Un tipo arrojó un pato de plástico a un escenario...

7:24 a. m. Conx Moya 0 Comments



Igual que el aleteo de una mariposa provoca un huracán a miles de kilómetros de distancia, un tipo que lanza un pato de plástico al escenario de un concierto desencadena un aluvión de creatividades. Sin ser consciente de ello, aquel espectador me dio la clave para un nuevo relato rock, “Un pato de plástico”, que plantea un dilema personal “sobre si volver sobre nuestros pasos...o no” (Screamin' J). Porque como cantaba Eskorbuto El pasado ha pasado y por el nada hay que hacer; el presente es un fracaso y el futuro no se ve.
El relato parte de una historia ficticia, aunque alguno entreverá cosas familiares, guiño, guiño..., vertebrada entre dos conciertos punks en los primeros ochenta y en la actualidad (José Luis Salcines), y revive un concierto del 83 en el Rock-Ola. Cejas pintadas, camisetas de leopardo y otros recuerdos, dulces y amargos (Ángel Alda). En mi historia se habla de es@s madurit@s que vivieron los primeros 80 en Madrid con crestas y chupas de cuero petadas de tachuelas. En un cocktail “ultratemporal” donde se combinan patitos de goma con pogos y efectos secundarios de la movida madrileña (Marino Masazucra).
Ha tenido un efecto catalizador en muchos lectores, que se han visto identificados con la historia. Hablas de un caso en el que, por edad me siento un poco reflejado. También me he reencontrado con viejos amores por las redes sociales. También he visto que mis grupos favoritos, no han dejado un joven y bonito cadáver (WinslowLeach). Incluso el relato remite a algún concierto muy cercano en el tiempo Me ha encantado, me ha recordado mucho a mi revival de Rezillos hace un par de semanas (aunque sin antecedente Rock-Ola). Fiel a tu estilo. Me vestí con las mismas sensaciones, y al llegar al Gruta77 me sentí aliviado al ver un montón de puretas como yo. Dentro fue todo igual, con locura del respetable incluida, estuvimos a punto de vernos en medio de varias peleas y había un zumbado con el pelo a dos colores que parecía poseído por el demonio, eso sí, no tiró patos de goma (Stewart).
Es una sensación maravillosa cuando se consigue llegar a los lectores No sé cómo lo haces pero siempre me veo reflejado en los personajes que escribes (Black Murcia), a través de una de esas Historias de una Historia no oficial. No la verás en la tele, pero es nuestra (Mariano Pinós). “Un pato de plástico” compone uno de mis relatos rock habituales, bien cargado de descripciones y sensaciones Cierras los ojos y ¡¡lo ves!! Me encanta cuando la lectura te hace revivir con todos los sentidos (Belén Almonacid).
He pasado dos meses compartiendo deliciosos momentos con Coco, Roque y la banda, buscando historias del Rock-Ola, documentándome sobre aquellos lejanos ochenta, viviendo en el año 1983. Envuelta en el perfume de Coco, imaginaba su ilusión adolescente al escapar de su rígida familia para vivir el concierto aquella lejana noche de primavera. He disfrutado recreando la excitación de la banda adolescente al conseguir tocar en el local más conocido en el Madrid de aquella época.
Y, sin ser al principio muy consciente de ello, fui reflejando las imágenes que tenía en la cabeza sobre un cartón, armada de papel, tijeras, rotuladores, pinturas y pegamento. Logré componer un collage que sirvió de fondo para una ilustración de Marino, de nuevo imprescindible. Una vez más Conx lo ha vuelto a hacer y yo, que me declaro fan de sus historias, su pasión y su curiosidad, no he podido evitar seguirla... que sean cientos y cada una de ellas, mejor. (Marino Masazucra). Una ilustración con tintes punks muy identificables.
El #sorteopato del collage y la ilustración en redes sociales ha ayudado a dar a conocer el cuento. A mi me ha tocado, aunque no me toque (Jesús Herrera Flores). El generador aleatorio de números dio dos ganadoras, Valeria y Elena, que se llevan el resultado gráfico de una historia loca, hecha con muchas ganas. Gracias lectores y gracias a José Luis por la ayuda y la inspiración.

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