Pokey Lafarge, espectacular sentido del espectáculo
Mi colaboración en el nº 72 de Discos y otras pastas
Fotos: CDS Radioshow
Después de haber visto muchos conciertos, y
ojalá nos queden muchos más por ver, seguimos acudiendo a los directos con las
mismas ganas de disfrutar y ser sorprendidos. Aunque ya quede poco por
inventar, o no, aún hay propuestas que nos encienden, llenas de ruido, fuerza y
a la vez mucho contenido, buen gusto y calidad. Es el caso del señor Pokey
Lafarge, al que tuvimos la suerte ver en Madrid el pasado 30 de octubre.
Y no es que a priori su apuesta parezca de lo
más innovadora. Su aspecto y su música son arrebatadoramente retros. Sin
embargo, Lafarge aporta un buen hacer y unas ganas que convierten su propuesta
en una experiencia llena de vida y frescura.
Atravesamos unos tiempos en los que muchas
medianías musicales se creen lo más, tratando con condescendencia, cuando no
con desprecio, al público que les sigue, paga religiosamente sus entradas, les
promociona en redes y compra sus trabajos (sí, todavía queda gente que lo hace).
Por eso da gusto ver la entrega de artistas de la talla de Pokey Lafarge y los
suyos. El líder, charlatán y coquetuelo, estuvo perfectamente arropado por sus
secuaces, músicos de gran solvencia, que también se lo trabajan al máximo.
Antes de que el grupo saliera a escena
habíamos contado hasta cinco guitarras y una tabla de lavar llena de cencerros,
timbres y otros cacharros, un artefacto sonoro que ya habíamos visto en alguno
de los videos que se pueden encontrar en Internet. Ya en escena desplegaron también
una sección de viento, con trompeta, saxo y clarinete, armónicas, tejoletas y dos
banjos, además de un estiloso batería. El artista de Illinois y su banda ensamblaron
un maravilloso concierto desde su inicio, manteniendo una fuerza arrolladora
hasta los tres apoteósicos bises del final. Ofrecieron enseguida uno de los
singles actuales ‘Something in the water’, y para entonces Pokey ya sudaba a
mares, vestido con traje retro denim completo y un enorme sombrero marca de la
casa.
Pokey Lafarge le ha dado una vuelta a la
música de raíz estadounidense, consiguiendo gracias a una formación más que
competente una propuesta insolente, atrevida y llena de calidad. Los que abarrotábamos
el Teatro Barceló de Madrid disfrutamos de un concierto generoso y de enorme nivel, con
un sentido del espectáculo como sólo saben ofrecer los grandes artistas,
añadiría que en especial los grandes artistas de EEUU. Por momentos nos parecía
estar en la década de los treinta, en una de aquellas salas de la época de la
Ley Seca, a lo que ayudaba la ropa que vestía la banda: pantalones príncipe de
Gales, vaqueros de corte antiguo, sombreros o enormes corbatas de vivos
estampados. Pokey, que se cambió de traje durante el concierto, se adornó
además con una espectacular pajarita de lentejuelas.
En definitiva, una actuación deliciosa, con
unos músicos espléndidos y completamente entregados. En un final apoteósico, Pockey
terminó bajando del escenario y cantando, rodeado de un público que agradeció con
gritos, aplausos y coros su entrega y su espectacular sentido del espectáculo.
0 comentarios:
Publicar un comentario