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Presentación en Burgos de Las acacias del éxodo, relatos sobre la provincia 53


Siguiendo con las presentaciones de “Las acacias del éxodo”, mi libro de relatos sobre el Sahara Occidental, la que fuera provincia 53 española, el viernes 8 de noviembre recalamos en Burgos. Era este 8 de noviembre una fecha destacada por varios motivos. Se celebra el Día de las Librerías y se cumplían nueve años del brutal desmantelamiento a manos del ocupante marroquí del campamento saharaui de Gdeim Izik. Coincidiendo con otra efemérides, la caída del muro de Berlín, recordamos que en el Sahara Occidental todavía se levanta el muro marroquí de la vergüenza, sembrado de minas y que divide en dos el territorio saharaui. La presentación tuvo lugar en la librería Hijos de Santiago Rodríguez y contamos con la presencia de miembros de la comunidad saharaui en Burgos.
En la mesa estuve acompañada por Chema Gete, de la Asociación Burgalesa de Amigos del Pueblo Saharaui. Chema presentó “Las acacias del éxodo”, destacando mi tarea de difusión de la causa saharaui a través del medio que me es “más propicio", la literatura, “como autora o como antóloga" y casi siempre desde el punto de vista de la mujer. En palabras de Chema, con mis libros investigo sobre “la cultura, las costumbres, la identidad y la personalidad del pueblo saharaui” para acercar una realidad que de otra forma “sería imposible de conocer”. Chema señaló que mi obra dedicada al Sahara Occidental está comprometida con la defensa de los derechos humanos y directamente influida por mi relación con activistas saharauis. Recordó que varios relatos del libro están inspirados por la represión marroquí de Gdeim Izik y en la mujer saharaui, “que sigue siendo vanguardia de la lucha”; otros temas que aparecen en el libro son la cultura y la música saharaui y la esperanza, “que se mantiene intacta”, de volver a la tierra.
En mi intervención recordé que Gdeim Izik fue el detonante que me llevó a escribir los primeros relatos, una tarea que he ido realizando de manera discontinua a lo largo de varios años, hasta que hace dos veranos una conversación con Moina Chejatu, actual delegada saharaui en Cantabria me decidió a agrupar los relatos en un libro y a buscar editorial donde publicarlos. Destaqué durante la presentación que el libro está basado en historias reales y es un intento de lograr que los lectores conozcan lo que sucedió y empaticen con la causa saharaui con más facilidad que a través de un discurso político.
Chema eligió varios relatos de “Las acacias del éxodo” para que los comentáramos en la mesa. Es el caso de “Tengo Tengo Tengo”, protagonizado por un activista de territorios ocupados que había perdido el idioma español que estudió en el colegio cuando España estaba en el territorio; “De Güera a Villacisneros”, que recoge un poema de Julio Martín Alcántara, escrito en 1950 en alabanza a la belleza del territorio saharaui; y “Una oportunidad a la paz”, el relato que abre el libro, sobre la encrucijada en que se vieron envueltos aquellos jóvenes de la Generación del 73 saharaui, los conocidos como “yeye”, que tuvieron que tomar las armas contra el invasor marroquí.
Quiero  destacar que la librería Hijos de Santiago Rodríguez, que nos acogió tan amablemente, es una auténtica institución en la ciudad y la más  antigua de España. Fundada en 1850, todavía la dirige la misma familia. Estuvo acompañándonos durante toda la presentación Mercedes, dueña de la librería, a quien quiero agradecer desde aquí su amabilidad y disposición.
Gracias en especial a los miembros de la Asociación Burgalesa de Amigos del Pueblo Saharaui, a Carmen Valcárcel y David Fernández por la organización y a Chema Gete, que me acompañó en la mesa, como ya hizo hace seis años para la presentación de “La primavera saharaui”. Agradecemos a asociaciones como la de Burgos su convicción en la literatura como medio eficaz de difusión de la causa saharaui.



Presentación de “Las acacias del éxodo” en Zaragoza arropados por la bandera de la República Saharaui


Fotos: Jesús Antoñanzas
Bajo una enorme bandera saharaui colocada en un salón del CS Luis Buñuel presenté el pasado viernes 25 de octubre en Zaragoza mi libro “Las acacias del éxodo” (Sílex Ediciones) durante las IX Jornadas de Formación de delegados y delegadas saharauis y de CEAS-Sahara, organizadas por Um Draiga (Amigos del Pueblo Saharaui en Aragón).
Enrique Gómez de Um Draiga fue el encargado de presentar un libro de relatos sobre el Sahara que recoge historias relacionadas con el pasado saharaui y el tiempo de la colonización española, el presente ubicado en una “violenta paz” y un relato final sobre un futuro imaginado. Enrique recordó la frase de Gabriel Celaya, Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse, al considerar que “Las acacias del éxodo” es un libro que toma partido por la causa que defiende la libertad del pueblo saharaui y su lucha por regresar al territorio injustamente arrebatado hace ya cuarenta y cuatro años. Enrique mencionó mi trabajo junto a Bahia Awah en la difusión de noticias sobre el Sahara Occidental a través del blog Poemario por un Sahara Libre, abierto en 2004. De aquella época data nuestra relación con Um Draiga, asociación que siempre apostó por la difusión de noticias y análisis sobre el Sahara, y por un trabajo decidido y muy eficaz de apoyo a la literatura saharaui en español, con la edición de varias antologías y libros de poetas saharauis de la Generación de la Amistad.
En “Las acacias del éxodo” he recogido historias que de otra forma probablemente hubieran quedado en el olvido. Me sorprendió el hecho de que Enrique tuviera subrayada una frase de la contraportada del libro, que recoge un texto del escritor saharaui Bahia Awah: Por naturaleza el saharaui no cuenta sus éxitos, evita ser presumido. Con esta frase Bahia refleja que la forma de ser de los saharauis conlleva que se pierdan acontecimientos importantes para ellos. A Enrique esta frase le “golpeó” antes de comenzar la lectura del libro. Le llevó a recordar a Mohamed “Cas Cas”, gran amigo suyo, que por la modestia habitual de los saharauis guardaba para sí gran cantidad de historias personales sobre el exilio, la complicada huida de la ocupación marroquí, su viaje a Paris donde se unió a otros saharauis para después ir a la guerra… Enrique recordó emocionado cómo le insistía en que esas historias debían ser contadas. Mohamed falleció en 2005 cuando un rayo incendió una fábrica de Huesca a la que acudía a comprar harina para su comercio. Aquellas historias sobre el Sáhara se marcharon con él.
Los relatos de “Las acacias del éxodo” están inspirados en historias reales que he escuchado en charlas, entrevistas, encuentros y en momentos que he vivido en estos casi veinte años andados al lado del pueblo saharaui. Recordé en Zaragoza cómo los primeros relatos del libro fueron escritos en 2010, motivados por la impresión que me causó el violento desmantelamiento por parte del ocupante marroquí del campamento saharaui de Gdeim Izik. A aquellos relatos se unieron otros, escritos a lo largo de varios años de manera intermitente. Sin embargo, no tomé conciencia de que los agruparía en un libro hasta el verano de 2017 cuando entablé una larga charla telefónica con una mujer saharaui que precisamente estaba sentada frente a mí en la presentación. Se trata de Moina Chejatu, actual delegada saharaui en Cantabria, cuyas vivencias aparecen diseminadas en dos relatos de “Las acacias del éxodo”, “La visita”, que narra el viaje de Felipe González a los campamentos de refugiados en 1976 y su posterior traición al pueblo saharaui, y “La alfombra de La Güera”.
Con el libro pretendo llegar fundamentalmente a lectores que no conozcan apenas la causa saharaui. Enrique no opina lo mismo. También debería ser leído por saharauis y movimientos solidario, porque en ocasiones conocer una causa hace que los discursos sean “previsibles y repetitivos”. “Las acacias del éxodo” trae, en opinión de Enrique, nuevas ideas y reflexión para proseguir con la tarea. Según explicó ha tardado en leer el libro porque ha releído, ha parado y ha pensado sobre las diferentes historias y personajes, muchos de ellos conocidos en persona o por referencias.
Enrique había propuesto centrar nuestra charla en cuatro relatos de “Las acacias del éxodo”, que hablan sobre la época de la colonización, la relación entre saharauis de ambos lados del muro, la situación en territorio ocupado y la esperanza en un futuro luminoso.
“La alfombra de La Güera” es un relato que habla sobre la época de la metrópoli en el territorio y sobre el éxodo. Pero al mismo tiempo profundiza en la dicotomía entre ser “saharauis y españoles” que tenían los habitantes del territorio durante la etapa de la provincialización, que no fue otra cosa que una maniobra de España para prolongar su presencia en el Sahara Occidental. Es también un homenaje a La Güera, aquella población saharaui situada “al sur del sur” que hoy yace sepultada por la arena, en espera de que regresen sus verdaderos habitantes y La Güera vuelva a florecer.
En “Las llamas que encienden mi corazón” recreo los recuerdos de aquella joven generación del 73 saharaui, los jóvenes que prendieron la revolución, mediante la historia de una pareja separada años después por la guerra. También hablo sobre la relación de los saharauis de uno y otro lado. Durante décadas fue imposible el paso de un lado a otro del muro y muy difícil la simple comunicación. Marruecos blindó por completo durante décadas los territorios ocupados. La llegada de internet y la Intifada de 2005 nos permitió conocer lo que estaba sucediendo en las zonas ocupadas. De alguna forma el muro empezó a resquebrajarse.
El relato “La combatiente” está ambientando en los territorios ocupados. Recoge un hecho real, el ataque de las fuerzas marroquíes de ocupación a la fiel compañera del activista saharaui de derechos humanos Hmad Hamad y a quien Enrique pudo conocer en el viaje de observación que realizó a El Aaiun ocupado en noviembre de 2009, durante la huelga de hambre de la activista saharaui Aminetu Haidar. Enrique viajó junto a su compañero de Um Draiga Rafa Antorrena y los políticos aragoneses José Luis Soro (CHA) y Álvaro Sanz (IU). Aquella fue una visita muy tensa en la que la delegación estuvo constantemente seguida y vigilada por la policía ocupante, y donde se reunieron en el desierto con tres destacados activistas saharauis Ahmed Esbai (preso político del Grupo Gdeim Izik actualmente encarcelado, como recordó Enrique), Mohamed Dadach (Premio Rafto de derechos humanos) y el mencionado Hmad Hamad. Los activistas fueron detenidos y los aragoneses expulsados.
El libro finaliza con un largo relato que también fue seleccionado por Enrique para la presentación. Titulado “Canciones para una revolución”, en él la música saharaui juega un destacado papel. Lo he situado en un futuro concebido como un tiempo en el que los saharauis han regresado por fin a la tierra.
La presentación de la Zaragoza contó con una amplia representación de autoridades saharauis encabezadas por el Ministro de Salud Pública Mohamed Lamin Daddi, la Representante Saharaui para España Jira Bulahi y el Delegado Saharaui en Aragón Sidahmed Darbal, además de delegados de diferentes comunidades autónomas de todo el estado español. Hay que destacar además la participación de la Comunidad Saharaui en Aragón y de representantes de CEAS-Sahara. También hay que destacar la presencia del activista saharaui de derechos humanos, ex preso y ex desaparecido Brahim Sabbar, en representación de los territorios ocupados.
En definitiva, una jornada emocionante que me sirve para reafirmarme en mi compromiso con la cultura y la literatura como eficaces medios de lucha y difusión de la causa saharaui.



Presentación en Ciudad Real de ‘Las acacias del éxodo’ y celebración del Día de la Unidad Nacional Saharaui



Fuente: Laza Digital. 12 Octubre 2019
A. Ruiz /Ciudad Real
El Villaseñor acogió la celebración del Día de la Unidad Nacional Saharaui con las rimas del slammer Rafa Psico, la poesía de Bahía Awah y el rap de Yslem ‘Hijo del Desierto’
“Casi cien años juntos” España y el Sáhara Occidental y el 12 de octubre, además del Día de la Hispanidad, es el de la Unidad Nacional Saharaui que se celebró este sábado en el Museo López-Villaseñor con reivindicativos relatos, poesía y rap.
La escritora madrileña Conchi Moya presentó ‘Las acacias del éxodo’, libro de relatos con una primera parte sobre el pasado dedicada a “la colonización española, cómo se vivía allí y cómo lo vivían los españoles y saharauis”; una segunda sobre la actualidad, “una paz que en realidad es violenta porque no tienen su tierra y están pasando por una situación muy complicada especialmente en territorio ocupado donde se producen muchas violaciones de derechos humanos”; y un cuento final sobre el futuro que, aunque “no se sabe que pasará”, la autora quiere concebirlo como esperanzador de que “puedan alcanzar su objetivo” y los refugiados puedan volver a un Sáhara libre.
Todos los relatos reunidos en el libro, publicado por Sílex Ediciones, “tienen un poso real” y surgen a partir de historias verdaderas que le han contado, ha visto y algunas que ha vivido la autora, que comenzó a escribirlos con las movilizaciones desde “el campamento saharaui Gdeim Izik (Dignidad) en los territorios ocupados por Marruecos que fue el inicio en 2010 de las primaveras árabes”.
Algunos de los relatos están protagonizados por activistas saharauis y otros por personas anónimas de un pueblo en el que todos son “héroes”, no sólo los que han muerto por el conflicto, sino todos los que están resistiendo tanto la opresión en el Sáhara Occidental como las duras condiciones y carencias en los campamentos de refugiados, indicó Moya, que subrayó que ha tratado en todo momento de huir en sus relatos del exotismo y lo irreal, y resaltó su adhesión a una “causa justa”, la de un pueblo con una “rica, ancestral, nómada y matriarcal” cultura.
Sombra, remedios sanitarios naturales y diversos usos de su madera como para muebles proporcionan las acacias en un entorno como el desierto de escasa vegetación, apreció la escritora sobre el título de un libro que alude específicamente a un enclave en la parte de Argelia, “cercana a donde están ahora los campamentos de refugiados, donde los saharauis cuando huían durante la invasión marroquí hacían una especie de parada para organizarse y el Frente Polisario les daba las tiendas de campaña y comida para luego trasladarlos al campamento definitivo donde iban a vivir”.
Acompañada por Marino Masazucra, organizador del encuentro y autor de la ilustración que anunció el evento, Moya habló, entre otros temas en la puesta de largo del libro, de la ‘generación de oro’ de los años 70, algunos de los cuales eran pacifistas –les llamaban saharauis ye-yés- y tuvieron que “ir a la guerra porque les invadían”; se refirió a las dificultades que encuentran los refugiados para conseguir la documentación necesaria para viajar a otros países; e indicó cómo a través de la cultura, y en especial de la música, los saharauis han buscado trasladar mensajes de sensibilización sobre sus reivindicaciones.
El concejal de Cultura, Ignacio Sánchez, asistió al encuentro en el que el slammer ciudarrealeño Rafa Psico interpretó varias composiciones y el escritor saharaui Bahía Awah habló de la identidad y cultura afroárabe de los saharauis y recitó poemas suyos -como uno en el que recreó la primavera en el Sáhara- y de otros autores como Fernando Quiñones, además de un mensaje de Jorge Guillén de apoyo a “los desvalidos saharauis”. La cita culminó con la energía y versos del rapero y activista Yslem, Hijo del Desierto.

miciudadreal - 12 octubre, 2019 – 12:273 Comentarios
Luis Mario Sobrino Simal. -Esta mañana ha tenido lugar en el Museo “López Villaseñor” la presentación en Ciudad Real del libro de Conchi Moya, “Las acacias del éxodo”. Un pequeño viaje a través de la experiencia al mundo del Sáhara para exigir su más que anhelada liberación tras la descolonización inacabada de España.
En el acto, presentado por Marino Masazucra y coincidiendo con el Día de la Unidad Nacional Saharaui – 12 de Octubre –, la autora ha hablado tanto de su libro como de la problemática pasada, presente y sobre todo futura de la ex colonia española y sus problemas actuales así como del papel de las Naciones Unidas y el resto de la comunidad internacional, en este histórico proceso inacabado.
En el evento han participado el slamer ciudadrealeño Rafa Psico, el poeta Bahía Awah y el rapero saharaui, Yslem “hijo del desierto”.
Han asistido representantes de la Asociación “Madraza” así como Nacho Pascual, concejal de cultura de Ciudad Real y Abdelahe Bacada, Delegado saharaui adjunto en CLM, y Delegado en Ciudad Real.

Televisión local de Ciudad Real




'Las acacias del éxodo', de Conchi Moya un libro sobre la memoria y la esperanza de los saharauis


Conchi Moya escribe historias sobre personajes reales, célebres y anónimos
“Quiero que se conozca a los saharauis y denunciar la injusticia cometida con un pueblo digno y valiente”, asegura
*Fuente: RTVE. Por JESÚS JIMÉNEZ (@vinetabocadillo) 13.06.2019 
El pueblo saharaui lleva casi medio siglo pidiendo la autodeterminación, que se le deje vivir en paz en su tierra. Pero sus esperanzas de conseguirla parecen cada vez más lejanas por la ocupación marroquí y la indiferencia internacional. Ahora la escritora Conchi Moya (Madrid, 1971) da voz a personajes famosos y anónimos en una serie de relatos que ha escrito sobre el tema: Las acacias del éxodo (Sílex ediciones), y que nos permiten conocer mejor los sueños y esperanzas de los saharauis.
“Todos los relatos tienen en común que giran en torno a los saharauis –asegura Conchi-. He elegido el tiempo como forma de estructurarlos. Así hay tres partes: el ayer, donde recojo historias de la época en que España estaba todavía en el territorio y del momento del abandono y posterior invasión marroquí; el hoy, con relatos inspirados en el periodo actual de impasse, una situación de ni paz ni guerra muy peligrosa para los saharauis, y una tercera parte situada en el mañana, donde reflejo el anhelo de lo que espero que pronto suceda en el Sáhara a través de un relato relacionado con los músicos saharauis de todos los tiempos”.
“Las acacias del éxodo –continúa la escritora- es un libro de relatos sobre la memoria y la esperanza que ha sido definido como “no neutral”, que “no deja indiferente” o como “un puñetazo en la mandíbula de la política internacional española”. A nivel literario se ha destacado la dulzura con la que Las acacias del éxodo describe situaciones muy duras y la capacidad de extraer material literario y llegar al corazón del lector a partir de historias cotidianas y detalles en apariencia insignificantes".
“Con estos relatos –añade- pretendo que se conozca a los saharauis, que se sepa quiénes son los causantes de la situación tan terrible que están viviendo y denunciar la injusticia cometida con un pueblo digno y valiente que está defendiendo su derecho a existir como lo que son, saharauis”.
“Mi aspiración con el libro es en especial llegar a lectores que no saben nada sobre el pueblo saharaui, que estas historias les interesen y que, tras leerlos, se queden” –añade la autora-.
Viaje al centro de la noche - Viajamos para nada (1) - 25/05/19
     
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Un libro inspirado por la represión de 2010
La escritora madrileña nos cuenta cómo nació el libro: “Mi escritura de temática saharaui tiene mucho que ver con mi día a día, con el seguimiento a la actualidad diaria de lo que sucede en el Sahara Occidental, con lo que percibo en charlas con amigos saharauis, lo que recojo del contacto con activistas de derechos humanos, con refugiados saharauis en la diáspora, con mi familia. Las duras circunstancias que viven los saharauis han hecho que sean protagonistas de experiencias vitales que merecen ser contadas. De la intención de dar a conocer a través de la literatura esas historias que atesoran los saharauis nace Las acacias del éxodo.
“En 2010 –continúa- comencé a escribir algunos relatos inspirados en lo sucedido en el campamento saharaui de Gdeim Izik, un levantamiento pacífico de la población saharaui en territorio ocupado que fue brutalmente desmantelado por el ocupante marroquí. Aquellos días vertiginosos me impresionaron hondamente y necesitaba plasmar todo lo que se vivió entonces”.
“Hace un par de años –añade Conchi- decidí juntar varios de aquellos relatos y otros nuevos que habían ido surgiendo y a partir de ese momento sí pensé que podía haber un libro. Tuve la suerte de que le interesara a Ramiro Domínguez de Sílex Ediciones y gracias a ellos he podido verlo publicado en una editorial de gran solvencia y larga trayectoria”.
Basados en hechos y personajes reales
Aunque son relatos, todos están inspirados en personas y acontecimientos reales, como nos comenta Conchi: “Todos los relatos están basados de alguna forma en hechos y personajes reales. A partir de una historia, de una anécdota, de una conversación, de una vivencia personal o de un detalle que me conmueve, escribo el relato”.
“En otros casos –añade-, he buscado escribir sobre un hecho en el que yo personalmente estaba interesada. Es el caso de la mítica foto de la combatiente saharaui con un bebé en brazos realizada por la foto reportera Christine Spengler o la visita de Felipe González a los campamentos de refugiados saharauis en noviembre de 1976. En ambos casos he entrevistado a algunos de sus protagonistas y he ficcionado los hechos para convertirlos en literatura”.
“El lector debe tener en cuenta que no es un libro de historia, mi aproximación a los hechos reales que narro es literaria” -asegura Conchi-.
“La mujer sigue en la vanguardia de la lucha saharaui”
Las mujeres saharauis tienen gran protagonismo en estas historias y también en el pueblo saharaui. ”La mujer saharaui ha sido un pilar en su sociedad desde tiempos inmemoriales –asegura Conchi Moya-. Durante los años del éxodo y la guerra su papel fue fundamental. Ellas pusieron en pie los campamentos mientras los hombres estaban en la guerra, fueron albañiles, sanitarias, educadoras, organizaron el estado saharaui en el exilio”.
“Hoy en día siguen en vanguardia de la lucha saharaui –continúa-, como se puede ver en los territorios ocupados donde las mujeres encabezan las manifestaciones y donde hay reputadas activistas de derechos humanos que sufren persecución, torturas y cárcel. Todo ello se refleja en mis relatos, muchos de ellos protagonizados por mujeres. Lo que no quita que las mujeres saharauis continúen luchando hoy en día por tener un papel más decisivo e igualitario en su sociedad”.
El paisaje humano y natural
El paisaje humano tiende a confundirse con el natural la sociedad saharaui. “La naturaleza del desierto, inclemente y extrema, moldea e interviene en el carácter de sus habitantes –nos cuenta Conchi-. Los saharauis son un pueblo curtido, digno y paciente. Dice un proverbio saharaui que “a quien aguanta le llega la sombra”. Desde la causa nos animamos unos a otros para continuar el camino con una palabra “seguimos”, hay que endurecerse para que la situación desfavorable no pueda contigo. En esa forma de ser tiene mucho que ver la dureza del paisaje que rodea a los saharauis”.
“Ese paisaje del que les han desposeído injustamente, esa tierra añorada, ha sido cantada desde siempre por los poetas saharauis –añade-. Es cierto que en cada saharaui habita un poeta, bien por componer versos o bien por memorizarlos y saber reproducirlos en la ocasión más adecuada. La tierra es la principal inspiradora de la poesía saharaui; como dice Ebnu, uno de los poetas saharauis en español, la poesía saharaui es un atlas geográfico que evoca montes, ríos, colinas, dunas o valles. La poesía es sin duda uno de los grandes patrimonios que tienen los saharauis”.
La cultura y la música saharauis
Y es que una de las cosas que Conchi ha querido destacar en el libro es la cultura saharaui, destacando la música. “La cultura –nos comenta- es uno de los frentes que han elegido los saharauis para denunciar ante el mundo su situación. Cine, literatura, arte y por supuesto música. Desde el inicio de la revolución saharaui, cuando luchaban para conseguir su independencia de España, el Frente Polisario se sirvió de la música para agitar la conciencia del pueblo y difundir eslóganes. Los poetas componían letras revolucionarias que luego eran cantadas por las primeras voces que surgieron en la música saharaui”.
“Con la invasión mauritano marroquí se crearon grupos musicales como Mártir Luali, que llevaron la causa a muchos países a través de la música –continúa-. Eso es lo que he querido recordar y homenajear en el relato que cierra el libro “Canciones para una revolución”, en el que además hago un juego con el tiempo para invocar ese “anhelo que ya no espera más”, como dice el poema de Chejdan Mahmud”.
“La música saharaui –concluye- ha vivido momentos de enorme esplendor con Mariem Hassan, la gran voz saharaui que lamentablemente nos dejó demasiado pronto. Como ella decía, los simpatizantes de las causas vienen y van pero la cultura, la música, la literatura, la poesía generan “fans” para siempre porque un fan no te va a abandonar nunca. Esas palabras las recordaba el sobrino de Mariem en la presentación de Las acacias del éxodo en Madrid”.
"No dejes que ensille tu rahla (montura) quién no viaje contigo"
En la portada del libro puede leerse una frase que ha inspirado a la autora en este viaje literario: ‘No dejes que ensille tu rahla (montura) quién no viaje contigo’. “La frase es un proverbio saharaui y la ha recordado el escritor e investigador Bahia Awah en la contraportada del libro –asegura Conchi-. Es una frase muy poderosa como todo lo que viene del saber popular. El significado está claro, sólo entiendo el acompañamiento a una causa, en este caso la saharaui, como un viaje diario, un esfuerzo diario al que debemos comprometernos de manera directa”.
“Este libro es una forma más de acompañar a los saharauis en este largo viaje hacia la libertad, que para ellos dura ya más de cuarenta años. Yo llevo diecinueve acompañándoles y espero que llegue a su buen fin lo más pronto posible” –concluye-.
“La esperanza se mantiene intacta”
Como comentábamos, el libro también se preocupa por el futuro de los saharauis, tras un conflicto tan largo y que no parece tener una solución a corto plazo. “El problema saharaui es político pero se ha dejado en manos de la ONU, una organización que se ha mostrado incapaz para resolverlo –asegura Conchi-, empezando porque Francia, principal valedor del ocupante marroquí, ejerce toda su influencia para que las cosas no se resuelvan”.
“España, que aún es potencia administradora del territorio, se ha desentendido de sus obligaciones con los saharauis y se ha entregado a Marruecos por intereses personales, los atávicos miedos al incómodo vecino del Sur y por la falta de visión de los dirigentes españoles”.
“Sin embargo, hay vida más allá de los mediocres políticos de la vieja Europa –asegura Conchi-. La causa sigue viva, continúa ganando adeptos, la República Saharaui avanza con fuerza en el continente africano donde es activo miembro fundador de la Unidad Africana y las relaciones con los gobiernos latinoamericanos son fluidas gracias entre otras cosas al idioma español que tienen en común”.
“La situación actual es de impasse, desde el alto al fuego de 1991 se vive una situación de “no paz, no guerra”, que sólo beneficia al ocupante -añade la escritora-. Marruecos deja pasar el tiempo, mientras continúa esquilmando los recursos naturales saharauis y el Sahara ocupado se llena de colonos marroquíes. Por eso digo en el libro que “nada es tan violento como esta paz de hoy”. El pueblo saharaui sigue dividido y disperso, pasando por muchas penalidades en los campamentos de refugiados y sufriendo una terrible represión en los territorios ocupados”.
“Sin embargo, la esperanza se mantiene intacta, los saharauis luchan por lo que es suyo, su causa es completamente legal y justa y se acabará imponiendo” –concluye Conchi-.
“Varias generaciones de saharauis no conocen su tierra”
Uno de los problemas a los que se enfrentan los saharauis es que muchos jóvenes ni siquiera conocen su tierra natal. “A causa de estos más de cuarenta años de ocupación ya han nacido varias generaciones fuera del territorio que no conocen su tierra –asegura Conchi-. Unos viven bajo una durísima ocupación, otros como refugiados en los campamentos y otros en la diáspora, a veces con sus familias y otras con familias de acogida. Hay un gran problema no sólo de olvidarse de la causa sino directamente de olvidarse de su cultura, de desarraigarse”.
“Es un tema realmente preocupante –continúa-. Pero lo cierto es que tarde o temprano los jóvenes que están fuera de la causa la acaban asumiendo como suya. Poco a poco las nuevas generaciones van ocupando puestos de responsabilidad en las instituciones saharauis, toman posiciones en el activismo saharaui en territorios ocupados o trabajan por su causa desde el activismo cultural, informativo o solidario”.
En cuanto a sus proyectos, Conchi Moya asegura que: “De momento mi idea es seguir escribiendo a mi ritmo, sobre los temas que me interesan, principalmente el Sahara y la música. En la actualidad estoy centrada en la escritura de relatos cortos de narrativa rock, tengo una novela acabada y estoy empezando otra. La radio, que es otra de mis pasiones, la tengo aparcada, aunque ahora estoy muy contenta por una colaboración con el podcast literario A qué huelen los libros de Valeria Surcis, donde puedo combinar esas dos pasiones”.

Las acacias del éxodo, de Conchi Moya. La literatura como necesaria aproximación para conocer a un pueblo olvidado



Dice Bahia Mahmud Awah en la contraportada del libro que “el saharaui por naturaleza no cuenta sus éxitos, evita ser presumido”. Eso que me consta es cierto, hace que pasen desapercibidas muchas historias de saharauis por su pudor.
Nada más leer la contraportada me vino a la cabeza la historia de un amigo saharaui al que yo le recriminaba que no quisiera poner por escrito esa cantidad de historias que me contaba de la guerra, del exilio… Recordaba a Mohamed Cas Cas y como sufrió para huir de la ocupación marroquí, como fue a Paris a juntarse con otros saharauis para después ir a la guerra. Recordaba como ese buen hombre murió en un trágico accidente en Huesca después de llevar varios años en España, como decía él de forma provisional, hasta que su, nuestro Sahara, fuera libre.
El libro prometía y solo había leído la contraportada.
Ya en el segundo relato te encuentras de bruces con una de las mayores traiciones que se han producido al pueblo saharaui de manos del otrora secretario general de un partido que gobernó España durante muchos años.
Y lees en ese relato como el ínclito traidor lloraba al ver los estragos que la guerra estaba causando el pueblo saharaui en los campamentos de población refugiada en su visita en 1.976. Recordaba el vídeo donde se comprometía con la historia y decía que su partido no abandonaría nunca al pueblo saharaui.
En menos de 10 minutos de lectura de “Las acacias del éxodo” había podido comprobar como es el pueblo saharaui recordando la figura de mi amigo y como si fuera la otra cara de la moneda, la de un traidor que cambia de opinión, traiciona sus “principios” y los de su partido a saber muy bien por qué intereses.
“Las acacias del éxodo” nos acerca con relatos cortos y amenos a lo que es la historia del pueblo saharaui. Nos habla del abandono de España, de la esperanza del regreso o de la represión que sufren en silencio mediático la población saharaui en los territorios ocupados del Sahara Occidental. Nos habla de la esperanza de un pueblo y la dureza que sufre por culpa un proceso inconcluso de descolonización y de la ocupación posterior de un estado feudal y salvaje que ya dura demasiados años.
Nos habla de cómo España nunca se creyó de verdad que los saharauis eran españoles y cómo éstos y éstas descubrían gracias a esa dejación su propia identidad.
Son relatos de muy fácil lectura que por lo menos en mi caso no he podido leer seguidos. No ha habido un relato que me haya dejado indiferente. Son muchos los recuerdos de personas que conoces, algunas están en el libro, otras en mi imaginario. Gente a la que han torturado, han encarcelado durante años, han desaparecido, ha dejado su vida por una causa…
A lo largo del libro se trata el papel determinante de la mujer saharaui en todo el proceso de la breve historia de liberación del Sahara Occidental. Ese papel silencioso pero imprescindible para levantar de la nada unos campamentos de población refugiada, mantener la esperanza del regreso a su país y luchar bajo el opresor por defender su identidad como pueblo.
Se habla de muchas mujeres valientes y dignas en el libro, algunas veces desde el recuerdo, otras desde la añoranza y otras con simpatía como cuando habla de la figura femenina de “la combatiente” compañera inseparable del bueno de Hmad Hamad.
Dice Conchi que “Las acacias del éxodo” pretende “dar a conocer la causa saharaui a un público fundamentalmente que no la conozca demasiado”. Estoy de acuerdo en la afirmación, pero yo lo extendería. El libro también ayuda a dar a conocer la causa saharaui, a aquellas personas que llevan muchos años de acompañamiento al pueblo saharaui. A veces los que nos movemos en la solidaridad con el Sahara lo hacemos con ideas y discursos absolutamente previsibles por repetitivos.
Se hace necesario en muchos casos echar el freno de mano y reflexionar sobre nuestra causa y la forma de lucha para conseguir los objetivos de libertad e independencia.
En ese sentido “Las acacias del éxodo” nos trae aire fresco y sirve para cargar las pilas para seguir acompañando a este pueblo que tanto se lo merece.
Enrique Gómez
Um Draiga
P.D. Sería fantástico que este libro lo pudieran leer todas las familias que acogen a menores saharauis en el programa de Vacaciones en paz. Sería una magnífica forma de hacerles una introducción al por qué vienen esos jóvenes a pasar un verano con nuestras familias de acogida.
Datos del libro:
ISBN: 978-84-7737-959-1
120 páginas
Editorial Silex
Se puede comprar en: El Corte Ingles, FNAC

Presentación en Madrid de “Las acacias del éxodo” de Conchi Moya. Un libro necesario



El pasado sábado 25 de mayo la librería Sin Tarima acogía la presentación de “Las acacias del éxodo”, libro de cuentos sobre el Sahara Occidental de Conchi Moya. A través de una serie de historias basadas en hechos y vivencias reales convertidos por la autora en relatos literarios se hace un recorrido a través del pasado y el presente del pueblo saharaui y una pequeña incursión en el futuro, imaginando la consecución de ese “anhelo que ya no espera más”, como dice el verso del poeta saharaui Chejdan Mahmud.
La presentación del libro escrito por Conchi Moya y publicado por Silex Ediciones, corrió a cargo de Pilar Adón, reconocida poeta, narradora, traductora y editora. Adón destacó que leyendo este libro ha descubierto “una realidad terrible, muy dolorosa, que nos toca muy de cerca a pesar de que no seamos muy conscientes de ella”. Según sus palabras, “cuando te roza el Sahara” es cuando nos damos cuenta de la enorme injusticia cometida con el pueblo saharaui, aumentada por “la injusticia que supone a día de hoy el olvido” en que se ve sumido este pueblo. Pilar señaló que “Las acacias del éxodo” narra “con dulzura, con serenidad y con un peso literario importante” hechos terribles que, narrados de otra forma habrían perdido la capacidad “de penetrarnos de una manera tan directa”. Calificó el libro de “necesario desde un punto de vista político e histórico” y “por lo que significa en cuanto a aportación literaria”, y a la autora de “valiente”.
Pilar Adón subrayó que Conchi Moya ha hecho una “aproximación distinta” a cada relato. Además de las evidentes aproximaciones histórica y política, destaca las aproximaciones “muy literarias” que, según Adón, “tienen un fondo de denuncia, de penetración histórica y política”, y también de “maestría literaria”.
En palabras de la escritora madrileña, Conchi Moya ha logrado con “Las acacias del éxodo” que al lector “entre en los textos y crezca con ellos”. Este libro, resalta Adón, “lleva a lugares muy duros pero también a lugares de esperanza, a lugares de evolución y de aprendizaje”. La escritora concluyó afirmando que “Las acacias del éxodo es un libro “sobre la memoria, sobre la historia, sobre el paisaje y es un libro sobre la cultura y sobre cómo influye el paisaje geográfico en el paisaje humano”. 
Durante la presentación se habló sobre la tradición oral y la poesía saharaui y la influencia que ha podido tener en “Las acacias del éxodo”. Pilar destacó la importancia de la acacia que da título al libro, no sólo geográficamente, sino también “desde un punto de vista casi poético como generador de vida”. Conchi Moya explicó que se trata de un árbol muy importante para los saharauis, un árbol que se podría poner en su bandera a la manera del cedro en la bandera del Líbano, como reflexiona el escritor Bahia Awah. En el desierto no hay apenas árboles, pero la acacia resiste ese clima extremo, proporciona una sombra que en circunstancias tan adversas es vida, de ella se obtiene madera y su resina es usada en la medicina verde. La autora recordó que una de las formas de culturicidio que utiliza a Marruecos en el Sáhara ocupado es la tala indiscriminada de la talha (acacia).
Conchi Moya explicó que los relatos han surgido de testimonios recogidos entre los saharauis. “Te cuentan sus testimonios con total normalidad, sin dramatizar y sin ira”, algo que ha influido en la forma en que ha escrito el libro. “Esa dulzura al contar proviene de cómo me han llegado las historias, ellos me las han transmitido así”. La autora explicó que comenzó a escribir los primeros relatos hacia 2011. Al principio eran escritos desordenados pero hace un par de años empezó a pensar que podían convertirse en un libro y comenzó a trabajar en él. 
Durante la presentación se destacó que en “Las acacias del éxodo” se hace una rememoración de la tierra, a la manera que hacen los saharauis en su literatura. El territorio saharaui es protagonista de muchos de los relatos, por ejemplo la costa protagoniza el relato “Ballenas en el Sahara”, uno de los que han llamado la atención de Pilar. Con este relato se habla además de la separación de las familias y del desarraigo en el que han caído muchos jóvenes que han nacido fuera del territorio y que no lo conocen. La autora explicó que con su geografía los saharauis hacen literatura. Un poema puede componerse a base de recitar una serie de nombres de montes del territorio saharaui, y todos los accidentes geográficos y los pozos guardan historias que se transmiten oralmente. 
Pilar Adón calificó “Las acacias del éxodo” como un libro sobre el paisaje y sobre “cómo influye el paisaje geográfico en el paisaje humano”. La nostalgia de los saharauis es también la nostalgia de ese paisaje”, concluyó Pilar. La autora observó que el paisaje también ha influido en la forma de ser de los saharauis. “La dureza de la vida, la falta de agua y la inclemencia de la naturaleza les ha convertido en un pueblo paciente”. 
Como reflexión final, llegada desde el público, “Las acacias del éxodo” fue calificado como un libro escrito con tono poético, influido sin duda por la forma saharaui de contar historias, eminentemente oral. Un libro que además puede hacer desde el frente cultural una "gran contribución" a que se conozca al pueblo saharaui.




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Pilar Adón y “Las acacias del éxodo”, de Conchi Moya. Cuando te roza el Sahara



Mientras escribo la crónica de la presentación en Madrid de “Las acacias del éxodo”, no he podido resistirme a compartir la lectura que realizó Pilar Adón, escritora, poeta, traductora, editora y, sobre todo, mi gran amiga. Es curioso para una autora descubrir lo que los lectores piensan de su obra. Los comentarios de una autora de la talla de Pilar me aportan, además, una mirada nueva hacia lo que yo escribí.
Pilar Adón. Madrid, 25 de mayo de 2019. Sin Tarima.
¿Qué es lo que pretende la autora, a qué aspira a la hora de escribir este libro?, un libro que puede iluminarnos, desnudar muchas realidades que no conocemos. Leyendo este libro, a pesar de mis conversaciones con Conchi Moya y con Bahia Awah y lo que he podido leer en prensa, he descubierto una realidad absolutamente terrible, muy dolorosa, que nos toca muy de cerca a pesar de que no seamos muy conscientes de ella. En cuanto la rozamos, en cuanto se nos pega de alguna forma, nos damos cuenta de la injusticia que supuso en su momento a nivel histórico y segundo, la injusticia que supone a día de hoy el olvido. Esta es la impronta que se me ha quedado a la hora de leer los textos y sobre todo como con dulzura, con una serenidad, con un peso literario importante pero a la vez con un acercamiento muy sutil está narrando hechos francamente terribles, que la autora podía haber narrado de una manera mucho más agresiva y quizá habría perdido esa capacidad de influirnos, de penetrarnos de una manera tan directa. Nos está enfrentando a unos hechos que, insisto, fueron injustos en su día y ahora siguen siendo injustos porque la situación sigue siendo la misma y doblemente injustos porque están olvidados. Escuchamos todo tipo de tragedias pero del pueblo saharaui realmente no se habla. Esa injusticia que supone el olvido viene a ser suavizada y reivindicada por este “Las acacias del éxodo”, un libro necesario desde un punto de vista político e histórico y también me parece necesario por lo que significa en cuanto a aportación literaria.
A mí me han surgido muchas preguntas leyendo este libro. Y sobre todo me he sentido en ocasiones profundamente ignorante, me ha dado mucha rabia y me he sentido muy triste, porque algo tan cercano, que tiene tanto que ver con nuestra propia historia, que esté tan olvidado, mi propia ignorancia me ha hecho sentir muy triste. La ignorancia en general sobre este tema es excesiva.
“Las acacias del éxodo” además de estar narrado con dulzura es un texto muy valiente. Mi amiga es una persona valiente. Habla directamente y da nombres de personalidades muy conocidas en este país y los textos están inspirados en personas reales.
Con tantos datos, con tantos testimonios y con cierta ira en prácticamente todos los textos la forma de enfrentarse a la hoja en blanco debe ser difícil. Con tanto dentro y con tanto que contar la aproximación a cada relato es distinta, lo que hace que el libro sea muy rico. Porque podría haber tenido una aproximación idéntica en cada uno de ellos, una aproximación histórica o desde el posicionamiento político pero se hace unas aproximaciones muy literarias que hace que los textos, que tienen un fondo de denuncia y tienen un fondo de penetración histórica y política, tienen también esa maestría literaria. Me da la impresión de que la autora ha querido hacer una aproximación global, y de hecho hay varias voces.
La dulzura y la poesía que hay en este libro son muy importantes. Es evidente que estamos hablando de literatura y el literatura esencial lo que se cuenta pero desde mi punto de vista es casi más esencial cómo se cuenta. Y vengo insistiendo en ello porque me parece muy importante, la autora ha logrado, de manera voluntaria o involuntaria, que al lector entre en los textos y crezca con ellos. Se produce un cambio en el lector desde que comienza el libro hasta que lo acaba. Con la buena literatura siempre sucede que cuando uno lee un buen libro es otra persona cuando sale de ese libro. Creo que una de las pruebas más manifiestas de si un libro es bueno o no es que el lector ha cambiado con ese libro.  Es algo que como lectores os va a pasar con “Las acacias del éxodo”, de una manera u otra. Bien porque vais a aprender cosas que hasta el momento no sabíais, como me ha pasado a mí, lo reconozco, o bien porque los textos os llevan a otros lugares. Os saca de aquí totalmente, que es otra de las funciones esenciales de la literatura. Este libro te lleva a lugares muy duros pero también a lugares de esperanza, a lugares de evolución y de aprendizaje. Es un libro sobre la memoria, es un libro sobre el presente y es un libro que se atreve a hacer una incursión en el futuro. Es un libro sobre la historia, sobre el paisaje y es un libro sobre la cultura y sobre cómo influye el paisaje geográfico en el paisaje humano. La nostalgia de los saharauis es también la nostalgia de ese paisaje.

“Las acacias del éxodo”, un viaje para conocer al pueblo saharaui



*Fuente: Mugalari Kultura. Por Conchi Moya. 06/05/2019
Si me preguntan cómo se gestó mi libro “Las acacias del éxodo” debo referirme a dos momentos relevantes. Uno fue noviembre de 2010, cuando las fuerzas de represión marroquíes arrasaron el campamento saharaui de Gdeim Izik llevándose por delante de manera brutal las miles de jaimas que componían el llamado Campamento de la Dignidad saharaui. Lo sucedido en aquel mes desde que la población saharaui de la ciudad ocupada de El Aaiun levantó el campamento hasta su destrucción me dejó hondamente impresionada y fue probablemente el momento más decisivo y lleno de fervor que he vivido en estos casi veinte años de caminar al lado de los saharauis. El otro momento fue la visita a Madrid en 2012 de Ahmed Mohamed Fadel “Rubio”, un histórico de la causa desde el frente cultural, joven yeyé en su Villa Cisneros natal, combatiente con el Ejército saharaui durante la guerra de liberación y hombre del libro que hoy en día vive refugiado en los campamentos del sur de Argelia, en espera del ansiado regreso a la tierra que lo vio nacer. Las charlas con Rubio sucedidas durante aquellos días calaron hondo en mi memoria, porque cuando Rubio habla de su boca salen flores. Es un hombre de palabra pausada y profunda, con hondas convicciones e integridad irrevocable. Sus reflexiones siempre llevan el perfume de la poesía de su pueblo y es una fuente inagotable de memoria y recuerdos. Aquellas historias prendieron en mí y poco a poco se fueron convirtiendo en relatos y en personajes. Como el combatiente que pinta la señal de la paz en un proyectil, el revolucionario Salama o el soldado que recuerda la visita de Felipe González a los campamentos. Todos llevan su inconfundible voz.
A los saharauis les llaman “los hijos de la nube”, siempre en busca de la lluvia que traiga pasto y respiro en el inclemente desierto. También son un pueblo que derrama poesía. Pocos enclaves en el territorio saharaui pueden ser más venerados que los pozos y pocos tesoros más apreciados que la memoria. Rubio dice que quienes escribimos sobre el Sáhara Occidental construimos “pozos culturales” para saciar la sed del pueblo y cada vez que terminamos de construir uno de esos pozos lo entregamos al pueblo “para que recupere su cultura y no pierda su identidad”. Efectivamente, “Las acacias del éxodo” es un libro del pueblo saharaui y al mismo que espera acercar a la causa a muchas personas que no la conocen.
Los saharauis me convirtieron en escritora. La adolescente que fui escribía cartas a sus amigos contando las historias que les sucedían como forma de atesorarlas y guardarlas para siempre. El viaje que realicé a los campamentos de refugiados saharauis me llevó a emprender una tarea más ardua: narrar aquella increíble experiencia que metió al pueblo saharaui y su causa en mi corazón. Mi encuentro con Bahia Awah y los poetas saharauis que más tarde se unieron en torno a la Generación de la Amistad me animaron a escribir y a convertir aquel taco de folios grapados en mi primer libro autoeditado, “Los otros príncipes”. Las historias que escuchaba a mi familia y amigos saharauis se convirtieron poco después en un segundo libro, también autoeditado, “Delicias saharauis”.
Pero cuando vives el Sahara todos los días, nunca hay bastante escritura para contar todo lo que aprendes, escuchas, vives y descubres. Gdeim Izik y Rubio fueron el detonante de los primeros relatos. Pronto vinieron más, inspirados en las palabras, la vida y el ejemplo de mujeres y hombres saharauis. Como la militante Nueina Djil, protagonista de la mítica imagen de la fotorreportera Christine Spengler con un fusil al hombro y su bebé en brazos; Moina Chejatu, la joven saharaui que acompañó a Felipe González en su visita a los recién creados campamentos de refugiados saharauis; los activistas saharauis de derechos humanos Brahim Dahan y Hmad Hamad, cuyas historias de lucha y sacrificio por el Sahara son constante fuente de inspiración para mí; el escritor y diplomático Ahmed Muley Ali o el poeta nacional Bachir Ali, quien me descubrió la existencia de Graret Lantilagha, las acacias del éxodo, lugar que da nombre al libro. Sus testimonios y los de familiares y amigos fueron conformando esta colección de relatos donde pretendo huir de orientalismos para reflejar una visión realista de los saharauis. Porque creo firmemente en la literatura comprometida como una de las mejores vías para difundir ideas y causas. “Las acacias del éxodo” pasa a formar parte de la bibliografía de poemarios, novelas, libros de relatos y ensayos que acompañan al pueblo saharaui en su camino hacia la libertad.
Espero que los lectores viajéis al Sáhara a través de sus páginas, conozcáis a su gente y entendáis su realidad.
Sahara Libre.

Presentación en Murcia de “Las acacias del éxodo”, “un puñetazo a la mandíbula de la política internacional española”


“Un libro sobrecogedor que recoge el conflicto del Sáhara en una serie de relatos como puñetazos a la mandíbula de nuestra política internacional, nuestra interpretación histórica de las guerras del desierto y nuestra poca vergüenza”. José Daniel Espejo, poeta.
El poeta y librero José Daniel Espejo nos daba el pasado sábado  4 de mayo la bienvenida a Libros Traperos, un proyecto solidario de Traperos de Emmaus en la Región de Murcia, que lucha contra la exclusión social y la pobreza y contra las causas que las provocan. Una librería que ya es para mí una parada obligada en cualquier visita en la ciudad del Segura. Precisamente aterrizamos en medio de una intensa semana de actividades en Libros Traperos para presentar “Las acacias del éxodo”.
Tuve la suerte de ser presentada por Paco Paños, “letraherido” y periodista cultural murciano, además de un lector perspicaz, culto e inteligente. En  palabras de Paco Paños “Las acacias del éxodo” es un libro de relatos “no neutral y que no deja indiferente”, de apoyo al pueblo saharaui y que sirve para “limpiar la historia y quebrar la forma en que los medios tratan este conflicto”.
De la mano de Paco y a través de los relatos de “Las acacias del éxodo” hicimos un repaso por los cien años de presencia española en el territorio y su precipitada salida sin completar el proceso de descolonización, recordando que España es aún para la ONU potencia administradora del Sáhara Occidental hasta que el pueblo saharaui celebre el referéndum de autodeterminación. En palabras de Paco, “Las acacias del éxodo” es una muestra de cómo se puede escribir sobre todo esto “desde la rabia, la incomprensión, pero también desde la esperanza y, sobre todo, desde el amor”, con “gran destreza para reflejar lo pequeño, lo simbólico, lo que podría parecer insignificante”. El libro recrea, a partir de pequeñas anécdotas, historias y testimonios cargados de emoción y convertidos en literatura “con gran habilidad para llegar al corazón del lector”. Como sucede en el relato titulado “La alfombra de La Güera” donde, a partir de una anécdota real de una refugiada que se llevó a los campamentos un trozo de la alfombra de su casa destrozada por las bombas, se recrea el éxodo del pueblo saharaui originado por la invasión mauritano marroquí. O “Nueina”, relato en el que se recrea el momento en que la fotorreportera francesa Christine Spengler inmortalizó a la joven militante saharaui Nueina Djil, en la mítica foto donde aparece con su bebé y un fusil al hombro.
En la presentación de Libros Traperos hablé con Paco de otros relatos como “De Güera a Villa Cisneros”, donde se narra el punto de vista de los españoles que vivieron en el Sahara y tuvieron que salir huyendo, abandonándolo todo, y la nostalgia por el Sáhara que sigue presente entre ellos. Recordamos la traición del estado español a los saharauis, a través del relato “La visita”, que recuerda la visita de un joven Felipe González a los campamentos de refugiados saharauis en noviembre de 1976, recreada gracias a los testimonios de quienes le acompañaron.
Paco Paños también destacó los relatos “Perdiendo los papeles”, resuelto en forma de breves fragmentos que hablan sobre las surrealistas situaciones que sufren los saharauis cuando pretenden legalizar su situación en España, lo que se convierte en una auténtica “locura” y “Lo que fuiste a buscar”, que narra el regreso de un combatiente saharaui para visitar a su padre en El Aaiun ocupado tras décadas sin verse.
También tuvimos ocasión de hablar durante la presentación sobre la situación de los territorios saharauis ocupados, escenario de varios relatos de “Las acacias del éxodo”, además recordar las constantes violaciones de derechos humanos que sufre la población saharaui de las zonas ocupadas, los desparecidos y los presos políticos encerrados en cárceles marroquíes, algunos incluso condenados a cadena perpetua.
Como destacó el presentador, se trata de un “libro de reivindicación política por los derechos del pueblo saharaui pero es un libro también muy emotivo que se puede leer en modo político, en modo literatura, o para aprender una realidad en muchas ocasiones desconocidas”. Por mi parte quise destacar que “he pretendido hacer un libro que huya del orientalismo, del exotismo, del idealismo, quiero contar la realidad del pueblo saharaui como es, personas como nosotros a los que tienen un problema muy grande que ellos no han buscado sino que se les ha impuesto”.
Finalizamos con una breve ronda de preguntas del público tras hablar sobre el peligro de la asimilación de la cultura saharaui por parte del invasor marroquí, que ha cambiado la estrategia de prohibición del idioma y la cultura saharaui por una peligrosa labor de culturicidio sistemático, de un genocidio cultural con el que se pretende eliminar el patrimonio material e inmaterial saharaui.
Quiero agradecer a Paco Paños y a José Daniel Espejo toda la ayuda recibida y el enorme amor con el que hacen las cosas. Eso se recibe y se disfruta.

ENTREVISTA Conchi Moya, escritora: Todos los saharauis son héroes



Conchi Moya es autora del libro "Las acacias del éxodo", una obra que versa sobre el Sáhara Occidental. La presentación será el sábado 4 de mayo en 'Libros Traperos' (Murcia)
"Del PSOE sólo se ha recibido traición. Lo que se puede esperar de este partido en relación al pueblo saharaui es nada positivo, como han seguido demostrando a lo largo de estos años"
"Que la mujer es un pilar de la sociedad saharaui desde siempre es algo evidente. De alguna manera la sociedad saharaui es matriarcal, son mujeres libres y que ocupan un lugar muy importante en su familia y en la sociedad"
*Fuente: el diario.es Por Paco Paños. 03/05/2019
Nacida en Madrid en 1971 se licenció en Ciencias de la Información en la Universidad Complutense. Antes de "Las acacias del éxodo", ha escrito otros dos libros, con el Sáhara Occidental como tema de fondo, "Delicias saharauis" y "Los otros príncipes". Junto con Bahia Mahmud Awah ha escrito el ensayo "El porvenir del español en el Sahara Occidental". Antóloga de varios libros de poesía saharaui "Um Draiga", "Aaiún, gritando lo que se siente", "La primavera saharaui" y "Poetas saharauis (Generación de la Amistad)". En diciembre de 2015 se publicó su primera novela, "Sin pedir permiso'".
Correaliza el espacio informativo Poemario por un Sahara Libre, dedicado a las actualidades informativas y culturales de la causa saharaui.
"Las acacias del éxodo", es un libro de relatos que tienen como protagonista el Sahara Occidental, el Pueblo Saharaui. No es tu primer libro con este tema y parte de tu actividad, la dedicas a hacer visible la Causa Saharaui. ¿Cuál es tu vinculación con El Sahara, con su gente?
Conocí al pueblo saharaui en abril de 2000, cuando viajé a los campamentos de refugiados saharauis con compañeros de una radio libre en la que colaboraba. El impacto por lo vivido allí fue tan fuerte que me comprometí a ayudar a este pueblo con lo que sabía hacer, contar, escribir, informar. Con el tiempo conocí al que hoy es mi compañero, el escritor e investigador saharaui Bahia Awah, y los dos decidimos hacer juntos este camino. Es mi causa, es mi pueblo, tengo una enorme familia dispersa por los campamentos, varios países en la diáspora y en territorio ocupado. Muchos de mis mejores y más queridos amigos son saharauis. Desde mi primer viaje no ha habido un solo día en que haya dejado de pensar en el Sahara, y son ya diecinueve años. Literariamente esto se ha traducido en que tuve el honor de participar en el congreso fundacional del grupo de escritores saharauis en el exilio Generación de la Amistad Saharaui. También he sido antóloga de varias de sus publicaciones. "Las acacias del éxodo" es mi tercer libro de narrativa centrado en el Sahara Occidental.
En uno de los relatos cuentas la visita de un "joven político español", la esperanza que despertó entre los activistas saharauis y, finalmente su traición. Ese político era Felipe González. Ahora que otro joven político socialista está en la Moncloa y seguirá siendo presidente después de las elecciones del 28A ¿Qué expectativa despierta esto entre la población? ¿Tienen los saharauis esperanza de que Sánchez mire hacia los campos de refugiados, que retome la responsabilidad que España tiene como potencia colonizadora y cumpla con el mandato de la ONU hasta que el Sahara consiga su independencia y recupere su territorio?
La historia de la visita de Felipe González en 1976 a los campamentos de refugiados para apoyar al pueblo saharaui "hasta la victoria final" y su posterior traición, que perseguirá a Felipe para siempre, me impresiona mucho. Los saharauis no lo olvidan y se encargaron de recuperar y difundir aquellas imágenes y el audio de su discurso. La cantante saharaui Mariem Hassan incluso le dedicó una cantata llamada "Shouka" (La espina), que es escalofriante. Pude hablar con alguna de las personas que le acompañaron y quise reproducir cómo fue aquella visita.
El programa socialista para estas elecciones de 2019 incluía una frase referida al pueblo saharaui, que el partido trabajará "para alcanzar una solución del conflicto que sea justa, definitiva, mutuamente aceptable y respetuosa con el principio de autodeterminación del pueblo saharaui". Es cierto que Pedro Sánchez se ha desmarcado de alguna manera de la "vieja guardia" socialista pero habrá que ver hasta dónde se atreve a llegar. La cercanía del PSOE a las tesis marroquíes en relación con el Sahara Occidental es histórica y es difícil que eso cambie. Hay que recordar que en la pasada legislatura llegó al Congreso Mohamed Chaib, diputado por el PSC y considerado como "el hombre de Mohamed VI en España".
Sólo hay que ver que Zapatero es uno de los valedores de la ocupación marroquí del Sahara. Como muestra, el expresidente ha llegado a participar en diferentes actos en los territorios ocupados del Sahara, organizados por las autoridades marroquíes, como el Foro Crans Montana en la ciudad saharaui ocupada de Dajla, con Mohamed VI abriendo el acto y recibiendo a los participantes con la frase "Bienvenidos al Sahara marroquí". Esto lo recogió la Agencia EFE en marzo de 2015, se puede consultar en la hemeroteca. Y durante el gobierno de Zapatero el PSOE tuvo una vergonzosa actuación durante dos hechos determinantes como fueron la huelga de hambre de la activista saharaui Aminetu Haidar en el aeropuerto de Lanzarote y el violento desmantelamiento del campamento saharaui de Gdeim Izik, donde el gobierno del PSOE dio por válida la versión marroquí y llegó a recibir en el Ministerio de Interior al general marroquí Hosni Benslimane, sobre el que pesa una euroorden de busca y captura por el asesinato del opositor Ben Barka. La respuesta del Ministerio del Interior de Pérez Rubalcaba fue que su nombre "no estaba en las bases de datos del Ministerio".
Del PSOE sólo se ha recibido traición. Lo que se puede esperar de este partido en relación al pueblo saharaui es nada positivo, como han seguido demostrando a lo largo de estos años.
En un libro como "Las acacias del éxodo" debe ser fácil caer en la tentación de limitarlo a glosar la figura de los héroes y de los dirigentes del pueblo saharaui. Tú hablas con admiración de algunos de esos personajes, pero centras tus relatos en las gentes que sufren el éxodo, en los niños, en las familias, en las cosas sencillas y básicas que han perdido. Y sobre todo hablas de la mujer saharaui, de su papel en la organización de la vida civil en los campamentos, en cómo son ellas las encargadas de la sanidad, de la educación, de la organización, en suma, de la vida cotidiana. ¿Qué papel tiene la mujer en la causa saharaui?
En realidad todos los saharauis son héroes y heroínas. Y todo el pueblo es el Frente Polisario, que es un movimiento de liberación nacional que existirá hasta que los saharauis recuperen su tierra. En el caso saharaui hay dirigentes que dieron su vida por la causa, literalmente, como Luali Mustafa, uno de los fundadores del Frente Polisario y líder de la revolución saharaui, que murió en el campo de batalla cuando no se había cumplido un año de la guerra con Marruecos. Muchos otros han sido un ejemplo por su esfuerzo y sacrificio a lo largo de estas décadas. Al igual que el pueblo, que ha sufrido y todavía sufre tanto. Y con "Las acacias del éxodo" pretendo de alguna manera que nos pongamos en la piel de esas personas que de la noche a la mañana se vieron expulsados de su tierra, a quienes se les arrebató todo y se vieron sometidos a la mayor de las injusticias, ante la indiferencia de la comunidad internacional. Me gustaría que entendiéramos que esto nos puede pasar a cualquiera, a pesar de que nos creamos a salvo por vivir en la burbuja de nuestro supuesto "primer mundo".
Que la mujer es un pilar de la sociedad saharaui desde siempre es algo evidente. De alguna manera la sociedad saharaui es matriarcal, son mujeres libres y que ocupan un lugar muy importante en su familia y en la sociedad. Ellas levantaron los campamentos, y por tanto el estado saharaui en el exilio, cuando los hombres estaban en el frente de batalla. Fueron madres, médicos, constructoras, maestras, cuidadoras, diplomáticas en el exterior. Y en los territorios ocupados las mujeres aún hoy encabezan muchas manifestaciones de protesta, y hay numerosos nombres femeninos entre los más destacados activistas de derechos humanos. La mujer saharaui tiene su puesto en la vida política a nivel nacional e internacional. Hay ministras, gobernadoras, parlamentarias o diplomáticas, como ejemplo la Representante Saharaui en España es una mujer.
Pero todo esto no quita para que las mujeres saharauis también sufran el patriarcado, tengan la preocupación de la pérdida de poder desde que los hombres regresaron a los campamentos tras el alto el fuego y pidan una mayor participación en la vida pública. Ahora hay una interesante generación de mujeres saharauis muy jóvenes que luchan por sus derechos y por su espacio, sin abandonar su causa, y eso es tremendamente interesante en mi opinión.
Todo tu libro es un hermoso canto de esperanza, lleno de amor por las gentes de las que escribes. Es también un grito de rabia, de rebeldía ante la situación que, desde hace 50 años, vive el pueblo saharaui. Pero es además un llamamiento contra el olvido, contra la posible pérdida de identidad de parte de las generaciones que han nacido ya en el éxodo. ¿Hay peligro de agotamiento, de desánimo en los más jóvenes?
Ese peligro existe, es evidente. Yo tengo sobrinos que han nacido en los campamentos de refugiados y que a su vez tienen hijos que han nacido en los campamentos también. Dos generaciones que no han podido pisar jamás su tierra o que sólo conocen la ocupación. Eso es un drama terrible. Y hay un tercer desarraigo, el que se vive en la diáspora. Hay un peligro de pérdida de identidad, de olvidar por qué se está luchando y de desesperación. ¿Cómo decirle a un joven saharaui que siga teniendo fe en la ONU o en la comunidad internacional?
Pero al mismo tiempo la identidad saharaui es tan fuerte que hay mucha esperanza depositada en los jóvenes. Hay una generación muy bien preparada, que conoce la causa y que se va incorporando a puestos de responsabilidad o colabora desde activismo informativo intelectual, cultural y artístico. En los territorios ocupados los defensores de derechos humanos son cada vez más jóvenes, están tomando el testigo de los activistas veteranos. Marruecos no ha logrado borrar la identidad saharaui de estas nuevas generaciones, ni siquiera de los universitarios, obligados a estudiar en universidades marroquíes. Hay un movimiento estudiantil saharaui muy importante en territorios ocupados, que sufren acoso, detenciones y cárcel. Pero siguen adelante.
El gran problema puede ser que el desánimo les lleve a tomar posturas a favor de un conflicto armado. Algunos jóvenes piden que se acabe con esta situación de "impasse" y se comience la guerra. Están hartos de esperar y es comprensible.
Tú eres escritora, pero también eres periodista. ¿Por qué has elegido el relato, la literatura para hablarnos de los saharauis y no la crónica o el reportaje periodístico?
Son dos formas de escribir que están presentes casi por igual en mi creación. Mi literatura es muy narrativa y en ella me gusta contar. Y a la vez mis artículos periodísticos siempre tienen un punto literario. En cualquier caso, Bahia Awah y yo llevamos haciendo activismo informativo desde el año 2001, cuando empezamos con Poemario por un Sahara Libre, nuestro programa de radio que más tarde se convirtió en blog y con el que aún seguimos. La literatura vino después y fue en parte una consecuencia de la cantidad de testimonios y de historias que escuchábamos cada día. Yo siempre he escrito, desde pequeña, y si me atreví a ir más allá fue por mi convencimiento de que la literatura y el arte son un arma tremendamente poderosa para la difusión de ideas, y por supuesto de causas. Y por tanto debían serlo para una causa tan justa como es la saharaui.
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Tlaxcala ha traducido al francés la entrevista sobre "Las acacias del éxodo" en el diario.es Por Paco Paños. Fecha de publicación en Tlaxcala: 05/05/2019
La agencia de prensa saharaui SPS también se ha hecho eco de la entrevista