Texas en La hora musa. Treinta años de carrera musical de unos chicos de Glasgow
Precisamente ahora que no tenemos televisión estrenan en RTVE La hora
musa, un programa de música en directo, después de atravesar un desierto de
años sin este tipo de espacios. Tras invitar a artistas como Santiago Auserón o
Bumbury, el programa presentado por la cantante y actriz Maika Makovski ha
contado en una de sus emisiones con la presencia de Texas, la banda escocesa liderada
por Sharleen Spiteri y formada en 1988.
La revisión del programa en la web de RTVE, tras aviso de mis amigas,
ha despertado un torrente de recuerdos de una época en que el grupo fue muy
preferido para mí. Con entusiasmo compraba sus discos, iba a sus conciertos y
consideraba a la cantante como un referente en muchos aspectos. En aquella musical
temporada 1988-89 me enamoré de los Smiths, que por cierto se acababan de
separar; empecé a comprar discos, o vinilos como se dice ahora; descubrí a los
Ramones; devoraba revistas musicales como el Popular1, el Rock de Luxe o el Boogie,
de efímera vida, y me empapaba de lecturas sobre conciertos.
A finales de los 80 triunfaban los grupos con rubia al frente y así
fui muy fan de Tracy Tracy de The Primitives, Andrea de The Darling Buds y de
la explosiva Wendy James de Transvision Vamp. Ellas eran maravillosas pero sus
looks resultaban muy escandalosos para mí, porque adoro a la gente de verdad
extravagante pero me gusta pasar desapercibida. Mis referentes a la hora de
vestir se movían entre las cantantes hippies de los 70 y el look desmayado de
la banda de Morrissey y Marr. Yo tenía entonces diecisiete años y el importante
cacao mental que tenemos casi todos a esa edad.
Reconozco que quedé fascinada cuando escuché en Radio3 una canción, I
don’t want a lover, con una guitarra de reminiscencias sureñas tocada por un
grupo de jovencitos escoceses, más o menos de mi edad. Pronto vinieron a tocar
a Madrid. Por entonces solían girar con Gun, banda en la que militaba un primo
de Sharleen y Slide, donde tocaba el que más tarde sería batería de Texas,
Richard Hynd. No pude estar en aquel concierto pero de ahí a engancharme a ellos todo vino rodado.
Llegarían con el tiempo la compra de sus cuatro primeros discos Southside
(1989), bombazo de ventas y con canciones maravillosas, además del mencionado y
archiconocido I don´t want a lover no hay que olvidar Thrill has gone, Fool for
love, o la espiritual Prayer for you; Mothers Heaven (1991) un disco
continuista con el que bajaron en ventas, mis canciones preferidas son la dulce
Wrapped in Clothes of Blue y Return, una de esas canciones llenas de sabor que
borda Sharleen; Ricks Road (1993), que fue un bello trabajo en el que
introdujeron algunos cambios, con éxitos como So called friend y mis canciones
preferidas del disco Hear me now y I’ve been missing you. El inicio de un
cambio de estilo llegó cuando abandonaron la slide y los sonidos sureños y se
metieron en ritmos soul más bailables, el resultado fue White On Blonde (1997),
el single Say What You Want funcionó muy bien, con dos delicadas canciones, White
on Blonde y Put Your Arms Around Me, que son mis favoritas del disco. Para
cuando pegaron el pelotazo con Summer Son, incluida en el disco The Hush (1999),
yo ya estaba en retirada.
La historia cuenta que Texas fue fundada por el bajista, Johnny
McElhone, y una amiga, la veinteañera Sharleen Spiteri que por entonces
trabajaba como peluquera. Bautizaron de tal forma a la banda por la famosa peli
Paris Texas de Wim Wenders, muy influenciados por la música de Ry Cooder para la
banda sonora. A ambos se les unieron Ally McErlaine a la guitarra, Stuart Keer a
la batería y Eddie Campbell en el teclado. Cuando Stuart dejó Texas para unirse
a una comunidad Hare Krishna, Richard Hynd ocupó su lugar.
Dice la hemeroteca que el primer concierto que ofreció Texas en Madrid
tuvo lugar el 24 de mayo de 1989 en el Rock Club. No pude estar, bien que lo
sentí, pero aún guardo el recorte del ABC con la crónica del concierto. El País
contó en su reseña de la segunda visita de la banda sólo seis meses después que
la Sala Jácara (Madrid) estaba petada porque ya para entonces Texas se había
convertido en un fenómeno en nuestro país. Y así ha seguido sucediendo en estos
treinta años, ¿cómo pueden haber pasado ya treinta añazos? La banda se ha
acercado en incontables ocasiones a España para promocionar sus discos y para
ofrecer conciertos siempre con muy buena respuesta del público. Yo les he visto
en cuatro ocasiones, en una de ellas actuando con Pretenders, y una quinta en
un concierto gratis en la Plaza Mayor, en las fiestas de San Isidro de 1997.
Habitualmente iba a verlos con una de mis amigas de la Facultad, Chantal, y su
hermano mellizo Didi.
Adquirí en vinilo sus dos primeros discos y los dos siguientes, con los discos ya en desuso, los compré en CD. En 1995 el Ricks Road se convirtió en
un habitual en las ocasiones en que yo hacía Música y punto, el programa que
cerraba diariamente las emisiones de la escuela de radio, Onda Imefe, donde
estudiaba por aquel entonces. También tengo varios singles de la banda conseguidos
en diferentes visitas a Ferias del disco de ocasión a las que solía acudir en
los 90 con mi amiga Ruth. Texas siempre unidos a la memoria juvenil y a mis
amigos.
A nivel personal Sharleen me influyó en aspectos un tanto mundanos
como la ropa o el peinado. En la época de su primer disco la cantante aparecía
con un colgante de plata en forma de estrella que pendía de una larga cadena, yo
lo adapté llevando un corazón de plata, regalo de mi padre a mi madre y que aún me pongo. En su tercer
disco Sharleen lo cambió por un cordón de cuero pegado al cuello, un adorno que
yo también acostumbro a llevar. Me encantaban sus camisetas y jerseys negros, y
mis primeros vaqueros de color se inspiraron en uno que le vi a ella, de color
vino. A principios de los 90 me corté la melena copiando un peinado de Sharleen,
rapado por atrás y asimétrico a los lados y pedí como regalo de uno de mis
cumpleaños un reloj metálico y de esfera blanca “de hombre”, muy parecido a uno
que usaba Sharleen. Recuerdos de la abuelita cebolleta que empiezo a ser…
En 2009, Aly McErlaine el guitarrista de la banda, nos dio un buen
susto. Fue hospitalizado con un aneurisma cerebral masivo. Contaba con 41 años
y no estaba claro que pudiera salir del trance. Estuvo en coma nueve
semanas pero finalmente se recuperó tras varios meses en el hospital. Incluso
regresó al grupo y se incorporó a la gira de 2011. Para entonces los nuevos discos
de Texas eran una incógnita para mí y les había perdido por completo la pista
pero debo reconocer que la noticia me conmovió.
Y hasta ahora, cuando encuentro al grupo
tocando en directo en La hora musa, sin Aly. De la banda sólo reconozco al
incombustible Johnny McElhone,
compositor junto a Sharleen de los éxitos del grupo. Actualmente giran con Jump
on board, su actual disco, publicado en 2017.
Encuentro que la Sharleen espléndidamente madura que aparece en La
hora musa conserva mucho de aquella chiquilla que nos fascinó a finales de los
90 con su voz y su presencia. Ya no tiene esa expresión de sorpresa por el
sueño que estaba viviendo, bella a rabiar con su pelo negro rebelde y sus
preciosos labios pintados de rojo intenso. La Sharleen actual lleva el pelo
corto, no se maquilla y viste cómodos trajes de corte masculino combinados con
playeras. Ha ensanchado, yo también, y las arrugas de expresión marcan su
rostro, igual que me pasa a mí. Pero sigue siendo una mujer segura de sí misma,
con una voz maravillosa, que lidera una banda, disfruta haciendo lo que más le
gusta y no se ha plegado a lo que dicta la industria. Y que sigue sacando al
escenario guitarras preciosas.
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