Soleá Morente en una noche llena de todo lo que nos gusta
En esta casa queremos mucho a los Morente. El
patriarca, el gran Enrique Morente, fue un prestigioso cantaor flamenco, de
espíritu rockero, hombre avanzado, valiente y solidario con muchas causas. Al
gran Morente los hijos le salieron artistas, Estrella fue la primera,
revelándose como una poderosa cantaora, en la senda de su padre. Eran los
tiempos de la grabación de Omega, el mítico disco que llevó al límite la
experimentación, mezclando flamenco puro con punk rock y que originó una
explosión nuclear en la década de los 90. Por entonces Soleá Morente era una
niña que soñaba con escribir. El desaparecido músico y periodista granadino
Jesús Arias, compadre de Joe Strummer y cronista de treinta años de rock en la
ciudad andaluza la definía como “la más entrañable de la familia, la más
tímida, tal vez la que tiene mucho más mundo interior”. Soleá se mantuvo a la
sombra y fue tras la repentina muerte de su padre cuando se decidió a iniciar
su carrera musical.
Su relación con diferentes rockeros
españoles, miembros de Lagartija Nick, Los Planetas, Pájaro Jack o Napoleon
Solo, le han granjeado el apodo de “La hija indie de Morente”. Mi interés por
Soleá comenzó cuando en 2013 descubrí su tema,“Si tú fueras mi novio”, con Los
Evangelistas. Soleá, cuyo primer álbum “Tendrá que haber un camino” fue
publicado a finales de 2015, se ha hecho en estos pocos años de carrera con un
bonito repertorio de canciones como “Todavía”, “La ciudad de los gitanos”, “Dormidos”,
“Vampiro”, o “Dama errante”.
Las fiestas patronales de Madrid nos
ofrecieron la posibilidad de disfrutar de Soleá el pasado sábado 13 de mayo en
un concierto lleno de elegancia, delicadeza, corazón y sensibilidad. Soleá
apareció en el espectacular escenario de la Plaza Mayor de Madrid, vestida de
flamenca, con flor roja en pelo, cazadora de cuero y la muñequera de pinchos
que perteneció a su padre y siempre lleva puesta en su memoria. Se acompañó a
los coros, las palmas y el baile de su madre, Aurora Carbonell y su tía, “la
Globo”. La noche tuvo su “momento Cohen”, con la versión de “Esta no es manera
de decir adiós”. Soleá contó en un tema con la presencia de La Bienquerida,
cantante que ha compuesto tres canciones para el segundo disco de Soleá, una de
ellas “Nochecita Sanjuanera”, que también sonó en el concierto. Para finalizar,
Soleá nos regaló una bonita versión de “El bello verano”, de Family, un grupo
vasco de pop indie de los años 90. Una noche llena de todo lo que nos gusta.
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