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Dos símbolos de Gdeim Izik


(25/01/2018) El anciano Deida Uld Yazid cuya edad se pierde en la larga noche de la memoria beduina. Nayem Elgarhi, 14 años. Varias generaciones les separaban. ¿Qué supone el año de nacimiento cuando se trata de defender la dignidad y el derecho de un pueblo a existir? Deida y Nayem. Los dos, saharauis de El Aaiún ocupado. Los dos, tan diferentes pero tan iguales, decidieron abandonar la espera y pasar a la acción directa. Formaron parte de aquella marea en la que miles de saharauis denunciaron al unísono su situación frente a la comunidad internacional.
Deida y Nayem dejaron su no existencia cotidiana en la ciudad ocupada, superaron la rabia y el hastío para renovar las ansias de lucha contra la opresión marroquí. Deida, anciano y Nayem, casi un niño… Varias generaciones les separaban pero eso no significa nada. En sus ojos se adivinaba la misma llama, la ilusión de unir al fin a todos los saharauis en su tierra independiente y libre. Los cansados ojos de Deida seguían esperando con curiosidad y optimismo lo que estuviera por venir. A los ojos de Nayem, curiosos y un poco asustados, les quedaba ya tan poco tiempo…
Deida y Nayem, dos símbolos de Gdeim Izik. Dos actitudes, dos decisiones, dos esperanzas, dos certezas. El presente encarnado en un viejito sabio y el pasado retenido en un niño que ya no será.
El anciano saludaba a la victoria, cercado por los esbirros marroquíes. El niño sólo quería probar junto a sus compañeros el sabor de sentirse libre en su propia tierra.
El mal se llevó a Nayem. Un golpe de brutalidad en forma de balas que condenó a no ser a un niño con toda la vida por delante. El transcurrir de los años nos arrebató a Deida.
Dos símbolos que iluminarán siempre al pueblo saharaui. Un niño eterno y un viejito luminoso y libre.
A la memoria de Deida Uld Yazid, fallecido el 24 de enero de 2018 y Nayem Elgarhi, asesinado el 24 de octubre de 2010.

¿Nos ayudas? El libro ‘La primavera saharaui’ permitirá a las familias de los presos políticos de Gdeim Izik ir al juicio



· El dinero recaudado con la venta del libro ‘La primavera saharaui’ irá destinada a las familias de los presos de Gdem Izik que tienen que viajar miles de kilómetros desde el Sahara ocupado hasta Rabat para poder asistir al juicio del 13 de marzo. Puedes comprarlo aquí. Ayudémosles. Un ‘ME GUSTA’ no sirve para nada; la compra sí:
La lucha de los saharauis por recuperar su tierra es larga y difícil. ¿Es posible vencer a un enemigo tan poderoso con poesía? ¿Podremos derribar el muro de la vergüenza con estribillos? ¿Serán nuestras palabras más certeras que las balas? La escritura es una eficaz forma de resistencia.
El próximo 13 de marzo tendrá lugar la tercera sesión del juicio civil a los presos políticos saharauis de Gdeim Izik, el campamento de la dignidad que durante un mes, entre octubre y noviembre de 2010, mantuvo en jaque al ocupante marroquí en las proximidades de El Aaiun (Sahara Occidental ocupado). Decenas de miles de saharauis levantaron sus jaimas y trasladaron el estado saharaui en el refugio también a la zona ocupada.
El grito de Gdeim Izik por la libertad del Sahara Occidental fue violentamente sofocado el 8 de noviembre de 2010. Las fuerzas marroquíes de ocupación asesinaron durante aquellos días a varios ciudadanos saharauis, como el menor Nayem El Garhi o Babi Hamdai, ciudadano saharaui nacionalizado español, asesinado por agentes marroquíes en El Aaiun el mismo día que se desmantelaba con extrema brutalidad el campamento. En aquellos tortuosos días hubo decenas de detenidos, torturados, desaparecidos.
Tres años después veinticuatro activistas saharauis fueron condenados por participar en el campamento a penas de entre veinte años y cadena perpetua el 13 de febrero de 2013. Se trataba de civiles condenados por un Tribunal militar en un juicio farsa, en el que los observadores internacionales independientes denunciaron que se habían fabricado ridículas pruebas para inculparlos.
Si en mayo de 2005 el inicio de la Intifada saharaui en los territorios ocupados inspiraba un libro de combate a los escritores de Generación de la Amistad, “Aaiun, gritando lo que se siente”, en 2011 se planteó la posibilidad de sacar una antología con textos de homenaje al campamento de Gdeim Izik. Con ambos títulos los escritores saharauis pretenden mostrar la dura realidad que acontece en los territorios ocupados, utilizando la palabra como arma. Decidimos editarlo nosotros mismos y en abril de 2012 el libro se ponía a la venta. Desde entonces se han realizado decenas de presentaciones y actividades con “La primavera saharaui”, cuyos beneficios se han destinado íntegramente a los presos políticos. Se trata de un libro de denuncia y activismo, que recoge poemas, relatos, análisis y una detallada cronología de la manifestación pacífica más grande en la historia del Sahara Occidental.
Ahora que se acerca la nueva sesión del juicio a los presos de Gdeim Izik retomamos la difusión del libro. Con lo recaudado en estos días, pretendemos ayudar a las familias de los presos que tienen que viajar miles de kilómetros desde el Sahara ocupado hasta Rabat para poder asistir al juicio. Os animamos a leerlo y a difundirlo.
Ojalá que nuestras palabras den voz a los presos políticos y a los saharauis que participaron en el campamento durante aquel mes que nos conmovió y nos llenó de orgullo saharaui. Que los versos de los poetas recarguen el ánimo de quienes defendemos la causa saharaui. Que el libro sirva para combatir las mentiras del ocupante y sus esbirros a sueldo. Que “La primavera saharaui” mantenga encendida la llama de Gdeim Izik. Y como decía el escritor saharaui Bachir Lehdad en el tercer aniversario de aquella gesta: “La lucha continua de la mano de la vida. Han pasado tres años de aquella acción, sin precedente en la historia de la lucha de los pueblos por su libertad, su dignidad y su independencia. Gdeim Izik. Un lugar que apenas unos cuantos saharauis conocían, hasta el nueve de octubre del año 2010. Solo era una pequeña explanada de la gran meseta del glorioso Izik, con sus exuberantes graras que dan cobijo a muchos roedores, leña a los panaderos, hierba fresca a pequeñas manadas de cabras y regocijo a alguna que otra familia, con deseos de paz y tranquilidad, lejos del bullicio de la ciudad, algún que otro fin de semana. A partir de aquel nueve de octubre, Gdeim Izik, se convirtió en un santuario de libertad, un foco de primaveras, tan necesarias y tantas veces reprimidas”.
*Conchi Moya (Madrid, 1971) es periodista licenciada por la Universidad Complutense

Son pacíficos


Gracias Sukeina, gracias poetas por dejarme entrar una vez más en vuestra jaima. No soy poeta, las musas nunca me han conducido por tan elevados caminos,  pero la indignación de la brutal represión contra la Intifada pacífica saharaui de 2005 me llevó a expresarme así. Aminetu con la melhfa ensangrentada, las primeras banderas saharauis en las calles de El Aaiun ocupado, los jóvenes tirados desde las azoteas, dos estudiantes clamando ante la prensa española por un Sahara Libre mientras les llovían golpes, los verdugos, los torturadores, las medallas a los asesinos. Nada hay más desolador que el silencio de los bondadosos.

SON PACÍFICOS - Conxi Moya

“Son violentos porque están desesperados”. Gandhi
Pero yo digo:
“son pacíficos aunque están desesperados”.

Los saharauis en las zonas ocupadas
alzan la bandera blanca de su República
y recuperan sus calles.

Resistencia Pacífica.
Rebelión no violenta.

Los saharauis de las zonas ocupadas
empuñan la pacífica arma de la palabra.
En el Sahara ocupado
las calles traen vientos de cambio
y las paredes susurran lemas de libertad.
“La badil, la badil” gritan las azoteas,
testigos horrorizados de una violencia sin límite.

Los vertederos recogen sus machacados huesos,
una melhfa cubre su alma dolorida
y un joven en la calle pone la otra mejilla.
“Podrán matarme, pero no morirme”,
dijo el poeta.
“Me mataréis, pero no podréis matar mis ideas”
clama Aminetu.

Resistencia Pacífica.
Rebelión no violenta.

Los verdugos derraman impunes
la sangre de los inocentes.
A cambio se condecora al torturador
y se alaba al tirano.
Mientras, todos miramos para otro lado
y el silencio nos hace cómplices.

Los saharauis de las zonas ocupadas
responden con paz a la violencia.
Su gesto es un ejemplo
pero todos miramos para otro lado.
Nada hay más desolador
que “el silencio de los bondadosos”.

Colaboración en el blog de El País ¿Y dónde queda el Sahara? ‘El mapa de la resistencia en El Aaiun’. Federico Guzmán



"Encontramos alegría en la solidaridad de otros y en ese lugar dentro de nosotros donde nada nos puede hacer daño". Federico Guzmán
Cómo resumir cuarenta años de resistencia saharaui, la mayoría de ellos pasados en la más absoluta oscuridad, en el más negro de los olvidos; silenciados por un muro, tan eficaz, que no dejó pasar observadores internacionales, que no dejó pasar la solidaridad, que no dejó pasar ni un rayo de esperanza. Hasta que en mayo de 2005 la Intifada pacífica que se inició en la ciudad de El Aaiun comenzó a socavar este muro y se empezó a conocer la verdad.
Al contrario de lo que suele suceder, la fundación de las ciudades saharauis es reciente. A pesar de lo extraño que resulta el concepto de permanencia para un pueblo radicalmente nómada, sobre la fundación de El Aaiun (los manantiales) tenemos numerosos testimonios. Sucedió a finales de los años treinta del pasado siglo; su fundador fue el militar español Antonio de Oro Pulido, a partir de un pequeño asentamiento próximo al río Saguia. Las primeras construcciones de las que se tienen constancia son la propia casa de Antonio de Oro, hoy derruida. O la de los hermanos Attaf y Moyan Uld Bachir Uld Endufy, que aún se mantiene en pie: una entrañable placa de piedra recuerda la importancia de esta casa, que de momento ha escapado al afán marroquí por borrar la memoria saharaui.
Ni siquiera un siglo ha pasado desde entonces y El Aaiun es hoy una ciudad doliente; palpita en los corazones de todos los que amamos al pueblo saharaui. La entrada del ocupante lo cambió todo. Varió la demografía, los nombres de las calles, hasta el color de los edificios, hoy pintados de un rojo extraño, odioso para la ciudad. Introdujo torturas, muerte, detenciones, desapariciones, terror… Violó el habla, la historia, la identidad. Separó familias, esquilmó recursos, abolió la jaima, maltrató al camello, extinguió la talha…
Los saharauis mantienen la resistencia gracias a su Intifada pacífica. Nos piden que les entendamos, que nunca dejemos de mirarlos, que hablemos de su causa, que no dejemos de contar lo que sucede. Nuestras armas son la observación internacional, la denuncia, romper el bloqueo informativo y tomar las armas que ofrece el arte. El arte por el Sahara es un arte libre y puesto al servicio de los que sufren, de las víctimas, de los olvidados. El artista Federico Guzmán ha puesto gran parte de su enorme talento al servicio de los padecimientos de los saharauis en diferentes proyectos.
Su obra ‘El mapa de la resistencia en El Aaiun’, en colaboración con el cartógrafo José Fernández Ruiz, está realizada a partir de entrevistas con saharauis víctimas de violaciones de derechos humanos en la ciudad ocupada. Alrededor de un gran mapa de El Aaiun Federico ha colocado una serie de ilustraciones con diferente temática, siguiendo el trazado de las calles conocemos los testimonios de las víctimas. Los saharauis renombran las calles, avenidas y barrios en las ciudades ocupadas, otra forma de resistencia y memoria. Hoy, Barrio Maatala, Eskeikima, Avenida de Smara; ayer, Casa Piedra, Barrio Cementerio, Barrio Colomina… Los orgullosos barrios saharauis forman el Mapa de la Resistencia de El Aaiún. Sobre el mapa de la ciudad se ubican los lugares donde se suceden protestas, represión, secuestros, cárceles secretas, detenciones ilegales, fosas comunes, asesinatos… la cartografía de la barbarie cometida por el invasor marroquí. Alrededor del mapa de El Aaiun se ubican los protagonistas de la resistencia pacífica.
Aminetu Haidar. Una imagen inolvidable, su melhfa amarilla teñida por la sangre de la activista. Era junio de 2005 y había sido golpeada en la cabeza por la policía del ocupante en las primeras manifestaciones de la Intifada pacífica. El gesto de Aminetu conmovió a los poetas saharauis y al mundo, que conoció por primera vez la entereza de una mujer, de apariencia frágil pero dura como sólo puede serlo una rosa de piedra. Aminetu, tu rostro ensangrentado /emergió de una bruma /iracunda, /sereno y firme, /una promesa de paz. (Bahia Mahmud Awah). Sin embargo /más allá de tus labios rotos, /del hermoso rostro desfigurado, /de la mirada oscura y ausente, /se adivina tu laudable sonrisa de gloria. /Tu firmeza de acacia solitaria. /Tu fiel esperanza de libertad y primavera. (Ebnu)
Brahim Dahan relata el torrente de palos de la policía sufrido en una de sus múltiples detenciones, como si fueran lluvia bajo una farola. “El viaje más largo es al interior de uno mismo”; años de desaparición forzada, cárcel, torturas, vejaciones, frío, falta de alimentos, palizas, insultos, muerte, terror… le llevaron a vivir esa frase en todo su hondo significado.
Gdeim Izik. La llama que encendió La primavera árabe en octubre de 2010. En aquella explanada a las afueras de la ciudad de El Aaiun, veinte mil saharauis acamparon para protestar por las condiciones económicas y sociales. El Campamento Dignidad fue destruido por las autoridades de ocupación el 8 de noviembre de 2010. El mundo no condenó, siguió en silencio, poniéndose de parte de quien nunca tendrá la razón. Ayer, hoy y mañana / Gdeim Izik / será la vergüenza, / de los que no hablaron / ni miraron / ni condenaron. (Ali Salem Iselmu)
Nayem Elgarhi. Catorce años, asesinado por las balas marroquíes mientras participaba en el Campamento de la Dignidad saharaui. Los verdugos arrancaron la tierna flor que aspiraba a ser libre. Una vida segada cuando empezaba a despuntar. Pocos crímenes pueden ser más abyectos. “Te vas… /Te vas de nosotros, engañando a la muerte / para renacer con la primavera cada ocho de noviembre” (Zahra Hasnaui); "La voz inocente de un niño / es culpable de la muerte, /culpable del odio de los verdugos, / de la ausencia de su ciudad" (Ali Salem Iselmu).
Mohamed Daddach. Durante su cautiverio, el segundo más largo después del de Nelson Mandela, Daddach pudo hacer salir de la cárcel una carta que se leyó en la Radio Nacional Saharaui. Pedía una manta y medicinas para una herida en la pierna que le dolía mucho. Sus ojos, llenos de ternura, no pueden ocultar los años de encierro, primero esperando la muerte, más tarde condenado a reclusión perpetua.
Sukeina Yedehlu. Los saharauis no tienen derecho a conservar el nombre de su familia. A Sukeina quisieron borrarle la identidad cambiando el nombre de su padre, un gran poeta saharaui, por el apellido Idrissi, desconocido en la cultura saharaui. Imposible explicar con palabras por todo lo que ha pasado Sukeina. Detenida, desaparecida, separada de sus hijos, torturada….
Said Dambar. Una noche de diciembre, en las calles de El Aaiun se celebra la victoria de un equipo de la Liga española que siguen los saharauis. Balas marroquíes hieren de muerte a un joven saharaui. El cuerpo de Said Dambar permaneció meses en un congelador de la morgue de El Aaiun, mientras su familia reclamaba una autopsia. Cuarenta y cuatro meses después de su asesinato su familia sigue reclamando justicia y exigen que se sepa la verdad.
El mapa de El Aaiun es también el de las cárceles y los centros de desaparición y tortura. La siniestra Cárcel Negra donde los presos se tienen que turnar para sentarse mientras otros duermen hacinados. En septiembre de 2005 las fotos de aquel inmundo agujero saltaron a la prensa occidental. La maldad del ser humano no conoce límite. En las cárceles marroquíes se practican brutales torturas a los presos políticos saharauis. Se arrojan cubos de agua sucia de fregar con azufre y sal, cuando el  preso empieza a ahogarse le abofetean para que vuelva a respirar. Se ata a los presos manos y pies y luego el cuerpo a una mesa. Les golpean en la planta de los pies. Palizas, abusos, suciedad, malnutrición, insultos, violaciones. El mapa del horror en El Aaiun.
Lo que no ha podido ni podrá borrar el invasor es la llama de la resistencia, latente en cada centímetro cuadrado del mapa de El Aaiun.

#MinursoDDHH - 16 DE ABRIL - Campaña en las redes sociales. Participa


Contamos contigo en las redes sociales para presionar a la ONU para que vele por el cumplimiento de los Derechos Humanos en el Sáhara Occidental. La cita es mañana, 16 de abril.

Ver información sobre la brutal represión del ocupante marroquí en El Aaiun, Sahara Occidental.

Un año de las sentencias ilegales del Tribunal militar marroquí a los presos políticos saharauis de Gdeim Izik


No reconocemos las sentencias del Tribunal militar marroquí a los presos políticos saharauis de Gdeim Izik
25 presos políticos saharauis del Grupo de Gdeim Izik fueron condenados a durísimas penas por un tribunal militar marroquí en la madrugada del pasado 17 de febrero de 2013. ¿Su delito?: organizar la mayor manifestación pacífica en la Historia del Sahara Occidental. Exigimos su liberación inmediata.
Estas fueron las sentencias:
Cadena perpetua (9): Sidahmed Lemjayed, Larosi Abdeljalil Lemghaimad, Brahim Ismaili, Mohamed Elbachir Boutenguiza, Abdelahe Lekhfawni, Abdelahi Bhai, Ahmed Sbai, Mohamed Bani, Hassana Aalia (en España).
30 años (4): Naama Asfari, Cheikh Banga, Hassan Dah, Mohamed Bourial.
25 años (6): Mohamed Embarek Lafkir, Hussein Zawi, Abdallah Toubali, Daich Daf, Haddi Mohamed Lamin, Babeit Mohamed Juna.
20 años (3): Mohamed El Ayubi, Bachir Jadda, Mohamed Tahlil.
2 años (ya cumplidos): Abderrahman Zeyu, Tagui Elmachdufi.
“Sin perder la sonrisa, ataviados con sus darraas (la túnica tradicional saharaui), levantando el puño en alto y lanzando proclamas en favor de la independencia del Sáhara Occidental, cánticos por su autodeterminación y vítores por el Frente Polisario. Así han abandonado esta madrugada la sala del Tribunal Militar de Rabat los 24 presos saharauis detenidos tras el desmantelamiento del campamento de protesta saharaui de Gdeim Izik”. De esta forma recogía la periodista Erena Calvo de El Mundo la información sobre las nueve condenas a cadena perpetua y largas penas de prisión para el grupo de presos. En la madrugada del domingo 17 de febrero de 2013 se daban a conocer las duras sentencias tras nueve intensos días de juicio.
El juicio militar contra presos civiles, algunos de ellos reconocidos defensores de derechos humanos, es contrario al Derecho Internacional, ya que la ley marroquí no es aplicable en el Sahara Occidental, territorio no autónomo y pendiente de descolonización, siendo además Marruecos potencia ocupante del territorio. En palabras del profesor y jurista Juan Soroeta (Diario Vasco, 30 de enero de 2013) “(…) el conflicto saharaui no es un problema de seguridad interior de Marruecos, sino un conflicto internacional (…) [Marruecos] está obligado a aplicar los Convenios de Ginebra de 1949, que regulan las obligaciones de los Estados que ocupan militarmente un territorio”.
Como recogían los juristas Arantza Chacón y Juan Soroeta en el Diario Vasco el pasado 6 de marzo de 2013 “(…) la acusación, que sorprendentemente no incluía el delito del secuestro, supuesto ‘leitmotif’ del procedimiento, se basó exclusivamente en los testimonios de los procesados, obtenidos, según denunciaron todos ellos, bajo tortura”. Pese a que las huellas de tortura aún eran visibles en los presos, se desestimó por parte del Tribunal que se les practicaran exámenes médicos. Las pruebas (una docena de cuchillos de cocina, bengalas, un ordenador portátil y numerosos teléfonos móviles) fueron presentadas en el juicio en una jaula y sin clasificar ni aisladas en plástico para evitar ser manipuladas, en palabras Willy Meyer, eurodiputado y observador en el juicio. No se presentaron pruebas concluyentes por tanto que vinculen a los acusados con las supuestas víctimas, no hay datos claros sobre las víctimas y ni siquiera se presentaron informes de las autopsias, que deberían haberse realizado al tratarse de presuntas muertes violentas. No hay huellas. No hay rastro de los vehículos con los que supuestamente se atropellaron a los policías presuntamente asesinados. No hay vídeo concluyente alguno.
Con todo este cúmulo de irregularidades se construyó una pantomima de juicio, del que resultaron las durísimas condenas señaladas anteriormente. Nos sentimos en el deber de hacer todo lo que esté en nuestras manos para la liberación de los presos. ¡Son inocentes!

17 de febrero. Uxía Castro
La penumbra envolvió el grito.
La voz quebrada.
Los nombres.
Las condenas.
El peor pronóstico cumplido
y las manos empapadas en sangre del impune verdugo.

Y al final sólo las lágrimas.
La rabia.
Las entrañas de un pueblo en carne viva.
El deseo de volar todo por los aires y romper las cadenas,
de poner freno a la barbarie contenida en vuestros nombres.

Y por la mañana seguir hacia adelante.
Luchar contra el olvido.
Aquí estuvimos.
Aquí estamos y aquí seguimos.
Porque sólo hay un camino
y los valientes siempre vencen.

La Primavera Saharaui, cuando un libro supera todas las expectativas. Presentación en Burgos


“Queremos hacer de la reivindicación de la libertad del pueblo saharaui, de la denuncia de la violación de sus derechos humanos, de la urgente petición de devolución de una tierra que les ha sido usurpada, de la exigencia de un trato digno y del reconocimiento de sus formas no violentas de reclamar lo que es suyo como el levantamiento del campamento Gdeim Izik, que fue violentamente desmantelado por el ejercito marroquí, el centro de esa reunión en torno a la literatura, la poesía y el cuento. Para que no se olvide. Para que no se olvide al pueblo saharaui. La palabra, la voz como antídoto del olvido, por la vehemencia de las emociones, por la intensidad de los sentimientos, por la potencia de los ideales, por la profundidad de las convicciones, por la necesidad de compartirlas, por la libertad interior para crear y por la voluntad de expresarlas”. Así hablaba la profesora de la Universidad de Burgos y escritora Sara Tapia durante la presentación de La primavera saharaui en las III Jornadas sobre DD.HH en el Sáhara Occidental.
Empezamos de maravilla la mañana del sábado, bajo el sol de invierno de Burgos y sobre la impresionante helada que cubría los alrededores de la sala El Hangar, un espacio para la creación musical, antiguo hangar de los trenes burgaleses, reconvertido en sala multiusos, nos encontramos con nuestro amigo Fran Campillo de Shukran; diez años de activismo prosaharaui desde el blog Caminando en el desierto le contemplan. Un placer encontrarle y la promesa de volver a Shukran en este número de diciembre.
La de Burgos fue la última presentación por este año del libro La primavera saharaui y tuve la suerte de compartirla con los escritores Bahia Mahmud Awah y Ali Salem Iselmu, ambos miembros fundadores del grupo Generación de la Amistad saharaui y coautores de este libro del que soy antóloga y editora y que no ha dejado de darnos satisfacciones y de permitirnos conocer gente maravillosa durante estos dos años de andadura. Claro que el libro no fue ideado para esos menesteres; nuestra idea fue la de contribuir a mantener viva la llama prendida en Gdeim Izik, el campamento saharaui de la dignidad, sólo hay que ver en la portada del libro. Todos los beneficios obtenidos de la venta de los libros están destinados para los presos políticos saharauis y sus familias. En la mesa estaban con nosotros Chema Gete, de la comisión de derechos humanos de la Unión Asociaciones de Castilla León, y la profesora y escritora Sara Tapias.
Explicamos entre todos cómo hemos intentado a través de los poemas, relatos y artículos, con la cronología de aquellos esperanzadores, vertiginosos y terroríficos días, con el prólogo de Carlos Ruiz Miguel y con la portada de Cascales, que es un poema más, que el libro sea un “antídoto contra el olvido”, con el muro de indignidad y silencio con el que Marruecos y sus cómplices (entre ellos el gobierno español del PSOE que gobernaba por aquel entonces) intentaron silenciar la ignominia del desmantelamiento de Gdeim Izik. Fue un lujo contar con la presencia de mi querido compañero Ali Salem Iselmu, quien afirmó que nuestro libro “es un compromiso con las voces ahogadas en los territorios ocupados violentamente reprimidas tantas veces”, y con Bahia Awah, quien recordó que “los escritores saharauis en la diáspora tienen que responder ante su causa, siguiendo las pautas de todo intelectual en el exilio que tiene una causa que defender”.
A la presentación le siguió un emocionante recital poético (ese Ali Salem recitando "Culpable", dedicado al niño asesinado Nayem El Garhi). Los organizadores habían cubierto las paredes con coloridas melhfas y situaron dos espacios para recitar con alfombras y mujeres saharauis haciendo té, a la manera de una gran jaima saharaui. En cada espacio, uno frente a otro, se situaron los poetas saharauis con la poetas burgalesa, Matilde Sedano Galerón y la profesora y escritora Sara Tapia, una de las organizadoras de las Jornadas y con quien he estado hablando estos días para ultimar detalles. Tengo que decir que se vivieron momentos de gran emoción, el ambiente saharaui, el recogimiento del público, la buena recitación de los poetas, la belleza de los textos, la hondura de los hechos que se rememoraban... todo contribuyó a dar gran intensidad al recital. Algunas personas del público se animaron a leer poemas, de Ebnu, de Salka Embarek, de Mohamidi Fakal-la o del propio Bahia.
Nos quedaban más sorpresas para la noche. Pasamos un rato de nuevo por El Hangar, esta vez en su versión sala de conciertos. Pudimos disfrutar, además de otras actuaciones, de la música de Nacho Mastretta, que terminó tocando entre el público, a la manera de Raúl Frutos y Crudo Pimento. Entre actuaciones pudimos ver un escalofriante vídeo de AFAPRADESA (Asociación de Familiares de Presos y desaparecidos saharauis) sobre la brutal represión marroquí contra la población civil saharaui en los territorios ocupados, en especial las mujeres. Un documento estremecedor que nos hizo, a pesar de estar acostumbrados a ver brutales imágenes de la represión marroquí, renovar nuestro compromiso con el pueblo saharaui y su lucha.



Despedidos de nuestros nuevos amigos burgaleses, que nos han tratado como hermanos, aún nos quedaba para completar la jornada, una conexión con los territorios ocupados, para hablar del papel de los intelectuales saharauis en el exilio y del libro que nos había llevado a Burgos. Así cuenta Bahia una emocionantísima conexión, en la que pudimos incluso disfrutar de cómo Naama describía la portada del libro a los saharauis de los territorios participantes en el debate, la flor llama y la mano alzada de la "Rabii saharaui": "Naama Zein Edin, quien dirigió el debate, abrió una ventana en su espacio para que varios intelectuales y ciudadanos saharauis de los territorios ocupados pudieran reflexionar sobre el papel que ha jugado el escritor saharaui en su diáspora y hasta donde el ocupante marroquí está sintiendo la eficacia de las publicaciones y activismo cultural e intelectual de estos escritores, que llevan años desde su exilio exponiendo la realidad de su lucha contra la anexión de su territorio por el régimen marroquí, cerrando brecha contra el discurso de desinformación del régimen marroquí con el que intenta introducir en Occidente sus tesis anexionistas".

8 de noviembre. Gdeim Izik. Nosotros no olvidamos



Hoy, 8 de noviembre, se cumplen tres años del brutal desmantelamiento de Gdeim Izik, el campamento de la dignidad saharaui. Cuando aún no se ha aclarado lo sucedido durante aquellos días y veintidos presos políticos del llamado Grupo Gdeim Izik permanecen confinados en la cárcel marroquí de Salé con penas entre 20 años y cadena perpetua, nosotros no olvidamos. Seguimos reclamando justicia y avivando la llama de Gdeim Izik. 

*Cronología de los dos primeros días de desmantelamiento y gravísima represión en El Aaiun ocupado (del libro "La primavera saharaui. Escritores saharauis con Gdeim Izik")
- 8 de noviembre de 2010
Hacia las 6 de la mañana del lunes comienza la intervención contra el campamento de Gdeim Izik. Unos setenta y cinco camiones cisternas antidisturbios cargados de efectivos, amenazan con disolver por la fuerza el campamento, gritando por altavoces que “si no se marchan tendrán que asumir las consecuencias”. Ante esta amenaza, la respuesta de los ciudadanos saharauis es la de “no abandonar”. Más de treinta camiones antidisturbios bloquean la entrada a la ciudad de El Aaiún pero los saharauis intentan romper ese bloqueo con más de ciento veinte vehículos. Un helicóptero lanza, desde el aire, bombas de gas lacrimógeno que impiden respirar a los acampados.
Antonio Velázquez, observador mexicano en El Aaiún, denuncia la brutalidad empleada por los militares marroquíes, que entraron en el campamento “con gases lacrimógenos, agua caliente, piedras y unas porras de más de 75 centímetros de largo”.
El campamento es desalojado en menos de dos horas. Las fuerzas de represión marroquíes arrasan con todo lo que encuentran en su camino.
En distintos barrios de la ciudad de El Aaiún se suceden manifestaciones que son reprimidas por la policía. La situación en El Aaiún es un infierno. Según testigos hay 172 vehículos militares (camiones Gacel), y otros de marca Toyota, repletos de efectivos del ejército, traídos del muro defensivo de Amgala, pertenecientes a 6º Regimiento de Infantería motorizada.
El ejército toma las calles de la ciudad e incita a colonos armados a adentrarse en los barrios saharauis y “allanar, saquear y destruir” viviendas saharauis y golpear a sus habitantes.
La aerolínea marroquí Royal Air Maroc impide por segunda vez en dos semanas a periodistas españoles e internacionales volar a El Aaiún. La compañía argumenta que “el sistema informático de la RAM ha anulado los billetes sin ofrecer más explicaciones”, y no permite a los corresponsales comprar un nuevo pasaje.
La delegación saharaui que negocia en Manhasset pide a la ONU el envío de una misión de investigación al Sáhara Occidental.
El defensor de derechos humanos Naama Asfari, copresidente de CORELSO, es detenido y brutalmente torturado en El Aaiún por un grupo de policías secretas.
Se confirma la muerte de Babi Hamday Buyema.
Decenas de personas se manifiestan en Madrid frente a la Embajada marroquí en Madrid.
El ayuntamiento de San Sebastián exige al gobierno que asuma su responsabilidad en el conflicto del Sáhara. El alcalde Odón Elorza (PSOE) dice que hoy es un día para sentir vergüenza por todo el silencio acumulado y confía que sea el inicio de una solución definitiva y justa.
- 9 de noviembre de 2010         
El Sáhara, portada en los principales diarios españoles. ABC: ARDE EL SÁHARA, violencia y muerte en el campo de refugiados; EL MUNDO: Intifada en El Aaiún; EL PAIS: Marruecos aplasta por la fuerza la mayor revuelta saharaui; LA RAZON: Marruecos reprime a los saharauis y aplasta su campamento de protesta; PUBLICO: Marruecos incendia el Sáhara; LA VANGUARDIA: Máxima tensión por los disturbios en el Sáhara; EL PERIODICO: El Sáhara Explota; HERALDO DE ARAGON: Rabat y el Polisario inician un diálogo pese a la batalla campal en El Aaiún; LA GACETA: Mohamed VI arrasa a los civiles en El Aaiún
Fuentes en el territorio cifran en 300 los desaparecidos saharauis tras la intervención.
La ONU inicia las gestiones para convocar al Consejo de Seguridad por la crisis del Sáhara. México pide a la presidencia rotatoria británica que convoque una reunión.
El Ministro de Exteriores francés, Bernard Kouchner, describió el martes como “muy graves” los enfrentamientos en el Sáhara Occidental, y juzga como inadmisible la expulsión de Marruecos de un diputado francés, el comunista Jean-Paul Lecoq, que pretendía viajar al Sáhara Occidental.
Aminetu Haidar: “Rabat quiere provocar una guerra civil en el Sáhara”.
La Oficina del Ministerio de Territorios Ocupados de la RASD informa que cientos de ciudadanos saharauis están en “busca y captura” por la policía marroquí mientras se suceden los enfrentamientos en El Aaiún.
Condena de la Unión de Asociaciones solidarias con el Sáhara de Castilla y León.
Comunicado de solidaridad de la Federación de Mujeres Cubanas.
Declaración de la OSPAAAL en solidaridad con la resistencia de la República Árabe Saharaui Democrática.

El Ghalia Mint Abdallahi Uld Mohamed (Gali Djimi): No albergo deseos de venganza



Ante la pregunta sobre cómo sentía como madre lo sucedido en el Sahara ocupado, Galia afirmó que no alberga deseos de venganza contra sus verdugos, pero tiene la fuerza y la razón de llamar “ocupante y criminal” a Marruecos; y que siempre ha intentado inculcar en sus cinco hijos el espíritu humano que ha dirigido su propia vida. Acto de las mujeres saharauis por el Día Internacional de la Mujer.

Saidi Salek, por un Sahara Libre


Pensaba el 9 de junio en la concentración por Kaziza y los presos, en lo que estaba disfrutando Saidi Salek, gritando a pleno pulmón por un Sahara Libre. Saidi Salek, el conocido tristemente como “quemado de El Aaiun”, es un joven saharaui quemado por las autoridades de ocupación el 28 de mayo de 2006 en El Aaiun, cuando participaba en una boda. Detenido por corear eslóganes por la independencia., los policías le condujeron a una comisaría, le rociaron con un líquido inflamable y ardió como una antorcha. Ha pasado muchos de los días de la huelga acompañando a Kaziza Lafkir frente a la embajada de Marruecos.

Ahora gritamos en su cara SAHARA LIBRE


*Foto: Maty Saharauia
Antes los marroquíes nos obligaban a añadir "marroquí" a Sahara; ahora les gritamos a su cara que el Sahara no es marroquí, les gritamos Sahara Libre. Brahim Dahan, defensor saharaui de derechos humanos. VI Jornadas de las Universidades Públicas Madrileñas sobre el Sahara. 24 y 25 de mayo.
Y como un día hace ya varios años nos pidió Brahim Dahan, seguimos hablando de los saharauis, de su causa y de su lucha.

Mi hermana Esperanza Jaen y La primavera saharaui

Mi hermana de causa Esperanza Jaen, nos ha enviado esta foto con su ejemplar del libro de los escritores saharauis "La primavera saharaui", que hemos editado en Bubok. Los beneficios de la venta son para los presos políticos saharauis y en él podéis encontrar poesías, reflexiones, relatos, artículos y una detallada cronología sobre lo sucedido en el Campamento de la dignidad levantado en El Aaiun en octubre de 2010, y que se considera como el detonante de la primavera árabe. 

Os animamos a adquirirlo, y si formáis parte de alguna asociación o colectivo, a hacer actividades con él. Porque GDEIM IZIK sigue vivo. Podéis adquirir el libro aquí:


Os dejo con este bello poema que ha escrito Esperanza, inspirado en el libro.


“Amigo, hermano,
hay que seguir la nube liberada
y perseguir estrellas luminosas,
son muchos años ya de arena y nada,
de cárcel y de heridas dolorosas.

A por el mar, que nos está llamando
con el sonido de nuestras caracolas,
que pasaremos sobre el muro derribado,
para sentir la tierra y sembrar las rosas.

Tendremos que tender todas las manos
para desterrar las ilusiones rotas,
soñar codo a codo la victoria
y llenar de risas y besos nuestras bocas.

La libertad nos espera,poderosa,
en el Sáhara libre y soberano,
para poner el verde sobre el blanco
y llevarles las estrellas rojas
a los corazones desilusionados.

Amigo, hermano,
Recorreremos juntos el camino
compartiendo los sueños y los cantos
gritando nuestro amor y nuestra fuerza
y nos tendrán que dar el mar robado.”

Esperanza Jaén.

Acción por Gdeim Izik y los presos políticos saharauis. Libro "La primavera saharaui"

Asociaciones y colectivos interesados en actividades con el libro contactar con: generacionamistad@gmail.com

ACCIÓN POR GDEIM IZIK Y LOS PRESOS POLÍTICOS SAHARAUIS

Un libro para reavivar la llama de Gdeim Izik en solidaridad con los presos políticos saharauis.

“La primavera saharaui” Escritores saharauis con Gdeim Izik, libro de denuncia y activismo.

Poemas, relatos, análisis y una detallada cronología de la manifestación pacífica más grande en la historia del Sahara Occidental.

Os pedimos colaboración a asociaciones, colectivos y organizaciones. El libro es de todos y para los presos.

Proponemos que compréis lotes de libros y organicéis charlas sobre Gdeim Izik y la situación de los presos saharauis.

Los beneficios de vuestra compra de libros son íntegros para los presos políticos saharauis y a la vez podéis cubrir los gastos de vuestra compra de libros con la venta de los mismos.

Al realizar pedidos a partir de 15 ejemplares, podréis disfrutar de importantes descuentos.

ESPAÑA COMPRAR EN: http://www.bubok.es/libros/211881/La-primavera-saharaui-Escritores-saharauis-con-Gdeim-Izik

MÉXICO COMPRAR EN: http://www.bubok.com.mx/libros/192140/La-primavera-saharaui-Escritores-saharauis-con-Gdeim-Izik


COLOMBIA COMPRAR EN: http://www.bubok.co/libros/209949/La-primavera-saharaui-Escritores-saharauis-con-Gdeim-Izik


ARGENTINA COMPRAR EN: http://www.bubok.com.ar/libros/192543/La-primavera-saharaui-Escritores-saharauis-con-Gdeim-Izik

¡GDEIM IZIK CONTINÚA!

Todos los sapos que nos obligaron a tragarnos en Gdeim Izik



La vergonzosa actuación del gobierno socialista de Rodríguez Zapatero (2004-2011) y del PSOE ha supuesto para muchos de sus dirigentes un pasaje directo a las cloacas de la Historia
José Luis Rodríguez Zapatero: "Los intereses de España son lo que el Gobierno tiene que poner por delante".
Trinidad Jiménez: "España no es la potencia administradora del Sáhara Occidental y no tiene responsabilidades en ese país.
Alfredo Pérez Rubalcaba. "El ministro [marroquí del Interior] me ha dado una explicación pormenorizada y minuciosa de todos los acontecimientos, es una explicación que refuta las acusaciones graves a las que me venía refiriendo".
Ramón Jaúregui: "La admisión en territorio forma parte de lo que se llama el núcleo duro de la soberanía de un país".
Marcelino Iglesias: "España estuvo allí hasta los años 70. No sé si el 73 o el 74 en que se produjo la Marcha Verde”.
Jesús Caldera: "De las 13 personas que fallecieron, 11 eran marroquíes, porque las fuerzas de seguridad de Marruecos iban desarmadas por orden expresa de su Gobierno".
Ángeles González-Sinde: pedía a los que no son "expertos" que no jueguen el "papel de opinar y de contribuir a la confusión" en el conflicto del Sáhara Occidental.
El caso del asesinato del ciudadano español Babi Hamdai Buyema, del que nadie sabe ni contesta


El ministro de Interior Rubalcaba avalando las mentiras marroquíes sobre el desmantelamiento de Gdeim Izik. El ministro del Interior español daba por válidas las explicaciones marroquíes que según él refutaban las saharauis. Rubalcaba no se molestó en ponerse en contacto con el Frente Polisario, ni los activistas de derechos humanos en misión de observación en el territorio, ni con la prensa expulsada por las autoridades marroquíes ni con organizaciones de derechos humanos. La explicación del ministro represor de un régimen dictatorial bastó y sobró.
El Ministerio de Interior español también admitió en territorio español al general marroquí Hosni Benslimane, sobre el que pende una euroorden de busca y captura emitida por el juez instructor francés Patrick Ramaël desde septiembre de 2009. Benslimane vino a Madrid en el séquito del Ministro de Interior marroquí. Fuentes oficiales del Ministerio del Interior respondieron a la prensa: “Sabemos que existe una euroorden, pero su nombre [el general Hosni Benslimane] no está incluido en las bases nacionales de personas reclamadas por la Justicia”.

El PSOE (Jesús Caldera) y los ministros españoles de Interior y Exteriores avalaron la versión marroquí que afirmaba que “las fuerzas de seguridad de Marruecos iban desarmadas por orden expresa de su Gobierno”, apoyándose en la primera declaración de la ONG Human Rights Watch. Posteriormente la ONG corregiría esta primera versión tras visitar el territorio, reconociendo palizas, la negación de asistencia médica a los heridos, torturas. No se rectificaron estas afirmaciones ni siquiera tras difundirse imágenes de soldados marroquíes armados durante el asalto y fotos de víctimas saharauis heridas de bala.

La Combatiente


*Del nº 32 de la Revista Shukran
Me han destrozado, se ensañaron conmigo. Querían quitarme de la circulación y casi lo han conseguido. Sé que lo que realmente se proponían era herir a Hmad Hamad, porque yo he sido su fiel compañera durante muchos años. Sé que a quien realmente querían aporrear, machacar y eliminar era a él. Pero los tiempos han cambiado y ya no pueden golpearle impunemente como antes. Hmad es demasiado conocido ya, y si ocurriera no pasaría desapercibido como sucedía años atrás. Ellos lo saben y, aunque querrían quitarlo de en medio, de momento esperan, aprietan los dientes y la pagan con otros, por ejemplo conmigo.
La última gran paliza que propinaron a Hmad fue en 2005, en plena Intifada pacífica en El Aaiun. Le molieron el cuerpo a golpes, todavía me estremezco al recordar aquellas terribles imágenes, el cuerpo del gigante molido a golpes, sus gritos de dolor desgarradores, su cuerpo doliente tendido sobre el suelo de su casa, lleno de heridas y moratones. Malditos. Ahora ya no pueden actuar con la impunidad de antes, mucha gente nos mira y denuncia al instante lo que nos hacen. Nos siguen pegando, deteniendo y matando, pero ya no a escondidas. Qué pena que aún les salga gratis.
Así que esta vez lo pagaron conmigo. Empezaron con puñetazos y patadas, me tiraron piedras e incluso me golpearon con un mazo. Metieron arena en mis partes interiores e incluso orinaron sobre mí. Su intención era mancillarme, degradarme. Pinchazos y golpes me cayeron por todos lados. Querían asegurarse de que el daño fuera irreversible.
A mi modesta manera yo también he sido un símbolo. Cuando nuestro hermano Mohamed Daddach fue liberado en 2001, después de pasar 25 años de su vida en una cárcel marroquí, yo estaba allí para recibirle y acompañarle junto con otros muchos compañeros. Habíamos ido a visitarle en ocasiones en los últimos años de cautiverio en la cárcel de Kenitra, y parecía que nunca íbamos a vivir el día en que por fin estaría libre. Pero ese día llegó, y allí estaba yo, inseparable, al lado de Hmad y los demás.
Me pusieron como apodo La Combatiente[1]. Me siento orgullosa de haber estado en tantos recibimientos de compañeros salidos de la cárcel. De haber viajado a tantas cárceles en las visitas a nuestros presos. Orgullosa de acompañar a tantas delegaciones extranjeras llegadas a los territorios ocupados.
Recuerdo en especial una en la que pusimos tantas esperanzas y preparamos con tanto detalle… y es que fue algo histórico, se trataba de un viaje de europarlamentarios a nuestra ciudad. En enero de 2009 cuatro parlamentarios europeos viajaron hasta El Aaiun, entre ellos dos españoles, Carlos Iturgaiz y Carlos Carnero, de los dos partidos españoles más votados, PP y PSOE. Bien que se estudió todo por parte de los activistas y se prepararon las intervenciones y testimonios. Estaban representadas todas las organizaciones saharauis de derechos humanos, la ASVDH, CODAPSO, CODESA, las madres de los 15 desaparecidos, activistas de Dajla y Smara. Allí estaban mis hermanos Brahim Dahan, Sukeina Idrissi, Naama Sfari, Brahim Sabar, Ahmed Sbai, Galia Djimi o Ali Salem Tamek. Tres de los activistas de Dajla fueron torturados y detenidos, los valientes Hamia Ahmed Musa, Ualad Chej Mahyub y Rachid Sghyar. Y la policía marroquí intentó por todos los medios que Aminetu Haidar no pudiera encontrarse con los parlamentarios, pero fue en vano, allí estuvo nuestra hermana. Acompañé a todos en los desplazamientos de esta visita que tanto esperábamos y con la que conseguimos hacer mucho ruido. Hicimos ruido, sí, aunque al final el resultado no fue el que tanto esperábamos, lo demuestra la indulgencia que sigue teniendo el Parlamento Europeo con Marruecos. Una pena.
He acompañado a Aminetu en muchos momentos malos, por desgracia ella tiene demasiados en su vida. En junio de 2005 tuve que trasladarla junto a Hmad al hospital de El Aaiun. Le habían abierto la cabeza de un golpe en una de las manifestaciones de la recién nacida y gloriosa Intifada pacífica de ese año. Cuando vimos la melhfa amarilla de Aminetu roja por la sangre que manaba de la herida, decidimos llevarla a toda prisa al hospital. Desgraciados ocupantes, aprovecharon entonces para detenerla, estuvo varios meses en prisión donde inició una huelga de hambre, qué terribles fueron aquellos días.
Sentimos mucho dolor también por el fallecimiento de Mohamed Fadel Ismail, Allah yarhmak[2]. En El Aaiun también organizamos por él el rezo del ausente. Ayudé como pude acompañando a muchos compatriotas a participar en el rezo. Cuánto dolor sentimos por la pérdida de ese gran luchador de nuestra causa, representante saharaui en Reino Unido cuando le llegó la muerte.
He acompañado, de la mano de Hmad, a muchos estudiantes saharauis en sus manifestaciones en las universidades marroquíes. Porque he recorrido Marruecos en más de una ocasión. Marraquech, Assa, Casablanca, Agadir y Rabat, en todas las ciudades fui vista y perseguida por la policía marroquí.
Sí, soy demasiado conocida por la policía y los servicios secretos marroquíes, mi presencia les enerva y me la tenían jurada. Muchos periodistas han viajado conmigo, corresponsales de diferentes medios a los que los defensores de derechos humanos querían enseñar las manifestaciones en la ciudad, o llevarles a visitar activistas. El director de cine Carlos González vino con nosotros a grabar imágenes para un documental. Carlos tenía una idea estupenda y entonces muy novedosa. Quería hacer algo que hasta ese momento apenas se había visto, grabar imágenes y testimonios de los territorios ocupados para completar un documental. Por lo que contó al llegar, su proyecto era aún más ambicioso, pero tuvo que conformarse con lo que le permitieron las circunstancias. Acompañé junto con Hmad a Carlos por diferentes lugares de El Aaiun y él pudo grabar imágenes de manifestaciones y persecución policial. Gracias a la pericia de Hmad se colaron en muchos sitios, al límite de lo prudente, sorteando las dificultades. Carlos grabó además testimonios de nuestro hermano Luali Ameidan, antes de su última entrada en la cárcel, o el de una jovencísima Nguia El Haoisi, cuando todavía estaba en el colegio. Al final los marroquíes pillaron a Carlos y, tras someterle a interrogatorios y acoso psicológico, le expulsaron de El Aaiun. Dijeron estupideces como que era un “espía de Chávez”. Por suerte, todo el trabajo de Carlos vio la luz en el documental Hijos de las nubes, que se ha exhibido en diferentes partes del mundo e incluso en EEUU. Es uno de los acompañamientos de los que me siento más orgullosa por lo que supuso para todos nosotros.
Esta es la vida de los saharauis en los territorios ocupados. Yo, llamada Mugátila, la Combatiente, un Mercedes Benz 240, llevado a Marruecos desde Dinamarca en 2001, trasladada posteriormente a El Aaiun, soy el mítico coche de Hmad Hamad, su fiel compañera[3]. En julio de 2010 los marroquíes me destrozaron, me tiraron enormes piedras chafando por completo toda la chapa, echaron arena en mi motor, estallaron las lunas, pincharon mis cuatro ruedas, rompieron mis faros, me quemaron en algunas partes, orinaron sobre mí. Hmad ha prometido recuperarme, a mí, su fiel compañera, me ha asegurado que pronto saldremos de nuevo por las calles de El Aaiun, para que los marroquíes, cuando nos vean sepan, una vez más, que el Sahara no se vende.
*NOTA: El 19 de julio de 2010, en El Aaiun, la policía marroquí cargó brutalmente contra un grupo de defensores saharauis de derechos humanos y población civil saharaui. Un grupo de activistas saharauis regresaban a los territorios ocupados tras un viaje a los campamentos de Tinduf. Varios cientos de personas, incluidos varios españoles, se habían congregado para el recibimiento del grupo de activistas, cuando fueron atacados con brutalidad por las fuerzas de represión marroquíes. El resultado fue de 30 heridos, entre ellos 2 españoles y varios detenidos. El coche del respetado activista saharaui Hmad Hamad fue destrozado. Un año después, el Mercedes de Hmad, todo un símbolo para la población saharaui vuelve a desplazarse por los territorios ocupados.
Conchi Moya


[1] En hasania mugatila, femenino de mugatil.
[2] Que Dios le guarde.
[3] En hasania “coche” es de género femenino, uata.

"Tengo, tengo, tengo"



Delgado, casi consumido, Rahmuni se sentó en la primera fila, la reservada para las autoridades y los activistas. Había llegado desde El Aaiún, invitado para ofrecer su testimonio. Iba a participar en la mesa redonda “El Sahara en el nuevo tiempo árabe”, invitado por las universidades públicas madrileñas, un foro muy importante para ofrecer su testimonio. Allí estaba con Ali Salem Tamek y El Mami Amar Salem, dos antiguos compañeros de lucha. Cansado por el viaje, se revolvió en el asiento, a sus cuarenta y pocos años había vivido demasiado deprisa. Ex preso político, militante de la ASVDH, había sufrido interrogatorios brutales y un trato vejatorio en la cárcel.
¿Se arrepentía? Sin duda, no. Haber hecho otra cosa le hubiera supuesto la muerte, si no del cuerpo, sí de su esencia, de su dignidad, no podía vivir como si no pasara nada, mientras en el Sahara ocupado se pegaba a ancianos, se acosaba a los niños en los colegios, se intentaba hacer desaparecer a todo un pueblo. Su apuesta por la paz les costaba cada día un precio muy elevado, pero el objetivo era tan dulce… recuperar la tierra… ¿existía algo mejor que aquello?
Rahmuni despertó de su ensimismamiento. Le gustaba participar en aquellas actividades, eran otra forma de seguir la lucha, dando testimonio en primera persona de lo que sucedía en los territorios ocupados. Sus manos de finos dedos recorrieron el magro rostro. Había preparado su ponencia la noche anterior con todo cuidado. “El Sahara en el nuevo tiempo árabe”, ¿tenían de verdad cabida en aquella primavera? La suya había empezado seis años atrás, en mayo de 2005 en El Aaiún, cuando comenzaron con la Intifada pacífica y el mundo supo al fin qué ocurría con ellos. Tal vez el mundo no les hiciera mucho caso, pero ya no podían hacer como que no pasaba nada. Rahmani sabía muy bien lo que iba a decir, saludaba las revueltas árabes, pero su revolución había empezado mucho antes y su objetivo no era pedir reformas y democracia, trabajo y pan. No, ellos luchaban por recuperar su tierra, por echar al ocupante ilegal, por celebrar el referéndum que les debía la ONU, por su existencia como estado. Aquellas revueltas árabes, el movimiento 20 de febrero marroquí, eran respetables pero no tenían que ver con ellos. Eso pensaba decir al auditorio.
Sólo le preocupaba una cosa, no poder hablarles en español. Le traducirían del árabe, pero se perderían matices, y él quería decir tantas cosas… Su pueblo reivindicaba el español, pero no les era nada fácil mantenerlo. En los campamentos por falta de medios y en los territorios por el exterminio de todo lo que recordara a la antigua metrópoli y les identificara como saharauis… Ya sabía cómo iba a empezar.
Rahmuni se subió al estrado, tomo asiento al lado del profesor Bernabé López, un conocido defensor de las posturas promarroquíes sobre el conflicto del Sahara, aunque últimamente estaba tomando partido por el movimiento que exigía reformas en Marruecos. Él intervendría el último. Tras escuchar atentamente al resto de ponentes le tocó el turno. Comenzó recordando en español que era un niño de siete años cuando Marruecos invadió el Sahara. Se disculpó por hablarlo ya apenas, cómo explicarlo, llegó Marruecos y su infancia acabó, su colegio, sus maestros, no podían hablar en español, no podían ni siquiera identificarse como saharauis en aquellos años tan negros. Y Rahmuni empezó a cantar lo que le habían enseñado en su colegio. Empezó con voz temblorosa:
Tengo, tengo, tengo.
Tú no tienes nada.
Tengo tres ovejas
en una cabaña.
Ante la aprobación del público continuó:
Una me da leche,
otra me da lana,
y otra corre, corre
toda la semana.
La sala rompió en aplausos, el auditorio le había entendido. Y Rahmuni prosiguió, en árabe, su ponencia. “Las revueltas del mundo árabe son una cuestión interna, que tiene que ver con reivindicaciones políticas de los países, mientras que en el Sahara Occidental lo que se reivindica es el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación…”