“Lo que no está” de Jesús Barrio. Relatos de ausencias y abandonos
He tenido el gusto de leer “Lo que no
está”, un magnífico libro de relatos donde se refleja la indiscutible calidad
de la escritura de su autor, Jesús Barrio. Nacido en Santander en 1982, Barrio practica
una escritura exquisita pero en absoluto hueca. Se cuenta mucho en estos
relatos, pero se ofrece dosificado, es el lector el que va descubriendo lo que
sucede como si fuera descorriendo velos. La clave de las historias reside en
aquello “que no está”, lo que se encuentra oculto entre las líneas de los relatos. Para lograrlo,
el autor demuestra una certera maestría en la escritura del relato breve.
Jesús Barrio se ha formado en diferentes
talleres sobre “técnicas narrativas, el relato breve y la didáctica de la
escritura creativa”. Por esa senda ha transcurrido la creación y publicación de “Lo
que no está”. Con prólogo del escritor Ricardo Menéndez Salmón, está editado
por Red Libre Ediciones, proyecto RELEE (Red Libre – Escritura y Edición), un
colectivo integrado por escritores, profesores, lectores y editores que “apuesta
por la literatura de calidad creada en un entorno colaborativo y de intercambio
entre autores y lectores”, bajo la supervisión de Isabel Cañelles y Eloy Tizón,
nombres valorados en el mundo literario y editorial. Así, se adivina un enorme
esfuerzo de construcción y andamiaje en el libro, pero al mismo tiempo el texto
está impregnado de la alquimia del escritor de verdad. Eso es lo que le insufla
vida.
Es “Lo que no está” un libro para leer con
calma, para saborear lo escrito, demorándose en las frases, reposando la
lectura a fin de sacarle todos los matices. Así como se reivindica el
movimiento slow en la comida, “Lo que no está” sería una suerte de “slow read”,
si se permite la expresión. Original, arriesgado en la construcción y en el uso
de las voces, la rebelión subyace en la estructura de unos relatos con
impecable construcción formal. Ambientados en unos escenarios asfixiantes y
cerrados, el cuarto del juego de las sillas, el tren o la casa de la anciana, aunque
en ocasiones se trate de espacios abiertos, una playa, el campo, la isla
helada, en realidad igual de opresores.
Lo no expresado, lo sugerido, lo ocultado habita
los cuentos de “Lo que no está”. Los personajes viven en la ilusión, cuando no
en la mentira: la soledad en compañía; el disimulo en relaciones
insatisfactorias; la enferma historia de los hermanos; el moribundo que amplía
un día más su estancia en el hotel sin confesar el verdadero motivo, los
exploradores que dicen estar donde no han estado. “No permitas que la realidad
empañe la hermosa fantasía de la ficción”; “El engaño podía construir una
certeza más fuerte que los propios hechos”. La realidad acaba siendo “insípida
y descolorida”, frente a una ficción recreada y mucho más atractiva. Los
finales, abiertos, sugeridos y abruptos, hacen aún más inquietantes los
relatos.
“Lo que no está” reúne una serie de magníficos
cuentos.
“Bajo tierra seca”, doloroso relato con un
final sugerido e inquietante, en el que la naturaleza actúa como reflejo de la narración.
La tierra baldía frente a la yerma y triste Mara
En “Mais uma noite” el agua cubierta de
hojas secas y podredumbre acompaña la descomposición del enfermo Soares, un
viajero que ha ido a morir a una localidad costera. Su enfermedad se refleja en
el cuadro que acomete un fracasado pintor de turistas. El avance del embarazo
de la protagonista del lienzo coincide con el avance de la enfermedad de ese
huésped misterioso y solitario.
Una ciudad derrotada es el escenario de “El absurdo pestañeo de una estatua”, un juego de espejos narrado con
gran brillantez hasta llegar a un impactante clímax final. El protagonista es
de alguna manera deudor del personaje principal de “La ventana indiscreta” de Hitchcock.
En “Tabla de mareas” se intuye un triángulo
amoroso, matrimonio y amante, en el que la venganza llega en forma de enfermedad
ocultada y anunciada cuando más daño puede hacer.
El relato “Tan frágil como el hielo”
consigue un hábil entramado a tres voces; las de los tres protagonistas de lo
que empieza como un día festivo y acaba en tragedia, que se entremezclan con
maestría. El amenazante lago helado se convierte a la vez en un personaje.
Los ecos de “La vida dictada”, donde lo que
sucede en un apartamento es replicado, con menos intensidad, en el apartamento
contiguo. La vecina “marca” el devenir del narrador, ella va “secándole la vida
poco a poco”, en una transferencia similar a la del cuadro del relato “Mais uma
noite”.
La angustia y la incertidumbre se proyectan
en el tren desbocado del último relato, “Final de trayecto”, en las vidas sin
control, el no saber quién “conduce” la existencia, el viaje vital.
“Lo que no está” es en definitiva una
poderosa publicación del proyecto colaborativo que integra RELEE, cuya
intención es publicar material que salga de sus talleres literarios, en
diferentes formatos: novela, novela corta, libro de relatos, libro ilustrado,
ensayo literario, crónica periodística. Les deseamos la mejor suerte.
“Lo que no está”. Autor: Jesús Barrio.
Edita: Relee. Madrid, 2017. 140 páginas
0 comentarios:
Publicar un comentario