“Diarios del Sahara” de Sanmao. La obra que acercó a China el Sahara Occidental. Presentación en Madrid
El desierto me ha enseñado muchas cosas,
porque era una vida muy dura. Mi primer libro, "Cuentos del Sahara",
está lleno de una vida muy fuerte y muy pobre, y tiene alegría, ganas de vivir,
en una tierra en la que no hay nada, ni material ni culturalmente... Hablo de
mí, de mi marido y de mis amigos, saharauis y españoles. Sanmao
Hace unos años unos estudiantes chinos de
la Universidad Autónoma de Madrid dejaron sorprendidos al escritor saharaui
Bahia Awah, cuando se encontraba impartiendo una clase sobre el Sahara
Occidental en un Máster de Antropología. Al preguntar sobre qué sabían acerca
de la excolonia española, los alumnos chinos dijeron que la conocían por los
Cuentos de Sanmao. La sorpresa fue mayúscula, ¿quién era Sanmao?, ¿qué hacía
una china en el Sahara en los últimos años de presencia de la metrópoli? Bahia
empezó a indagar sobre aquella historia y halló respuestas fascinantes.
Encontró varios artículos sobre su increíble historia y rescató testimonios de
saharauis y españoles que conocieron a Sanmao y a su marido José Mª Quero en El
Aaiun en los años 70. Sus Cuentos del Sahara no estaban traducidos y tan sólo
había una breve selección de sus trabajos hecha para Reader's Digest. Él mismo
publicó un artículo sobre Sanmao en el blog de los escritores saharauis ¿Y
dónde queda el Sahara? y continuó comprometido con la historia de aquella mujer
que acercó su tierra a millones de lectores de tan remoto país.
Pero, ¿quién es Sanmao? Su verdadero nombre
es Echo Chen (1943-1991), nació en China continental pero se trasladó muy
pequeña a Taiwán. Sanmao es su pseudónimo, que significa “Tres pelos” 三毛 nombre
que toma de un conocido personaje chino de dibujos, un niño muy listo que vive
en la calle. Su relación con el español José Mª Quero le llevó a vivir varios
años en el Sahara Occidental y Canarias. Es autora de más de veinte obras, casi
todas de contenido autobiográfico.
La inquietud de Bahia por leer los relatos
de aquella increíble mujer se ha visto aplacada con la publicación por fin en
español de “Diarios del Sahara”, gracias a una editorial de reciente creación,
:Rata_ El pasado jueves 10 de noviembre la obra de Sanmao se presentaba en el
Instituto Confucio de Madrid.
La presentación comenzó con las palabras de
Isabel Cervera, directora del Instituto Confucio de Madrid, que definió la obra
como una “excelente descripción de la vida en el Sahara Español de la época”. Destacó
que la voz de Sanmao conecta a los saharauis y a los españoles. “Ella era de
fuera pero a la vez formó parte de ambos mundos, trató de comprender ambas
realidades, incluso en aquellos difíciles momentos de la salida de España del
territorio”. Isabel destacó una contradicción, que se citó varias veces, entre
esa buena convivencia que buscaba con ambos mundos frente a la total libertad
con la que escribía al hacerlo en chino, lengua totalmente ajena a ambos
pueblos, y que de alguna manera la protegía para escribir lo que quería, sin
cortapisas.
Con total entusiasmo habló Iolanda Batallé,
editora de Rata Books, de este primer volumen que marca el nacimiento de su
editorial. Calificó la publicación de “un trabajo muy largo hasta poder
traducir el libro al español y al catalán” y explicó que han elegido “Diarios
del Sahara” como título fundacional porque refleja el espíritu de la editorial,
ya que se trata de un texto hecho desde la necesidad, la verdad, desde las
entrañas. “Ella escribía la vida y vivía para escribir. Fue sobre todo una
narradora oral, cualquier situación la transformaba en literatura, confluyendo
vida y escritura”, afirmó la editora, destacando que esta obra transmite que al
otro lado hay una persona de carne y hueso. “Las historias de Sanmao son
impresionantes, emocionantes, de una intensidad, potencia y calidad humana
excepcionales. Con aparente sencillez nos transmite una enorme cantidad de
emociones”. Iolanda destacó que todos somos guardianes de la obra de Sanmao,
una autora que en los últimos cinco años ha vendido diez millones de
ejemplares, siendo ésta la primera vez que se traduce a Sanmao en Occidente, “un
hecho de justicia con la obra de esta autora”, afirmó. El que seguramente va a
ser año Sanmao culmina además con la noticia de que Bloomberg se ha quedado con
sus derechos para el mundo anglosajón y que el libro se va a traducir a más
idiomas. Sanmao no se ponía trabas a la hora de escribir, hay comentarios que
resultan hoy en día políticamente incorrectos, ya que escribía sin filtros y
sin prejuicios. “Eso lo hemos mantenido en la traducción”.
Natalia Carrero, autora del segundo libro
editado por Rata “Yo misma, supongo”, reconoció haber descubierto a Sanmao a
través de Iolanda. Natalia calificó la escritura de Sanmao como “de palillo
chino”, minuciosa y trabajada hasta el último detalle. De nuevo durante el acto
se habló de la libertad total con la escribía la autora, así Natalia calificó a
Sanmao de “superviviente, vivió y escribió lo que quiso, sin filtros; su mirada
no estaba coartada, escribir en su idioma original le permitía aislarse”.
Señaló como “en su aventura viajera y geográfica supo estar en el momento
adecuado”. Lo que predomina en su literatura es que invita a seguir leyendo, “es
una escritura clara y elegante pero no simple; sabía escoger los temas, el tono,
gracias a su cualidad de comunicóloga”. Al leer “se entra en modo Sanmao,
parece que la conoces”. También quiso destacar su faceta cómica, “nunca dejaba
de tener los pies en el suelo, con un cordura muy juguetona, muy díscola”. Sanmao
supo mezclarse en el Sahara con los saharauis, “jugaba a tantear todos los
roles, tras cada persona hay una mirada y llegaba al paisaje a través de las
personas”. Natalia destacó que el espíritu Sanmao “es muy Confuciano, no
individualista y con responsabilidad con la humanidad, basado en valores que
buscan la justicia, con un lenguaje cordializante, de amistad entre las
personas”.
La hermana del esposo de Sanmao, Carmen Quero, puso la
nota más personal. Resumió la forma en que se conocieron cuando Sanmao fue a
Madrid a casa de un íntimo amigo de sus padres, un cocinero chino casado con
una italiana. Sus hijos eran amigos de una familia española que habitaba en el
mismo bloque y ahí se produjo el encuentro. José Mª, menor que Sanmao, se
enamoró pero ella no vio más que a un muchacho. Tiempo después Sanmao regresó a
Madrid y José Mª, que ya no era un adolescente, comenzó una relación con ella.
Había estado haciendo la mili en el Sahara y traía una oferta de trabajo para
El Aaiun. A la ciudad saharaui se trasladaron ya como pareja y allí vivieron
entre 1974 y 1975, estancia que inspiró estos “Diarios del Sahara”.
Carmen señaló que en Sanmao había mucha
alegría pero también una gran tristeza, “tenía una gran lucha interna”; el
libro es muy divertido pero a la vez “muy intenso” porque Sanmao era una
persona compleja, “irradiaba felicidad pero también tenía una parte trágica”.
Iolanda recalcó esta dualidad en la personalidad de Sanmao, “eso fue
probablemente lo que le permitió escribir su extensa obra, los que escriben lo
hacen porque siempre están buscando algo”. “Leyendo el libro vuelvo a ver a
Sanmao pero también a José Mª”, afirmó Carmen. “Ella retrata al José Mª que
conocimos, trabajador y con gran tesón, enamorado de ella, pero también envuelve
hechos en ficción”. Carmen explicó que Sanmao les escribía muchas cartas,
“desgraciadamente no guardo todas”, en las que hablaba de muchos asuntos
personales. Recordó que tras la muerte de su marido Sanmao escribía cosas
“tremendas”. “En ellas decía que había comenzado otra vida con él y que todavía
tenía a José Mª”. Carmen finalizó afirmando que con su obra “Sanmao se ha
inmortalizado pero también ha inmortalizado a mi hermano”. Prueba de ello es la
cantidad de turistas chinos que visitan la tumba de José Mª Quero, fallecido en
La Palma en septiembre de 1979, en el cementerio de la ciudad y el monumento
dedicado a ambos, un mirador literario en la Fajana de Barlovento.
Me quedo con las palabras que nos dijo
Javier Quero, hermano de José Mª, finalizada la presentación. Entre abrazos señaló
que su hermano llevaba en el corazón a los saharauis y nunca les olvidó. Por
fin podemos leer a Sanmao y agradecerle haber llevado el Sahara a los rincones
más insospechados, como descubrió un sorprendido Bahia hace ya unos años.
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