Recetas para días de fiesta. Semana Santa 2018
Aprovechando que vienen días de fiesta, que
tenemos vacaciones y podemos dedicar tiempo a cocinar con tranquilidad, he
pensado un menú fácil de preparar, delicioso y un poco distinto a lo que
solemos hacer habitualmente.
A partir de la salsa de una receta
italiana, el vitello tonnato, se me ha ocurrido preparar unos huevos rellenos y
unos rollitos de pan de molde recubiertos de salmón. De segundo, unos
solomillos de cerdo con boniato y pera, y de postre la tarta de galleta maría
con chocolate. Vamos allá.
El vitello tonnato es una receta italiana
que he descubierto gracias a un catering que tenemos en el trabajo. La pedí por
curiosidad y he de reconocer que es un plato delicioso. Consiste en finos
filetes de redondo de ternera bañados por una salsa riquísima que lleva atún y
anchoas. Cierto, mezclar carne y pescado parece a priori extraño. Pero el
resultado es sorprendente. Aún no la ha cocinado en casa pero sí he preparado
la salsa para “tunear” un par de recetas. La salsa original lleva caldo de
cocer el redondo, pero como no la hemos preparado con carne, la convertiremos
en una crema un poco diferente.
Empezamos con los huevos rellenos. Cocemos
los huevos que vayamos a preparar, los abrimos por la mitad y sacamos las
yemas. Las usaremos para el relleno de vitello tonnato. Las metemos en la
batidora, junto con el zumo de un limón, una lata de atún en aceite de oliva, un
puñadito de alcaparras y unas anchoas, cuidado con poner demasiadas o la salsa quedara
salada y con sabor muy fuerte. Si la hubiéramos preparado con el caldo de carne,
debería quedar sueltecita, pero como va para relleno de los huevos, mejor
dejarla espesa, más crema que salsa. Se puede decorar con huevo rallado,
alcaparras o aceitunas picadas, pimiento morrón, ensalada… Eso sí, desde la
página de El Comidista, donde publican un artículo sobre la receta, avisan que ni
se nos ocurra usar mahonesa para esta salsa.
La segunda opción como primer plato son
unos rollitos de pan de molde, para los que vamos a utilizar también la crema
del vitello tonnato. Hay que coger rodajas de pan de molde blanco sin corteza y
aplastarlas con un rodillo hasta dejarlas muy finas. Por otro lado, preparamos el
relleno con un picado de palitos de cangrejo o atún, mezcla de lechugas
(brotes, rúcula, escarola, canónigos, lo que os guste), más alcaparras o
pepinillos. Añadir el picado a la crema de vitello tonnato y cubrir el pan de
molde con la mezcla y unas rajas de salmón ahumado. Aquí se me presenta el
dilema de poner el salmón dentro o por fuera del pan. Aviso que es más fácil
prepararlo si se mete por dentro pero queda más bonito si va por fuera. En
cualquier caso, hay que enrollar el pan apretando todo lo posible hasta hacer
un rulo. Cubrirlo con papel film y meter en la nevera durante una hora para que
se compacte y nos permita cortarlo con más facilidad. Finalmente cortar en
rodajas. Y a disfrutarlo.
Como segundo plato tenemos unos solomillos
de cerdo con boniato y pera. El boniato y la pera forman una combinación riquísima
para hacer puré. La crema de boniato y pera la preparo añadiendo un puerro y
una patata a los dos ingredientes, sólo hay que salpimentar la verdura y freírla
cortada en trozos grandes, añadirle agua al gusto, cocerlo y pasarlo por la
batidora. Salpimentar al gusto. Queda una crema fina y con un suave toque dulce
absolutamente delicioso.
Pero en esta ocasión vamos a preparar
solomillo de cerdo con boniato y pera. La de cerdo es una carne que da mucho
juego. Se puede preparar entera, en medallones, troceada, fileteada y casa bien
con todo lo que se nos ocurra, mostaza, oporto, cerveza rubia o negra,
verduras, en fin, una maravilla. Nada más fácil. En este caso lo he preparado
en forma de medallones. Salpimentarlos y darles una vuelta en la cazuela con un
chorrito de aceite de oliva y puerro cortado en trozos. Añadir rodajas de
boniato de grosor medio y un par de peras cortadas en gajos. Cocino esta receta
en una cacerola baja. Una vez añadido el boniato y la pera, bajo el fuego y
coloco una tapa con agujero, lo que le da una textura tierna, con mucho sabor. Sale
deliciosa.
Y de postre prepararamos la deliciosa tarta
de galleta maría con chocolate. Una visita al Café del Nuncio en La Latina me
descubrió una tarta tan deliciosa como sencilla de hacer. De lo más sencilla y
sin necesidad de horno, el resultado es absolutamente increíble. El Café del
Nuncio, uno de los más antiguos de la ciudad y situado en pleno Madrid de los
Austrias, fue adquirido por el grupo DeLuz, responsables entre otros locales de
Celso y Manolo o la Taberna La Carmencita. Como es habitual en los
establecimientos de este grupo, se nota un gran cuidado en la decoración, el
ambiente y la carta. Inspirado en los cafés europeos de principios del siglo
pasado, domina el color azul celeste en las paredes, el mobiliario de madera y
un suelo de terrazo oscuro. El caso es que allí paramos de la mano unos buenos
amigos, y para acompañar nuestros cafés probamos la tarta de zanahoria,
deconstruída en una copa, y la tarta de chocolate. Tanto nos gustó que nos
pusimos como reto prepararla en casa. He buscado varias recetas y recomiendo la
que cociné porque la idea de añadir corteza de limón y canela le da al
chocolate un toque maravilloso.
Los ingredientes necesarios son las galletas
maría (yo compré galletas cuadradas para adaptarlas mejor al recipiente) que
necesitéis para completar varios pisos, en mi caso hice cuatro; leche para
fundir el chocolate; 250 gr. de chocolate para fundir, que se corresponde con
dos tabletas aproximadamente. 50 gr. de mantequilla; la piel de un limón; una rama
de canela o en su defecto canela molida; un toquecito de jengibre y coco
rallado para la decoración final.
Para prepararla poner la leche a hervir en
un cazo, junto con la corteza del limón, la canela y el toquecito de jengibre para
aromatizar. Cuando esté hirviendo, añadir el chocolate troceado y bajar el
fuego. Hay que ir removiendo, añadir la mantequilla y seguir mezclando bien los
ingredientes. Se debe ir añadiendo la leche que pida la salsa de chocolate.
Empezamos a remojar galletas en un plato
con leche y las vamos colocando en nuestro recipiente, formando una primera capa
de galletas. Echar por encima la mezcla de chocolate, extendiéndola por todas
las galletas. Repetir el proceso de mojar galletas en leche, colocar una nueva
capa sobre las cubiertas de chocolate, volver a cubrir con la mezcla de
chocolate y así sucesivamente hasta completar varios pisos de galletas. Cubrir
la tarta con todo el chocolate que nos haya quedado cuando hayamos puesto todas
las capas. En mi caso, la decoré con coco rallado que me había sobrado de hacer
galletas en otra ocasión. Meter un rato a la nevera para que se endurezca el chocolate
y así la tarta quede compacta. Riquísima y realmente fácil.
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