Como la libertad...

11:51 a. m. Conx Moya 0 Comments




Fue uno de los primeros estudiantes saharauis que militaron en el Polisario. Corrían los primeros 70 y conocía a Luali y a los jóvenes que le seguían y con quienes el líder saharaui fundaría el Frente.

El vivía en el sur de Marruecos, como muchos de ellos, en una tierra que había sido saharaui y que España había cedido a Marruecos en uno de aquellos vergonzosos cambalaches que la madrastra había empezado a perpetrar.

Se inspiró desde muy joven en el Polisario como proyecto de liberación nacional saharaui. Desde la clandestinidad combatían contra una metrópoli que había disparado contra civiles en Zemla, Barrio de Piedra, y había desaparecido a Bassiri. Desde Tantan, una tierra siempre saharaui pero que, ironías del colonialismo, pertenecía a Marruecos, vivía por un Sahara Libre.

El entusiasmo por la revolución le desbordaba y un día los policías marroquíes le pillaron cantando el himno del Polisario (nos hemos alzado a los montes / hemos vivido en los bosques / para desprestigiar a aquellos que dicen que somos pastores). Le detuvieron y torturaron cruelmente, con la saña de sus expertas manos de torturadores convencidos.

Perdió la razón pero no el afán de revolución y lucha. Se le podía ver a menudo arengando a los saharauis, ya incorporado a los campamentos, recitaba discursos de Luali, recordaba sus frases más célebres.

El año 76, de regreso de recibir tratamiento en Libia, su dolido corazón compartió unas horas junto a los jóvenes saharauis que estudiaban en Argelia. Habló y habló y habló con toda su pasión a los chicos sobre el derecho a la libertad de todos los seres humanos, sobre pagar el mayor precio por defender esa libertad. Sacó un turbante que le habían regalado, era de seda elaborado con los colores de la bandera saharaui, y lo desplegó ante los estudiantes. “Veis estos colores, rojo, blanco, negro, verde, veis la seda de la que está hecho, es precioso, igual que la libertad”.

Y un día se fue. Como un incendio ardió inflamado de revolución, independencia y libertad.


*Dedicado a la memoria de Said “la revolución”, a todos los que han dado su vida por la libertad del pueblo saharaui y a los que, como mi amigo Kike, no dejan de pensar un solo día en el Sahara.


Ilustración: Fadel Jalifa

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