El enamorado del desierto

6:44 p. m. Conx Moya 0 Comments



He descubierto en Internet la figura de Théodore Monod, uno de los grandes viajeros y conocedores del desierto del Sahara. Como francés, recorrió las áreas de influencia de la metrópoli, en especial Mauritania o Senegal. De naturalista y gran amante del mar, pasó a ser uno de los mayores enamorados y expertos del desierto, recorriéndolo en incontables ocasiones.

Participó en varias expediciones en el Africa negra pero el desierto era para él una auténtica obsesión. En 1927 pasó seis meses explorando el Sahara, recorrió el desierto de de Argel a Dakar, pasando por Tamanraset y Tombuctú. Otra de sus grandes expediciones la realizó en las dunas de Mauritania, donde pasó catorce meses. Monod se ganó el respecto de los habitantes del desierto por su actitud, resistencia y frugalidad. Todavía participó a los noventa y tres años en una expedición al Yemen y volvió al Sahara al año siguiente, a pesar de estar prácticamente ciego.

Monod fue un explorador e investigador mítico, recorrió el entonces desconocido desierto argelino de Tanezrouft cuando todavía aparecía en blanco en los mapas del Sáhara. Sin embargo compaginó valentía con humanismo, un caso no muy habitual entre otros exploradores y aventureros. Muchas causas justas contaron con su apoyo a lo largo de toda su larga vida; luchó contra los nazis y el racismo, militó contra la bomba atómica, el apartheid, las desigualdades y la marginación.

Uno de sus amigos le recordaba de la siguiente manera: “Nos conocimos en la calle durante una manifestación contra el apartheid hace unos veinte años. Estábamos sentados en el asfalto, delante de la embajada de Sudáfrica. Le pregunté: "¿cree usted que es útil lo que estamos haciendo?". Me contestó: "no lo sé, pero no tengo derecho a no hacerlo".

Esta frase me ha hecho reflexionar mucho sobre la utilidad de lo que hacemos. Pienso que cuando intervenimos de una forma u otra en una situación que consideramos injusta, aunque no nos afecte directamente a nosotros, debemos intentar al menos no perjudicar al que intentamos ayudar y no empeorar las cosas, que todo puede ser. Y luego esperar que ese granito de arena haga poco a poco montaña. En cualquier caso no podemos quedarnos de brazos cruzados. Lo que me recuerda a una frase de Gandhi con la que inauguré el blog el año pasado y que me dio la idea del nombre “Haz lo que debas”. La frase dice "Hagas lo que hagas será insuficiente, pero es muy importante que lo hagas". Como hizo toda su vida Monod.

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