Whiplash, la agonía de la creación

12:24 a. m. Conx Moya 0 Comments



Confieso que no había leído nada sobre Whiplash antes de ir a verla. Había escuchado que se trataba de una película sobre un muchacho que lucha por ser músico y un profesor que tenía una gran influencia en su aprendizaje. Imaginé que se trataba de una de esas típicas pelis sobre enseñanza, superación, un maestro como una figura a imitar y a seguir y esas cosas. Qué os voy a contar, hay innumerables ejemplos en la historia del cine, algunos empalagosos, otros maniqueos, pero muchos otros llenos de grandeza, épica y calidad. Así que fui al cine completamente desprevenida, no esperaba en absoluto toparme lo que me encontré. Porque vaya con lo que te encuentras al ver Whiplash. Un puñetazo directo a la nariz (una descarga eléctrica, un latigazo) y un montón de reflexiones que te asaltan y te mantienen reflexionando hasta mucho después de acabar los títulos de crédito.
Whiplash empieza con un joven de diecinueve años, estudiante de música y apasionado por del jazz y la batería. Un estudiante que no se conforma con ser muy bueno en lo suyo, si me apuráis, ni siquiera con ser el mejor, muy al estilo estadounidense. El joven Andrew quiere ser una leyenda al estilo de Charlie Parker, el mítico Bird nombrado en múltiples ocasiones en la película. Ciertamente es una ambición desmedida la que tiene el mocoso, de esas de apartar de su vida todo lo que simplemente le pueda distraer un poco de su meta.
El perfeccionista batería, que realmente tiene madera, fe en sí mismo y capacidad de sufrimiento, se encuentra con el inquietante profesor Fletcher, admirado y temido a partes iguales por los alumnos. Pasar a su clase es poco menos que un honor pero desde el principio veremos que algo no es del todo normal. Su carácter seco, desagradable y expeditivo va más allá del de un profesor ultra exigente.
La violencia psíquica y verbal, desatada como un torrente por el temible profesor, no conoce límites en cuanto a raza, opción sexual, discapacidad o comunidad, nada se le pone por delante. Como curiosidad, en el cine se escuchaban risas nerviosas ante los primeros insultos y vejaciones del profesor a sus sufridos alumnos. Risas que se congelaron según avanzaba el metraje. En mi caso desde el principio la situación pasó de incómoda a muy agobiante. Tengo un umbral muy bajo de tolerancia con la manipulación, las humillaciones y las injusticias, así que no me hacían ni pizca de gracia las explosiones del profesor. Al final hubo momentos en que le deseé que sufriera algún percance irremediable. Sentí como llegaba a odiarle con total intensidad y a desearle cualquier mal que pudiera sucederle. Es tremendo como te mete la película en la narración. Qué gran trabajo del director y guionista, el casi desconocido Damien Chazelle.
La película, que a ratos recuerda a esos filmes de instrucción militar, del tipo “sargento mano de hierro”, y en otras se asemeja al vibrante duelo final de un western, mantiene al espectador pegado a la silla, en constante angustia. El trabajo de J.K. Simmons, nominado por este papel, es magnífico. El movimiento de su cuerpo, las inflexiones de su profunda voz, sus gestos y esos ojos azules afilados como cuchillas, componen un malvado de película, humanamente real, absolutamente probable de encontrar por desgracia en algún momento de nuestras vidas.
Y como decía, además de miedo y desasosiego, la película hace plantearse al espectador múltiples reflexiones. ¿En qué instante la dureza pasa a convertirse en vejación?, ¿a partir de qué momento no se puede permitir el maltrato?, ¿en nombre de qué disciplina se puede tratar mal a una persona?, ¿merece la pena pasar por cualquier trance para conseguir la excelencia? No soy artista profesional, poco más que una aficionada, tal vez no entiendo nada del genio creador, de ese genio que hace perder la noción del tiempo y del espacio, que está por delante de amor, amigos, familia, diversiones y cualquier distracción terrenal. Entiendo el arte como disfrute, no sólo para el espectador sino también para el creador. Evidentemente la creación supone un enorme esfuerzo, incluso en momentos puede hacer sufrir al creador, pero no comparto en ningún caso que se convierta en una auténtica agonía. Y mucho menos en acoso y humillación.
He leído algunos comentarios sobre la película en los que se entendía que el director en cierta forma comprendía el comportamiento extremo del maestro. No estoy de acuerdo. En las hojas de promoción que reparten en los Cines Renoir (donde vimos el filme en VO, esa voz de JK Simmons…) Damien Chazelle explica que él vivió en su juventud una experiencia muy similar a la que ocurre en Whiplash, aquello le marcó profundamente, tanto como para hacer una película años después. “Si es el deber de un profesor empujar a un estudiante hacia la grandeza, ¿dónde está el límite? ¿En qué momento es suficiente?”. Chazelle habla de la pasión creadora pero también de disfrutar el camino. Algo imposible de encontrar en ese viaje peligroso y obsesivo.
Como curiosidad, Whiplash, fue en sus inicios un cortometraje de 18 minutos, que se estrenó en el Festival de Sundance 2013, con la idea de atraer a inversores para poderrealizar un largometraje. Y no sólo lo han conseguido, sino que la película ha competido por varios Globos de Oro, en Cannes, ha conseguido muy buenas críticas y ahora mismo ahí está, en muy buena posición en la carrera por los Oscar.


- Ficha, cortesía Cines Renoir/ Título: Whiplash /Título original: Whiplash/ irección: Damien Chazelle /Guión: Damien Chazelle /Reparto: Miles Teller, J.K. Simmons, Melissa Benoist, Austin Stowell, Paul Reiser, Jayson Blair, Kofi Siriboe, April Grace, Kavita Patil, Damon Gupton, Tian Wang, Rogelio Douglas Jr., Michael D. Cohen, Nate Lang, C.J. Vana / Idioma original: inglés / Duración: 107 minutos /País: EE UU/ Fecha de estreno en España: 16 de enero del 2015

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