La voluntad de los pueblos y la ceguera de los gobernantes
Si el pueblo algún día aspira a la vida,
inevitablemente sucederá lo que tiene que ocurrir
inevitablemente desaparecerán las noches,
inevitablemente se romperán las cadenas
Soplará entonces un viento fuerte en las quebradas,
en lo alto de las montañas y entre los árboles
Quién dijo:
“Cuando me lanzo hacia una meta
me dejo llevar por la esperanza
olvidando toda prudencia.
No evito los caminos empinados
No me detengo ante la caída
ni las llamas ardientes.
Quién no abraza las montañas
vivirá para siempre en los valles ...”
Abul Kacem Chabi (poeta tunecino, 1909-1934)
Los pueblos árabes se sacuden a los dictadores después de décadas de escarnio. Los políticos occidentales dan muestra de sus pocas luces y sus pueblos todavía dormitan perezosos, haciendo la digestión del estado de bienestar con que se alimentaron tantos años.
Y precisamente en estos momentos donde se respiran aires de libertad, José Bono, demostrando su querencia por las actitudes autoritarias, ha comenzado un viaje oficial para visitar al sanguinario dinosaurio Obiang. Al presidente del Congreso le acompañan otros políticos tan grises como él: los diputados Josep Antoni Duran Lleida (CiU), Gustavo de Arístegui (PP) y Alex Saiz (PSOE). Qué hartos estamos de estos políticos que, me gustaría pensar, no merecemos.
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