Dead Kennedys + MadPunk + Kráneo. Un gran concierto en “la peor fecha del año”

1:59 p. m. Conx Moya 0 Comments


Pero cómo no ver a Dead Kennedys (sí, sin Jello Biafra) ya que venían a Madrid. El lunes 12 de agosto, “la peor fecha del año para un concierto” como lo promocionaba la gente de No Future Fest, los Dead Kennedys (sí, sí, sin Jello Biafra) tocaban en Madrid como única fecha española. El año pasado tuve la ocasión de ver a Jello Biafra and the Guantanamo School of Medicine en un magnífico concierto en la sala Copérnico de Madrid, así que quería “completar el círculo” con el resto de la banda. Hay que recordar que Jello no está en Dead Kennedys desde 1986, año en que el grupo se rompió debido a las fuertes diferencias con sus otros tres compañeros. En aquel concierto vimos un set list poco previsible de Jello, en este me apetecía disfrutar en directo grandes temas de Dead Kennedys, con tres miembros de la formación clásica del grupo Klaus Flouride (bajo), East Bay Ray (guitarra) y D. H. Peligro (batería).
Desde que se anunció el concierto y a pesar de ser “la peor fecha del año” resultó evidente que el público de Madrid tenía ganas de ver a la banda y así se demostró al conseguir la promotora vender todas las entradas en un siempre deseado “sold out”. El caso es que me planté en la Sala But, donde ya había una cola importante para entrar. Mucho punk, mayoría masculina y también, me alegra decirlo, una nutrida representación femenina; gente de mi quinta, nos vamos haciendo mayores, aunque también había algunos jóvenes, sin duda atraídos por la leyenda de la banda surgida a finales de los años 70 en San Francisco, uno de los grupos punk estadounidenses que tuvo más éxito e impacto en Europa, con un talante muy político y muy reivindicativo desde la irreverencia.
Por su actitud estaba claro que el público que llenaba la sala estaba dispuesto a disfrutar. Yo también, situada en un lugar estratégico lejos de los pogos, bailes y el tremendo calor que emanaba la entregada audiencia. La tercera canción, la tremenda «Police Truck», fue uno de mis momentazos de la noche; escuchar en directo las ráfagas de guitarra de East Bay Ray en este tema es un auténtico lujo. En ese momento reflexioné que, sin desmerecer al actual cantante que tiene una dificilísima misión, también mola ir a un concierto para escuchar a un guitarrista, un bajista y un batería que son tremendos músicos y formaron (forman) parte de un grupo mítico.
La banda desgranó los temas que vienen haciendo habitualmente en la gira, con un ritmo algo irregular, un tanto lastrado por las palabras del cantante entre tema y tema, algún que otro problema con la guitarra y creo que cierta incomodidad de East Bay Ray con la gente que se subía al escenario. En definitiva, nada grave ni que impidiera que el concierto se desarrollara en medio de un magnífico ambiente. Sonaron temas como «Forward To Death» toda una declaración de intenciones “I don´t need this fucking world” en menos de dos minutos; la ácida ironía de «Kill the Poor»; «California Über Alles», una de sus primeras canciones, publicada en 1979, una andanada satírica contra Jerry Brown, gobernador de California entre 1975 y 1983; la vertiginosa y combativa «Nazi Punk Fuck Off!»; la chispeante «Jock-O-Rama», en la que encuentro ciertas reminiscencias surferas uno de los estilos preferidos del guitarrista o «Moon Over Marin», una belleza de canción de la que estoy enamorada, con una para mí luminosa guitarra de East Bay Ray. Para los bises dejaron la poderosa «Bleed for Me», la divertida versión del conocido tema de Elvis «Viva Las Vegas», «Holiday in Cambodia», todo un himno punk con delirante propuesta de unas “agradables” vacaciones a una Camboya asolada por todo tipo de horrores y, como airado final, «Chemical Warfare», canción llena de furia que incluye un vals descacharrado.
La historia de los desencuentros de la banda es de sobra conocida por los seguidores de Dead Kennedys, polarizados en dos bandos. La mayoría a favor de Jello, todo hay que decirlo, quien fue demandado por sus tres compañeros porque, según denunciaron, el sello de su propiedad Alternative Tentacles les pagaba menos pasta de la que les correspondía. Otro de los desencuentros vino por la posibilidad de usar «Holyday In Cambodia» en un anuncio de Levis, Jello montó en cólera (normal). Finalmente los tribunales permitirían que los tres pudieran girar bajo el nombre de Dead Kennedys. Así en 2001 se juntaron con Brandon Cruz, en el puesto de Biafra. En 2003, Cruz fue reemplazado por Jeff Penalty. En la actualidad el cantante es Ron “Skip” Greer, antiguo miembro de The Wynona Riders, una banda de pop punk formada en 1988.
La noche había comenzado desvelando la sorpresa del artista invitado a acompañar a Dead Kennedys, que en realidad fueron dos: Kráneo y MadPunk. Kráneo es una formación de la sierra norte madrileña con cuatro miembros, que ofrecieron una actuación rápida y reivindicativa en la que apenas dieron respiro al público. Empezaron con una versión del «Emergency» de Motörhead, continuando con temas propios como «Ratas», «Oh, Rivera», «Metralleta» o «La muerte tenía un precio» y cerraron con la versión que hacen MCD del «Emergency», «Violencia sin cuartel». Me quedo con sus palabras sobre el fascismo actual, camuflado entre colores y sonrisas.
Precedidos por el Blank Generation de Richard Hell y mientras sonaban mis adorados Television, sin apenas tiempo de espera aparecían en el escenario los amigos de MadPunk, a los que he tenido la suerte de ver varias veces en directo. El grupo formado por miembros de Larsen, Espasmódicos y TDK, tres bandas históricas del punk madrileño de inicios los 80, ofrecieron una actuación inolvidable en el mencionado concierto del año pasado. Los madrileños pusieron de nuevo todas las ganas, además de su sabiduría musical y escénica, potencia y actitud, como nos tienen acostumbrados. Héctor, Esteban, Monje, Magüu y Siemens tocaron temas que forman parte de la historia personal de varias generaciones de seguidores como «Frontera francesa», «Nacido de la pota de un punk», «Enciendes tu motor» o «La farmacia de mi barrio». Por otra parte, la banda no se duerme en los laureles y apuesta afortunadamente por material nuevo. Así pudimos escuchar un par de temas de su próximo álbum, que saldrá en septiembre. Puedo decir que la gente que estaba a mi alrededor disfrutó especialmente con «No creo», una canción que deja adivinar un gran trabajo.
Y así transcurrió una inolvidable noche de lunes en la que todo el mundo iba acompañado y vestía mayoritariamente de negro. Comprobé una vez más que aún queda gente que lleva cresta. Vi mucho pendiente y mucha tachuela y fui consciente de lo mayores que nos estamos haciendo. Yo iba sola, con una camiseta rosa y en las pausas de cambio de grupo me sentía un poco colgada, lo peor es no tener con quien comentar. Pero los caminos del punk para una señora de mediana edad son así. En un momento dado nos tiraron algo, espero que fuera cerveza. Vale, no estaba Jello, pero escuchar esas canciones en directo MERECE LA PENA.


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