“Cárceles imaginarias” de Luis Leante

9:00 p. m. Conx Moya 0 Comments


Mi historia con el libro “Cárceles imaginarias” se remonta a junio de 2012. El autor, nuestro admirado Luis Leante, amablemente había escrito el prólogo para el libro “El sueño de volver”, del escritor saharaui Bahia Awah. Nos acercamos un domingo por la mañana a la Feria del Libro de Madrid para entregar a Luis un ejemplar del libro, recién editado aquel mes de mayo, y que se había presentado unos días atrás en la Feria. Él estaba firmando aquel día su tercera novela publicada tras la concesión del Premio Alfaguara en 2007 con “Mira si yo te querré”. Luis, un escritor de Caravaca de la Cruz (Murcia) con una larga trayectoria y varios libros publicados, había conocido un enorme éxito con aquella preciosa historia inspirada en la Marcha Verde y el conflicto de la que fuera provincia española. El autor nos firmó “Cárceles imaginarias” y estuvimos un rato muy agradable charlando.
Apreciamos mucho a Luis, aunque no podamos presumir de una amistad estrecha. Le conocimos personalmente durante la explosión de éxito de “Mira si yo te querré”, que causó tanto revuelo positivo entre el movimiento solidario prosaharaui en aquella época anterior a las redes sociales. Leída con muchas ganas, no vimos en absoluto defraudadas nuestras expectativas; la novela era magnífica y el tema del Sahara estaba más que correctamente tratado. Pronto conseguimos contactar con Luis y muy amablemente nos respondió. Con nosotros siempre ha sido muy generoso, además de prologar el libro de Bahia a mí me echó una decisiva mano con mis “Delicias saharauis”. Siempre atento y amable a pesar de la merecida fama que estaba disfrutando. En 2009 Luis publicó “Luna roja”, una novela que me gustó especialmente y que enviamos a amigos saharauis de los campamentos de refugiados, ávidos lectores siempre deseosos de novedades literarias.
Volviendo a “Cárceles imaginarias”, precisamente aquel 2012 fue el año en que me sumergí de lleno en el libro electrónico, abandonando prácticamente el papel. “Cárceles imaginarias” quedó atrapada en las baldas más altas de la estantería de casa, a las que hay que acceder con escalera. Mi presencia este año en un gabinete de lectura en La Central de Madrid y algunos libros que me han regalado, me han devuelto al libro en papel después de tanto tiempo de no pasar páginas. Ordenando y colocando las nuevas adquisiciones, me reencontré con estas “Cárceles imaginarias” y con Luis Leante.
La novela tiene como tema central el pasado y las casualidades que entrecruzan historias vitales y destinos en diferentes espacios y tiempos. La búsqueda, en definitiva, en el pasado de explicaciones para sucesos que ocurren en el presente. Leante nos conduce por dos historias en diferentes tiempos. Una es la de un prófugo anarquista barcelonés, Ezequiel Deulofeu, que sucede a finales del S XIX y está contada en tercera persona por un narrador omnisciente. La otra transcurre a finales de los años 80 del pasado siglo, narrada en primera persona por Matías Ferré, un licenciado en Historia, al que diferentes circunstancias le llevan a investigar los sucesos relacionados con atentados anarquistas y la posterior represión policial sucedidos en Barcelona un siglo atrás. Siempre me sucede con los libros en los que dos historias transcurren paralelas que una de ellas acaba siendo mi preferida.
Las grandes bazas de “Cárceles imaginarias son la estupenda labor de documentación que se nota que sostiene la novela y la prosa elegante y contenida que suele ser habitual en Luis. Confieso mi preferencia por la historia “contemporánea”, la de Matías, el licenciado en Historia y bedel que investiga casi por azar la vida de Ezequiel Deulofeu, el protagonista del otro hilo narrativo de “Cárceles imaginarias”, historia que finalmente tendrá más que ver con Matías de lo que parecía en un primer momento. Leante narra con maestría la deriva de Martín, sus intentos por recomponer su vida y sus investigaciones. El autor utiliza como de costumbre una prosa comedida para contar una situación vital tremendamente complicada, de abismos, pérdidas, adicciones y búsquedas. Sin duda el libro lo agradece.
De la otra historia, la de Ezequiel, me quedo con la primera parte, la de su juventud, cómo entra en contacto con el movimiento anarquista en Barcelona, sus estudios, su trabajo en el periódico. Aquella época fascinante está muy bien narrada, sin los alardes de documentación que hacen algunos autores y que suponen en realidad un lastre para la narración. Las abismales diferencias entre burgueses y clase obrera, el despertar de la conciencia social entre algunos “señoritos” rebeldes de las clases más acomodadas, el ambiente de la redacción del periódico revolucionario en el que trabaja Ezequiel, las persecuciones a los anarquistas… todo ello está narrado con brío y la pasión justa, que nos lleva a recorrer de la mano de los personajes una época de lo más interesante y poco conocida por la mayoría de los españoles. Precisamente mientras leía “Cárceles imaginarias” se desarrollaba en diferentes ciudades españolas una nueva oleada de detenciones bajo el nombre de Operación Pandora. Como afirma el escritor Juan Madrid: “Ese interés abrumador por imputar a los anarquistas cualquier crimen con el fin de deteriorar la imagen del colectivo ha sido una constante en la historia de este país y de cualquier país”.
La novela baja de ritmo cuando la historia se traslada a Chile, durante el exilio de Ezequiel. Es complejo recoger varias décadas de la vida de una persona, una vida por cierto muy movida con amores desgraciados, huidas, traiciones, política, conspiraciones… en escasamente doscientas páginas, que es lo que ocupa esa parte final. El estilo sobrio deja de ser una virtud y se queda corto para todo lo que tiene que contar Leante. Es complicado abarcar tanto en una narración temporal lineal. Esta circunstancia acaba siendo un lastre para una novela cuya trama, apasionante, se desinfla un poco en esa última parte, cargada de sucesos y personajes expuestos con cierta prisa.
Un libro interesante y muy bien escrito en definitiva que pierde algo de fuelle en su parte final y que nos deja con muchas ganas de leer pronto una nueva novela de Luis Leante.

Con los escritores saharauis Bahia Mahmud Luali Lehsan y Limam Boicha en la Feria del Libro de Madrid

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