Conociendo a… Conchi Moya (Sin pedir permiso)
Estamos terminando. En estos días pasamos
por la sede de Libros.com en Madrid para ver los ferros de ‘Sin pedir permiso’
(debo reconocer que no tenía ni idea de lo que era) y dar la última y definitiva
aprobación antes de que la editorial lo envíe a imprenta. Estoy deseando saber
cómo se hacen las pruebas. Pensando ya en cómo organizar la presentación de 'Sin
pedir permiso' en Madrid. Y ojala hagamos algo en otras plazas.
Esta entrevista me la hicieron cuando estábamos
finalizando el crowdfunding, en el ya lejano mes de febrero. Tras nueve meses
de navegación para editarlo, ya se divisa tierra.
¿De dónde surge la inspiración para crear
la historia de Sin pedir permiso?
La radio siempre ha estado presente en mi
vida, desde muy joven como oyente y, por suerte para mí, haciendo radio en
diferentes etapas de mi vida. Tras unos años alejada del medio, diferentes
circunstancias me llevaron a volver a interesarme por ella. El descubrimientode
la radio on line es uno de los motivos que me ha llevado a escuchar varios
programas con regularidad y a participar activamente como seguidora. La gente
que hace radio en esta era de Internet tiene esa posibilidad, lo que ha
facilitado y abierto el medio de una manera increíble. Todo esto me ha devuelto
a los años en que estuve metida de lleno en ese mundo tan fascinante y me ha
impulsado a escribir el libro.
La radio siempre ha
estado presente en mi vida
Tienes experiencia en el mundo de la
radio, ¿habías escrito antes sobre este medio?
Sí, la radio es una gran fuente de
inspiración para mí a la hora de escribir. Guardo escritos muchos recuerdos de
juventud de diferente experiencias radiofónicas, como la escuela de radio donde
estudié, la radio libre donde pasé siete increíbles años de mi vida y otros
sobre programas que he escuchado y de los que he sido muy seguidora. Con el
tiempo algunos de esos textos los he retocado y los he subido a mi blog; están
agrupados bajo el título de La radio que vivimos peligrosamente. Sin pedir
permiso se ambienta en un escenario poco o nada tocado en literatura, una radio
libre, eso es lo que tiene de especial. Creo que gustará a la gente que conoce
ese ambiente. Y a los que no saben de ese mundo espero que también les pueda
enganchar.
¿Cómo empieza tu relación con la radio?
En mi casa la radio siempre ha estado muy
presente. Muchos de mis recuerdos infantiles giran en torno a los programas que
escuchaba mi madre en los años 70 y 80. De adolescente me pasé a los programas
musicales de Radio 3 (y Radio 4 que existía entonces y emitía programas
musicales), porque otra de mis pasiones es la música. Decidí estudiar Imagen y
Sonido en la Facultad de Ciencias de la Información, con la inconsciencia de la
juventud, porque entonces era donde podía apuntarme a talleres de radio y
ponerme de alguna forma en contacto con el medio. En la facultad participé en
varios talleres en la zona donde están los pasillos por los que transcurren las
escenas de persecución de Tesis, la peli de Amenabar. Luego estuve dos años en
la Escuela de Radio del IMEFE, hice prácticas en radios profesionales, trabajé
en alguna y por fin me uní junto a un grupo de amigos a Radio Resistencia, una
radio libre que resistió (y nunca mejor dicho porque nos enfrentamos a todas
las dificultades imaginables) siete espléndidos años.
¿Cuánto tiene de autobiográfico tu
libro? Porque he leído que algunas historias están basadas en una radio de la
que fuiste fundadora
Efectivamente. Nuestra radio se fundó en
1997. Durante un par de años ni siquiera existía, hicimos todo tipo de fiestas
y eventos para conseguir financiar el emisor, la antena y los equipos, ya que
empezábamos totalmente de cero. Aquella experiencia ha marcado el libro. Casi
toda la parte de radio está basada en aquellos años. El resto es inventado. En
el libro intento reflejar la vida de un grupo de veinteañeros de mediados de
los noventa, con sus problemas, sus dudas y sus muchas dificultades. He inventado
los personajes y el resto de situaciones, como la historia del grupo musical,
con sus desacuerdos y desavenencias, rupturas, ensayos, primeras grabaciones y
conciertos. Es un tema que me interesa mucho, incluso he compuesto la letra de
cuatro canciones que esperan que alguien les ponga música. También me
interesaba crear personajes masculinos creíbles. Algo que espero haber
conseguido.
Nuestra radio se fundó en 1997.
Durante un par de años ni siquiera existía, hicimos todo tipo de fiestas y
eventos para conseguir financiarla
¿Qué crees que tiene de especial para
que, al contrario de lo que se pensaba con la aparición de la televisión, siga
siendo un medio de referencia?
La radio es simplemente maravillosa y yo he
tenido la inmensa suerte de hacerla por gusto, con mi gente y a mi manera. No
hay nada comparable a hacer radio con gente que te gusta y con la que conectas.
Como digo en el libro “la radio convierte en amigos a gentes que antes eran
desconocidos”. Eso sí, hablo de radios libres. La radio profesional es muy
bonita pero es otra cosa, al fin y al cabo es trabajo, con todo lo que eso
conlleva.
La radio convierte en
amigos a gentes que antes eran desconocidos
¿Por qué decidiste ambientar tu libro en
el Madrid de los noventa?
Madrid es mi ciudad, me encanta y la
disfruto todo lo que puedo (y nos dejan) y en los noventa viví los veinte años,
un momento crucial sobre todo para mí que tiendo a mitificar la juventud. La
entrada en la cuarta década de mi vida ha supuesto en muchos aspectos un cierre
a toda esa etapa. La escritura me ayuda a reflexionar y a hacer balance. Todo
eso se refleja en el libro.
Has escrito otros libros anteriormente,
pero éste es el primero que haces por crowdfunding, con la editorial
Libros.com, ¿qué te parece este sistema y qué crees que puede ofrecer a tu
libro?
Ofrece una posibilidad para autores
desconocidos como soy yo, que intentan encontrar su espacio. Quería publicar
con una editorial, así que era una oportunidad magnífica. Mis otros libros
salieron mediante autoedición, y yo los maqueté, difundí y publicité como pude.
Siempre he sido fiel defensora del hazlo tú mismo, por necesidad y por total
convencimiento. En la radio aprendí a hacer de todo para sacar adelante una
idea, no tengo problema en eso. Acumulas experiencia, es divertido y es muy
personal. La parte comercial que tiene el crowfunding me asustaba pero lo he
hecho lo mejor que he podido. Y por otra parte cuento con el respaldo de la
editorial y eso es muy importante.
Tu campaña está siendo un éxito y ya ha
sobrepasado el objetivo marcado, ¿cómo te sientes? ¿te esperabas esta acogida?
Sin duda se ha logrado gracias a la
difusión que le han dado un montón de estupendos amigos en las redes sociales.
Esperaba lograrlo pero tenía bastantes dudas. La poca gente que me conocía como
proyecto de escritora era a través de mis obras sobre el pueblo saharaui y este
libro aborda un tema radicalmente diferente. Es una historia juvenil llena de
radio y de música, nada que ver.
¿Cómo es tu hábito de escritura? ¿tienes
alguna manía o ritual?
Escribo como puedo y cuando puedo. No tengo
apenas tiempo, debido al trabajo y a otros temas en los que estoy metida, así
que tener manías o rituales es un lujo que no me puedo permitir. Escribir es
una necesidad y saco el tiempo de donde puedo. He llegado a escribir escenas,
ideas o a corregir incluso en el metro. La calle, el metro, los bares, un
concierto, un viaje, la vida en general, son las mejores fuentes de
inspiración, creo firmemente en ello. El libro se ha escrito durante cuatro
años, a ratos, quitando horas de sueño por la noche o por la mañana, en
vacaciones y fines de semana. Lo que el día a día me ha ido dejando. Es una
forma de escribir sin duda acorde con estos tiempos precarios en que vivimos,
parecidos en algunos aspectos a aquellos 90 que recojo en la novela.
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