El Instituto Cervantes sigue ignorando a los saharauis
En abril de este año 2007 los poetas saharauis Zahra Hasnaui y Bahia Mahmud Awah, miembros del grupo Generación de la Amistad, visitaban durante una semana California. Allí ofrecieron conferencias y charlas sobre literatura y poesía saharaui en diferentes universidades californianas. Los estudiantes y profesores que acudieron no podían creer que los saharauis, siendo el único pueblo árabe que habla español, su segunda lengua oficial, no recibieran ayuda de ninguna institución española. Y en concreto no la recibieran del Instituto Cervantes, "institución pública creada por España en 1991 para la promoción y la enseñanza de la lengua española y para la difusión de la cultura española e hispanoamericana".
Este tema sin duda es un descrédito para tal institución, dependiente por cierto del Ministerio de Asuntos Exteriores, cuya labor cultural se ve sin duda dirigida por directrices políticas. Y ya se sabe que los diferentes gobiernos españoles, y muchos de los gobiernos autonómicos, hacen cualquier cosa antes que ofender al excelso vecino del sur. Porque creo que ahí está la clave de este vergonzoso y calculado olvido.
El español corre un grave peligro en el Sahara Occidental. En las zonas ocupadas porque es perseguido con saña mientras se favorece el francés, en un intento de hacer desaparecer una más de las evidentes diferencias entre saharauis y marroquíes. En los campamentos porque no hay dinero ni libros para apoyar la enseñanza del español ni hay becas en España para los estudiantes saharauis. De las instituciones españolas sólo llega olvido e indiferencia.
Hace tres años los escritores Ricardo Gómez y Gonzalo Moure se unieron a otros cuarenta escritores saharauis y españoles que habían escrito sobre el Sahara. Redactaron una carta al Instituto Cervantes donde reclamaban la ayuda y presencia del Cervantes en los campamentos de refugiados saharauis.
“Nos dirigimos a Vd. como Director del Instituto Cervantes porque reclamamos la presencia oficial del Instituto en el Sáhara. Resulta llamativo que no haya una asistencia cultural española en lugares donde se piensa, se habla, se siente y se escribe en nuestra lengua. No pedimos dinero, o no solo, aunque creemos que la participación del Instituto en la puesta en marcha de los bibliobuses, el sostenimiento de los talleres literarios o el apoyo a la publicación de obras de escritores saharauis sería fundamental. Reclamamos la presencia del Cervantes en los campamentos, adaptada a las posibilidades y necesidades de un campamento de refugiados”, decía entre otras cosas la carta, fimada por escritores saharauis y españoles que habían publicado obras sobre el Sahara, Ali Salem Iselmu, Anna Tortajada, Bahia Mahmud, Carlos Ruiz Miguel, Carmen Calderón Infante, Constantino Contreras, Chejdan Mahmud Yahid, Dolores Juliano, Elena O'Callaghan, Emilio González Déniz, Enrique Satué Oliván, Fatma Galia, Fernando Alonso, Fernando Guijarro, Fernando Pinto Cebrián, Fran Alonso, Francisco Javier Prada Fernández, Gonzalo Moure, Javier Morillas, Jesús Antoñanzas Ibáñez, Joan Escolà Pujol, Joan María Maixé Ceballos, José Ramón Diego Aguirre, Juan Soroeta Liceras, Limam Boicha, Lino Braxe, Luali Lezna, Lucia Etxebarría, Mahyub Salek, Manuel Rivas, María Jesús Alvarado, Maribel Lacave, Mohamed Ali Ali-Salem, Mohamed Salem Abdelfatah Ebnu, Nacho Pérez, Nuria Mulé Cardona, Olegario Moreno, Ramón Mayrata, Ricardo Gómez, Saleh Abdalahi, Salvador Pallarès-Garí, Tomas Bárbulo, Umberto Romano.
"Algún día, esperamos que más bien pronto que tarde, los doscientos mil exiliados que sobreviven en el desierto volverán a sus tierras y se encontrarán con las familias que dejaron en los territorios ocupados. Cargarán con sus pocos enseres, pero llevarán consigo el patrimonio de una lengua y una cultura que tienen raíces profundas en nuestro país", decía también la carta, respondida con fecha 5 de julio de 2004 por el Cervantes. En ella se expresaba que las peticiones del grupo de escritores quedaban fuera de las competencias del Insitituto Cervantes, aunque reiteraban la disposición del Cervantes para colaborar en la medida de sus posibilidades con el pueblo saharaui.
Ese fue todo el "compromiso" que se pudo obtener del Instituto Cervantes, esa institución que dice promover la enseñanza del español pero sigue ignorando al pueblo saharaui.
Gonzalo Moure y Ricardo Gómez
5 comentarios:
Siempre nos quedará la opción de impulsar iniciativas privadas. Somos muchos quienes pensamos que es posible; que debe ser posible.
Sí, entre todos tenemos fuerza para mover muchas iniciativas. Como dice la canción Juntos podemos. Un abrazo
Es vergonzosa la actuación de esta institución ante la petición de un pueblo desesperado. Un pueblo que fue colonia de España y la defiende igual que a su propia tierra. España no se merece el respeto que esta gente nos tiene...
Por desgracia, el Instituto Cervantes, como muchas instancias producto de la democracia española, son una triste sombra de lo que deberían ser, si se respetaran los fundamentos de las ideas democráticas. Aburre tanta mediocridad, tanto no usarse las cosas para lo bueno, para lo que deberían usarse. Y todo por el "politiqueo" de cuatro y el no involucramiento de la mayoría. Para qué nos sirve la democracia, para huir de la razón y perpetuar la violencia en todos sus sofisticados niveles, como si no tuviéramos democracia.
Soy un peruano,que apoya la causa saharaui. Quisiera saber qué tipo de material educativo necesitan los estudiantes de español.
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