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'Las acacias del éxodo', de Conchi Moya un libro sobre la memoria y la esperanza de los saharauis


Conchi Moya escribe historias sobre personajes reales, célebres y anónimos
“Quiero que se conozca a los saharauis y denunciar la injusticia cometida con un pueblo digno y valiente”, asegura
*Fuente: RTVE. Por JESÚS JIMÉNEZ (@vinetabocadillo) 13.06.2019 
El pueblo saharaui lleva casi medio siglo pidiendo la autodeterminación, que se le deje vivir en paz en su tierra. Pero sus esperanzas de conseguirla parecen cada vez más lejanas por la ocupación marroquí y la indiferencia internacional. Ahora la escritora Conchi Moya (Madrid, 1971) da voz a personajes famosos y anónimos en una serie de relatos que ha escrito sobre el tema: Las acacias del éxodo (Sílex ediciones), y que nos permiten conocer mejor los sueños y esperanzas de los saharauis.
“Todos los relatos tienen en común que giran en torno a los saharauis –asegura Conchi-. He elegido el tiempo como forma de estructurarlos. Así hay tres partes: el ayer, donde recojo historias de la época en que España estaba todavía en el territorio y del momento del abandono y posterior invasión marroquí; el hoy, con relatos inspirados en el periodo actual de impasse, una situación de ni paz ni guerra muy peligrosa para los saharauis, y una tercera parte situada en el mañana, donde reflejo el anhelo de lo que espero que pronto suceda en el Sáhara a través de un relato relacionado con los músicos saharauis de todos los tiempos”.
“Las acacias del éxodo –continúa la escritora- es un libro de relatos sobre la memoria y la esperanza que ha sido definido como “no neutral”, que “no deja indiferente” o como “un puñetazo en la mandíbula de la política internacional española”. A nivel literario se ha destacado la dulzura con la que Las acacias del éxodo describe situaciones muy duras y la capacidad de extraer material literario y llegar al corazón del lector a partir de historias cotidianas y detalles en apariencia insignificantes".
“Con estos relatos –añade- pretendo que se conozca a los saharauis, que se sepa quiénes son los causantes de la situación tan terrible que están viviendo y denunciar la injusticia cometida con un pueblo digno y valiente que está defendiendo su derecho a existir como lo que son, saharauis”.
“Mi aspiración con el libro es en especial llegar a lectores que no saben nada sobre el pueblo saharaui, que estas historias les interesen y que, tras leerlos, se queden” –añade la autora-.
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Un libro inspirado por la represión de 2010
La escritora madrileña nos cuenta cómo nació el libro: “Mi escritura de temática saharaui tiene mucho que ver con mi día a día, con el seguimiento a la actualidad diaria de lo que sucede en el Sahara Occidental, con lo que percibo en charlas con amigos saharauis, lo que recojo del contacto con activistas de derechos humanos, con refugiados saharauis en la diáspora, con mi familia. Las duras circunstancias que viven los saharauis han hecho que sean protagonistas de experiencias vitales que merecen ser contadas. De la intención de dar a conocer a través de la literatura esas historias que atesoran los saharauis nace Las acacias del éxodo.
“En 2010 –continúa- comencé a escribir algunos relatos inspirados en lo sucedido en el campamento saharaui de Gdeim Izik, un levantamiento pacífico de la población saharaui en territorio ocupado que fue brutalmente desmantelado por el ocupante marroquí. Aquellos días vertiginosos me impresionaron hondamente y necesitaba plasmar todo lo que se vivió entonces”.
“Hace un par de años –añade Conchi- decidí juntar varios de aquellos relatos y otros nuevos que habían ido surgiendo y a partir de ese momento sí pensé que podía haber un libro. Tuve la suerte de que le interesara a Ramiro Domínguez de Sílex Ediciones y gracias a ellos he podido verlo publicado en una editorial de gran solvencia y larga trayectoria”.
Basados en hechos y personajes reales
Aunque son relatos, todos están inspirados en personas y acontecimientos reales, como nos comenta Conchi: “Todos los relatos están basados de alguna forma en hechos y personajes reales. A partir de una historia, de una anécdota, de una conversación, de una vivencia personal o de un detalle que me conmueve, escribo el relato”.
“En otros casos –añade-, he buscado escribir sobre un hecho en el que yo personalmente estaba interesada. Es el caso de la mítica foto de la combatiente saharaui con un bebé en brazos realizada por la foto reportera Christine Spengler o la visita de Felipe González a los campamentos de refugiados saharauis en noviembre de 1976. En ambos casos he entrevistado a algunos de sus protagonistas y he ficcionado los hechos para convertirlos en literatura”.
“El lector debe tener en cuenta que no es un libro de historia, mi aproximación a los hechos reales que narro es literaria” -asegura Conchi-.
“La mujer sigue en la vanguardia de la lucha saharaui”
Las mujeres saharauis tienen gran protagonismo en estas historias y también en el pueblo saharaui. ”La mujer saharaui ha sido un pilar en su sociedad desde tiempos inmemoriales –asegura Conchi Moya-. Durante los años del éxodo y la guerra su papel fue fundamental. Ellas pusieron en pie los campamentos mientras los hombres estaban en la guerra, fueron albañiles, sanitarias, educadoras, organizaron el estado saharaui en el exilio”.
“Hoy en día siguen en vanguardia de la lucha saharaui –continúa-, como se puede ver en los territorios ocupados donde las mujeres encabezan las manifestaciones y donde hay reputadas activistas de derechos humanos que sufren persecución, torturas y cárcel. Todo ello se refleja en mis relatos, muchos de ellos protagonizados por mujeres. Lo que no quita que las mujeres saharauis continúen luchando hoy en día por tener un papel más decisivo e igualitario en su sociedad”.
El paisaje humano y natural
El paisaje humano tiende a confundirse con el natural la sociedad saharaui. “La naturaleza del desierto, inclemente y extrema, moldea e interviene en el carácter de sus habitantes –nos cuenta Conchi-. Los saharauis son un pueblo curtido, digno y paciente. Dice un proverbio saharaui que “a quien aguanta le llega la sombra”. Desde la causa nos animamos unos a otros para continuar el camino con una palabra “seguimos”, hay que endurecerse para que la situación desfavorable no pueda contigo. En esa forma de ser tiene mucho que ver la dureza del paisaje que rodea a los saharauis”.
“Ese paisaje del que les han desposeído injustamente, esa tierra añorada, ha sido cantada desde siempre por los poetas saharauis –añade-. Es cierto que en cada saharaui habita un poeta, bien por componer versos o bien por memorizarlos y saber reproducirlos en la ocasión más adecuada. La tierra es la principal inspiradora de la poesía saharaui; como dice Ebnu, uno de los poetas saharauis en español, la poesía saharaui es un atlas geográfico que evoca montes, ríos, colinas, dunas o valles. La poesía es sin duda uno de los grandes patrimonios que tienen los saharauis”.
La cultura y la música saharauis
Y es que una de las cosas que Conchi ha querido destacar en el libro es la cultura saharaui, destacando la música. “La cultura –nos comenta- es uno de los frentes que han elegido los saharauis para denunciar ante el mundo su situación. Cine, literatura, arte y por supuesto música. Desde el inicio de la revolución saharaui, cuando luchaban para conseguir su independencia de España, el Frente Polisario se sirvió de la música para agitar la conciencia del pueblo y difundir eslóganes. Los poetas componían letras revolucionarias que luego eran cantadas por las primeras voces que surgieron en la música saharaui”.
“Con la invasión mauritano marroquí se crearon grupos musicales como Mártir Luali, que llevaron la causa a muchos países a través de la música –continúa-. Eso es lo que he querido recordar y homenajear en el relato que cierra el libro “Canciones para una revolución”, en el que además hago un juego con el tiempo para invocar ese “anhelo que ya no espera más”, como dice el poema de Chejdan Mahmud”.
“La música saharaui –concluye- ha vivido momentos de enorme esplendor con Mariem Hassan, la gran voz saharaui que lamentablemente nos dejó demasiado pronto. Como ella decía, los simpatizantes de las causas vienen y van pero la cultura, la música, la literatura, la poesía generan “fans” para siempre porque un fan no te va a abandonar nunca. Esas palabras las recordaba el sobrino de Mariem en la presentación de Las acacias del éxodo en Madrid”.
"No dejes que ensille tu rahla (montura) quién no viaje contigo"
En la portada del libro puede leerse una frase que ha inspirado a la autora en este viaje literario: ‘No dejes que ensille tu rahla (montura) quién no viaje contigo’. “La frase es un proverbio saharaui y la ha recordado el escritor e investigador Bahia Awah en la contraportada del libro –asegura Conchi-. Es una frase muy poderosa como todo lo que viene del saber popular. El significado está claro, sólo entiendo el acompañamiento a una causa, en este caso la saharaui, como un viaje diario, un esfuerzo diario al que debemos comprometernos de manera directa”.
“Este libro es una forma más de acompañar a los saharauis en este largo viaje hacia la libertad, que para ellos dura ya más de cuarenta años. Yo llevo diecinueve acompañándoles y espero que llegue a su buen fin lo más pronto posible” –concluye-.
“La esperanza se mantiene intacta”
Como comentábamos, el libro también se preocupa por el futuro de los saharauis, tras un conflicto tan largo y que no parece tener una solución a corto plazo. “El problema saharaui es político pero se ha dejado en manos de la ONU, una organización que se ha mostrado incapaz para resolverlo –asegura Conchi-, empezando porque Francia, principal valedor del ocupante marroquí, ejerce toda su influencia para que las cosas no se resuelvan”.
“España, que aún es potencia administradora del territorio, se ha desentendido de sus obligaciones con los saharauis y se ha entregado a Marruecos por intereses personales, los atávicos miedos al incómodo vecino del Sur y por la falta de visión de los dirigentes españoles”.
“Sin embargo, hay vida más allá de los mediocres políticos de la vieja Europa –asegura Conchi-. La causa sigue viva, continúa ganando adeptos, la República Saharaui avanza con fuerza en el continente africano donde es activo miembro fundador de la Unidad Africana y las relaciones con los gobiernos latinoamericanos son fluidas gracias entre otras cosas al idioma español que tienen en común”.
“La situación actual es de impasse, desde el alto al fuego de 1991 se vive una situación de “no paz, no guerra”, que sólo beneficia al ocupante -añade la escritora-. Marruecos deja pasar el tiempo, mientras continúa esquilmando los recursos naturales saharauis y el Sahara ocupado se llena de colonos marroquíes. Por eso digo en el libro que “nada es tan violento como esta paz de hoy”. El pueblo saharaui sigue dividido y disperso, pasando por muchas penalidades en los campamentos de refugiados y sufriendo una terrible represión en los territorios ocupados”.
“Sin embargo, la esperanza se mantiene intacta, los saharauis luchan por lo que es suyo, su causa es completamente legal y justa y se acabará imponiendo” –concluye Conchi-.
“Varias generaciones de saharauis no conocen su tierra”
Uno de los problemas a los que se enfrentan los saharauis es que muchos jóvenes ni siquiera conocen su tierra natal. “A causa de estos más de cuarenta años de ocupación ya han nacido varias generaciones fuera del territorio que no conocen su tierra –asegura Conchi-. Unos viven bajo una durísima ocupación, otros como refugiados en los campamentos y otros en la diáspora, a veces con sus familias y otras con familias de acogida. Hay un gran problema no sólo de olvidarse de la causa sino directamente de olvidarse de su cultura, de desarraigarse”.
“Es un tema realmente preocupante –continúa-. Pero lo cierto es que tarde o temprano los jóvenes que están fuera de la causa la acaban asumiendo como suya. Poco a poco las nuevas generaciones van ocupando puestos de responsabilidad en las instituciones saharauis, toman posiciones en el activismo saharaui en territorios ocupados o trabajan por su causa desde el activismo cultural, informativo o solidario”.
En cuanto a sus proyectos, Conchi Moya asegura que: “De momento mi idea es seguir escribiendo a mi ritmo, sobre los temas que me interesan, principalmente el Sahara y la música. En la actualidad estoy centrada en la escritura de relatos cortos de narrativa rock, tengo una novela acabada y estoy empezando otra. La radio, que es otra de mis pasiones, la tengo aparcada, aunque ahora estoy muy contenta por una colaboración con el podcast literario A qué huelen los libros de Valeria Surcis, donde puedo combinar esas dos pasiones”.

Las acacias del éxodo, de Conchi Moya. La literatura como necesaria aproximación para conocer a un pueblo olvidado



Dice Bahia Mahmud Awah en la contraportada del libro que “el saharaui por naturaleza no cuenta sus éxitos, evita ser presumido”. Eso que me consta es cierto, hace que pasen desapercibidas muchas historias de saharauis por su pudor.
Nada más leer la contraportada me vino a la cabeza la historia de un amigo saharaui al que yo le recriminaba que no quisiera poner por escrito esa cantidad de historias que me contaba de la guerra, del exilio… Recordaba a Mohamed Cas Cas y como sufrió para huir de la ocupación marroquí, como fue a Paris a juntarse con otros saharauis para después ir a la guerra. Recordaba como ese buen hombre murió en un trágico accidente en Huesca después de llevar varios años en España, como decía él de forma provisional, hasta que su, nuestro Sahara, fuera libre.
El libro prometía y solo había leído la contraportada.
Ya en el segundo relato te encuentras de bruces con una de las mayores traiciones que se han producido al pueblo saharaui de manos del otrora secretario general de un partido que gobernó España durante muchos años.
Y lees en ese relato como el ínclito traidor lloraba al ver los estragos que la guerra estaba causando el pueblo saharaui en los campamentos de población refugiada en su visita en 1.976. Recordaba el vídeo donde se comprometía con la historia y decía que su partido no abandonaría nunca al pueblo saharaui.
En menos de 10 minutos de lectura de “Las acacias del éxodo” había podido comprobar como es el pueblo saharaui recordando la figura de mi amigo y como si fuera la otra cara de la moneda, la de un traidor que cambia de opinión, traiciona sus “principios” y los de su partido a saber muy bien por qué intereses.
“Las acacias del éxodo” nos acerca con relatos cortos y amenos a lo que es la historia del pueblo saharaui. Nos habla del abandono de España, de la esperanza del regreso o de la represión que sufren en silencio mediático la población saharaui en los territorios ocupados del Sahara Occidental. Nos habla de la esperanza de un pueblo y la dureza que sufre por culpa un proceso inconcluso de descolonización y de la ocupación posterior de un estado feudal y salvaje que ya dura demasiados años.
Nos habla de cómo España nunca se creyó de verdad que los saharauis eran españoles y cómo éstos y éstas descubrían gracias a esa dejación su propia identidad.
Son relatos de muy fácil lectura que por lo menos en mi caso no he podido leer seguidos. No ha habido un relato que me haya dejado indiferente. Son muchos los recuerdos de personas que conoces, algunas están en el libro, otras en mi imaginario. Gente a la que han torturado, han encarcelado durante años, han desaparecido, ha dejado su vida por una causa…
A lo largo del libro se trata el papel determinante de la mujer saharaui en todo el proceso de la breve historia de liberación del Sahara Occidental. Ese papel silencioso pero imprescindible para levantar de la nada unos campamentos de población refugiada, mantener la esperanza del regreso a su país y luchar bajo el opresor por defender su identidad como pueblo.
Se habla de muchas mujeres valientes y dignas en el libro, algunas veces desde el recuerdo, otras desde la añoranza y otras con simpatía como cuando habla de la figura femenina de “la combatiente” compañera inseparable del bueno de Hmad Hamad.
Dice Conchi que “Las acacias del éxodo” pretende “dar a conocer la causa saharaui a un público fundamentalmente que no la conozca demasiado”. Estoy de acuerdo en la afirmación, pero yo lo extendería. El libro también ayuda a dar a conocer la causa saharaui, a aquellas personas que llevan muchos años de acompañamiento al pueblo saharaui. A veces los que nos movemos en la solidaridad con el Sahara lo hacemos con ideas y discursos absolutamente previsibles por repetitivos.
Se hace necesario en muchos casos echar el freno de mano y reflexionar sobre nuestra causa y la forma de lucha para conseguir los objetivos de libertad e independencia.
En ese sentido “Las acacias del éxodo” nos trae aire fresco y sirve para cargar las pilas para seguir acompañando a este pueblo que tanto se lo merece.
Enrique Gómez
Um Draiga
P.D. Sería fantástico que este libro lo pudieran leer todas las familias que acogen a menores saharauis en el programa de Vacaciones en paz. Sería una magnífica forma de hacerles una introducción al por qué vienen esos jóvenes a pasar un verano con nuestras familias de acogida.
Datos del libro:
ISBN: 978-84-7737-959-1
120 páginas
Editorial Silex
Se puede comprar en: El Corte Ingles, FNAC

Presentación en Madrid de “Las acacias del éxodo” de Conchi Moya. Un libro necesario



El pasado sábado 25 de mayo la librería Sin Tarima acogía la presentación de “Las acacias del éxodo”, libro de cuentos sobre el Sahara Occidental de Conchi Moya. A través de una serie de historias basadas en hechos y vivencias reales convertidos por la autora en relatos literarios se hace un recorrido a través del pasado y el presente del pueblo saharaui y una pequeña incursión en el futuro, imaginando la consecución de ese “anhelo que ya no espera más”, como dice el verso del poeta saharaui Chejdan Mahmud.
La presentación del libro escrito por Conchi Moya y publicado por Silex Ediciones, corrió a cargo de Pilar Adón, reconocida poeta, narradora, traductora y editora. Adón destacó que leyendo este libro ha descubierto “una realidad terrible, muy dolorosa, que nos toca muy de cerca a pesar de que no seamos muy conscientes de ella”. Según sus palabras, “cuando te roza el Sahara” es cuando nos damos cuenta de la enorme injusticia cometida con el pueblo saharaui, aumentada por “la injusticia que supone a día de hoy el olvido” en que se ve sumido este pueblo. Pilar señaló que “Las acacias del éxodo” narra “con dulzura, con serenidad y con un peso literario importante” hechos terribles que, narrados de otra forma habrían perdido la capacidad “de penetrarnos de una manera tan directa”. Calificó el libro de “necesario desde un punto de vista político e histórico” y “por lo que significa en cuanto a aportación literaria”, y a la autora de “valiente”.
Pilar Adón subrayó que Conchi Moya ha hecho una “aproximación distinta” a cada relato. Además de las evidentes aproximaciones histórica y política, destaca las aproximaciones “muy literarias” que, según Adón, “tienen un fondo de denuncia, de penetración histórica y política”, y también de “maestría literaria”.
En palabras de la escritora madrileña, Conchi Moya ha logrado con “Las acacias del éxodo” que al lector “entre en los textos y crezca con ellos”. Este libro, resalta Adón, “lleva a lugares muy duros pero también a lugares de esperanza, a lugares de evolución y de aprendizaje”. La escritora concluyó afirmando que “Las acacias del éxodo es un libro “sobre la memoria, sobre la historia, sobre el paisaje y es un libro sobre la cultura y sobre cómo influye el paisaje geográfico en el paisaje humano”. 
Durante la presentación se habló sobre la tradición oral y la poesía saharaui y la influencia que ha podido tener en “Las acacias del éxodo”. Pilar destacó la importancia de la acacia que da título al libro, no sólo geográficamente, sino también “desde un punto de vista casi poético como generador de vida”. Conchi Moya explicó que se trata de un árbol muy importante para los saharauis, un árbol que se podría poner en su bandera a la manera del cedro en la bandera del Líbano, como reflexiona el escritor Bahia Awah. En el desierto no hay apenas árboles, pero la acacia resiste ese clima extremo, proporciona una sombra que en circunstancias tan adversas es vida, de ella se obtiene madera y su resina es usada en la medicina verde. La autora recordó que una de las formas de culturicidio que utiliza a Marruecos en el Sáhara ocupado es la tala indiscriminada de la talha (acacia).
Conchi Moya explicó que los relatos han surgido de testimonios recogidos entre los saharauis. “Te cuentan sus testimonios con total normalidad, sin dramatizar y sin ira”, algo que ha influido en la forma en que ha escrito el libro. “Esa dulzura al contar proviene de cómo me han llegado las historias, ellos me las han transmitido así”. La autora explicó que comenzó a escribir los primeros relatos hacia 2011. Al principio eran escritos desordenados pero hace un par de años empezó a pensar que podían convertirse en un libro y comenzó a trabajar en él. 
Durante la presentación se destacó que en “Las acacias del éxodo” se hace una rememoración de la tierra, a la manera que hacen los saharauis en su literatura. El territorio saharaui es protagonista de muchos de los relatos, por ejemplo la costa protagoniza el relato “Ballenas en el Sahara”, uno de los que han llamado la atención de Pilar. Con este relato se habla además de la separación de las familias y del desarraigo en el que han caído muchos jóvenes que han nacido fuera del territorio y que no lo conocen. La autora explicó que con su geografía los saharauis hacen literatura. Un poema puede componerse a base de recitar una serie de nombres de montes del territorio saharaui, y todos los accidentes geográficos y los pozos guardan historias que se transmiten oralmente. 
Pilar Adón calificó “Las acacias del éxodo” como un libro sobre el paisaje y sobre “cómo influye el paisaje geográfico en el paisaje humano”. La nostalgia de los saharauis es también la nostalgia de ese paisaje”, concluyó Pilar. La autora observó que el paisaje también ha influido en la forma de ser de los saharauis. “La dureza de la vida, la falta de agua y la inclemencia de la naturaleza les ha convertido en un pueblo paciente”. 
Como reflexión final, llegada desde el público, “Las acacias del éxodo” fue calificado como un libro escrito con tono poético, influido sin duda por la forma saharaui de contar historias, eminentemente oral. Un libro que además puede hacer desde el frente cultural una "gran contribución" a que se conozca al pueblo saharaui.




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Pilar Adón y “Las acacias del éxodo”, de Conchi Moya. Cuando te roza el Sahara



Mientras escribo la crónica de la presentación en Madrid de “Las acacias del éxodo”, no he podido resistirme a compartir la lectura que realizó Pilar Adón, escritora, poeta, traductora, editora y, sobre todo, mi gran amiga. Es curioso para una autora descubrir lo que los lectores piensan de su obra. Los comentarios de una autora de la talla de Pilar me aportan, además, una mirada nueva hacia lo que yo escribí.
Pilar Adón. Madrid, 25 de mayo de 2019. Sin Tarima.
¿Qué es lo que pretende la autora, a qué aspira a la hora de escribir este libro?, un libro que puede iluminarnos, desnudar muchas realidades que no conocemos. Leyendo este libro, a pesar de mis conversaciones con Conchi Moya y con Bahia Awah y lo que he podido leer en prensa, he descubierto una realidad absolutamente terrible, muy dolorosa, que nos toca muy de cerca a pesar de que no seamos muy conscientes de ella. En cuanto la rozamos, en cuanto se nos pega de alguna forma, nos damos cuenta de la injusticia que supuso en su momento a nivel histórico y segundo, la injusticia que supone a día de hoy el olvido. Esta es la impronta que se me ha quedado a la hora de leer los textos y sobre todo como con dulzura, con una serenidad, con un peso literario importante pero a la vez con un acercamiento muy sutil está narrando hechos francamente terribles, que la autora podía haber narrado de una manera mucho más agresiva y quizá habría perdido esa capacidad de influirnos, de penetrarnos de una manera tan directa. Nos está enfrentando a unos hechos que, insisto, fueron injustos en su día y ahora siguen siendo injustos porque la situación sigue siendo la misma y doblemente injustos porque están olvidados. Escuchamos todo tipo de tragedias pero del pueblo saharaui realmente no se habla. Esa injusticia que supone el olvido viene a ser suavizada y reivindicada por este “Las acacias del éxodo”, un libro necesario desde un punto de vista político e histórico y también me parece necesario por lo que significa en cuanto a aportación literaria.
A mí me han surgido muchas preguntas leyendo este libro. Y sobre todo me he sentido en ocasiones profundamente ignorante, me ha dado mucha rabia y me he sentido muy triste, porque algo tan cercano, que tiene tanto que ver con nuestra propia historia, que esté tan olvidado, mi propia ignorancia me ha hecho sentir muy triste. La ignorancia en general sobre este tema es excesiva.
“Las acacias del éxodo” además de estar narrado con dulzura es un texto muy valiente. Mi amiga es una persona valiente. Habla directamente y da nombres de personalidades muy conocidas en este país y los textos están inspirados en personas reales.
Con tantos datos, con tantos testimonios y con cierta ira en prácticamente todos los textos la forma de enfrentarse a la hoja en blanco debe ser difícil. Con tanto dentro y con tanto que contar la aproximación a cada relato es distinta, lo que hace que el libro sea muy rico. Porque podría haber tenido una aproximación idéntica en cada uno de ellos, una aproximación histórica o desde el posicionamiento político pero se hace unas aproximaciones muy literarias que hace que los textos, que tienen un fondo de denuncia y tienen un fondo de penetración histórica y política, tienen también esa maestría literaria. Me da la impresión de que la autora ha querido hacer una aproximación global, y de hecho hay varias voces.
La dulzura y la poesía que hay en este libro son muy importantes. Es evidente que estamos hablando de literatura y el literatura esencial lo que se cuenta pero desde mi punto de vista es casi más esencial cómo se cuenta. Y vengo insistiendo en ello porque me parece muy importante, la autora ha logrado, de manera voluntaria o involuntaria, que al lector entre en los textos y crezca con ellos. Se produce un cambio en el lector desde que comienza el libro hasta que lo acaba. Con la buena literatura siempre sucede que cuando uno lee un buen libro es otra persona cuando sale de ese libro. Creo que una de las pruebas más manifiestas de si un libro es bueno o no es que el lector ha cambiado con ese libro.  Es algo que como lectores os va a pasar con “Las acacias del éxodo”, de una manera u otra. Bien porque vais a aprender cosas que hasta el momento no sabíais, como me ha pasado a mí, lo reconozco, o bien porque los textos os llevan a otros lugares. Os saca de aquí totalmente, que es otra de las funciones esenciales de la literatura. Este libro te lleva a lugares muy duros pero también a lugares de esperanza, a lugares de evolución y de aprendizaje. Es un libro sobre la memoria, es un libro sobre el presente y es un libro que se atreve a hacer una incursión en el futuro. Es un libro sobre la historia, sobre el paisaje y es un libro sobre la cultura y sobre cómo influye el paisaje geográfico en el paisaje humano. La nostalgia de los saharauis es también la nostalgia de ese paisaje.

“Las acacias del éxodo”, un viaje para conocer al pueblo saharaui



*Fuente: Mugalari Kultura. Por Conchi Moya. 06/05/2019
Si me preguntan cómo se gestó mi libro “Las acacias del éxodo” debo referirme a dos momentos relevantes. Uno fue noviembre de 2010, cuando las fuerzas de represión marroquíes arrasaron el campamento saharaui de Gdeim Izik llevándose por delante de manera brutal las miles de jaimas que componían el llamado Campamento de la Dignidad saharaui. Lo sucedido en aquel mes desde que la población saharaui de la ciudad ocupada de El Aaiun levantó el campamento hasta su destrucción me dejó hondamente impresionada y fue probablemente el momento más decisivo y lleno de fervor que he vivido en estos casi veinte años de caminar al lado de los saharauis. El otro momento fue la visita a Madrid en 2012 de Ahmed Mohamed Fadel “Rubio”, un histórico de la causa desde el frente cultural, joven yeyé en su Villa Cisneros natal, combatiente con el Ejército saharaui durante la guerra de liberación y hombre del libro que hoy en día vive refugiado en los campamentos del sur de Argelia, en espera del ansiado regreso a la tierra que lo vio nacer. Las charlas con Rubio sucedidas durante aquellos días calaron hondo en mi memoria, porque cuando Rubio habla de su boca salen flores. Es un hombre de palabra pausada y profunda, con hondas convicciones e integridad irrevocable. Sus reflexiones siempre llevan el perfume de la poesía de su pueblo y es una fuente inagotable de memoria y recuerdos. Aquellas historias prendieron en mí y poco a poco se fueron convirtiendo en relatos y en personajes. Como el combatiente que pinta la señal de la paz en un proyectil, el revolucionario Salama o el soldado que recuerda la visita de Felipe González a los campamentos. Todos llevan su inconfundible voz.
A los saharauis les llaman “los hijos de la nube”, siempre en busca de la lluvia que traiga pasto y respiro en el inclemente desierto. También son un pueblo que derrama poesía. Pocos enclaves en el territorio saharaui pueden ser más venerados que los pozos y pocos tesoros más apreciados que la memoria. Rubio dice que quienes escribimos sobre el Sáhara Occidental construimos “pozos culturales” para saciar la sed del pueblo y cada vez que terminamos de construir uno de esos pozos lo entregamos al pueblo “para que recupere su cultura y no pierda su identidad”. Efectivamente, “Las acacias del éxodo” es un libro del pueblo saharaui y al mismo que espera acercar a la causa a muchas personas que no la conocen.
Los saharauis me convirtieron en escritora. La adolescente que fui escribía cartas a sus amigos contando las historias que les sucedían como forma de atesorarlas y guardarlas para siempre. El viaje que realicé a los campamentos de refugiados saharauis me llevó a emprender una tarea más ardua: narrar aquella increíble experiencia que metió al pueblo saharaui y su causa en mi corazón. Mi encuentro con Bahia Awah y los poetas saharauis que más tarde se unieron en torno a la Generación de la Amistad me animaron a escribir y a convertir aquel taco de folios grapados en mi primer libro autoeditado, “Los otros príncipes”. Las historias que escuchaba a mi familia y amigos saharauis se convirtieron poco después en un segundo libro, también autoeditado, “Delicias saharauis”.
Pero cuando vives el Sahara todos los días, nunca hay bastante escritura para contar todo lo que aprendes, escuchas, vives y descubres. Gdeim Izik y Rubio fueron el detonante de los primeros relatos. Pronto vinieron más, inspirados en las palabras, la vida y el ejemplo de mujeres y hombres saharauis. Como la militante Nueina Djil, protagonista de la mítica imagen de la fotorreportera Christine Spengler con un fusil al hombro y su bebé en brazos; Moina Chejatu, la joven saharaui que acompañó a Felipe González en su visita a los recién creados campamentos de refugiados saharauis; los activistas saharauis de derechos humanos Brahim Dahan y Hmad Hamad, cuyas historias de lucha y sacrificio por el Sahara son constante fuente de inspiración para mí; el escritor y diplomático Ahmed Muley Ali o el poeta nacional Bachir Ali, quien me descubrió la existencia de Graret Lantilagha, las acacias del éxodo, lugar que da nombre al libro. Sus testimonios y los de familiares y amigos fueron conformando esta colección de relatos donde pretendo huir de orientalismos para reflejar una visión realista de los saharauis. Porque creo firmemente en la literatura comprometida como una de las mejores vías para difundir ideas y causas. “Las acacias del éxodo” pasa a formar parte de la bibliografía de poemarios, novelas, libros de relatos y ensayos que acompañan al pueblo saharaui en su camino hacia la libertad.
Espero que los lectores viajéis al Sáhara a través de sus páginas, conozcáis a su gente y entendáis su realidad.
Sahara Libre.

Presentación en Murcia de “Las acacias del éxodo”, “un puñetazo a la mandíbula de la política internacional española”


“Un libro sobrecogedor que recoge el conflicto del Sáhara en una serie de relatos como puñetazos a la mandíbula de nuestra política internacional, nuestra interpretación histórica de las guerras del desierto y nuestra poca vergüenza”. José Daniel Espejo, poeta.
El poeta y librero José Daniel Espejo nos daba el pasado sábado  4 de mayo la bienvenida a Libros Traperos, un proyecto solidario de Traperos de Emmaus en la Región de Murcia, que lucha contra la exclusión social y la pobreza y contra las causas que las provocan. Una librería que ya es para mí una parada obligada en cualquier visita en la ciudad del Segura. Precisamente aterrizamos en medio de una intensa semana de actividades en Libros Traperos para presentar “Las acacias del éxodo”.
Tuve la suerte de ser presentada por Paco Paños, “letraherido” y periodista cultural murciano, además de un lector perspicaz, culto e inteligente. En  palabras de Paco Paños “Las acacias del éxodo” es un libro de relatos “no neutral y que no deja indiferente”, de apoyo al pueblo saharaui y que sirve para “limpiar la historia y quebrar la forma en que los medios tratan este conflicto”.
De la mano de Paco y a través de los relatos de “Las acacias del éxodo” hicimos un repaso por los cien años de presencia española en el territorio y su precipitada salida sin completar el proceso de descolonización, recordando que España es aún para la ONU potencia administradora del Sáhara Occidental hasta que el pueblo saharaui celebre el referéndum de autodeterminación. En palabras de Paco, “Las acacias del éxodo” es una muestra de cómo se puede escribir sobre todo esto “desde la rabia, la incomprensión, pero también desde la esperanza y, sobre todo, desde el amor”, con “gran destreza para reflejar lo pequeño, lo simbólico, lo que podría parecer insignificante”. El libro recrea, a partir de pequeñas anécdotas, historias y testimonios cargados de emoción y convertidos en literatura “con gran habilidad para llegar al corazón del lector”. Como sucede en el relato titulado “La alfombra de La Güera” donde, a partir de una anécdota real de una refugiada que se llevó a los campamentos un trozo de la alfombra de su casa destrozada por las bombas, se recrea el éxodo del pueblo saharaui originado por la invasión mauritano marroquí. O “Nueina”, relato en el que se recrea el momento en que la fotorreportera francesa Christine Spengler inmortalizó a la joven militante saharaui Nueina Djil, en la mítica foto donde aparece con su bebé y un fusil al hombro.
En la presentación de Libros Traperos hablé con Paco de otros relatos como “De Güera a Villa Cisneros”, donde se narra el punto de vista de los españoles que vivieron en el Sahara y tuvieron que salir huyendo, abandonándolo todo, y la nostalgia por el Sáhara que sigue presente entre ellos. Recordamos la traición del estado español a los saharauis, a través del relato “La visita”, que recuerda la visita de un joven Felipe González a los campamentos de refugiados saharauis en noviembre de 1976, recreada gracias a los testimonios de quienes le acompañaron.
Paco Paños también destacó los relatos “Perdiendo los papeles”, resuelto en forma de breves fragmentos que hablan sobre las surrealistas situaciones que sufren los saharauis cuando pretenden legalizar su situación en España, lo que se convierte en una auténtica “locura” y “Lo que fuiste a buscar”, que narra el regreso de un combatiente saharaui para visitar a su padre en El Aaiun ocupado tras décadas sin verse.
También tuvimos ocasión de hablar durante la presentación sobre la situación de los territorios saharauis ocupados, escenario de varios relatos de “Las acacias del éxodo”, además recordar las constantes violaciones de derechos humanos que sufre la población saharaui de las zonas ocupadas, los desparecidos y los presos políticos encerrados en cárceles marroquíes, algunos incluso condenados a cadena perpetua.
Como destacó el presentador, se trata de un “libro de reivindicación política por los derechos del pueblo saharaui pero es un libro también muy emotivo que se puede leer en modo político, en modo literatura, o para aprender una realidad en muchas ocasiones desconocidas”. Por mi parte quise destacar que “he pretendido hacer un libro que huya del orientalismo, del exotismo, del idealismo, quiero contar la realidad del pueblo saharaui como es, personas como nosotros a los que tienen un problema muy grande que ellos no han buscado sino que se les ha impuesto”.
Finalizamos con una breve ronda de preguntas del público tras hablar sobre el peligro de la asimilación de la cultura saharaui por parte del invasor marroquí, que ha cambiado la estrategia de prohibición del idioma y la cultura saharaui por una peligrosa labor de culturicidio sistemático, de un genocidio cultural con el que se pretende eliminar el patrimonio material e inmaterial saharaui.
Quiero agradecer a Paco Paños y a José Daniel Espejo toda la ayuda recibida y el enorme amor con el que hacen las cosas. Eso se recibe y se disfruta.

ENTREVISTA Conchi Moya, escritora: Todos los saharauis son héroes



Conchi Moya es autora del libro "Las acacias del éxodo", una obra que versa sobre el Sáhara Occidental. La presentación será el sábado 4 de mayo en 'Libros Traperos' (Murcia)
"Del PSOE sólo se ha recibido traición. Lo que se puede esperar de este partido en relación al pueblo saharaui es nada positivo, como han seguido demostrando a lo largo de estos años"
"Que la mujer es un pilar de la sociedad saharaui desde siempre es algo evidente. De alguna manera la sociedad saharaui es matriarcal, son mujeres libres y que ocupan un lugar muy importante en su familia y en la sociedad"
*Fuente: el diario.es Por Paco Paños. 03/05/2019
Nacida en Madrid en 1971 se licenció en Ciencias de la Información en la Universidad Complutense. Antes de "Las acacias del éxodo", ha escrito otros dos libros, con el Sáhara Occidental como tema de fondo, "Delicias saharauis" y "Los otros príncipes". Junto con Bahia Mahmud Awah ha escrito el ensayo "El porvenir del español en el Sahara Occidental". Antóloga de varios libros de poesía saharaui "Um Draiga", "Aaiún, gritando lo que se siente", "La primavera saharaui" y "Poetas saharauis (Generación de la Amistad)". En diciembre de 2015 se publicó su primera novela, "Sin pedir permiso'".
Correaliza el espacio informativo Poemario por un Sahara Libre, dedicado a las actualidades informativas y culturales de la causa saharaui.
"Las acacias del éxodo", es un libro de relatos que tienen como protagonista el Sahara Occidental, el Pueblo Saharaui. No es tu primer libro con este tema y parte de tu actividad, la dedicas a hacer visible la Causa Saharaui. ¿Cuál es tu vinculación con El Sahara, con su gente?
Conocí al pueblo saharaui en abril de 2000, cuando viajé a los campamentos de refugiados saharauis con compañeros de una radio libre en la que colaboraba. El impacto por lo vivido allí fue tan fuerte que me comprometí a ayudar a este pueblo con lo que sabía hacer, contar, escribir, informar. Con el tiempo conocí al que hoy es mi compañero, el escritor e investigador saharaui Bahia Awah, y los dos decidimos hacer juntos este camino. Es mi causa, es mi pueblo, tengo una enorme familia dispersa por los campamentos, varios países en la diáspora y en territorio ocupado. Muchos de mis mejores y más queridos amigos son saharauis. Desde mi primer viaje no ha habido un solo día en que haya dejado de pensar en el Sahara, y son ya diecinueve años. Literariamente esto se ha traducido en que tuve el honor de participar en el congreso fundacional del grupo de escritores saharauis en el exilio Generación de la Amistad Saharaui. También he sido antóloga de varias de sus publicaciones. "Las acacias del éxodo" es mi tercer libro de narrativa centrado en el Sahara Occidental.
En uno de los relatos cuentas la visita de un "joven político español", la esperanza que despertó entre los activistas saharauis y, finalmente su traición. Ese político era Felipe González. Ahora que otro joven político socialista está en la Moncloa y seguirá siendo presidente después de las elecciones del 28A ¿Qué expectativa despierta esto entre la población? ¿Tienen los saharauis esperanza de que Sánchez mire hacia los campos de refugiados, que retome la responsabilidad que España tiene como potencia colonizadora y cumpla con el mandato de la ONU hasta que el Sahara consiga su independencia y recupere su territorio?
La historia de la visita de Felipe González en 1976 a los campamentos de refugiados para apoyar al pueblo saharaui "hasta la victoria final" y su posterior traición, que perseguirá a Felipe para siempre, me impresiona mucho. Los saharauis no lo olvidan y se encargaron de recuperar y difundir aquellas imágenes y el audio de su discurso. La cantante saharaui Mariem Hassan incluso le dedicó una cantata llamada "Shouka" (La espina), que es escalofriante. Pude hablar con alguna de las personas que le acompañaron y quise reproducir cómo fue aquella visita.
El programa socialista para estas elecciones de 2019 incluía una frase referida al pueblo saharaui, que el partido trabajará "para alcanzar una solución del conflicto que sea justa, definitiva, mutuamente aceptable y respetuosa con el principio de autodeterminación del pueblo saharaui". Es cierto que Pedro Sánchez se ha desmarcado de alguna manera de la "vieja guardia" socialista pero habrá que ver hasta dónde se atreve a llegar. La cercanía del PSOE a las tesis marroquíes en relación con el Sahara Occidental es histórica y es difícil que eso cambie. Hay que recordar que en la pasada legislatura llegó al Congreso Mohamed Chaib, diputado por el PSC y considerado como "el hombre de Mohamed VI en España".
Sólo hay que ver que Zapatero es uno de los valedores de la ocupación marroquí del Sahara. Como muestra, el expresidente ha llegado a participar en diferentes actos en los territorios ocupados del Sahara, organizados por las autoridades marroquíes, como el Foro Crans Montana en la ciudad saharaui ocupada de Dajla, con Mohamed VI abriendo el acto y recibiendo a los participantes con la frase "Bienvenidos al Sahara marroquí". Esto lo recogió la Agencia EFE en marzo de 2015, se puede consultar en la hemeroteca. Y durante el gobierno de Zapatero el PSOE tuvo una vergonzosa actuación durante dos hechos determinantes como fueron la huelga de hambre de la activista saharaui Aminetu Haidar en el aeropuerto de Lanzarote y el violento desmantelamiento del campamento saharaui de Gdeim Izik, donde el gobierno del PSOE dio por válida la versión marroquí y llegó a recibir en el Ministerio de Interior al general marroquí Hosni Benslimane, sobre el que pesa una euroorden de busca y captura por el asesinato del opositor Ben Barka. La respuesta del Ministerio del Interior de Pérez Rubalcaba fue que su nombre "no estaba en las bases de datos del Ministerio".
Del PSOE sólo se ha recibido traición. Lo que se puede esperar de este partido en relación al pueblo saharaui es nada positivo, como han seguido demostrando a lo largo de estos años.
En un libro como "Las acacias del éxodo" debe ser fácil caer en la tentación de limitarlo a glosar la figura de los héroes y de los dirigentes del pueblo saharaui. Tú hablas con admiración de algunos de esos personajes, pero centras tus relatos en las gentes que sufren el éxodo, en los niños, en las familias, en las cosas sencillas y básicas que han perdido. Y sobre todo hablas de la mujer saharaui, de su papel en la organización de la vida civil en los campamentos, en cómo son ellas las encargadas de la sanidad, de la educación, de la organización, en suma, de la vida cotidiana. ¿Qué papel tiene la mujer en la causa saharaui?
En realidad todos los saharauis son héroes y heroínas. Y todo el pueblo es el Frente Polisario, que es un movimiento de liberación nacional que existirá hasta que los saharauis recuperen su tierra. En el caso saharaui hay dirigentes que dieron su vida por la causa, literalmente, como Luali Mustafa, uno de los fundadores del Frente Polisario y líder de la revolución saharaui, que murió en el campo de batalla cuando no se había cumplido un año de la guerra con Marruecos. Muchos otros han sido un ejemplo por su esfuerzo y sacrificio a lo largo de estas décadas. Al igual que el pueblo, que ha sufrido y todavía sufre tanto. Y con "Las acacias del éxodo" pretendo de alguna manera que nos pongamos en la piel de esas personas que de la noche a la mañana se vieron expulsados de su tierra, a quienes se les arrebató todo y se vieron sometidos a la mayor de las injusticias, ante la indiferencia de la comunidad internacional. Me gustaría que entendiéramos que esto nos puede pasar a cualquiera, a pesar de que nos creamos a salvo por vivir en la burbuja de nuestro supuesto "primer mundo".
Que la mujer es un pilar de la sociedad saharaui desde siempre es algo evidente. De alguna manera la sociedad saharaui es matriarcal, son mujeres libres y que ocupan un lugar muy importante en su familia y en la sociedad. Ellas levantaron los campamentos, y por tanto el estado saharaui en el exilio, cuando los hombres estaban en el frente de batalla. Fueron madres, médicos, constructoras, maestras, cuidadoras, diplomáticas en el exterior. Y en los territorios ocupados las mujeres aún hoy encabezan muchas manifestaciones de protesta, y hay numerosos nombres femeninos entre los más destacados activistas de derechos humanos. La mujer saharaui tiene su puesto en la vida política a nivel nacional e internacional. Hay ministras, gobernadoras, parlamentarias o diplomáticas, como ejemplo la Representante Saharaui en España es una mujer.
Pero todo esto no quita para que las mujeres saharauis también sufran el patriarcado, tengan la preocupación de la pérdida de poder desde que los hombres regresaron a los campamentos tras el alto el fuego y pidan una mayor participación en la vida pública. Ahora hay una interesante generación de mujeres saharauis muy jóvenes que luchan por sus derechos y por su espacio, sin abandonar su causa, y eso es tremendamente interesante en mi opinión.
Todo tu libro es un hermoso canto de esperanza, lleno de amor por las gentes de las que escribes. Es también un grito de rabia, de rebeldía ante la situación que, desde hace 50 años, vive el pueblo saharaui. Pero es además un llamamiento contra el olvido, contra la posible pérdida de identidad de parte de las generaciones que han nacido ya en el éxodo. ¿Hay peligro de agotamiento, de desánimo en los más jóvenes?
Ese peligro existe, es evidente. Yo tengo sobrinos que han nacido en los campamentos de refugiados y que a su vez tienen hijos que han nacido en los campamentos también. Dos generaciones que no han podido pisar jamás su tierra o que sólo conocen la ocupación. Eso es un drama terrible. Y hay un tercer desarraigo, el que se vive en la diáspora. Hay un peligro de pérdida de identidad, de olvidar por qué se está luchando y de desesperación. ¿Cómo decirle a un joven saharaui que siga teniendo fe en la ONU o en la comunidad internacional?
Pero al mismo tiempo la identidad saharaui es tan fuerte que hay mucha esperanza depositada en los jóvenes. Hay una generación muy bien preparada, que conoce la causa y que se va incorporando a puestos de responsabilidad o colabora desde activismo informativo intelectual, cultural y artístico. En los territorios ocupados los defensores de derechos humanos son cada vez más jóvenes, están tomando el testigo de los activistas veteranos. Marruecos no ha logrado borrar la identidad saharaui de estas nuevas generaciones, ni siquiera de los universitarios, obligados a estudiar en universidades marroquíes. Hay un movimiento estudiantil saharaui muy importante en territorios ocupados, que sufren acoso, detenciones y cárcel. Pero siguen adelante.
El gran problema puede ser que el desánimo les lleve a tomar posturas a favor de un conflicto armado. Algunos jóvenes piden que se acabe con esta situación de "impasse" y se comience la guerra. Están hartos de esperar y es comprensible.
Tú eres escritora, pero también eres periodista. ¿Por qué has elegido el relato, la literatura para hablarnos de los saharauis y no la crónica o el reportaje periodístico?
Son dos formas de escribir que están presentes casi por igual en mi creación. Mi literatura es muy narrativa y en ella me gusta contar. Y a la vez mis artículos periodísticos siempre tienen un punto literario. En cualquier caso, Bahia Awah y yo llevamos haciendo activismo informativo desde el año 2001, cuando empezamos con Poemario por un Sahara Libre, nuestro programa de radio que más tarde se convirtió en blog y con el que aún seguimos. La literatura vino después y fue en parte una consecuencia de la cantidad de testimonios y de historias que escuchábamos cada día. Yo siempre he escrito, desde pequeña, y si me atreví a ir más allá fue por mi convencimiento de que la literatura y el arte son un arma tremendamente poderosa para la difusión de ideas, y por supuesto de causas. Y por tanto debían serlo para una causa tan justa como es la saharaui.
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Tlaxcala ha traducido al francés la entrevista sobre "Las acacias del éxodo" en el diario.es Por Paco Paños. Fecha de publicación en Tlaxcala: 05/05/2019
La agencia de prensa saharaui SPS también se ha hecho eco de la entrevista

La poesía que surge de “El silencio de las nubes” de Zahra Hasnaui


Texto publicado en Literafricas, 15 octubre, 2018
Zahra Hasnaui es heredera de la rica tradición oral de los hombres y mujeres saharauis, que se pierde en la noche de los tiempos. Es integrante de la Generación de la Amistad, el grupo de escritores saharauis que crean en español, segunda lengua de los saharauis. Es el idioma elegido por ellos como herramienta de creación, porque como dicen “piensan, hablan, sienten, sueñan y escriben sus poemas” también en el idioma de la metrópoli, el único legado que dejó España tras cien años de colonización, vehículo de relación con los pueblos de España y Latinoamérica con quienes tienen un pasado común.
A Zahra, filóloga y profesora, las circunstancias, en forma de invasión marroquí del Sahara Occidental, la convirtieron en locutora de radio, activista y escritora. Los saharauis respiran poesía desde que nacen pero de alguna manera la lucha contra la ocupación ha llevado a estos escritores a dar a conocer su causa a través de la cultura. Porque, como dice el poeta saharaui Ebnu, los saharauis no pueden escribir sobre flores, amor o belleza mientras su pueblo resista en unos campos de refugiados, en territorio ocupado, o disperso por todo el mundo.
A Zahra por supuesto hay que leerla. Pero no conoceremos toda su dimensión hasta que la escuchemos recitar sus poemas. Su tono, su forma de hablar, sus silencios (cómo maneja los silencios), su mirada o su forma de colocarse la melhfa (el etéreo manto de color que visten las mujeres saharauis), todo ello es poesía. Zahra, la flor, es poesía en movimiento. He tenido la suerte de acompañarla y disfrutarla en diferentes actividades y recitales, donde ha abanderado desde el frente cultural la justa lucha de su gente.
Desde la constitución de Generación de la Amistad Saharaui en 2005, Zahra ha participado en una veintena de antologías de poesía y narrativa saharaui en español, editadas en España, Francia, Inglaterra, Argentina, Uruguay o Venezuela, entre otros países. Zahra une a su condición de escritora la de ser mujer, inmigrante y refugiada. En un panorama literario como el español se hace especialmente complicado publicar. Pero al fin este año 2018 el primer poemario de Zahra Hasnaui en solitario ha visto la luz. El silencio de las nubes ha pasado a formar parte del catálogo de la editorial sevillana Extravertida Editorial.
Sobre su primer poemario Zahra afirma que no ha sentido “ningún pudor en reflejar en el libro el sentir saharaui”. El título tiene relación con el nombre que reciben los saharauis “Hijos de la nube”, los nómadas que siempre iban tras la lluvia, fuente de pastos y vida. “Cuando yo era pequeña, en el Sahara, mi abuela me obligaba a salir a la badia, al desierto, pero yo no sabía apreciarlo, me parecía muy aburrido. Ahora añoro el desierto con desesperación”, recuerda Zahra. Por culpa de la ocupación los saharauis no pueden circular libremente por el desierto. “Aquella vida ha desaparecido y las nubes se han quedado en silencio”.
Algunos de los poemas de El silencio de las nubes son “Lento pero viene”, dedicado a la esperanza del día de regreso a la tierra; “Saharauia”, sobre las mujeres saharauis que de la nada levantaron los campamentos de refugiados saharauis; o “Voces”, que habla de los saharauis que resisten desde hace más de cuarenta años en los territorios ocupados.
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La cuestión saharaui y su recepción en las autoras españolas



Pocos lugares resultan tan atrayentes y mágicos para la creación literaria como el desierto. Y qué decir del territorio del Sahara Occidental, del que España fue potencia colonizadora durante cien años. Porque en el Sahara no sólo hay desierto de arena, hay bellísimas costas atlánticas, faros, viajeros, mitos y leyendas, sorprendentes montañas y cuevas mágicas, eruditos y sabios. A todos estos ingredientes se le une el terrible drama que aún viven los saharauis tras el abandono español y la ocupación marroquí de su territorio. El asunto del Sahara es un tema pendiente de la Transición y hasta que España no asuma sus responsabilidades, la democracia española no podrá estar plenamente consolidada. De ahí el gran interés que despierta este tema, tanto para lectores como para investigadores y escritores.
Sin embargo, a pesar de tantos atractivos para la creación, en esta breve revisión de la influencia de la cuestión saharaui en la literatura femenina española veremos que tras un siglo de historia común, y 42 años transcurridos desde el abandono del territorio, no hay aún muchas autoras que se inspiren para sus creaciones en la que fuera nuestra provincia 53.
Particularmente me interesa tanto la causa saharaui y me fascina de tal forma su cultura, que no puedo evitar escribir sobre el Sahara, aunque pienso que atreverse/atreverme a escribir sobre una temática tan rica y a la vez tan compleja como es la saharaui, es cuestión de valientes, cuando no de temerarias.
A la hora de escribir con el Sahara Occidental como escenario debemos plantearnos una serie de cuestiones. Es fácil ceder a la tentación de imitar o mitificar determinados aspectos de otras culturas desde una mirada puramente occidental, con el riesgo de terminar cayendo en tópicos y estereotipos, creando un imaginario falso. Aunque la saharaui no deja de ser una cultura relativamente cercana por la historia común, fascinante y exótica, la mirada de la escritora debe huir del “orientalismo” y rechazar el etnocentrismo y el neocolonialismo. Bajo mi punto de vista debemos acercarnos como incipientes y observadoras antropólogas.
Hay que huir de las miradas paternalistas, del exotismo “rancio”, de mirar exclusivamente con nuestros ojos realidades que nos son ajenas. Otro error grave es la falta de una correcta documentación, con lo que se acaba incurriendo en errores de localización, de términos o de hechos históricos. En España la causa saharaui es bastante más conocida de lo que pueda parecer en un principio y contaremos con muchos posibles lectores que no dudarán en afearnos el trabajo mal hecho. De este error adolecía la infausta novela de una escritora Reyes Monforte, que tuvo un desafortunado acercamiento literario a la temática saharaui, con una novela “Besos de arena”, llena de errores geográficos, temporales y culturales.
Otro dilema que se nos puede presentar a quienes nos decidimos a escribir sobre el Sahara Occidental es el de hacerlo desde la militancia. “El escritor militante tiene el compromiso de participar directamente a favor del otro, porque de eso se trata el compromiso: de un trabajo por el otro, que conforma el nosotros, ese otro necesitado o excluido”. Hago mías estas palabras del escritor argentino Carlos Aletto. Como escritora que se ha inspirado en los saharauis, pretendo poner mis historias al servicio de un pueblo olvidado, necesitado y excluido, víctima de la voracidad de los poderosos y que lucha, desde la justicia y la legalidad, por recuperar lo que es suyo, su libertad y su territorio usurpado. Comprender, intentar entender, acompañar, empatizar y por encima de todo respetar, incluso aquello que no entendemos o que no nos acaba de gustar. Porque sin duda lo que une al pueblo saharaui con nosotros es mucho más que lo que nos separa.
Un poco de historia
Durante el periodo colonial, mientras España estaba aún en el territorio del Sahara Occidental, no hubo apenas escritores interesados en reflejar aquella época. La estancia española en sus colonias africanas fue relativamente breve, un siglo, lo que no permitió que hubiera varias generaciones de colonos nacidos y criados en aquellos territorios (como ocurrió en el caso de la Argelia francesa o la India inglesa). En la época de la presencia española se editaron varios libros, fundamentalmente escritos por militares, centrados en temas como la geografía, los pozos, fauna y flora, historia o antropología.
Hay que tener en cuenta que hasta los años 60 la gran mayoría de población “europea” del territorio estaba compuesta por militares y que el Sahara Español, en palabras del periodista Pablo Dalmases, siempre se gobernó “como un cuartel”. Los militares, además de ser quienes vivían en la colonia, la conocían en profundidad gracias a sus patrullas con las Tropas Nómadas, compuestas en su mayoría por soldados saharauis. Muchos de aquellos militares españoles convivieron también con los beduinos y pudieron conocer las costumbres y formas de vida saharaui de forma directa. Eso influyó en que algunos de ellos escribieran sobre el Sahara Occidental.
Mi intención es centrarme en la producción femenina, en aquellas escritoras y poetas españolas que han tenido el Sahara Occidental como fuente de inspiración para sus creaciones.
Autoras que pasaron su infancia en el desierto
Es el caso de la escritora canaria Maribel Lacave, una de las primeras autoras que se inspiró en el Sahara Occidental, y que conoció en profundidad al pueblo saharaui desde la época de la metrópoli. Maribel, que pasó su niñez y juventud en el que fuera Sahara Español, publicó en 1988 el poemario “Donde sólo media luna”, dedicado en su totalidad al pueblo saharaui, en el que predomina una poesía combativa y militante a favor de la causa saharaui, una vez consumado el abandono de la metrópoli.
Jugaremos al aire
por las playas de Dajla
y en un instante
volarás al mañana.
-¿Qué es el mar?
El mar, pequeño mío,
es toda la patria liberada.
(Maribel Lacave)
Maribel Lacave publicó en 2008 el libro “Los mundos de Gali” sobre el programa de Vacaciones en paz (gracias al cual niños saharauis salen de los campamentos de refugiados en verano para librarse de las terribles temperaturas del desierto, hacer revisiones médicas y conocer la vida en circunstancias “normales” para cuando puedan regresar a su tierra en libertad, *Esperanza ahondará posteriormente en esta cuestión). También participó en el poemario “Isla Truk” (2011), definido como “Un viaje a la utopía que todos construimos en la niñez y que no debemos perder nunca”, y dedicado a la misteriosa isla Herne de la península de Dajla, antiguo Villa Cisneros. La pequeña isla (a la que yo he definido como “una delicada joya que adorna la península de Dajla”) forma parte de los inolvidables recuerdos de muchos niños saharauis y españoles que vivieron emocionantes aventuras en ella.
(…) El siroco cómplice se calla
brindándome el silencio preciso
para oírte
Isla, Truck, Herne,
amor secreto.
Dime
¿Me moriré sin verte de nuevo?
¿Sin olerte?
¿Sin que el viento me llene la cara con tu arena?
(Maribel Lacave)
Este poemario está realizado junto a la escritora, realizadora y editora canaria Mª Jesús Alvarado, quien también pasó su infancia en la ciudad saharaui de Villa Cisneros durante la época de la metrópoli. “No lloro de nostalgia, si no de desarraigo”, afirma la autora en referencia a este libro.
Cielo, arena y mar,
Perfume de salitre,
Incienso y flores.
Todas las voces del mundo.
(Mª Jesús Alvarado)
Alvarado es también autora del libro “Suerte Mulana” (2002), una deliciosa recopilación de recuerdos de su infancia saharaui, que dedica “Al infinito cielo del Sahara, que me protegió mientras crecí”.
“El niño y su madre salen a pasear cada noche. A ella le gusta alejarse de la daira y tumbarse en la arena a contemplar el cielo estrellado.
Las estrellas fugaces comienzan pronto su juego.
Para él son niños que se deslizan por los toboganes de un parque, de esos parques de ciudad que nunca he conocido.
Para ella, tan sola, cada estrella que cae es un día menos para la vuelta a casa”.
Mª Jesús Alvarado
La mirada de Mª Jesús Alvarado vuelve a dirigirse hacia el Sahara en “El principito ha vuelto” (2015), un libro que mezcla texto, dibujos y fotografías (que corren a cargo de Teresa Correa), conformando una historia entre vivida e imaginada, protagonizada por un personaje tal vez real, con quien se topó la autora en un viaje al Sahara. Un libro con reminiscencias del inmortal personaje de Saint-Exupéry.
“El desierto tiene múltiples caras, cuando menos te lo esperas surge un grupo de acacias salpicando de verde el fondo claro de arena, o cambia en un abrir y cerrar de ojos transformándose de llanura pedregosa en ondulado mar de dunas. La nada se multiplica haciendo que todo sea posible. La inmensidad te hace sentir tan pequeño como inmenso: todo lo que eres, mucho o poco, queda al descubierto, y una fuerza sobrenatural te obliga a ser puro, limpio y transparente, como el cielo que todo lo cubre y que allí parece tan fácil tocar”.
Mª Jesús Alvarado
La autora canaria es además editora e impulsora de diferentes publicaciones del grupo de escritores saharauis Generación de la Amistad, a través de su editorial Puentepalo. Es el caso de la antología “Bubisher” (2003) o del libro “Versos de la madera” (2004), del escritor saharaui Limam Boicha.
El Sahara Occidental y la literatura infantil
El Sahara Occidental ha llamado la atención a autoras de literatura infantil como Elena O' Callaghan, quien publicó en 2005 el álbum “El color de la arena” en Edelvives, con maravillosas ilustraciones de Mª Jesús Santos. Cuenta la historia de un niño saharaui, Abdulá, al que le gusta que le cuenten historias, leer y hacer dibujos en la arena. Desde su mirada inocente, este niño narra las experiencias de tantos niños que se ven forzados a vivir en campos de refugiados, ante la indiferencia del mundo.
Libros ilustrados
La combinación entre literatura e ilustración ha dado más bellos frutos. Como “Cartas de Salka” (2010), donde la ilustradora Carmen García recoge pensamientos de una joven saharaui que vive en los campamentos de refugiados, acompañados de coloridas ilustraciones de su autoría. Todo el libro es una verdadera delicia para la vista.
Cada día sale el sol y el sueño no se ha cumplido, esperamos a que anochezca por si se cumple con la luna, pero sale la luna y el sueño sigue sin cumplirse, y así van pasando días y años, la espera se alarga y la gente desespera y se impacienta. Ya estamos cansados de tanta espera y sufrimiento.
(Carmen García)
La conocida poeta Ana Rossetti, madrina del grupo de escritores saharauis en español Generación de la Amistad, es autora del libro “El mapa de la espera” (2010), con ilustraciones de Elena González. Se trata de un libro lleno de poesía y esperanza que, sin ser para niños, es para todos los públicos. El Sahara, el exilio de la tierra y el mapa de la espera, son los temas centrales del libro. Al no haber estado nunca ni en los campamentos ni en los territorios ocupados, la autora se creó la estructura mental de cómo los saharauis imaginarían cómo es su tierra. Con “El mapa de la espera” Ana Rossetti quiso reconstruir el exilio saharaui, y también el de millones de personas que viven hoy en día exiliadas en todo el mundo. De gran poder evocador la autora utiliza la prosa poética.
Trazar nuevas cartas de navegación fuera de la vigilancia de los faros y de los guardacostas… En los mapas no se ve lo que hay debajo de la tierra… y tampoco se ve el cielo.
Dentro del mar hay ejércitos de peces como hojas planas de cuchillos, venas de coral, fortificaciones de rocas.
La mar en los mapas son orlas que van desde el celeste al oscuro. Pero el que yo me imagino es como un cielo fruncido lleno de charcas de plata.
(Ana Rossetti)
La mirada de los artistas
Eventos como ARTifariti (Encuentros Internacionales de Arte y Derechos Humanos del Sahara Occidental) o el festival de cine FISahara difunden la causa saharaui desde un punto de vista cultural y artístico. Numerosas figuras del arte y la cultura de todo el mundo se han acercado a los campamentos para conocer la realidad de los refugiados saharauis. Es el caso de la escritora Lucía Etxebarria, que conoció los campamentos en un viaje de la Plataforma de Mujeres Artistas Contra la Violencia de Género. De aquel viaje nació el relato “Sin tierra”, aparecido dentro de su libro “Una historia de amor como otra cualquiera” (2003). El relato se centra en la condición de la mujer en el Sahara, a través de las reflexiones de una joven refugiada saharaui que regresa a los campamentos tras estudiar en Cuba.
Para entender mi historia tienes que entender la historia de mi pueblo, porque todo lo que yo he hecho y todo lo que soy no se entiende sin saber de dónde yo vengo.(…) salí de allí en el vientre de mi madre, y nací en esta tierra que no es mi tierra, porque ésta no es la tierra de mis padres, porque en esta tierra no están enterrados mis antepasados. Esta no es tierra de nadie.
(Lucía Etxebarria)
La poeta Laura Casielles también ha dirigido su mirada a los saharauis. Además de las crónicas literarias que realizó sobre el campamento saharaui de Gdeim izik en la época en que trabajó como corresponsal en Marruecos, Laura participó en una antología de poetas asturianos y saharauis, “Bajo el mismo cielo SON” (2015). La escritora nunca ha estado en los campamentos de refugiados pero tiene contacto con algunos poetas de la Generación de la Amistad Saharaui y un compromiso político con la causa.
Lleva tus ojos al mar para recordar que lo permanente se alimenta   [de lo que cambia.
Lleva tus ojos al desierto para comprobar que la suma de lo pequeño [hace lo vasto.
Mira la nada alguna vez.
Mira lo hermoso siempre que puedas.
Mira también a veces lo que no hay.
(Laura Casielles)
Literatura solidaria
Desde la solidaridad y el compromiso con la causa numerosas autoras han publicado libros relacionados con los campamentos de refugiados saharauis, las experiencias de acogida de niños, la presencia española en la excolonia y su salida del territorio. Muchos de estos libros nacen a partir de un primer viaje a los campamentos.
Es el caso de Mayte Martin. En su libro “Sahara, un territorio, un pueblo” (2010), las fotos y las ilustraciones ocupan un lugar importante. El libro alterna dos miradas, por un lado la de las experiencias vividas en los campamentos de refugiados saharauis y por otro mira la historia de este pueblo desde sus orígenes, pasando por la colonización española, el abandono de la metrópoli y el éxodo de la población hasta su situación actual en el refugio. El marcado acento solidario del libro lo relaciona además con la carrera Sahara Maratón que se celebra desde el año 2000 en los campamentos de refugiados saharauis. La recaudación íntegra del libro fue destinada a las escuelas de ciegos de los campamentos.
“Otro día más”, libro de Mercedes Romero, con ilustraciones de Jesús Romero Núñez fue editado en 2017. Retrata con una prosa sencilla y limpia, alejada de artificios un día cualquiera de la vida de una saharaui refugiada. El libro acerca a la realidad de los campamentos, con pequeños y reconocibles detalles de la cotidianeidad de las familias saharauis, en especial ancianos, mujeres y niños, en el duro exilio que padecen desde hace más de cuarenta años. Los autores conocen en profundidad al pueblo saharaui como familia acogedora y miembros activos del movimiento solidario.
Hace ya un rato que Noara calienta carbón en la cocina. Desde allí oye a la abuela entrelazando sus rezos con los giros a las cuentas de su rosario. Los niños duermen aún a su lado.
De pie en la cocina mira con ojos dormilones y ensimismados el carbón incandescente. De repente, un suspiro involuntario la saca de ese estado. Comienza otro día. Otro día más.
(Mercedes Romero)
De la experiencia de la acogida y de la militancia prosaharaui nace también “Tres miradas” de Esperanza Jaén, un libro sobre el Sáhara. El libro de Esperanza habla con amor y desde el corazón sobre el Sahara de los campamentos y el Sahara que se vive desde España, el de los saharauis que viven en la diáspora y el Sahara que los niños de Vacaciones en Paz traen a los hogares de acogida. Alterna las miradas de las dos madres de estos niños, la saharaui y la de acogida, de una relación que se alarga en el tiempo, más allá de las diferencias.
O “Cartas contra el olvido” (2017) de Alicia Guisado Morillas. Conocedora de los campamentos de refugiados desde hace varios años, la autora presenta este libro en forma de cartas a su hija, en las que le cuenta lo que conoció y vivió entre los saharauis.
Del movimiento solidario prosaharaui también han salido otras interesantes experiencias literarias. Es el caso de la escritora Antònia Pons, madre de acogida y militante de la causa saharaui, que ha publicado dos magníficos libros de relatos, “Exilios” (2012) y “Si tú supieras” (2011). Como afirma la escritora, con sus libros “pretende devolver la voz robada a los saharauis, a la generación perdida y a la que intenta florecer una tierra que no da tregua. El significado de exilio no se comprende mejor que leyendo el rostro de un excombatiente o de una de las cientos de ancianas que pasan sus últimos días echadas en una jaima, bajo una manta de colores y la cabeza perdida en sus recuerdos”.
Antònia Pons ha dado el paso hacia la novela con la publicación de “Memoria rota”, editado por Arma Poética en 2017. Narradora más que competente, observadora finísima, la autora es capaz de dibujar unos personajes llenos de vida y matices. “Memoria rota” comienza en los meses previos a la apresurada salida de España del Sahara Españo y deja varios rotundos mensajes: la importancia de la amistad más allá de las diferencias, la memoria como algo que nos persigue o que nos acompaña a lo largo de toda nuestra vida, la importancia de luchar por las causas justas, aunque se consideren perdidas o imposibles. Por eso esta historia tiene gran interés, no sólo por su acercamiento a los saharauis, sino como un retrato de una época cercana y trepidante, la del fin de la dictadura y el paso a una democracia, considerada ejemplar durante tantos años y cuya buena imagen hace tiempo que empezó a resquebrajarse.
Por las noches las despedidas deben ser más soportables porque en la oscuridad no puedes ver sus ojos. De día es demoledora. Esas miradas resignadas, esas miradas… nosotros nos vamos, como siempre, y ellos se quedan solos en este páramo, olvidados del mundo, dignos y orgullosos esperando el día. Partir es morir un poco. La vida es un conjunto de holas y adioses y no se puede hacer nada.
(Antònia Pons)
Para finalizar, os acerco mi experiencia como escritora, que además tiene la suerte de estar cerca del grupo de escritores saharauis de Generación de la Amistad. Publiqué en 2008 “Los otros príncipes”, donde contaba en forma de libro de viajes mi primera experiencia en los campamentos de refugiados saharauis. Con “Delicias Saharauis” (2009) intento introducirme en el mundo de los saharauis, sus tradiciones, historias, leyendas, eruditos y sabios, además de “literaturizar” testimonios e historias personales que he ido escuchando a lo largo de estos casi veinte años que conozco al pueblo saharaui. Las historias que recojo en el libro están engarzadas por el personaje de una joven saharaui de la diáspora, “a quien la nostalgia y la necesidad de conocer de dónde viene convierten en una buscadora de historias”. Para mí “Delicias saharauis” es como la caja de los nómadas, el lemyar que nunca falta cuando viajan en busca de pastos para el ganado. Ese lemyar es el libro “Delicias saharauis”, lleno de historias, anécdotas, fábulas, poemas, y todo tipo de pinceladas sobre geografía saharaui, el desierto, las ciudades, las tradiciones, personajes, eruditos y sabios.
Existe una piedra en el Sahara que suena, cuando la agitas, como un sonajero prehistórico. Se llama hayrit guiyim y cuenta la leyenda que quien la encuentre será afortunado para siempre. Los nómadas la buscan en la badia y pocos de los que la encuentran lo reconocen, quieren alejar el fantasma de la envidia de sus jaimas. En hasania se dice abrac men hayrit guiyim, tienes tanta suerte como la que da hayrit guiyim.
Y dime, ¿sabes lo que esconde en su interior?
(Conchi Moya)
*Ponencia Conchi Moya. “Ciclo dedicado a la literatura femenina y el Sahara Occidental”. 27 de abril de 2018 en la Facultad de Filología de la Universidad de Sevilla.