Yasmina Khadra: “No hay fuerza en el mundo que pueda arrodillar a un pueblo que no se quiere rendir”. Presentación de ‘A qué esperan los monos…’ en Madrid

4:00 a. m. Conx Moya 0 Comments


El gran escritor argelino en lengua francesa Yasmina Khadra (Mohammed Moulessehoul) presentó el jueves 27 de noviembre en La Central de Madrid su último libro 'A qué esperan los monos…', publicado en España el pasado mes de octubre bajo el sello Alianza Editorial.
'A qué esperan los monos...' es una novela de género negro. También se habló sobre ello en la presentación. Khadra negó que lo hubiera hecho a propósito, según él son los propios personajes los que le llevan a un género o a otro. Admitió que el libro “está enmarcado en el género policiaco, pero usando una literatura exquisita para que el lector quede menos traumatizado”. Se nombró a autores como Petros Márkaris en Grecia o Henning Mankell en Suecia, dos escritores que realizan una importante crítica de sus sociedades a través del género policiaco, aunque Khadra afirmó no creer en los géneros sino en los escritores. A través de sus personajes Khadra critica la corrupción, las cloacas del poder, el conformismo del pueblo o la degradación del sistema. Se trata de una crítica ácida y desencantada que, salvando las distancias, podría firmar cualquier escritor occidental que quisiera retratar la podredumbre de cualquiera de las sociedades actuales.
En una librería llena de público deseoso de escucharle, había que apuntarse con antelación para poder acceder, asistimos a una presentación vibrante, tremendamente ágil, gracias en parte a la estupenda traductora que acompañaba al autor y de la que desconocemos el nombre. Allí encontramos a un escritor contento por su éxito y que nos dejó un montón de frases de esas perfectas para guardar y para compartir en las redes sociales. Estábamos muy cerca de él y no se nos escapaba ni un gesto, Khadra es una persona vivaz, de pensamiento muy ágil y que da una imagen cercana y cálida. Lo que no es óbice para que el autor realice contundentes afirmaciones contra el poder, la tiranía y los pueblos que no se rebelan. Según avanzaba la presentación las palabras de Khadra se hacían más duras y la chispa inicial daba paso a una actitud algo desencantada ante la postura oficial argelina hacia su obra y al olvido, si no bloqueo, de los círculos culturales franceses, país donde reside.
Mohammed Moulessehoul o Yasmina Khadra, nació en 1955 en el sur de Argelia. Siendo aún muy niño, con nueve años, ingresó en la Escuela Nacional de los Cadetes de la Revolución. Permaneció en la vida militar hasta el año 2000, alcanzando el grado de comandante. Comenzó a escribir en los años 70, aunque no sería hasta 1984 cuando publicaría su primera obra. “Me he pasado la vida en el ejército pero sentía fascinación por el verbo; soy beduino, he nacido con gran presencia de las letras en mi vida”, explicó. La publicación de seis obras bajo su nombre real le causó no pocos problemas. “En el ejército la gente que piensa no gusta. Empecé a escribir con mi nombre auténtico libros modestos para iniciarme”. Cuando su nombre empezó a salir en la prensa argelina terminó enfadando a sus superiores, lo que le llevó a adoptar el pseudónimo de Yasmina Khadra, el nombre de su mujer. Escribió de esta manera “clandestina” durante once años, hasta que decidió finalmente “salir del armario” y descubrir quién se escondía bajo aquel nombre. Entre sus obras destacan ‘El escritor’, ‘Las golondrinas de Kabul’, ‘Las sirenas de Bagdad’ o ‘Lo que el día debe a la noche’.
El autor realizó un contundente alegato contra los tiranos y los políticos que se aferran al poder sin respetar al pueblo. En sus palabras “los que nos gobiernan se creen el sol, fascinados por su imagen y olvidan que el paraíso está a sus pies, lo pisotean, cuando el verdadero paraíso es el pueblo. A fuerza de ser poderosos los políticos olvidan que han sido elegidos y tienen sus responsabilidades. Y se instalan en la impunidad”. Frente a las dictaduras Khadra animó a los pueblos a rebelarse: “No hay fuerza en el mundo que pueda arrodillar a un pueblo que no se quiere rendir”.
Khadra hizo un interesante repaso a la situación de los países de la llamada “primavera árabe”, considerada por él como un invento de Occidente; según el escritor “no fue una revolución, si no una insurrección” que canalizó “la ira del pueblo para acabar con un tirano, pero esta ira no ha tenido continuidad”. También reflexionó sobre las amargas experiencias vividas en su país durante los ocho años de barbarie integrista. Para Khadra, Argelia fue “el primer laboratorio del integrismo internacional”, pero los argelinos lograron derrotar al integrismo “porque son un pueblo valiente”. En aquel momento, década de los noventa, “el terrorismo estaba en un estado embrionario y se impuso quien tenía la razón de su parte”. Otra diferencia con lo que está sucediendo en la actualidad es, según Yasmina Khadra, que aquello “fue una guerra entre argelinos, entre musulmanes, el islamismo no tenía razón de ser en un país musulmán”. El autor mostró una vez más su desconfianza ante quienes gobiernan: “Las torpezas occidentales han permitido que se extienda el islamismo al agredir a países musulmanes, lo que ha dado una coartada a los integristas. Pero el pueblo ha sabido diferenciarlo. En su día, en todo el mundo hubo manifestaciones contra la guerra de Irak. Los políticos mandan a la guerra a los hijos del pueblo y sólo les interesa hacerse un hueco en la Historia”.
La protagonista de su última novela es una mujer, la comisaria Nora Bilal. Él lleva un pseudónimo femenino, Khadra reivindica el papel de la mujer y se declara su rendido admirador: “En todas partes del mundo los hombres desprecian a la mujer porque la reducen a un cuerpo, sobre todo por envidia. La mujer siempre demuestra que es más inteligente y más valiente que el hombre. Su fuerza reside no en la bestialidad sino en la inteligencia. La desgracia de la humanidad deriva de nuestra incapacidad de valorar a la mujer. El hombre ha inventado la guerra y la mujer la resistencia. Llevo como un trofeo mi pseudónimo femenino”, afirmó el autor, ante las miradas complacidas de las muchas mujeres presentes.
Los minutos finales se dejaron para preguntas del público que abarrotaba La Central, lográndose momentos de intenso debate. A la cuestión sobre el motivo de que los escritores árabes no hablen sobre el tema del Sahara Occidental, Yasmina Khadra respondió: “Toda la razón. Qué error no hablar de esa lucha. Los políticos se han adueñado de ella. Los escritores deben estar al lado del pueblo saharaui en su lucha. Quizá yo mismo sea responsable de no escribir sobre el pueblo saharaui, pero quiero seguir siendo novelista. Es un problema persistente. En ocasiones me preocupo por estos temas persistentes, como en los libros ‘Las golondrinas de Kabul’ o ‘Las sirenas de Bagdad’, por cuanto que son injusticias, lo reconozco”. El autor añadió: “Yo he formado a muchos oficiales saharauis”, hay recordar el pasado del Khadra como militar en Argelia durante 36 años, “quizá eso me haya impedido ser más militante, pero quiero estar con el pueblo saharaui".
El escritor departió amablemente durante varios minutos con varios saharauis residentes en Madrid que acudieron a la presentación y quisieron mostrarle su admiración y cariño.


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