“Factbook. El libro de los hechos” de Diego Sánchez Aguilar. Los hechos de un presente distópico

7:57 p. m. Conx Moya 1 Comments


Hace unos meses que estoy detrás de “Factbook. El libro de los hechos”, la última novela de Diego Sánchez Aguilar (Cartagena, 1974), un escritor al que sigo la pista a través de mis amigos murcianos. Así que no me podía perder la presentación de la novela en la librería Sin Tarima de Madrid, donde echamos de menos la presencia de mi amigo el murciano Paco Paños, que fue quien me descubrió a Diego y la novela.
El encargado de presentar a Diego Sánchez Aguilar en Madrid fue el escritor Manuel Vilas, de absoluta actualidad por su novela “Ordesa”, que ha acaparado premios, menciones y se ha convertido en un éxito de ventas en este proceloso mundo de la literatura. Vilas destacó que Candaya, la editorial que publica “Factbook”, apuesta por la literatura “con un entusiasmo maravilloso”, de otra forma es imposible. Vilas reflexiona que la literatura siempre ha estado amenazada, especialmente en estos tiempos en los que se busca “la interacción de los productos comerciales con la literatura, que siempre se lleva la peor parte”.
La novela “golpea desde el título”, plantea una visión distópica de España, un país que da para mucho. Novela sobre un malestar político y social que Diego ha narrado a través de dos personajes. La impactante portada muestra a tres personas colgadas de un toro de Osborne, son el director del FMI, el presidente de la CEOE y la Ministra de Trabajo.
“Factbook” tiene, según Vilas, un toque apocalíptico, muestra la visión de una generación, la de Diego, con una carencia importante de valores, lastrada por el egoísmo, culta y universitaria pero sin referente moral. En el libro también se introducen elementos musicales y fantásticos. Hay un sentimiento poético en la prosa de Diego, que alcanza una enorme calidad literaria.
Diego destacó el honor de ser presentado por Manuel Vilas, uno de sus referentes literarios. Explicó que no es realmente un libro distópico, ya que no cuenta un futuro, sino que cuenta el presente. Sin embargo, admitió jugar con el género de la distopía, “miro el presente con gafas distópicas” y “me invento cosas que no han pasado aún pero que pueden llegar a pasar”. Esta última década, del 2008 al 2018, ha resultado distópica, en el sentido de que “creíamos que una cierta democracia y justicia social estaban asentadas pero en realidad ha resultado una farsa”.
A continuación comenzó una apasionante charla sobre la novela entre Manuel Vilas y Diego Sánchez Aguilar.
MANUEL VILAS: La imagen inicial, la de los ahorcados en el Toro de Osborne, es una representación literaria de España diferente, relevante y necesaria.
DIEGO SÁNCHEZ AGUILAR: La forma de contar España en 2019 a través de un realismo costumbrista a mí ya no me interesa.
MV: Los dos protagonistas me parecen muy inquietantes y también su relación.
DSA: Se trata de una expareja que encarnan dos actitudes ante el problema ético que plantea la novela. Rosa es profesora de secundaria, con un pasado muy reivindicativo pero que, cuando se inicia la novela, está muy desencantada y resignada. Se despierta de su apatía cuando ve colgado al Director del FMI. Ahí empieza su primer dilema, con el que arranca la novela. Gustavo encarna por su parte el egoísmo, el elitismo cultural y el concepto de estar encerrado en una burbuja, vive entregado a su mundo cultural y su adicción a la marihuana. Pero al mismo tiempo es un personaje autoconsciente, con una voz muy auténtica, con el bien y el mal muy mezclados. La voz de Gustavo entra en su vida y sus conflictos morales. Es una novela que lanza preguntas constantemente.
MV: La culpabilidad es un tema central.
DSA: La culpa define al ser humano occidental del siglo XXI. Nuestra sociedad se levanta sobre la explotación del resto del mundo y el problema es que tampoco podemos hacer mucho para resolverlo.
MV: En la novela aparece la idea del mal. ¿Quiénes son los malos de este mundo?, ¿me puedo alegrar de su desaparición? Pero el mal es más complejo que todo eso.
DSA: El mal está en cada uno de nosotros. Pero luego está el mal objetivo, la persona que tiene el poder y toma las decisiones. Esa es la gente señalada y colgada. En la novela surge una red social clandestina, Factbook, un reverso de Facebook que es aspiracional, cómo la gente quiere que sean las cosas, cómo quieren ser vistos. Factbook es una red donde sólo se retratan hechos objetivos. Esa red social también señala culpables.
MV: La necesidad de un Factbook es evidente, pero no triunfaría en un mundo que detesta la verdad.
DSA: Hay una necesidad de poner los hechos delante, sobre todo en esta época de posverdad. A la gente ya le dan igual los hechos.
MV: La novela incide en la desorientación colectiva y el malestar, en el panorama político español pero también en el global.
DSA: El origen está en la crisis de 2008 puso la alerta sobre ese malestar, la crisis quitó la máscara a lo que estaba pasando, un contraataque financiero contra la democracia y el bienestar social. Ese malestar provocó una reacción interesante, el 15M, que canzalizó el malestar contra la impotencia. Los residuos que han quedado de aquella fuerte contestación que estalló son las cadenas del change.org. Ahora sólo lucha una clase, los ricos, el resto estamos paralizados.
MV: En la novela hay muchas referencias musicales y cinematográficas.
DSA: En el recorrido autorreferencial de Gustavo la cultura tiene mucho que ver, al que le he prestado muchas referencias culturales propias, excepto el heavy, que son referencias culturales que definen a mi generación: el grunge, la música electrónica, el cine independiente norteamericano… El conflicto con sus referentes culturales es que no son españoles.
MV: ¿Y la referencia a Ávila?
DSA: La elegí porque es una ciudad cerrada, muy española, amurallada…
MV: ¿Te ha costado meterte en el personaje femenino?
DSA: Nada, no encuentro diferencias psicológicas importantes entre hombres y mujeres. No creo que haya un pensamiento femenino y otro masculino. No respeto esos arquetipos.
MV: La maquinaria política aplasta la realidad de género. La novela acaba sin que se abra una puerta, sin que haya una salida. Hay un toque de pesimismo final, cuando la novela se cierra sobre sí misma. Encuentro influencias de Lars von Trier, en especial de su película “Melancolía”.
En el tiempo de preguntas del público se habló también de una tercera voz que aparece en la novela. Se trata de una entrevista donde se han eliminado las preguntas, realizada a un investigador que rastrea pistas de la rebelión en redes sociales, correos electrónicos. “Es la voz del orden”, explica Diego. Vilas reflexiona sobre que no seamos ya capaces de “crear un futuro utópico”. “Eso es un tema que me preocupa como individuo”, confiesa. “Nos han arrebatado la idea de futuro y de progreso”.
Ante otra de las preguntas del público, el autor explicó que en el libro no hay una interpelación directa al periodismo contemporáneo, que está “de capa caída, renunciando a los hechos y al análisis”.
Sólo me resta recomendaros comprar la novela, la mejor forma de apoyar al autor y a la editorial, como bien decía Vilas; a ser posible haceros con esta primera edición, la de la portada de los tres ahorcados en el Toro de Osborne. Y destacar la estupenda labor de la gente de Sin Tarima para que todos los que abarrotábamos la librería pudiéramos estar sentados, así da gusto.


Factbook. El libro de los hechos. Género: Narrativa. Autor: Diego Sánchez Aguilar. Candaya Narrativa  54. Diseño de la colección: Francesc Fernández. Primera edición: noviembre de 2018. ISBN: 978-84-15934-57-8. 21×14 cm; 352 páginas.

1 comentarios:

He llegado hasta aquí porque me encontré la portada del libro Factbook de pura casualidad y me pareció magistral. Personalmente las portadas son muy importantes para mi a la hora de elegir un libro. En fin, me ha parecido realmente interesante la descripción de este artículo, así que me haré con el libro, muchas gracias!