“La vida sumergida” de Pilar Adón, maestría en el relato
“Los seres salvajes no han nacido para ser
felices”. Así finalizaba la escritora Pilar Adón la presentación en Madrid de
su nuevo libro de relatos, “La vida sumergida”, una colección de cuentos,
que retoman los temas que obsesionan a la escritora madrileña: la dependencia,
la sumisión, la naturaleza asfixiante y cruel, el aislamiento como forma de
refugio, la utopía que acaba desencantado, o las relaciones de interdependencia.
Temas que protagonizaban sus dos trabajos anteriores, la novela “Las efímeras”,
también editada por Galaxia Gutemberg y el poemario “Mente animal” de La Bella
Varsovia, editorial de su buena amiga Elena Medel. Se trata de relatos que
Pilar escribió mientras trabajaba en “Las efímeras” durante un largo período de
trece años. Ambos libros se han contagiado, inevitablemente, y comparten universo
común.
Nos reunimos en la veterana librería
Alberti, escenario de tantas presentaciones de Pilar y de Impedimenta, la
editorial que dirige junto a Enrique Redel, para dar la bienvenida al nuevo
trabajo de Pilar. La acompañaba Joan Tarrida, editor de Galaxia Gutemberg, que definió
la obra de Pilar Adón como “coherente, exigente, con una mirada propia, con
mundos muy particulares, lugares donde uno a buscar refugio y que al final se
convierten en meras cárceles”. Consideró una “suerte” editar a Pilar.
A continuación la periodista de ABC
Cultural, Inés Martín Rodrigo, inició una entrevista con la autora, “una de sus debilidades
literarias”. Pilar Adón es poeta, cuentista, editora, traductora y novelista y “todo
lo hace bien”, aunque Inés se decanta por “sus relatos”, género en el que
Pilar “es una maestra”, a la altura de Cristina Fernández Cubas, en palabras de
la periodista.
La escritora reconoció repetir en su obra
una serie de temas, que son “los que me gustan como escritora y como lectora”. Explicó
su interés por la gente que se aísla, que busca refugio, igual que hace ella misma
para leer y para escribir. Así mete a sus personajes en lugares cerrados “donde
aparentemente quieren estar”, en busca de unas utopías que tampoco acaban
siendo lo que esperaban. Otro de sus temas recurrentes es la vida en la
naturaleza, con la inevitable referencia a Thoreau y a Emerson. Pilar no acaba
de estar de acuerdo con la idea de Emerson de que “La naturaleza está ahí para
que la contemplemos y nos hagamos mejores”. En su opinión, “La naturaleza
no está ahí para nada y su contemplación tampoco nos hace mejores. La
naturaleza tiene un componente salvaje, donde sobreviven los fuertes a costa de
los débiles”.
Los personajes favoritos de Pilar Adón son
seres que viven aislados, entre los que hay enfermizas relaciones de
interdependencia. Esa dependencia es la excusa que los personajes se ponen para
no hacer lo que creen que quieren hacer. “Eso genera insatisfacción en muchos
de mis personajes”. Pero cuando desaparece ese impedimento tampoco se liberan “porque
no tienen el valor para hacerlo”.
A Pilar le gusta plantear las historias de
manera lateral, ir presentando poco a poco y de manera abstracta lo que les va
a pasar a los personajes. Ahí reside gran parte de su maestría en la
construcción de las historias, que suelen tener una carga psicológica muy
fuerte. “Yo analizo mucho, hay mucha reflexión en mi escritura y muchas
referencias a mi realidad, a mi manera de ver el mundo”.
En cuanto a sus referencias, Martín Rodrigo
mencionó a Angela Carter, una escritora actualmente revisitada, de quien aparece
una cita en uno de los relatos de “La vida sumergida”. Sin embargo, la cita de
Carter la incluyó después de haber escrito el cuento y se trata de una
escritora que ha leído recientemente. Ese cuento, “La primera casa de la aldea”,
contiene referencias a Caperucita roja, y es que los cuentos infantiles sí
tienen influencia en la escritura de Pilar. En cuanto a Tolstoi, también
nombrado por la periodista, el proceso de escritura de “Las efímeras” le llevó
a interesarse por las comunidades tolstoianas, pero tampoco reconoce a este autor como
influyente en su literatura, “sí lo es Chejov”. Pilar señaló que “hay escritores que
te influyen en una época pero luego esa influencia se va diluyendo”. Es lo que
le sucedió con los autores ingleses que fueron referencia en su juventud. “Pensaba
que mi día a día no era un motivo literario”. Pero llegó el momento en que se
dio cuenta de que lo que quería contar iba más allá de los libros. “Me di
cuenta de que podía hablar de muchas cosas. Ese era mi mundo y lo conocía tan
bien que podía dedicarle mucho espacio literario”. Un espacio literario
absolutamente personal.
Pilar “reivindica a la mujer libre mediante
una reflexión muy profunda”, en palabras de Inés Martín Rodrigo. “Casi todos mis
personajes son mujeres. En muchos casos las mujeres se defienden atacando, de
manera activa y violenta”. Sobre las diferentes polémicas en relación a la escasa
presencia de mujeres en festivales y congresos, Pilar opina que todavía nos
falta la tradición. De alguna manera todavía hay quien entiende que escribir “es
para las mujeres un capricho, aún hay una visión infantil de las mujeres,
todavía hay un deseo de protección por parte del patriarcado”.
Pilar Adón, que confiesa tener una mentalidad
es “de aspirante”, es un espejo donde mirarnos las que queremos escribir, seguir
sintiendo curiosidad y avanzar.
“La vida sumergida”. Pilar Adón. Narrativa.
Galaxia Gutenberg, 2017. 153 páginas. 17,90 euros
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