Amigos para siempre
En medio de los acontecimientos que se suceden desde hace dos meses en muchos países árabes, Marrurecos contraataca en su huida hacia delante. Los que de verdad apoyan la democracia y la libertad miran expectantes lo que ocurre en el país, donde ha habido varios quemados a lo bonzo, dos de ellos saharauis, y movilizaciones masicas el pasado domingo 20 de febrero en todo el país. Manifestaciones que el régimen ha intentado esconder, se habla de 5 muertos y, como ocurrió en Gdeim Izik, el aparato marroquí da más cifras de heridos entre los policías que entre los manifestantes…
Una vez caídos los regimenes de Túnez y Egipto, y en medio de las terribles matanzas de Libia, Marruecos mueve ficha y con la ayuda de sus amigos españoles, políticos y periodistas, afines todos las dictaduras, ya lo dijo Bono “es más lo que nos une que lo que nos separa”, lanza el mensaje de que todo está bie, y de paso intenta desestabilizar a su vecino, Argelia. “Si la dictadura militar desapareciera" en Argelia se podría avanzar en la negociación sobre el Sáhara, ha afirmado sin sonrojarse el ministro de exteriores marroquí Taib Fassi Fihri, sí aquel que vino a abroncar a la prensa española mientras sucedían los terribles sucesos de El Aaiun ante la mirada arrobada de la ministra Jiménez.
A pesar de lo que está ocurriendo en los países árabes, el gobierno español sigue haciendo todo lo posible para seguir dando un respiro al régimen de Mohamed VI, con un exagerado despliegue a favor del acuerdo de pesca UE- Marruecos, negociando con Marruecos sobre un pescado que no es suyo. Qué importan ya la decencia y los principios (“estas son mis convicciones, si no le gustan, tengo otras”).
La ministra Rosa Aguilar, alegre portadora del Wissan alaui (desde febrero de 2007) ha afirmado que defendera “con uñas y dientes” la prórroga del acuerdo para negociar con el pescado saharaui robado. Trinidad Jiménez, ministra de Exteriores insiste en que la prórroga debe firmarse y para ello no ha dudado en faltar a la verdad, cuando ha respondido a las preguntas de, entre otros, el senador Anasagasti, afirmando que el acuerdo era y es "conforme al derecho internacional" y cuando argumentaba el pasado día 15 de febrero que el servicio jurídico del Parlamento Europeo "no puso ningún reparo" a que se incluyeran las aguas del Sáhara Occidental en el convenio vigente. Hay que recordar que hace un año, en febrero de 2010, un informe de los servicios jurídicos del Parlamento Europeo, que se había tratado de ocultar, consideró "muy difícil evaluar" si el acuerdo de pesca firmado en 2007 "beneficia" a la población local. Los servicios jurídicos admitieron entonces que la situación es "confusa" y que dicho departamento "no tiene la información adecuada" para valorarlo.
Desde hace mucho tiempo no podemos dejarnos de preguntar qué ocurre con el gobierno español y Marruecos. Como afirmaba el escritor Eduardo Soto-Trillo en la presentación de su libro Viaje al abandono, el crimen siempre deja rastros, igual que las mentiras y la deslealtad, que no duden las señoras ministras que no se va a olvidar las tropelías que están cometiendo.
Otro honorable político, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha defendido la propuesta marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental ante Mohamed El Yazgui, ministro de Estado de Marruecos. Doblando el espinazo ante el ministro, Mas ha expresado su deseo de incrementar las relaciones institucionales con el país alauita y de hacerlas "más fluidas". Mas siempre oportuno. Los derechos humanos ni están ni se les esperan, ¿para qué?
Así las cosas, la fiera marroquí, crecida ante el apoyo de estos políticos españoles y la falta de contundencia europea, también se ve apoyada por la eterna camarilla de periodistas tristes, como Javier Valenzuela, ex director general de información internacional de la Moncloa con Zapatero. Defiende en diferentes entrevistas (Revista Kántara, febrero de 2011 o Nueva Tribuna, 24 de febrero de 2011) que la autonomía es la solución para el conflicto del Sahara. Valenzuela hace afirmaciones tales como: “¿por qué no defender, que las partes lleguen a un acuerdo de Estatuto en lugar de la independencia?”, “¿Significa negar con ello el reconocimiento a la personalidad propia de los saharauis? En absoluto. Pero esa identidad no necesita un estado como muy bien sabemos en España”; “esa es la posición en la que sigue la izquierda española que ha potenciado una red de afectos que parecen descansar en el heroismo de un pueblo cuyos dirigentes le conducen a un proyecto inviable. La izquierda debería ofrecer nuestra experiencia autonómica y ejercer la pedagogía que merece desde la defensa radical de la democracia en la zona”.
Ni una palabra a los asesinatos, violaciones de derechos humanos, expolio, destrucción, humillación, invasión ilegal, torturas, violaciones, genocidio, legalidad internacional, derecho a que no te echen de tu tierra…. ¿esto es ser periodista?
Siento mucha, mucha rabia y vergüenza.
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