Entrevista con George Harrison en El País Semanal. Noviembre de 1987.
GEORGE
HARRISON EL PAIS SEMANAL NOVIEMBRE DE 1987
EL MITO QUIERE SER INVISIBLE
EL MITO QUIERE SER INVISIBLE
Texto: Javier Angulo Fotografías: María Moreno
Transcripción: Emilio Jose Garcia Vílchez
Cuando acaba de aparecer en el mercado de compact disc toda la discografía de los Beatles, coincidiendo con los treinta años desde la constitución del grupo; cuando justamente se celebra el vigésimo quinto aniversario de la grabación del primer éxito, “Love Me Do”, y 17 años después de la separación del mítico cuarteto de Liverpool, su guitarra solista, George Harrison, vuelve a ser actualidad por la publicación de un disco. Se trata del primer álbum que graba desde 1982, cuando “desapareció” de la música para dedicarse, casi por completo, a la producción cinematográfica y a vivir la vida.
La entrevista está programada para las dos menos cuarto de la tarde en la sede de la compañía Handmade Films (Filmes Manufacturados), de la que es copropietario George Harrison. El edificio, de cinco plantas, está situado en el número 26 de Cadogan Square, en el corazón del elegante distrito de Belgravia. Ni en la puerta ni en el interior del edificio se observan medidas de seguridad. El acceso al vestíbulo resulta un ejercicio de habilidad para sortear cámaras, trípodes, focos y cajas de material diverso de equipos de radio y televisión de hasta cinco países europeos, que están citados en las horas siguientes para entrevistar al ex Beatle. El lanzamiento del nuevo disco, Cloud nine, que puede traducirse por la expresión castellana de El séptimo cielo, ha supuesto para Harrison un verdadero maratón de entrevistas con informadores de todos los países del mundo. Algo que contraviene su norma de no conceder entrevistas y que no ha roto en los últimos años. Entre las doce de la mañana y las siete de la tarde del día anterior ha recibido a siete informadores de otros tantos países del mundo.
Para ordenar ese tráfico de citas, la compañía que lanza el disco de George Harrison ha puesto a Jacqueline Ladent, una francesa puro nervio, bastante mandona, que habitualmente dirige las giras europeas de los cantantes de la firma discográfica. Y empiezan los problemas. Mister Harrison se retrasará “porque está atrapado en un atasco de tráfico”. No está prevista la presencia de un fotógrafo en la entrevista “porque a Mister Harrison no le gusta que le hagan fotos mientras conversa”.
En el salón no se cabe. Esperamos el ex Beatle periodistas de casi todos los países del Mercado Común. Los estadounidenses llegarán mañana. Jacqueline advierte que a Harrison no le gusta que le hagan preguntas sobre los Beatles y afirma enfáticamente que las ventas del nuevo disco no le preocupan demasiado a George “porque no necesita dinero”.
George Harrison llega finalmente a las dos y cuarto, conduciendo su aparatoso Mercedes Benz. Saluda con un “¡Hola!” en castellano y una sonrisa cortés. Hasta su despacho se llega a través de pasillos decorados con los carteles de las películas producidas por Handmade Films, entre ellas, la vida de Brian, Time bandits, Withnail and I o Mona Lisa. La habitación, pequeña y situada en planta baja, da directamente a un jardín con árboles. La pintura de las paredes es azul cielo, relajante. En la mesa, de diseño moderno, del despacho, delante del enorme desplegable publicitario con la portada del nuevo disco, hay, estratégicamente situado, un frutero con dos higos, dos plátanos y dos manzanas rojas y brillantes. Relucen como si fueran de cera. Son de verdad. En la mesa baja, frente al sofá, de un azul marino chillón, hay un bol con cacahuetes y pasas de Corinto y una taza de té con leche humeante. Encima de la mesa se mezclan revistas de diseño, de música y una especializada en encontrar colegio a los niños. Harrison tiene un hijo de nueve años, Dhani, de su segunda mujer, Olivia Arias, una norteamericana de origen mexicano, con la que se caso en 1978.
Harrison no es ni alto ni bajo, algo más de 1,70 de altura. Está muy delgado. Tiene arrugas en torno a los ojos y pronunciados surcos a ambos lados de la boca. Los 44 años (25 de febrero de 1943) se notan en un rostro de facciones difíciles, en el que se esparce una barba rala. Tiene el pelo algo canoso y disimula las incipientes entradas con un mechón de pelo que cae alborotado sobre la frente. La melena, corta, le monta sobre el cuello de la chaqueta.
Pese al calor de la calefacción, Harrison va forrado de ropa. Lleva una chaqueta de paño con dibujos de fantasía en tonos verdes, azules y mostazas, y debajo, un jersey grueso de pana color azul marino. Un pantalón vaquero negro desgastado y unas botas de tela impermeable completan la vestimenta. En el dedo corazón de la mano derecha reluce una gruesa sortija india dorada y de piedra negra.
George Harrison tiene una mirada profunda y sosegada, que posa sobre el interlocutor, al que escruta permanentemente. Habla lentamente, con voz grave y algo gangosa. Sonríe a menudo, y cuando ríe abiertamente no llega a descomponerse el rostro. Tiene fama de huraño, pero pretende ser simpático. Su actitud es la de alguien relajado. Ha perdido ese halo místico de los últimos años y resulta hasta apreciable. Al principio responde forma algo fría y lacónica a las preguntas; luego se muestra más expresivo al referirse a su nuevo disco, y llega incluso a canturrear pasajes de sus canciones mientras rasguea una guitarra imaginaria. Al final, tras 50 minutos de charla, resulta casi cordial.
Harrison sólo se interrumpe cuando estalla el primer flash de la cámara. Durante los primeros 20 minutos de la entrevista, entre el ex Beatle y la fotógrafa se produce un diálogo sordo de duras miradas, que van dulcificándose a medida que pasa el tiempo. Finalmente, el ex Beatle hace un gesto expresivo, algo así como: “¡Me rindo!...., ¡haz las fotos que quieras!”.
George Harrison, que se considera a sí mismo una ex estrella pop, (“eso es para los jóvenes”), está feliz con el resultado del nuevo disco, el primero que graba desde 1982, en el que fracasó con el álbum Gone tropo, todavía impregnado de incienso indio. Desde la disolución de los Beatles – anunciada oficialmente por Paul McCartney en 1970 –, únicamente los dos triples álbumes All things must pass (1970) y Concierto por Bangladesh (1971) alcanzaron realmente el éxito.
Cloud nine es el trabajo de 70 días de grabación repartidos entre enero y agosto de este año. Para la rentreé, Harrison ha llamado a una serie de músicos, viejos amigos, como Elton John (piano), Eric Clapton (guitarras), Gary Wright (piano), Jim Keltner (batería), Ray Cooper (percusión y batería), Jim Horn (saxos), y sobre todo, Ringo Starr. Al grupo de amigos se ha incorporado en esta ocasión Jeff Lynne, cerebro de la Electric Light Orchestra (ELO), que ha tocado la guitarra, el bajo y teclados y ha ayudado a Harrison en la producción del disco.
(Javier) En Cloud nine hay canciones con el sonido y las armonías vocales de los primeros discos de los Beatles ¿Lo ha hecho usted a propósito?
(George) Si, suena a Beatles porque se oye la guitarra de 12 cuerdas. Ese es el tipo de guitarra que estaba en los discos antiguos de los Beatles. La guitarra eléctrica con la que aparezco en la portada del disco es con la que tocaba cuando los Beatles no éramos famosos y actuábamos en Hamburgo. La he recuperado y toco con ella algunas canciones. Se la compré a un marino americano. Años después se la regalé a nuestro amigo Klaus Voormann (el que diseñó la portada del álbum Revolver), quien, a su vez, se le había dado a una mujer de la que ahora está separado. En contraste con la música de esta generación, que ha nacido con la música heavy, me hacía ilusión hacer un disco de hoy, pero que permitirá a la gente joven conocer lo que se hacía a finales de los años sesenta. En el disco hay canciones con música similar a la que hicimos los Beatles a finales de los años sesenta. Lo he hecho intencionadamente. No quería hacer mi música para encajar con los gustos de la compañía discográfica o amoldarme a los gustos del mercado. Tampoco quería parecer heavy metal. No quiero ser infiel a mí mismo. Me gusta este disco…, es tan viejo que parece nuevo.
(Javier) Al escuchar el álbum Cloud nine se tiene la sensación de que estaba usted cómodo y feliz durante la grabación.
(George) Y así era, porque estaba con Eric, Elton, Ringo y otros amigos a los que conozco hace muchos años, con los que me enrollo muy bien, y con los que estaba tocando a gusto. Elton John me pidió participar en el disco cuando se enteró que iba a hacerlo. Es un tío muy gracioso y un gran músico de rock and roll. Y de Ringo, ¿qué voy a decir?. Hemos vivido y tocado mucho juntos. No necesito explicarle nada. Oye la canción y enseguida coge la onda. Somos bastante parecidos en la manera de ver la música. Seguimos estando muy compenetrados, y además, somos buenos amigos.
(Javier) Invitó usted a viejos amigos a la grabación, pero ¿invitó a Paul McCartney?.
(George) No, no invité a Paul.
(Javier) Usted ha declarado recientemente que es bueno envejecer; que es hora de madurar dignamente…
(George) Sí, porque, después de corretear tanto cuando eres joven, de vivir frenéticamente tantas cosas, realmente se necesita algo de paz. Cuando éramos Beatles vivíamos en un torbellino permanente, era de locos. Conocimos montones de gente y países y no pudimos enterarnos casi nada porque nunca tuvimos un momento de paz. Por eso, desde hace unos años intento enterarme de lo que pasa. Eso sería raro si sólo me pasara a mí, pero es que todos estamos envejeciendo juntos. Ringo y Eric Clapton envejecen conmigo y se hacen más simpáticos. Siempre les consideré amigos, pero después de la locura de los años jóvenes los encuentras de nuevo, los recuperas, y son incluso mejores amigos. Otra cosa que me obliga a madurar es mi hijo Dhany. Pretendo dedicarle tiempo y ser un buen padre, ejercer de padre.
(Javier) ¿Y qué dice su hijo Dhani de su nueva música?
(George) Le gusta. Venía del colegio y oía cómo preparábamos las nuevas canciones. De cuando en cuando tocaba al piano pasajes de alguna de las canciones del disco. A él le gustaba la canción Got my mind set on you (Dejé mi mente puesta en ti), que compuso a finales de los años cincuenta Rudy Clark. Yo tenía ganas de grabarla desde que estaba en los Beatles. La compañía discográfica ha escogido esta canción para lanzarla en un disco single. Dhany quería que fuera en el single incluso antes de que termináramos de montarla.
(Javier) ¿Le preocupa conectar con los gustos musicales de la nueva generación, de la de los hijos de los fans de los Beatles?
(George) Eso pretendo. Deseo que los jóvenes de hoy entiendan lo que hago. Conocen mi nombre y el de los Beatles. Además creo que esta música es más fácil de entender que alguna de las músicas que se han hecho en los años ochenta.
(Javier) Usted influyó decisivamente para que los Beatles buscaran un camino más introspectivo, que derivó en el descubrimiento de la mística oriental y de la meditación transcendental. ¿Qué queda hoy de aquella etapa en su música y en su forma de vida?
(George) Es algo que sigo llevando dentro, pero no hablo tanto de ello como antes. En el nuevo disco no hay canciones proclamando esa manera de ver la vida, como hice antes en otros discos, pero está ahí dentro. Está en el espíritu de la letra de algunas canciones. Y realmente mantengo una determinada espiritualidad, se trata de cómo eres a diario, cómo puedes sentir con un ser humano y cómo puedes mejorar.
(Javier) “Dulce Señor, realmente quiero verte, quiero estar contigo…”, decía su canción My sweet Lord. ¿Todavía cree en un sweet Lord?
(George) ¡Oh, sí!. Absolutamente.
(Javier) Si volviera a escribir hoy la canción, ¿mantendría la misma letra?
(George) Mantendría la misma letra; creo que la letra es verdad. Cambiaría únicamente unas notas en la melodía (Risas).
NOTA: En 1976 un juez norteamericano condenó a Harrison a pagar una elevada indemnización por considerar que My sweet Lord, que incluía que se incluía en el triple álbum All things must pass, de 1970, era un plagio inconsciente de otra melodía.
(Javier) ¿Reza alguna vez?
(George) Seguro. Yo medito. Meditación es rezar, es simplemente el pensamiento hecho más fuerte por el corazón. En yoga aprendemos de los chacras en el cuerpo; es decir, puntos de energía en la cabeza, en la garganta, en el pecho, en el estómago y en la espina dorsal. El yoga es una ciencia para utilizar las energías, y el cuerpo es como un receptor y transmisor de energía. Y rezar es una manera de transmitir ciertos pensamientos, y la chacra del corazón hay que saber utilizarla. En meditación controlas la mente para dejar de pensar…se queda uno tranquilo.
(Javier) En This is love (Esto es amor), una de las canciones más bellas del nuevo álbum, habla de los alcohólicos anónimos. ¿Lucharía contra el consumo de drogas con la letra de sus canciones o a través de una campaña?
(George) No me importaría.
(Javier) Según reconocieron hace años, en declaraciones a diversos medios de comunicación, los Beatles consumieron drogas – especialmente marihuana y LSD – desde 1965 a 1967. Esta influencia es palpable en el álbum Sergeant Peppers Lonely Hearts Club Band, grabado en 1966. Su incursión a partir de ese año en el mundo de la meditación trascendental, ¿le ayudó a abandonar el consumo de drogas?
(George) Creo que sí. El descubrimiento de la LSD fue algo que no pudimos evitar, porque a John y a mi alguien nos lo hizo probar poniéndolo en nuestro café y no lo sabíamos.
NOTA: En todas las biografías sobre el grupo y en declaraciones posteriores de Lennon se insistió siempre en que esa persona que les introdujo en el consumo de ácidos en 1965 fue un dentista amigo de Harrison.
Después de pasar por la experiencia del LSD no vuelves a ser como antes, pierdes la noción del ego; cambias porque ves muchas otras cosas que antes no percibías. La LSD hace que tu percepción sea diferente. Pero creo que si no hubiera tomado LSD no habría tardado mucho más tiempo en llegar a una actitud espiritual. Después de la LSD me di cuenta de lo que era Dios. Pero como pasa con el alcohol y otras drogas, si se consume demasiado es cuando se enloquece.
(Javier) No ha podido usted abandonar el vicio del tabaco…¿sigue siendo vegetariano y ecologista?
(George) Ecologista sí, pero ya con pescado y pollo. No comí nada de carne desde 1966 hasta 1979. Todos esos años estuve malnutrido, porque no sabías qué comer para reemplazar las proteínas. A partir de 1979 empecé a viajar a las carreras de Fórmula 1 del Grand Prix y estaba en Madrid u otras capitales del mundo, y era difícil comer en restaurantes y hoteles. Si no vas a los restaurantes indios, donde puedes comer lentejas y verduras, no puedes seguir una dieta vegetariana. Así que empecé a comer pescado y pollo.
(Javier) Es muy conocida su afición por la jardinería, pero no tanto su pasión por la carreras de coches de Fórmula 1 ¿Ha conducido alguna vez un prototipo?
(George) Me chiflan las carreras de coches, y sobre todo, los de Fórmula 1. He viajado por todo el mundo para verlas. Me fascina todo ese circo que se monta en torno a ellas y, por supuesto, me apasiona la velocidad. Yo he corrido carreras de motos cuando era chaval. En 1960 conduje un coche de fórmula, uno del piloto Sterling Moss… Tengo fotos. Luego, en 1978, di 18 vueltas al circuito británico de Brands Hatch con el coche del piloto inglés John Surtees. A mí siempre me ha gustado ir rápido y tener coches potentes (ahora conduce entre otros un Mercedes, un Porsche deportivo modelo Turbo 944 y un Ferrari) pero cada vez se puede correr menos. Hay atascos en todas partes, hasta en las autopistas.
(Javier) Se sabe poco de usted. Para nuestra generación usted era poco conocido; el raro, el tímido, el enigmático y, a la vez, tranquilo. Esta imagen sigue en pie. ¿Realmente usted es así?
(George) ¿Quieres decir si soy callado?
(Javier) Era usted, en cierto modo, un personaje misterioso para nuestra generación.
(George) Esta era una imagen que se daba, pero yo era tan ruidoso como cualquiera de los otros en ese momento. Pero a lo mejor tienes que mirar los signos astrológicos de los Beatles para entenderlo. Yo soy Piscis; Ringo, Cáncer; Paul, Géminis, y John, Libra. Estúdialos y veras como la conjunción es especial. Yo, desde luego, he dicho siempre, y lo mantengo, que no tengo un concepto de mi persona ni intento dar una imagen determinada. Lo que soy realmente sólo yo lo sé.
(Javier) ¿Qué queda de aquel inconformista Harrison, que llevaba ya la melena, que luego popularizaron los Beatles, cuando iba al instituto? ¿Se siente hoy un burgués?
(George) Sigo siendo inconformista a mi modo, porque siempre, incluso en la época de los Beatles, logré conservar un poco de individualismo. No soy para nada un hombre convencional. Pero… yo no me siento de ninguna clase social; vengo de una clase trabajadora, y supongo que siempre será parte mía.
(Javier) Las publicaciones sensacionalistas le han presentado en los últimos años como un hombre solitario, huraño, atemorizado tras la muerte a tiros de John Lennon en diciembre de 1980.
(George) Eso es cosa de los chismosos. De cuando en cuando me viene a la mente, como un flash, la imagen de la muerte de John. Algunas veces me pasa cuando alguien desconocido se dirige a mi por sorpresa…Pero no se puede tener siempre miedo. Yo hago una vida bastante normal. Lo que no hago es ir a cócteles, fiestas y discotecas. Vengo aquí de cuando en cuando, salgo con amigos a cenar o ver un partido de criquet – como he hecho alguna vez últimamente con Elton o Eric – y viajo por todo el mundo para ver carreras de Fórmula 1.
(Javier) ¿Cómo le afectó la muerte de Lennon?
(George) No creo que nadie deba morir así de esa manera, a manos de una persona loca. A mí la muerte de John me afectó, como a la mayoría de la gente. Es tan triste que pasara así, que una persona pueda malgastar la vida de otra…Y cuando tienes un amigo durante tanto tiempo, naturalmente es como perder a un miembro de la familia, tu padre o un hermano.
(Javier) Aunque usted hizo bellas canciones como I need you (del álbum Help!), If I need someone (de Rubber Soul) o Taxman, lo cierto es que no colocó una canción suya en el número 1 de las ventas hasta que en 1969 grabó Something, en el casi ya mítico álbum Abbey Road, meses antes de la disolución del grupo ¿No cree que fue usted incomprendido y su talento desaprovechado en la época de los Beatles?
(George) Eso es cierto. Y ello porque John y Paul eran demasiado protagonistas y absorbentes y además tenían una unión especial para escribir canciones. Incluso el que fue productor nuestro tantos años, George Martin, me ha pedido perdón públicamente luego, diciendo que lo único que lamenta de la época de los Beatles es que no supo ver que yo tenía que ofrecer mucho más de lo que él creía. Él me dijo por teléfono “¿Me perdonas George?”. De todas formas hay un momento para todo, y en ese momento yo estaba marginado. Pero a la vez ello me alegraba porque me permitía ver lo que nos estaba pasando desde los dos lados: desde el punto de vista del espectador y desde el lado de los Beatles. Yo podía conectar mejor con el público que John o Paul, ya que ellos eran demasiado estrellas.
(Javier) Recuerdo haber leído en la revista Rolling Stone unas declaraciones de John Lennon en las que afirmaba que usted era un hombre invisible entre dos egomaniacos.
(George) Es absolutamente cierto.
(Javier) En 1970, John Lennon grabó un álbum, Mother (Madre), en el que había una canción denominada God, que era como una letanía, que concluía con un “No creo en los Beatles”. Lennon explicó luego que lo que pretendía decir es que no creía en los mitos. ¿Usted cree en los que hicieron los Beatles?
(George) Bien…creo que no hicimos nada especial. Sólo escribimos unas melodías, y éramos un grupo de pop. Intentábamos hablar un poco sobre la paz y el amor…pero los Beatles no creo que fueran tan importantes como los demás, e incluso John, pensaron. Creo que John estuvo convencido de lo importante que fue aquello.
(Javier) ¿Y puede explicar qué pasó a partir de 1962 para que los Beatles se convirtieran en un fenómeno mundial de masas?
(George) Otra vez creo que tienes que mirar la carta astral, nuestros horóscopos; creo que debe tener algo que ver con algo más profundo, con el karma; algo referido a vidas anteriores. Eso y las energías entonces existentes en todo el mundo, que confluyeron en aquel momento. Nosotros fuimos el detonante, el impulso. No es fácil de explicar, pero creo que fue mágico. Ahora bien, aquello no fue tan importante como la gente cree. Fue importante por la música, y la ropa, y las actitudes…Respecto al universo, sólo fue una gotita.
(Javier) ¿Hay algo de cierto en los repetidos rumores sobre una posible vuelta de los Beatles? Se ha hablado de Elton John, e incluso del hijo de John Lennon, Julian, para sustituirle.
(George) Eso son historias; cada seis meses alguien inventa una historia de esas. No hay ninguna posibilidad de que los Beatles vuelvan a existir. Aquello acabo definitivamente, se terminaron…¡absolutamente!. Es mejor dejarlo como era.
NOTA:
George Harrison no habla de Yoko Ono y prefiere no aclarar de quien fue la
culpa de la separación de los Beatles.
Respecto
a sus relaciones con Paul McCartney, responde de forma algo irónica:
Somos amigos…me ha estado mandando postales apremiándome para que le mande una copia de mi nuevo disco. Bien, se lo he mandado y no he vuelto a saber nada más de él.
Somos amigos…me ha estado mandando postales apremiándome para que le mande una copia de mi nuevo disco. Bien, se lo he mandado y no he vuelto a saber nada más de él.
(Javier) ¿Cómo lleva lo de ser un mito viviente?
(George) Bueno, es duro porque otras personas tienen un concepto de ti que normalmente no es real. No es difícil vivir. Además, no voy por la vida pensando que soy un mito.
(Javier) Usted declaró hace años que a los Beatles trató de utilizarles políticamente el premier laborista Harold Wilson. ¿No ha intentado nadie utilizarle a usted con los mismos fines?
(George) …..
(Javier) ¿Cuál es su impresión de la situación política en un Reino Unido gobernado por Margaret Thatcher?
(George) No entiendo por qué la gente tiene que meterse en grupos. Dicen: yo soy izquierdista, yo derechista, yo del centro, soy católico, soy protestante, soy negro y soy blanco. No entiendo por qué a todo el mundo le gusta encasillarse y encasillarse. Yo no siento esa necesidad. Nací de la clase obrera. Ahora gano dinero como para ser un conservador, pero todo lo que puedo decir de la política es que realmente lo ideal sería que se pudiera votar sobre cada asunto. Si yo quiero pagar menos impuestos, tengo que votar a Margaret Thatcher, pero la señora Thatcher quiere tener bombas y armas nucleares, y yo no quiero. Si voto al Partido Laborista porque quieren quitar las bombas, corro el peligro de que acaben por quitarme mi dinero y mi casa. No me gusta ninguno de ellos. No me gustan los políticos; todos son mentirosos y tramposos, y todos buscan exclusivamente su propio poder. Son gentes de mentes estrechas. A mí me gusta Greenpeace. Me gusta la gente que intenta parar la contaminación de los océanos y que intenta salvar los bosques y las especies animales.
(Javier) ¿Cree que el Partido Laborista puede cambiar las cosas en el Reino Unido?
(George) No. El Partido Laborista es basura.
(Javier) En 1979 usted declaró a una revista española que le gustaría votar a un partido ecologista.
(George) Es cierto, en Holanda y en la República Federal de Alemania hay partidos verdes cada vez más fuertes. En el Reino Unido, los green (verdes) han empezado a caminar. Yo les voté hace cuatro años…, pero la señora Thatcher ganó.
(Javier) ¿Le preocupa la amenaza nuclear?
(George) Yo creo que los políticos son las personas más tontas porque, incluso después de todo este tiempo, como dice Bob Dylan, “¿cuántas veces debe mirar hacia arriba un hombre antes de ver el cielo?” ¿Cuántas veces tienen que ver el problema para entenderlo?. Es una idea pasada de moda tener miedo de los rusos, miedo de Norteamérica; todo es un rollo de los políticos, que nos han enseñado quienes son nuestros supuestos enemigos. Por eso me alegro de haber tomado LSD, porque me di cuenta que el único enemigo que realmente tenemos es nosotros mismos; que a veces el enemigo de nuestro país está dentro del país mismo, y es el propio Gobierno, en ocasiones, el enemigo del pueblo. Y que os rusos son tan simpáticos…Hay buenos rusos, buenos americanos, gente buena en todas partes. La amenaza nuclear no puedo comprenderla; me parece que si los políticos no ven los peligros y que no hay sentido en ello es que son idiotas y todos ellos necesitan una dosis de LSD.
(Javier) ¿Sigue usted la marcha de los problemas de segregación racial en Suráfrica y otros países?
(George) Nunca me han molestado las gentes de otro color. A mí me gusta la gente rosada, marrón, verde…cualquier gente; otra cosa es si son gente buena o mala; pueden ser blancos buenos y negros buenos, blancos malos y negros malos. Me gusta la integración, la mezcla de razas. Es como las flores en el jardín…puedes hacer nuevas flores híbridas…y son más bellas.
(Javier) Y, ¿cómo ve el problema del terrorismo?
(George) ¿Los vascos?
(Javier) Por ejemplo.
(George) Tenemos el mismo problema con Irlanda. ¿Qué quiere la gente? ¿Los vascos quieren ser un país separado?
(Javier) Una parte de los vascos quiere la independencia…
(George) Pero ¿qué pasa si la región vasca se separa de España? ¿Podría sobrevivir?. El País de Gales, Inglaterra, Escocia podrían ser países separados, pero no veo por qué ni para qué. ES como hacer de cada barrio o cada calle un mundo diferente…Todo debe ser más abierto en vez de cerrarse. Hay que ir a la unidad antes que a la división.
(Javier) Desde su posición económica privilegiada ¿cómo siente usted el problema de la pobreza en el mundo?
(George) A mí el tema me preocupa mucho, y si usted recuerda, hice un concierto de carácter benéfico con destino a la población de Bangladesh y se sacaron muchos millones de dólares con el disco y la película. Sobre el tema de la pobreza otra vez echo la culpa al Gobierno, que prefiere gastar todo ese dinero en armamento bélico. Se podría erradicar la pobreza del mundo en un mes si los Gobiernos fueran realmente humanitarios, si tuvieran algo de corazón y de alma, no habría pobreza. Podrían erradicarla con el coste de alguno de esos cohetes que a diario compran. Realmente, el hombre ha hecho el problema. Es la gente que tiene dinero la que sólo está interesada en ganar más dinero, la que trata de protegerlo con esta carrera de armamentos. Si no tuvieran miedo a perder algo de ese dinero, si creyeran en algo más profundo, podrían utilizar parte de ese dinero en hacer cosas prácticas, como por ejemplo, hacer del Sahara un bosque tropical húmedo. Aunque estamos a final de siglo, seguimos atrasados. Tenemos una tecnología fabulosa, pero resulta un atraso no haber logrado erradicar el hambre de una gran parte del mundo.
(Javier) Usted se ha referido a la amistad como una de las cosas más importantes por las que se puede seguir viviendo, y ha dado prueba de ello en sus relaciones con Eric Clapton. Su esposa, Pattie Boyd le dejó y se fue con él, su mejor amigo…
(George) Y nadie puede creer que seamos amigos…todos creen que debimos pelearnos. Él no está ya tampoco con mi ex esposa, su relación ha terminado. Eric y yo nunca hemos dejado de vernos. Los músicos somos personas raras, y con todas las experiencias que hemos tenido descubres que hay cosas que son realmente importantes, como es la amistad. Yo creo que el alma está en este cuerpo y pasa esta vida por un periodo limitado de tiempo. Todos tus amigos, la gente a quien quieres y a quien odias, son como las mismas almas que van y vienen. A veces tus amigos no son solamente gente a quien conoces en esta vida. Yo siento que Eric es como mi hermano. Estoy muy unido a él y le quiero como a mi familia. No creo que eso sea extraño. Creo que hay almas que están conectadas. Eso pasó con Lennon, McCartney, Ringo y yo…No es cosa fácil de entender. ¿Por qué esas cuatro personas nacieron en aquel lugar y se juntaron para esa única cosa…? Yo reconocí, la primera vez a Eric Clapton, la primera vez que le vi, como si le conociera de antes. No estaba seguro de en qué grupo trabajaba…simplemente había algo que me llamó la atención. Algo así pasó también con Ravi Shankar. Es algo místico. Así que ninguna esposa, mujer o guitarra se van a cruzar en nuestra amistad. Y me alegro que él lo reconozca también.
(Javier) En 1978 usted constituyó con su socio Denis O´Brien la compañía cinematográfica Handmade Films, que tuvo su gran éxito inicial en la producción de la película La vida de Brian, que les reportó beneficios de 35 millones de dólares. Desde ese año usted dedica cada vez más tiempo al mundo del cine. ¿En qué consiste su trabajo en la compañía?
(George) Somos especialmente una compañía productora, que se autofinancia suficientemente. El éxito de Handmade Films es que hemos apostado por guionistas y directores jóvenes y valientes. A veces viene a Handmade una película que ya está preparada para hacer y sólo la financiamos. Otras veces encargamos guiones de películas que tardan en hacerse hasta 3 años. Hay muchos proyectos en marcha. Solemos hacer películas de bajo presupuesto. En ocasiones no me intereso en una película hasta que comienza el rodaje y voy a ver las primeras pruebas; otras veces, ni acudo al set. Hay veces como el caso de la película de Madonna Shanghai Surprise, en la que además compongo la banda sonora. De todas formas, este año, con la grabación del disco, tengo un poco abandonada la compañía. Aquí hay buena gente. Además, yo no quiero venir a trabar a estas oficinas cada día…dejaría de ser una afición esto. No quiero hacer de ello una nueva profesión.
(Javier) Pero, ¿no le apetece ser director o actor en una de sus películas?
(George) No me importaría ser director. Yo nunca quise ser actor, actuar es el trabajo más aburrido del mundo. Realmente lo es. Te sientas por allí, siempre estás esperando hacer una escena. Es muy, muy aburrido.
(Javier) Pues yo conozco a bastantes mujeres que siempre han pensado que usted tiene el físico más interesante de los cuatro Beatles…
(George) No me gusta actuar…soy demasiado retraído. Yo preferiría ser invisible. Sería mejor.