Dead Kennedys + MadPunk + Kráneo. Un gran concierto en “la peor fecha del año”
Pero cómo no ver a Dead Kennedys (sí, sin
Jello Biafra) ya que venían a Madrid. El lunes 12 de agosto, “la peor fecha del
año para un concierto” como lo promocionaba la gente de No Future Fest, los
Dead Kennedys (sí, sí, sin Jello Biafra) tocaban en Madrid como única fecha española.
El año pasado tuve la ocasión de ver a Jello Biafra and the Guantanamo School
of Medicine en un magnífico concierto en la sala Copérnico de Madrid, así que
quería “completar el círculo” con el resto de la banda. Hay que recordar que Jello
no está en Dead Kennedys desde 1986, año en que el grupo se rompió debido a las
fuertes diferencias con sus otros tres compañeros. En aquel concierto vimos un
set list poco previsible de Jello, en este me apetecía disfrutar en directo
grandes temas de Dead Kennedys, con tres miembros de la formación clásica del
grupo Klaus Flouride (bajo), East Bay Ray (guitarra) y D. H. Peligro (batería).
Desde que se anunció el concierto y a pesar
de ser “la peor fecha del año” resultó evidente que el público de Madrid tenía
ganas de ver a la banda y así se demostró al conseguir la promotora vender
todas las entradas en un siempre deseado “sold out”. El caso es que me planté
en la Sala But, donde ya había una cola importante para entrar. Mucho punk,
mayoría masculina y también, me alegra decirlo, una nutrida representación
femenina; gente de mi quinta, nos vamos haciendo mayores, aunque también había
algunos jóvenes, sin duda atraídos por la leyenda de la banda surgida a finales
de los años 70 en San Francisco, uno de los grupos punk estadounidenses que
tuvo más éxito e impacto en Europa, con un talante muy político y muy
reivindicativo desde la irreverencia.
Por su actitud estaba claro que el público
que llenaba la sala estaba dispuesto a disfrutar. Yo también, situada en un
lugar estratégico lejos de los pogos, bailes y el tremendo calor que emanaba la
entregada audiencia. La tercera canción, la tremenda «Police Truck», fue uno de
mis momentazos de la noche; escuchar en directo las ráfagas de guitarra de East
Bay Ray en este tema es un auténtico lujo. En ese momento reflexioné que, sin
desmerecer al actual cantante que tiene una dificilísima misión, también mola
ir a un concierto para escuchar a un guitarrista, un bajista y un batería que
son tremendos músicos y formaron (forman) parte de un grupo mítico.
La banda desgranó los temas que vienen
haciendo habitualmente en la gira, con un ritmo algo irregular, un tanto
lastrado por las palabras del cantante entre tema y tema, algún que otro
problema con la guitarra y creo que cierta incomodidad de East Bay Ray con la
gente que se subía al escenario. En definitiva, nada grave ni que impidiera que
el concierto se desarrollara en medio de un magnífico ambiente. Sonaron temas
como «Forward To Death» toda una declaración de intenciones “I don´t need this
fucking world” en menos de dos minutos; la ácida ironía de «Kill the Poor»; «California
Über Alles», una de sus primeras canciones, publicada en 1979, una andanada
satírica contra Jerry Brown, gobernador de California entre 1975 y 1983; la
vertiginosa y combativa «Nazi Punk Fuck Off!»; la chispeante «Jock-O-Rama», en
la que encuentro ciertas reminiscencias surferas uno de los estilos preferidos
del guitarrista o «Moon Over Marin», una belleza de canción de la que estoy
enamorada, con una para mí luminosa guitarra de East Bay Ray. Para los bises
dejaron la poderosa «Bleed for Me», la divertida versión del conocido tema de
Elvis «Viva Las Vegas», «Holiday in Cambodia», todo un himno punk con delirante
propuesta de unas “agradables” vacaciones a una Camboya asolada por todo tipo
de horrores y, como airado final, «Chemical Warfare», canción llena de furia que
incluye un vals descacharrado.
La historia de los desencuentros de la
banda es de sobra conocida por los seguidores de Dead Kennedys, polarizados en
dos bandos. La mayoría a favor de Jello, todo hay que decirlo, quien fue
demandado por sus tres compañeros porque, según denunciaron, el sello de su
propiedad Alternative Tentacles les pagaba menos pasta de la que les
correspondía. Otro de los desencuentros vino por la posibilidad de usar «Holyday
In Cambodia» en un anuncio de Levis, Jello montó en cólera (normal). Finalmente
los tribunales permitirían que los tres pudieran girar bajo el nombre de Dead
Kennedys. Así en 2001 se juntaron con Brandon Cruz, en el puesto de Biafra. En
2003, Cruz fue reemplazado por Jeff Penalty. En la actualidad el cantante es Ron
“Skip” Greer, antiguo miembro de The Wynona Riders, una banda de pop punk
formada en 1988.
La noche había comenzado desvelando la
sorpresa del artista invitado a acompañar a Dead Kennedys, que en realidad
fueron dos: Kráneo y MadPunk. Kráneo es una formación de la sierra norte
madrileña con cuatro miembros, que ofrecieron una actuación rápida y
reivindicativa en la que apenas dieron respiro al público. Empezaron con una
versión del «Emergency» de Motörhead, continuando con temas propios como «Ratas»,
«Oh, Rivera», «Metralleta» o «La muerte tenía un precio» y cerraron con la
versión que hacen MCD del «Emergency», «Violencia
sin cuartel». Me quedo con sus palabras sobre el fascismo actual, camuflado entre
colores y sonrisas.
Precedidos por el Blank Generation de
Richard Hell y mientras sonaban mis adorados Television, sin apenas tiempo de
espera aparecían en el escenario los amigos de MadPunk, a los que he tenido la
suerte de ver varias veces en directo. El grupo formado por miembros de Larsen,
Espasmódicos y TDK, tres bandas históricas del punk madrileño de inicios los 80,
ofrecieron una actuación inolvidable en el mencionado concierto del año
pasado. Los madrileños pusieron de nuevo todas las ganas, además de su sabiduría
musical y escénica, potencia y actitud, como
nos tienen acostumbrados. Héctor, Esteban, Monje, Magüu y Siemens tocaron temas
que forman parte de la historia personal de varias generaciones de seguidores
como «Frontera francesa», «Nacido de la pota de un punk», «Enciendes tu motor»
o «La farmacia de mi barrio». Por otra parte, la banda no se duerme en los
laureles y apuesta afortunadamente por material nuevo. Así pudimos escuchar un
par de temas de su próximo álbum, que saldrá en septiembre. Puedo decir que la
gente que estaba a mi alrededor disfrutó especialmente con «No creo», una
canción que deja adivinar un gran trabajo.
Y así transcurrió una inolvidable noche de
lunes en la que todo el mundo iba acompañado y vestía mayoritariamente de
negro. Comprobé una vez más que aún queda gente que lleva cresta. Vi mucho
pendiente y mucha tachuela y fui consciente de lo mayores que nos estamos
haciendo. Yo iba sola, con una camiseta rosa y en las pausas de cambio de grupo
me sentía un poco colgada, lo peor es no tener con quien comentar. Pero los
caminos del punk para una señora de mediana edad son así. En un momento dado
nos tiraron algo, espero que fuera cerveza. Vale, no estaba Jello, pero
escuchar esas canciones en directo MERECE LA PENA.
0 comentarios:
Publicar un comentario