas ocupadas mantienen a duras penas el español como forma de resistencia contra la ocupación marroquí.
Y mientras el Cervantes sigue sin querer enterarse.
El Instituto Cervantes es la institución pública creada por España en 1991 para la promoción y la enseñanza de la lengua española y para la difusión de la cultura española e hispanoamericana. Los centros del Instituto están situados en cuatro continentes y dependen del Ministerio de Asuntos Exteriores.
La falta de atención del Instituto Cervantes a los saharauis resta sin duda prestigio y credibilidad a esta institución. Diferentes iniciativas de asociaciones y organizaciones suplen las carencias de un organismo creado para la difusión del español.
La Organización Juvenil Española ha puesto en marcha la campaña "Libros que nos hacen libres" de recogida de libros para los campamentos de refugiados saharauis. En 2005 reunieron 5.000 libros en español que entregaron en los campamentos de refugiados saharauis. Era su forma de celebrar el aniversario del Quijote. Hoy, esos libros están siendo utilizados por los refugiados en la biblioteca que construyeron en la daira de Amgala. Y resaltan que los saharauis reclaman, a pesar de su dramática situación, más libros, en especial de poesía.
La localidad salmantina de Villamayor ha donado 15.000 euros para la construcción de un centro de enseñanza del castellano en los campos de Tinduf, a través de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Béjar, Ampusabe, y 124 alumnos de Magisterio de Ciudad harán sus prácticas en los campamentos enseñando español a los niños saharauis. El grupo “Escritores por el Sahara” junto al gobierno vasco ha patrocinado el envío de un biblobús con libros en español para los niños y jóvenes de los campamentos. Hace tres años un grupo de escritores españoles y saharauis que habían escrito libros dedicados al Sahara remitieron una carta al Instituto Cervantes reclamando su implicación cultural con el pueblo saharaui, sin recibir respuesta. Los saharauis de las zonas ocupadas mantienen a duras penas el español como forma de resistencia contra la ocupación marroquí.
Y mientras el Cervantes sigue sin querer enterarse.
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